domingo, 8 de mayo de 2011

Mauricio Murillo: “Internet es esencial para producir narrativa”

En la edición del suplemento Fondo Negro de hoy salió esta entrevista a Mauricio Murillo, a raíz de la reciente presentación de su primera novela Los abismos posibles. Murillo contesta con calma sobre los cruces entre múltiples textualidades, el mar como obsesión/fobia, la influencia de Internet en el presente, el referente geográfico en la literatura, y su opinión sobre la nueva generación de narradores del país. Por cierto, este cuestionario viene con una pregunta extra de bonus track, ya que rebasaba los espacios permitidos en Fondo Negro.

El miércoles 4 en instalaciones de la Cinemateca Boliviana se presentó Los abismos posibles, primera novela de Mauricio Murillo (1982), ganador de la más reciente versión del Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo. Se trata de un texto breve que funciona en varios niveles y en el que interviene una multitud de figuras históricas de todo tipo, con una trama que gira alrededor de “un misterio, a cuyo desciframiento el lector asiste en calidad de testigo”. A propósito de la ocasión, Fondo Negro se entrevistó con el autor.

- En líneas generales, ¿cuál es el argumento de Los abismos posibles?

- Es una novela fragmentaria, con varias historias que se interpolan, así que me es difícil definir un solo argumento. Pero creo que en general se trata del viaje que realiza Tariq, un tangerino, de su natal Tánger a Santoña, en España. Todo esto se mezcla con la obsesión que Tariq tiene con lo profundo y oscuro del mar, además de su afición por la reproducción de un mapa que Juan de la Cosa dibujó en 1500.

- Philip Marlowe, Alf, Natalie Wood, Cristobal Colón y otros forman un grupo de figuras bastante variado y en apariencia aleatorio. ¿Cómo se explica su aparición en una novela corta que habla sobre el mar?

- Creo que las redes simbólicas que se tienden entre estas figuras son muy distintas. Muchas se relacionan desde el azar, el espacio geográfico o la literatura. En todo caso, en la novela la figura de Tariq, sus experiencias y obsesiones, sirven de una suerte de catalizador. No siempre pasa todo por él, pero sí se relaciona al viaje que hace de Tánger a Santoña.

- La fijación de la trama con el mar podría leerse como un gesto particularmente interesante en un escritor boliviano, aunque no se menciona para nada a nuestro país. El mar es en la novela un constante telón de fondo y un elemento que ejerce constantes fascinación y horror. ¿Sería entonces el verdadero escenario de la novela, más allá de algunas ciudades en específico?

- Hasta ahorita que mencionas la relación entre el mar y un escritor boliviano no la había pensado, pero sí, me parece extraño. Pienso que esta relación no pasa por la idea del mar real. Para mí, y en esta novela, la figura del mar se plantea desde distintas imágenes en distintos libros. Ahora, no creo que el mar sea el verdadero escenario, sino eso que dices: un telón de fondo, algo que está comiéndole la cabeza a Tariq; las ciudades, los bares, los barcos, la televisión y otros elementos son parte de ese escenario. Creo que la novela se ramifica en varias direcciones. Ese desorden es tal vez su escenario.

- Las referencias a una serie de literaturas y otras ficciones como el cine y la televisión, la inclusión de figuras de distintos órdenes y cierta preocupación por la geografía cambiante del globo se mezclan aquí con visitas a épocas anteriores, tan dispares como el descubrimiento de América y una post era dorada de Hollywood. Así, es casi imposible dejar pasar la pregunta. ¿Estás de acuerdo con lo que dijo alguna vez Beatriz Sarlo, que desde que existe Wikipedia dejó de existir la erudición?

- Creo que actualmente el Internet es esencial para producir narrativa. La erudición siempre me pareció una postura que necesitaba ser puesta en crisis. La idea de Wikipedia es, por eso, interesante, porque muchos datos que se encuentran en ella son falsos o copiados. Esta enciclopedia virtual tiene un sentido del humor importante, del que, estoy seguro, sus creadores y usuarios no se percatan del todo. Con Internet hemos podido dudar y reírnos más de todo. La imagen del erudito me parece un tanto aburrida y buenísimo que en Wikipedia podamos ver con quién está casado el jugador que más admiramos o la actriz que nos gusta. Muchas veces en literatura se veía a ciertos saberes como inútiles, pero en Internet podemos encontrar por igual las noticias más trascendentales y saber que nunca podremos estornudar con los ojos abiertos. Aunque también hay otro riesgo: hoy cualquiera puede escribir lo que le da la gana, publicar cualquier poema o relato. Esto va a producir muchas horas perdidas.

- ¿Por qué elegir Tánger y Santoña, África y Europa, como escenarios de la novela? Y, a propósito de ello, ¿crees que la falta de referencias bolivianas concretas –temporales, geográficas, etc.- es una constante en la actual narrativa nacional?

- La elección de estas ciudades nació por azar o porque los personajes o hechos históricos me lo exigían. Juan de la Cosa y su portulano me hicieron fijarme en Santoña y Cartagena de Indias. Los espías en Tánger. Lisboa tuvo otras razones. Creo que todo parte del momento de escribir y de lo que uno quiere contar. Por otro lado, la idea de no referirse a Bolivia explícitamente no es solamente contemporánea. En Flor de trópico de Chirveches, Más allá del horizonte de Aguirre Lavayén, Los deshabitados de Quiroga Santa Cruz, algunos cuentos de Cerco de penumbras de Cerruto, Los papeles de Narciso Lima-Achá de Saenz, se describen lugares muy extraños para los bolivianos. Esto no es nuevo. Además creo que ahora, por el Internet, la televisión, el cine y demás, nos es más fácil hablar del mundo. Pero también creo que en estos libros que nombro y en los actuales que no dan referencias directas del entorno, se pueden reconocer ciertos guiños y gestos que hablan de Bolivia. Yo estoy seguro que existen en mi novela y que pueden dejar entrever a un escritor paceño. Ahora, también creo que grandes escritores actuales bolivianos escriben muy pegados a su realidad geográfica y social, y producen grandes novelas. Por ejemplo, Juan Pablo Piñeiro y Wilmer Urrelo.

- ¿Cómo ves tu obra respecto a otras actuales? Y, en líneas generales, ¿crees que puede hablarse de algunos temas comunes en escritores de la joven literatura boliviana, o más bien sería éste un momento de diáspora, un tiempo en que cada escritor sigue un camino autónomo?

- Pucha, es una pregunta un poco difícil. No sé, hay escritores de narrativa actuales que me gustan mucho (Barrientos, Hasbún, Colanzi, Antezana, Ruiz, Piñeiro, Urrelo), pero no sé como clasificarme frente a ellos. Hay varios lugares comunes, pero no podría yo ahora describirlos. Creo que con algunos me acerca más el humor y con otros la importancia del intertexto y la parodia, pero habría que esperar a que un crítico se dedique a esto.

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