por Julio Barriga
Soy el Centauro de la soledad
y soy los anteojos de la carretera, Ramón
y aún soy el largo beso bajo el túnel
de asfalto y morera donde las flores
de Guaymallén se sientan a las orillas
de sus veredas líquidas y acequias musicales
bajo extensas arboledas que susurran
juegos sensuales desde sus penumbras.
Estoy condenando a prolongar una existencia insulsa
hasta el final de sus instantes repetidos.
Soy un rostro largamente injuriado por la miseria
dos flores de cedro bailan un inmóvil minué
sobre la t.v. mis huesos gritan antiguos rencores
al final del infierno bailan los árboles enloquecidos
retorcidos por una vasta desesperación
perdido en el eón de una indivisible dualidad
mi palabra es ciega y mi mirada es muda.
Tu mundo es un prodigio, Señor, pero
yo no lo entiendo un carajo
la carne aúlla sucias confidencias
de mi fealdad ya nada me consuela
(con la edad no puedes hacer treguas)
Vago sin luz entre indianas arboledas
tratando de ajustar mi soledad en versos
no perderé más tiempo en mantenerme joven
carente de la plural singularidad pessoana
adolezco de distintos abandonos
esto es hacer poemas con la mierda al cuello
estoy repitiendo mi canción.
Hace tanto no suscribo la utopía
y bebo como un colibrí
en un tiempo de hombres casi femeninos
y mujeres bastante masculinas
sumando letras a la nada con absoluta decadencia interpretativa
puesto a observar inaferrables realidades
suntuariedad antiecológica
escenarios de la bostezada felicidad burguesa
que un feroz delicioso anonimato
me borre el rostro y me dibuje la palabra
y labre mi sueño un vasto sueño proyectivo
atrapado en una ciudad
donde nadie me quiere y yo no quiero a nadie
en los días en los que la compulsividad
me lleva al clímax de autodestrucción
la soledad de una hora cualquiera me arroja a la nada
compilando nostalgias de la muerte
cuadernos plagados de horrores
en pos y encuentro del tiempo imaginario
a la busca del tiempo que no se me ha perdido
frito en el aceite de una soledad delirante
todo hermoso, pero tan lejano
remotas, inaccesibles, tantálicas visiones.
La soledad de los ciclistas
ciudad a vista de sillín
y a golpe de manubrio
en riesgo de malinterpretar las señales del tránsito
la bestias sarcástica, loco solo & su bicicleta.
Soy el mejor amigo de mi mismo
un cowboy en bici, qué desastre,
un gaucho en alpargata, un indio a pata
profesando una literatura a pedal
que ejercita la visión interna
(nada es cuando lo vives sino cuando lo revives)
sacudido por visiones espasmódicas
el discípulo sangrante, la bestia ilustrada
carcomido por sus alucinaciones
por una gracia especial de las vicisitudes
que todo lo vivido se convierta en verso.
Ya no espero nada del más acá
cielos se deslizan raudamente
noches de esperar puertas que pasan como trenes fantasmas
sombras que me cobijan en remoto desamparo
y me despiertan en el éter
soy el poeta exiliado en sus soledades
con todo lo sublime y ridículo del gesto
mientras mundo de gente trina afuera
hombres de irreparable belleza póstuma
ritualmente impelidos a asesinar lo que aman
hijos de su sola edad y padres de sí mismos
hay esa lumbre por la que todos lloran
unos para otros somos heridas incurables
amor a muerte hasta el último centavo
un triste amor que escupe sangre
sangre escupiendo amor
y por un fugaz instante entrever la eternidad
una chispa al final del túnel
pues un gramo de luz derrota toneladas de tinieblas
para convivir con las muertes cotidianas
verlas llegando siempre de los cuatro rincones
saludarlas solícitos
como el gato de Alicia, mis dientes de plástico
seguirán sonriendo luego que yo desaparezca
Recorrer la ciudad como un cuerpo en pena
por avenidas que a plenitud comulgan con los árboles
soy una ciudad pasando a través de un individuo
un pavoroso amante de las penumbras
el monstruo de las profundidades
has vuelto a ser la bestia solitaria
en esa vieja jaula de manías y obsesiones
un cadáver social va por la calle
alucinado por la luna
de cuál sordo corazón de la noche
extraigo imágenes de la infancia
muros podridos de abandono
siniestros, pero familiares
asido a un vuelo imposible
te roza el ala inmensa de los sueños
introduces un elemento poético en tu carne
como un cuchillo de hielo
somos una fauna inclasificable
mezclados con los hermanos de la gleba
poetas crucificados por sus hemorroides!
imprecaciones y plegarias no atendidas
aquel que ha muerto cabe perfectamente en mi mirada
esperanza y abandono de la poesía
mi piel ha sido devastada por diversas caligrafías
la excitación social asesina al solitario
sucios pensamientos aletean como insectos aplastados
esta es la última vez que soy tan joven
¿Cuándo hallaré mi voz? Busco mi voz perdida
luchando en el sollozo de no saber
hablar conmigo mismo, mi suerte es ajena
mi ley es dinero extraño
soy el fantasma inverso del vudú
un cuerpo que perdió su alma
tan triste como la navidad y su bullanga hueca
mis camisas colgadas parecen las camisas de un hombre muerto
a partir de ahora el corazón va a servirme
menos que un cenicero, conductas tan histéricas
que me alejan a las antípodas de los anhelos profundos
por fin la soledad ha logrado acorralarme
en el rincón sin salida que es toda existencia
rebeldías devienen remordimiento añejo
mis ideas son barcos que abandonan las ratas
trabajando en comentarios silenciosos
en dilettancia trashumante y nihilista
por la ciudad donde enjambres de palabras
atacan como avispas enardecidas
¡salón de mágicos espejos
donde el deseo lo transfigura todo!
Mendoza, 1998 (Versos Perversos, 2004)
4 comentarios:
El Quijote de San Rock... y Sancho Pirata.
Un grande.
me hiso reir eso de que Barriga está sano y salvo.
salvo puede ser, pero sano no sería Barriga.
con absoluta decadencia interpretativa los saludo entre San Juan y Mendoza.
hasta la vendimia siempre
(nada es cuando lo vives sino cuando lo revives)... Platón siempre se cuela en ese tipo de apoteosis conceptuales... Me hizo pensar en una explosión de imágenes a lo Camargo pero más pop, más mundializado, en fin, más posmoderno.
:
saludos markiño!
y si alfajores, sano no suena bien, ahora ke lo pienso salvo, tampoco. ese señor barriga ta a ratos mas alla del bien y del peor
diego, claro, barriga es la bestia sarcastica, el solo puede hacer versos con lo ke keda del lenguaje cotidiano. voy revisar el tiempo de la muerte ahuringa, abrazos
saluds a todos
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