lunes, 16 de febrero de 2009

/ JUNOT DÍAZ

Iniciamos la semana con una colaboración de nuestra vecina y amiga de On The Road. Un texto entre la entrevista y la reseña, una introducción a la singular obra de Junot Díaz, autor de una de las novelas más vendidas de los últimos seis meses. Agradecemos la exclusiva a Liliana.

por Liliana Colanzi



Junot Díaz tenía 27 años cuando publicó Drown (la traducción es Ahogado, pero apareció en español como Los Boys, y luego bajo el título de Negocios), un libro de cuentos que fue recibido con gran entusiasmo por la prensa norteamericana. Varios de los relatos habían aparecido en importantes revistas literarias como The New Yorker y Story, y eran tantas las editoriales que se disputaban por publicar a este joven escritor que su agente tuvo que subastar el manuscrito. Al final prevaleció la editorial Riverhead, que pagó $us 600.000 por el libro de cuentos y la primera novela de Junot Díaz (de la que él todavía no había escrito una sola línea).


Como Yúnior, el protagonista de la mayoría de sus historias, Junot Díaz nació en República Dominicana y se trasladó siendo niño a Nueva Jersey, Estados Unidos. En “Drown”, Díaz retrata la vida del inmigrante latinoamericano dividido entre dos identidades, hijos que se crían sin un padre en hogares abrumados por la pobreza y la violencia, madres que pelean para sacar adelante a sus familias. Vidas difíciles narradas sin afectación, con una mirada a ratos descarnada, a ratos compasiva y con un sentido del humor vibrante y capaz de imponerse ante la adversidad (para formarse una idea basta con leer el cuento “Cómo salir con una morena, una negra, una blanca o una mulata”, en el que una de las primeras instrucciones es: “Saca de la nevera los paquetes de alimentos gratuitos que reparte el gobierno a las familias indigentes. Si la chica es de la zona de Terrace, oculta los paquetes detrás de la leche. Si es del Park o de Society Hill, esconde los paquetes en el armario que hay encima del horno y mételos hasta el fondo, para que no los vea jamás. Y apúntate una nota para que no se te olvide sacarlos antes de que amanezca; si no, tu madre te partirá la crisma”).


Luego del éxito de Drown vinieron 11 años de silencio en los que Díaz, un amante de los cómics y de la ciencia ficción, se empeñó en escribir una novela imposible sobre la destrucción de Nueva York a manos de un psíquico terrorista. La novela murió con los atentados del 11 de septiembre; Díaz se dio cuenta de que los sucesos del 11/S y sus consecuencias superaban ampliamente a la ciencia ficción.


Por esa misma época ganó la beca Guggenheim, que lo destinó a México D.F. Una noche, en casa de un amigo, ocurrió un hecho azaroso que terminaría por sacarlo del estancamiento: encontró un ejemplar de La importancia de llamarse Ernesto en un estante y empezó a repetir para sí mismo, en broma, el nombre de Oscar Wilde en acento dominicano, “Óscar Wao, Óscar Wao”. Más tarde tuvo la visión de un nerd gordo con ese nombre, un joven dominicano que no sabe bailar, fanático de los cómics, los videojuegos y los libros de ciencia ficción, perseguido por la mala suerte e ignorado por todas las chicas.


El personaje siguió dando vueltas por su cabeza un tiempo más hasta que se decidió a escribir La breve y maravillosa vida de Óscar Wao, publicada en 2007 y traducida al español el año pasado. La larga espera se justificó con creces: la novela fue recibida con críticas extraordinarias y obtuvo el Premio Pulitzer 2008.


En esta novela inclasificable y de ritmo trepidante, Díaz retoma el tema de la diáspora, reinventa la tradicional saga familiar, se zambulle en el mundo de la fantasía y narra los horrores de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo como no había sido contada antes -desde el humor-, todo esto con la voz de Yúnior, a quien considera un álter ego. “Él es una versión más cruel, ingeniosa, ‘pintuda’ y heroica de mí mismo”, dice. “Pero en muchos aspectos él comparte mi filosofía, mi anhelo de verdadera intimidad y mi dificultad para conseguirla.”


Óscar de León, alias Óscar Wao, quiere convertirse en una especie de J.R.R. Tolkien dominicano y pasa casi todo el día escribiendo historias fantásticas y soñando con chicas a las que no se atreve a dirigir la palabra. “¿Quieres saber de verdad cómo se siente un X-Man?”, dice la novela. “Entonces conviértete en un muchacho de color, inteligente y estudioso, en un gueto contemporáneo de Estados Unidos. Mamma mia! Es como si tuvieras alas de murciélago o un par de tentáculos creciéndote en el pecho”.


Con su insalvable timidez y sus varios kilos demás, no se corresponde con la imagen for export del macho latino conquistador y seguro de sí mismo que promociona la industria turística. Sin embargo, Díaz considera que Óscar “no es nada nuevo”. “Hemos tenido nerds latinos desde que tengo memoria, mucho antes incluso de Betty la Fea”, sostiene. “Sólo que ahora nuestras representaciones (en literatura, en películas), revelan de mejor manera la complejidad de quiénes somos como comunidad.”


Uno de los grandes logros de la novela de Junot Díaz es que rompió con la solemnidad con que ha sido abordado el tema de las dictaduras latinoamericanas en la literatura. Si Mario Vargas Llosa describió en La fiesta del Chivo a personajes devastados por el trujillato, Junot Díaz se las arregla para conservar un humor eléctrico que no cae en la parodia ni en los momentos más trágicos. ¿Cómo lo hizo? “A veces pienso que se trató de un accidente feliz”, explica. “Otras veces pienso que provino de mi experiencia dominicana, del hecho de que nosotros los caribeños somos capaces de reírnos incluso durante los tiempos más duros. Y algo de eso fue ‘de propósito’: el mundo no se divide entre la comedia y la tragedia. El mundo es ambas siempre, siempre.”


Díaz escribe en un inglés salpicado de frases en español. Junto a Daniel Alarcón -peruano emigrado a Estados Unidos-, pertenece a esa nueva categoría de escritores latinoamericanos que construye su obra en inglés y juega bajo las reglas del mercado anglosajón. A este respecto, Díaz es categórico: “El inglés es parte de la experiencia latinoamericana. Ya pasó la época en la que la cultura se definía a través de la pureza lingüística. Si ése fuera el caso, entonces estaría escribiendo en taino o en las lenguas ibo-yorubas de mis ancestros africanos.” Algunos de sus autores latinos favoritos son Jorge Franco, Martín Solares, Horacio Castellanos Moya, Wendy Guerra y Juan Gabriel Vásquez.


De la misma manera, cree que haber emigrado de su país cuando niño no lo hace menos dominicano: “Si los chicos ricos dominicanos, que nunca han escuchado bachata ni han pasado dos segundos en los barrios de Santo Domingo, que van a colegios ingleses y nunca han sufrido hambre, pueden considerarse a sí mismos dominicanos, entonces yo también puedo”, dice.


Con la unánime consagración de su novela, es probable que haya Óscar Wao para rato. El estudio Miramax compró los derechos de la obra para su adaptación al cine meses antes de que ganara el Pulitzer. Pero el escritor niega estar al tanto de los pormenores: aún no sabe quién dirigirá la película o cómo estará conformado el reparto. “Eso sí: me gustaría ver a Oscar de la Renta en el papel de Trujillo”, añade, haciendo referencia a la pasión del dictador dominicano por los trajes caros y el buen vestir.


¿Y qué pasó con The Secret History, la novela apocalíptica que precedió a La breve y maravillosa vida de Óscar Wao? ¿Leeremos algún día la historia del psíquico terrorista? “Todo depende”, contesta. “En este momento parecería que no soy capaz de escribir nada. Me falta tiempo.” Y no es para menos: dividido entre las clases de literatura que imparte en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y la avalancha de invitaciones y entrevistas suscitadas por su libro, todo indica que Junot Díaz estará ocupado por un buen tiempo. Pero ojalá que no tengamos que esperar otros diez años para volver a leerlo.

3 comentarios:

Editorial El Cuervo dijo...

Kedo muy bien esto, che!

Aca hay un cuento de JD: http://hermanocerdo.anarchyweb.org/index.php/2008/02/alma/

Y si la vida de Oscar Wao juega con la lengua como en este cuento kisiera ver ke pudo hacer el traductor al “español” (seguro no iberico)

Y aki un fragmento extirpado de la Lectora Provisoria:

Traducir Junot Díaz es muy problemático porque escribe en spanglish. Él es inmigrante dominicano en USA y por lo tanto escribe 99% inglés con palabritas sueltas en castellano. Ese spanglish es esencial para su prosa. Por ejemplo: “Chicho handed me a pastelito and after putting it in my pocket, I slid him a coin. I want a younger cobrador, Rafa said”. Ese lenguaje que usa Díaz, que en realidad es una especie de inglés con caspa en castellano, es intraducible. Y si sacás el pastelito y el cobrador Díaz es otro escritor.

Cuando lo traducen, lo que hacen es invertir la proporción de inglés y español de 99% / 1% a 1% / 99%, es decir, su prosa pasa a ser castellana con pequeñas inserciones en inglés. Hay un cuento de él en la antología “39, antología de cuento latinoamericano” y te doy como ejemplo una parte traducida: “Little piece of shit, me dijo. Te crees mucho, but you ain´t nada.”

Esas traducciones de un spanglish a otro cambian totalmente el marco de lo que se lee. En un caso escuchás a un inmigrante dominicano cuidado y educado en Estados Unidos, en el otro casi una chica de Palermo que inserta frasecitas de Icana. Quizás una traducción al alemán (conservando las pequeñas inserciones de castellano) sea más justa con la prosa de Díaz que una traducción al castellano invirtiendo las proporciones de las lenguas.

thestranger dijo...

Pues yo leí "Drown" como "Los Boys" y el resultado es detestable: dominicanos hablando como ibéricos (!). Traducción y todo, es un libro hermoso, entrañable, con grandes cuentos como "Aurora" y "Aguantando". Es cierto que Junot Díaz es un desafío enorme para un traductor, porque no es ni siquiera un bilingüe: es un nihilingüe. Y no le importa si su lector necesita un diccionario al lado para leer sus textos.
Me pregunto cómo quedará la peli... se me hace que Óscar Wao es una de esas obras imposibles de llevar a la pantalla; la novela tiene tantas capas (es una saga familiar, pero también una novela sobre el trujillato, sobre lo que es ser geek en un ghetto, sobre los migrantes en EE.UU., sobre los libros de fantasía, etc.) que imagino que la peli perderá algo. Además, ¿cómo llevar el spanglish -eso que hace que Junot Díaz sea Junot Díaz- a la pantalla?

utópico dijo...

llevar el spanglish a la pantalla no esta tan complicado, es algo ya muy comun en estados, la influencia latina esta por todos lados.

no he leido la traduccion, ni se quien la haya realizado. pero tendria que ser otro latino en estados unidos, para que sea medianamente fiel, es decir una traduccion en español mezcladisima con ingles, no fiel, pero que te de la impresion que estas en ambos mundos. un poco complicado para los que no hablan ingles, es un libro muy particular, universal, pero muy latino-'american' si me dejo entender.

mira, es como cien años de soledad, es una obra universal, pero los latinoamericanos lo entendemos mejor. del mismo modo con esta obra, los latinos en estados unidos la sentimos mas nuestra.

lo interesante es lo que viene, el tipo de influencia que esto va a tener, este es el comienzo, los latinos en estados unidos son mas que en cualquier otro pais excepto mexico, se vienen cosas interesantes.

saludos!