miércoles, 1 de abril de 2009

Sobre JIWAKI

La pasada semana, el miércoles 25 y el jueves 26 de marzo, en el Tambo Kirkincha, se estrenó Jiwaki, de Miguel Llanque, montada por la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos (OEIN). Debemos decir que fue una experiencia intensa. El músico Sebastían Zuleta expone acá algunos elementos útiles para apreciar en toda su magnitud esta obra que, entre otras muchas virtudes, rompe con las convenciones de la espacialidad sonora y el rol del público. Agradecemos a Marcelo Avilés por las bellísimas fotos.


Sobre el estreno de Jiwaki de Miguel Llanque

Sebastián Zuleta*


Los días miércoles y jueves, 25 y 26 de marzo, la ciudad de La Paz fue testigo del estreno, en el Museo Tambo Quirquincha, de la instalación sonora Jiwaki, del compositor boliviano Miguel Llanque. Concebida para 40 músicos de la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos, incluyendo niños y adolescentes del Programa de Iniciación a la Música, del que Miguel es profesor ejemplar; repartidos en 5 conjuntos que tocan simultáneamente formando un simétrico diseño inicial, que será modificado por los múltiples desplazamientos que se dan a lo largo de la obra.

La música es una experiencia sonoro-espacial. La plástica de toda música se proyecta en un espacio abstracto limitado por rangos dinámicos, de alturas, de diversidad tímbrica; pero sobretodo por el espacio físico en el que se desarrolla la interpretación, y por la distribución y dirección de las fuentes sonoras. Cada música, al determinar estos límites, crea un escenario abstracto específico en el que será proyectada y recibida.

Jiwaki concibe una distribución multidireccional de las fuentes sonoras, que ocupan todo el amplio espacio del patio central del Museo. Se desarrolla por tanto en un espacio abstracto muy amplio, con gran diversidad de planos, constituyéndose como una música más viva a la que nuestro acercamiento es una experiencia también más viva, más singular en cada punto específico del espacio en el que escuchamos cada instante específico de la obra; además de más interactiva.

Un rasgo importantísimo de nuestra generación es que hemos aprendido a generar un encuentro con los otros a nivel humano, no mediante ideologías ni abstracciones. Jiwaki es manifiesto de un verdadero encuentro, pues éste se da con las personas a través de sí mismas, no con conceptos. Cada línea fue compuesta para cada músico específico que la interpreta, explorando en la expresión de su propia interioridad, en una dinámica de taller durante la que Miguel inventó y construyó cada instrumento tocado.

Por otro lado, la concepción de instalación sonora, que contempla el paseo del público por entre medio de los músicos, establece con éste una relación horizontal y participativa (no condenándolo al silencio), y le otorga la plena consciencia de que el último intérprete en la larga cadena de interpretación que significa toda música, es él. Él que ordena lo que escucha, él que evoca, construye y otorga sentidos según su historia personal, según su posición específica en el espacio físico. Así el paisaje interno de Miguel es recibido e interiorizado, más que “comprendido” por su auditorio, el que aplaudía con auténtico y eufórico agradecimiento al finalizar el poético estreno de Jiwaki.


* Sebastián Zuleta es compositor, director e intérprete, en música “popular” y música “contemporánea”.

+ Una versión más breve de este artículo fue publicada en Tendencias de La Razón, el 29 de marzo del 2009.

24 comentarios:

JG dijo...

Hola, Zu Leten, veo que Don Cuervo finalmente compró tu pase. Ojalá que te leamos más seguido.
¿Vos dirigiste esta misma pieza no hace mucho, cuando estuviste en México, no?

Veo que el legado del maestro Prudencio se expande, que sus pupilos se animan a ir más allá. Así tiene que ser, es la clásica querelle des anciens et modernes, versión Chuquiago 2009.
Lamento no haber estado ahí.

Ya que merodeas estos lares, un favor: algunos posts atrás pusimos algo de Reed & Cale, con la esperanza de que se comentara algo sobre lo que hacían esos dos. Resulta que al homenajear a "uarjol" Lou & Cale se animan con el minimalismo de Glass, Riley, etc. Y yo te quería pedir que me expliques cómo entienden ustedes los músicos el minimalismo. Yo más o menos lo entiendo en literatura o plástica, pero en música medio que me pierdo (a ver: oigo algo y sé que estoy en presencia del minimalismo, pero no sabría explicarlo). Digamos, un Nyman es minimalista y a la vez barroco. En literatura no se puede hacer eso.
Dale, desasname un poco.

Otrosí. Ayer salió el disco doble de Cohen: En vivo en Londres 2008.
Hay algo re-curioso. Y pasa al comienzo del track 3. Que es cuando Cohen saluda a la gente y dice algo más o menos como: "Ha pasado mucho tiempo desde que yo me paré en un escenario londinense. Fue hace como 15 años. Entonces, yo tenía sesenta años, era sólo un chico obsesionado por un loco sueño. Desde ese día, he tomado un montón de Prozac, Paxil, Dixbutran, Effexor, Ritalin, Focalin... Y también estudié profundamente filosofías y religiones, pero la alegría de vivir me interrumpió constantemente". (cheerfulness kept breaking through). Por supuesto, el viejo Leonard dice eso y de inmediato le llueven los aplausos. Acto seguido, suena "Ain't no cure for love".

Ahora bien, todo muy lindo, pero es un choreo. Cohen está robando a Borges. ¿Se acuerdan cuando el hijo de doña Leonor decía: "Muchas veces yo intenté un estudio exhaustivo de la metafísica, pero en cada intento fui interrumpido por la felicidad"?

Ahora bien, si Cohen roba los chistes de Borges y Dylan, se sabe, roba los de Chespirito, ¿qué queda para Nihil Young?

PD. Si alguien quiere bajarse los dos discos de Cohen, pase x acá:
http://bolachasgratis.baywords.com/?p=5480

PD2. La sufrida gente de la Musa Extraviada estuvo trabajando a contrarreloj y sobrevivió para contarlo. Pobreciyos. Imperdible informe de los musodisecantes por tierras rioplanteses:
http://diseccionandomusas.blogspot.com/2009/04/blog-post.html

PD3. Veo que Frank reapareció. ¿Se acuerda Don Cuervo que Frank prometió contar la historia de Suzanne? Si no la cuenta hasta el domingo, yo suelto unos chismes sobre él, picantísimos, de los que me acabo de enterar. Trailer: ¿Cuál es la relación entre la negativa de Frank a abandonar su ayllu y la masiva afluencia de turistas noruegas por aquella zona? Ejem!

Zu lëten dijo...

Hola Juan, pues bueno, aquí tamos, es un gusto leerte a vos también. Sobre lo de México: como ves, hay mucha similitud entre la obra del Miguel y lo que seguro te estuvo comentando Don Cuervo sobre lo que hice en México. Mucha similitud que responde a un momento y lugar comunes, aparte de la fuerte y mutua influencia que ejercemos con el Miguel. Hay grandes similitudes y grandes diferencias también. Me hubiese gustado tocar esa música mexicana en La Paz, pero eso es medio difícil.

La arquetípica querella, como dices. Manifiesto de eso es que en La Razón aparecieran juntas la nota de Ruben Vargas (congeneracional del Cergio P.), que plantea continuidad Prudenciana, y la mía, que plantea ruptura. Ambas son ciertas, pues "Jiwaki" nace desde un contexto, que es la OEIN, y sabemos que el contexto determina (quitándole todo tono malicioso esta palabra). Pero al mismo tiempo, rompe (como rompieron ya otras músicas anteriores, compuestas por Miguel, Canela Palacios, y yo) los esquemas verticales (en lo formal, compositivo, relacionamiento con la sociedad, etc., etc.) de la OEIN. Se abre un diálogo que va más allá de un "correcto" tratamiento de los instrumentos nativos en un contexto de encuentro conceptual de "las 2 Bolivias"; hay pues, varias legítimas Bolivias, y varias formas de encuentro, y todos queremos expresarnos.

Yo estoy seguro que el lenguaje que engendra nuestra generación puede hablarse en distintos contextos compositivos. (La cosa que escribí en México era para 12 instrumentos convencionales, en un lenguaje cercano (y lejano) al de "Jiwaki"). También puede hablarse en música popular con propuestas REALMENTE arriesgadas (no arriesgadas standart). El lenguaje de Prudencio, en cambio, sólo florece, realmente, en el contexto de la OEIN. No florece de la misma manera con instrumentos convencionales, no florece en música popular... francamente, no florece en música para cine, FUNCIONA pero no FLORECE.

Lo que Cergio hizo con la OEIN, fue crear un lenguaje y una tradición, en verdad maravillosas, y creo que eso ha sido sin duda el principal referente que nuestra generación ha tomado para la costrucción de su identidad. Sin ánimos de ofender a quien fue mi maestro, que me imagino valorará la honestidad, lo grave de crear un lenguaje es que éste, a veces, aborbe al artista. El artista se convierte en su lenguaje y no consigue su identidad fuera del contexto de ése lenguaje.

Pero bueno... temas delicados de los que la gente no habla. Y yo, como soy un irresponsable...

Sobre el Minimalismo. Bueno, me gustan mucho Cale y Reed (en ése alternativo orden los pondría yo). No así Riley, ni Glass. Ni Reich, ni Part, ni Le Monte Young. El Minimalismo estadounidense se basa, como es lógico, en trabajar con material austero. Muchas de las "influencias" que alimentan su lenguaje son tomadas de músicas del tercer mundo, muchas veces música tradicional o nativa, pero, como suele suceder, la visión reduccionista occidental termina por generar música mucho más pobre que las músicas en las que se basan.

Está "In C" de Riley: módulos (arpegios y cosas) en do mayor ("C") que se repiten y repiten por más de 20 minutos. Está la música para maderas de Reich: oyó "la riqueza rítmica de la música africana" y a su vuelta a las Europas la redujo a un módulo de una negra y dos corcheas.

Pero bueno, características son ésas: poco material, en notas muuuuuy largas que cambian lentamente, o que se repiten circularmente por siempre. Es más interesante cuando aparecen elementos que generan variación, por progresivos desfaces, o cosas así. Lo que no me atrae es que suele no tener mucha sustancia. Claro que hay algunas cosas, como "piano phase" o "seis planos" de Reich, u otras, que están buenas.

Más interesante es cuando se va a lo popular. El último disco de PJ Harvey, por ejemplo, es muy minimal. Aprovechó el ponerse a tocar el piano sin haber pasado ni una clase, pero claro, teniendo conocimientos de Armonía que le permitían contruír acordes. Y guiándose más que nada en su intuición y, como dice en una entrevista, en "cerrar los ojos y hacer de cuenta que es una gran pianista".

Hay una corriente latinoamericana de Minimismo (pues se argumenta que no hay en español la palabra Minimalismo) que es mucho más interesante. De hecho mucho del trabajo de Prudencio, y del Miguel y mío, es minimista. Tomas una idea sencilla que permite infinidad de combinaciones y que puede repetirse circularmente. Hay cosas realmente valiosas. Por ejemplo "Tramos" del argentino Eduardo Bértola puede ser entendido como minimismo. Unas cuantas grabaciones radiales (grabaciones de programas de radio en las que se hablan cosas que, puestas así, son muy decidoras sobre la Argentina, y sobre latinoamérica) que va poniendo varias veces pero en distinto órden, y cada nuevo órden va otorgando nuevos sentidos a estos fragmentos de programas radiales argentinos. Eso, por ejemplo, es mucho más interesante que tocar do mayor por 20 minutos. Te aconsejo tratar de rastrear "Tramos".

Bueno, me recontraalargué, mando saludos.

JG dijo...

Me sorprende un poco que no te llevés bien con Glass & Cia, Zu Leten (de todos ellos, Riley es el que menos me interesa). Me imagino que como compositor y performer te resulta muy aburrido. Yo mismo, que toco guitarra a oreja pelada, tuve una experiencia poco edificante con el minim(al)ismo. Pisé la tercera cuerda(Sol/G) en el segundo traste y me puse a darle isócronamente por cerca de 5 horas. Ping, ping, ping. Frustrante, realmente.

Pero como oyente, el primer Glass me vuela todo. La etapa de Música en movimiento similar, de Música en quintas, de Einstein on the beach, todo eso es impresionante. Su trabajo reciente, con el cine, sobre todo, es medio flojo, muy condescendiente (Hollywood no perdona: mirá lo que le pasó a Jarmusch, venia super y va y apenas roza con Hollywood hace Broken Flowers). Hace un par de años yo vi al Ensemble en vivo, con PG aporreando el órgano y todo. A la salida, estaba levitando, te juro. Obivio, el efecto de esa musica es de trance, hipnótico, pelotudizante.

Arvo Part es fantástico, cómo te puede no gustar! Y sí, "Piano Phase" de Reich es inmenso.
¿Y qué me decís de Meredith Monk y/o Mihaly Vig? ¿Tampoco?

Lo mismo con Reed & Cale. Esas letras de Lou son cosa seria. Pero, claro, entiendo por que preferís Cale. Sirve más a tu proyecto, también.
Lamento no compartir el entusiasmo por el ultimo de PJ Harvey (me quedo con Bjork).

Estoy buscando, desde que pasaste el dato, Tramos. No es fácil. Conseguí, sin embargo, algo que se llama Music for early instruments, donde Gordon Mumma hace "Pieza para 11 notas", de Bertola. Muy pendejo el tipo. Me recordó mucho a Boards on Canada, los capos absolutos de la música electrónica.

Y de la querella... Decía Octavio (que descanse en Paz) que la modernidad había instaurado la tradición de la ruptura. Algo de eso hay en lo que contás, ¿no? Ya que vos no ignorás que en su día el maestro Prudencio volteó unos cuantos tableros.
Ustedes están en otra, como tiene que ser: nueva piel para la vieja ceremonia. Pasan muchas cosas ahora, en el país y su periferia (que le dicen "el mundo") que requieren otro tipo de respuesta artística. Sentidos diseminados, antes que sentidos administrados desde un centro inaccesible. Algo por ahí.
La pelea no será fácil. Por eso mismo, no hay que aflojar.

En la canción que pusimos algunos posts atrás, Lou recuerda que cada vez que veía a Warhol, Andy le preguntaba: "¿Cuántas canciones hiciste hoy?". Y Lou mentía, decía "tres". Y Andy lo puteaba: "Mal! Tendrías que haber escrito 15! ¿Acaso creés que serás joven toda tu vida?".
O sea, hay que ponerse nomás.
Suerte, che

PD. ¿Dónde se metió Frank?

Julia Peredo Guzmán dijo...

¿Cees que nuestra generación no utiliza ideologías y abstracciones? ¿será?
Puede que la concepción de "lo humano" sea una de las abstracciones más subjetivas del músico a la hora de encarar obras como estas que (basta ver las perecepciones frente a una misma cosa de JG y tuya)se reciben de distintas maneras en cada caso. Tal vez eso, justo esto de "sentidos diseminados" antes que restringidos sea la idea, pero no sé si se ha llegado a dejar el concepto como puente... ¿o tú que dices?
Me parece muy rico esto del espectador como un intérprete. Más allá de cualquier forma íntima, u horizontal de participación (el público siempre es el final de un proceso que sin él no existe) la idea de que el público sea un intérprete como engranaje del espectáculo me encanta: es un trabajo inverso y cercano al del distanciamiento, mucho más sutil al no haber ficción (stricto sensu) implicada en la escena de la música: esto es juego, pero depende de ti...
Tal vez en ese encuentro es donde el concepto cae,aunque me parece que no por completo...


(Tarde pero necesario: qué bien joven su pantalla blanca, mucho más cómoda a pesar de lo poco cuérvico del fondo...)

Zu lëten dijo...

Bueno, claro que el Minimalismo tiene momentos interesantes y ver a estos tipos en vivo siempre es muy impresionante, yo también iria a ver a Glass, y pagaría contento.

Pero es que también es una cosa ideológica, porque resulta que lo que más salta son movimientos como el Minimalismo estadounidense, habiendo cosas mucho más interesantes abajo. Muchas veces uno está a la busqueda de cosas más extrañas y radicales (me entenderás en literatura), y claro, la luz que te dejan estas cosas opacan otras como el mencionado movimiento.

Aparte, el Minimalismo, a la par de ser muy contemporáneo, en muchos aspectos compositivos es tajantemente conservador. Arvo Part casi sólo hace música religiosa: recuerdo haber visto en una disquera de Bogotá, una de esas fotos publicitarias en tamaño real, que se paran y sonríen, de Part, al lado de otra de Ricky Martin. (Dan ganas de pegarle, pero sabes que el Mercado los hará pararse de nuevo, como esos angustiantes muñeños inflados que por suerte no veo hace años). Son Pop Stars. Nada contra el pop, a favor, pero con el éxito pop pasa lo que dices de Hollywood, hay una transa con el Mercado y el Poder. Toda esta ola neoclásica, de la cual el Minimalismo estadounidense es subcorriente, son pues estandartes del Capitalismo.

Durante la Guerra Fría los compositores soviéticos eran formados y obligados hacia estructuras conservadoras, mientras que los EEUU exaltaban valores de libertad y vanguardia. John Cage, mi compositor predilecto, gozó de tal coyuntura. Una vez ganada la guerra, se invirtieron los papeles y el orden hegemónico mandó la música contemporánea hacia un conservadurismo radical.

Armónicamente: la Tonalidad se explica por la mayor repetición de algunas notas que otras. El oído va acostumbrándose a escuchar las notas que más veces aparecen y se crea la sensación de "reposo" al escucharlas. Por otro lado, al escuchar las notas que aparecen pocas veces se crea la sensación de "tensión" y de ahí se desprende una estructura de funciones. La Tonalidad ha respondido históricamente a una conformación social piramidal. El tratamiento armónico durante el siglo XX tiene un par de apuntes sobre esto:
1. la Atonalidad de Schoenberg va de la mano con las ideologías socialistas = todas las notas valen lo mismo y conviven en una estructura de leyes de otro orden.
2. Cage (alumno rechazado de Schoenberg)revoluciona esto hacia un pensamiento en que no hablamos de notas sino de sonidos que definen su propia estructura, sin leyes. Concepción que llamaron Armonía Anárquica.
3. La neotonalidad vuelve al concepto Tonal, pero de una manera más "libre", sin hacer tanto caso de las relaciones funcionales de la antigua Tonalidad, tendiendo hacia un reposo casi constante = la sociedad de consumo. Lo mismo pasa con el New Age y demás tendencias.

Lo popular, si bien también depende de la estructura del Mercado, está menos cercana al Poder, y por lo tanto existe una mayor libertad para la difusión y una mayor afinidad de conceptos con la sociedad. Aparte están las letras. La música "culta" contemporánea es elitista, y por lo tanto más controlable.

Así que ideológico el asunto. Desconfío de la música que aligera mis tensiones, jajaja. Pero claro que la expresión humana es tan ilimitada en su incosciencia que, en este contexto neoclásico aparecen cosas con muchísima sustancia y riqueza emocional, cosas valiosas. Como los Bords of Canada, de los que hablas, Sigur Ros, varias cosas de Radiohead, etc. y claro, "Einstein on the beach" es muy buena cosa, y sí, el tipo tiene cosas buenas al principio. Pero hace bastantes años que Hollywood acabó con lo poco que realmente me interesaba.

Y me gusta "Espejo frente a espejo" de Part con todo lo cursi que es, y "Cuando Sara tenía 90 años" con todo lo religioso que es. Etc.

Ligeti, uno de los mejores compositores del siglo pasado, tiene cosas minimalistas muy buenas, como las piezas para piano que aparecen en "Eyes Wide Shut".

Etc.

Coincido sobre Jarmusch, ví Broken Flowers con mucha espectativa y la verdad que está divertida, "buena onda"; pero no pasa nada más.

Leí a don Octavio sobre la tradición de ruptura, y bueno, este viejo tiene la característica de decir muy bien cosas que todo mundo piensa. la única tradición que se mantiene es la de la ruptura, está claro.

Sobre Cale/Reed, antes era Reed/Cale, pero es que los últimos discos para mí han cambiado la situación. Cale/Reed. Me gustan los artistas que "se mantienen".

Y bueno, Harvey/Bjork para mí, la verdad. Bjork me aburre, me gusta pero me aburre. Me ha gustado demasiado antes y ahora me parece que un buen porcentaje de lo que escucho es aparato. la linda de Polly Jean tiene más vísceras.

me pasé de largo de nuevo.

bueno, saludos.

JG dijo...

yo iria más lejos, negra-reaparecida: hacer del espectador un intérprete: literalmente: repartir instrumentos entre los asistentes para que los usen cómo y cuando quieran.
eso sería interacción de verdad.
lo otro, es nomás como cuando en la tele te habilitan una línea de teléfono para que votés por alguna estupidez y encima te dicen: "esto es televisión interactiva".
ya pues. no mamen.
mientras el marco siga estando fuera de la discusión (del público), la pasividad seguirá intacta.

PD. ¿se nota mucho que he estado a los locos del colectivo Wu Wing (fracción disidente de Luther Blisset)?

PD2. ya sigo la charla con vos, Zu Leten. lo que decís de los aparatos y las vísceras me recuerda la discusión entre las huestes ricotteras respecto a la primera fase de Patrico Rey y la última. para una escuela ricottera, las presencia de máquinas en los dos últimos discos habría reducido la capacidad de contacto inmediato con la experiencia sonora; para otra escuela ricottera pasa totalmente lo contrario. es que basta mirar alrededor: estamos rodeados de máquinas.

JG dijo...

[PD a la PD anterior: debe decir: he estado leyendo a los locos de Wu Ming]

Frank dijo...

El otro día estaba chupando con el Papirri, y entre toque y toque me tomó examen. Inspirados respondimos que la música atonal es esa que no tiene un centro armónico hacia el que confluye. Lo que dice Zu Leten, ni más ni menos. No sé de dónde me vino, pero me alegro no haber estado tan equivocado para responder las ganzadas de siempre.

Ahora me meto a la charla, con sus perdones...
Si bien medio clasicistas (!)los soviets me siguen poniendo. Gubaidulina! Penderecki, que es un penderecki. Schnittke, Gorecki, Y hasta Stravinsky, que de minimal nada, pero cómo me pone! Y de los otros europeos seguro que Stockhausen (que creo hizo algo parecido a eso de darle instrumentos a la gente, chequeate a los compositores aleatorios, de danger music y así, JG?), Boulez, Messiaen, Russolo, Nono, Schaeffer, Varèse, Simeon ten Holt... Ah, ¿y han chequeado "Quattro Pezzi Su Una Nota Sola" de Scelsci? Pero como que ya estoy mezclando cosas, ¿no? Bueh.

Entre los americanski creo que soy, al contrario de vosotros, más de Reich, Riley, Feldman, Moondog, Charlemagne-Palestine, Nurse with wound y hasta Sun O))) y -sí, claro- Cale. Y me sumo, eso sí, a lo de Cale/Reed, sino escúchese "Loaded", que tampoco es tan puro Doug Yule como se nos quiere hacer creer de tanto en tanto.

Debo también ponerme del lado de Zu Leten, pues LaMonte Young fue gran desilución en su momento. Lo mismo que Arvo Pärt, con quien no me animé sino hasta que escuché a la PJ mencionarlo. Y, justo, Glass también me ha decepcionado en sus cruces con Shankar, lo que parece confirmar que si se quiere escuchar gamelanes de verdad mejor ir a Indonesia que a un recital de David Lewiston. Ja!

Pero bueno, ya. No quiero alargarme demás ni seguir en este aparato. Aunque, confieso, sigo pensando en Satie.

Julia Peredo Guzmán dijo...

JAJAJAJAJAJA ¡¡¡a eso me iba Juan!!! ¡¡¡Gracias!!!
Y Zu leten que mandó su comentario en simultáneo cae muy cerca: el concepto estructural del que parte esta música es ideológico, conceptual (aún si el concepto es lo anárquico o lo “horizontal”).

Y romper con los maestros, necesita nomás un caníbal/calibánico: Te insulto, pero en tu idioma. Me parece que en ese idioma seguimos todavía (como “generación”, digo...) y los caminos encontrados hasta el momento van nomás por ahí, en un encuentro que se establece sobre su vacío: algo que se “muestra” y por tanto se “explica” o se "vierte" (se deja diseminarse) a alguien que (no necesariamente) comprende, escucha, se conmueve.

Lefty Wilbury dijo...

no se olviden de Maroyu, chikokos.

cuanto esnobizmo por dios!!!!!!

Zu lëten dijo...

bueno, esto se ha puesto movido.

sobre lo que dice La negra reaparecida: claro que hay abstracciones, que responden a una ideología. claro que hay retórica y demás. La musica "culta", "clásica", "erudita" (?!, "eructita" diría Homero), "de tradición escrita" etc. (ningún nombre es afortunado), ha sido mayormente (cuando no es un solo para el instrumento que toca el compositor) concebida en la imaginación. Un contexto de aislamiento. Históricamente el compositor no se ha relacionado con otros, ni tomado en cuenta a los otros al componer; y al montar y dirigir, los músicos son "ejecutantes" mudos, como el auditorio. A lo que me refiero es a que hemos aprendido a relacionarnos y a incluír a las personas en los distintos procesos que hacen a la música.

Claro que nada es nuevo, la música hindú, que se mueve en un mínimo de 32 modos (la música tonal, incluído Wagner, trabajó 2 modos), digo mínimo pues mitológicamente se habla de miles de modos, se ha tocado desde siempre así, en conciertos que pueden durar 8 horas, o más de un día; y donde tanto los musicos como el público puede no sólo hacer ruido y moverse, sino comer, salir y volver más tarde, etc.

El público es siempre el último intérprete, en toda música. Ando escribiendo una cosa sobre esto que compartiré pronto, y que incluye micrófonos, cables, radios y preamplificadores en la larga cadena de interpretación. Pero "jiwaki", y muchas otras, le dan al público, como digo, plena consciencia de esto. Cuando todas las fuentes sonoras están en media luna al frende de uno en un teatro a la italiana, también cada lugar determina cosas, pero las variaciones son mínimas, a diferencia de un contexto como el descrito, en el que cada lugar implica una experiencia significativamente diferente a cualquier otro. Por eso digo que es más viva.

El poner instrumentos para que el público los toque como quiera ya se ha hecho. Mejor y peor hecho. Pero ahí todos son compositores y todos son intérpretes y público. En la experiencia descrita hay un compositor que compone, intérpretes que interpretan, y público que escucha. Lo interesante es que la propuesta logra que todos ellos sean lo que son, pero en un plano creativo. Escuchar creativamente: tener la cosciencia de que los lugares que vas eligiendo para escuchar cada fragmento, tus desplazamientos, tu altura, etc. configuran una interpretación única, personal, determinada por vos, y que interactúa horizontal y creativamente con las posiciones y desplazamientos de los intérpretes.

En ese contexto ser público no es menos, ni más, que ser intérprete. Rota la jerarquía, tocar no es más que escuchar.

Creo que la música no se trata tanto de sonidos que se generan como de sonidos que se ordenan. El compositor ordena, pero no controla el auto, ni la tos, ni la barriga conversadora (como en la Novena de Seinfeld, no sólo Beethoven tiene su Novena) que intervienen. El público ordena, sabe que la barriga no es parte de la "música" así que no la incluye en su interpretación. El oído es selectivo, y escucha más lo que determina como foco de atención, aunque el resto esté sonando más fuerte. Así pues, este resultado final, esta interpretación final (cosa que por cierto claro que pasa en las otras artes también no?) depende más de quien escucha que de quien toca.

John Cage, en su brillante ensayo "El Futuro de la música", nos dice que en el futuro no habrá compositores, pues todos podrán escuchar los sonidos del mundo y ordenarlos a su gusto, componer su propia música.

Así que para mí no va tanto por el lado de que el público toque, sino por el lado de que tome consciencia creativa de su escucha.

...

Sobre los aparatos, no me molestan los aparatos, a mí me gustan los discos con aparato de los redondos. El aparato de Bjork es el aparato del mercado, el aparato de producción, la plata de su campeón del videoarte. Ves miles de instrumentos haciendo cosas medio clichés y que no suenan realmente tan impactantes como se ven. Un arpa haciendo cliché de arpa, los bronces, cliché de bronces. Los mismos giros melódicos bjorkianos de siempre (desde Gling Glo y antes), la misma manera de cantar. Algo arriesgado standart como decía. La calidad es otro rollo, ahí NADIE tiene el aparato de Bjork. Pero te oyes cosas de Tom waits con un contrabajo y un saxo haciendo locuras y mierrrrda! o un Fernando Cabrera con su viola... Hay más sustancia, menos aparato. Hay un artículo de Jacqueline Nova, la compositora más importante de Colombia, manifiesto de amor por las máquinas, en el que dice lo que dices vos, Juan: "tamos rodeados de máquinas, son parte de nuestra vida, hay que escucharlas"... lo tengo por ahí, capaz que lo busco y lo paso.

Bueno, de nuevo me alargué... pero leo que Frank metió un montón de nombres respetables y cómo no decir nada... y claro que Stravinski nos deja un poco como su nombre lo advierte. Pero es más viejo. Schnittke es un genio. Gubaidulina es muy grande, pero sí, bien conservadora. Penderecki viejo te destroza la cabeza, luego vende su alma al diablo.

Varèse es otro cuento, tanto o más grande que Nono. pusiste tipos pesados ahí, Schaeffer... pero no pondría al buen Feldman con Reich ni Riley. Harina de otro costal, lo pondría con Cage y Wolff (a quien conocí en México, y vi tocar... el mejor concierto de improvisación que vi en mi vida, de muy lejos) Y de Cage a Cale, el "Hobo Sapiens" es una brutalidad... Y bueno, Satie te deja pensando siempre.

se armó diálogo interesante, el que no se expresa aún es el dueño de casa.

saludos

Editorial El Cuervo dijo...

no, mejor los oigo y si pinta algo hablo. ya vieron como es benito de cuarta ya se metio
me encata esta charlada che
sigan pues che!

Frank dijo...

Benito, somos tan snob. No tienes idea.

Pero el Willy de Maroyu es mi compadre, papi. Si quieres vamos al Mi Llajta de Mizque este fincho. ¿Le digo?

JG dijo...

Ufa, a ver por dónde me entrometo. Lo de Glass y sus coqueteos hinduístas y un par de otras cosas que se dicen me recuerdan una anécdota capital. La cuento sin llevar agua pa’ ningún molino.
En 1971, George Harrison organiza el Concierto para Bangla Desh, en Nueva York. Entre las muchas atracciones de este festival a beneficio se contaba con un Dylan que volvia a los escenarios despues de su misterioso accidente en moto (antes de que Frank corrija: sí, había tenido un par de breves apariciones anteriores: el 68, en tributo a Guthrie; el 69 en la isla de Wight), con los Rollings, con Clapton y con Ravi Shankar y su Mahavishnu Orchestra, en su primera aparición en vivo en Occidente.
El concierto se consigue hoy en una buena edición de 3 CDs.

Ponemos el CD 1 y de entrada oímos a la Mahavishnu. Hay como 50 músicos en el escenario. Tocan algo muy complejo. Que dura casi 20 minutos. Al cabo de esto, hay silencio y el público aplaude hasta despellejarse.
Entonces Ravi Shankar toma el micrófono y dice: “gracias por sus aplausos, estábamos afinando nuestros instrumentos, recién ahora haremos nuestra música. Esperamos que les guste tanto como lo anterior”. O sea…

No vale, Zu Leten, Cage es también uno de mis héroes. Pero yo no sé hasta dónde podemos pensar lo que hace Cage como música [tal vez el problema sea similar al de la literatura: cada generación debe empezar por definir lo que entiende por literatura: otra vez, el asutno es el marco: si no cuestionas el marco, no pasa nada]. Me explico: como con Ligeti, Stockausen, Nono, Berio o Feldman, ante Cage estamos ante un placer intelectual. No es musica que uno va a poner en el equipo mientras tirado en la cama lee, digamos, el Dietario voluble (qué bueno que está! –parece mentira que el corchito de Vila Matas escriba algo así). Digo, uno lee sobre Cage o Stockhausen o alguno de ellos y se maravilla. O asiste a las puestas y queda estúpido, pero nadie “escucha” (suponiendo que ese verbo valga) la obra de estos tipos en su ámbito privado personal. Son como teoremas que trabajan hacia otro tipo de recepción. Con todo lo que me gustan y me interesan, no tengo un solo disco de ninguno de ellos. Tengo, eso sí, unos cuantos libros, varios videos. Pero discos no. No es trabajo para discos (está bien, alguna cosita suelta, sí –pero eso no refuta nada).

¿No es curioso que siendo que la atonalidad y/o el serialismo son “descubrimientos” que ya tienen casi un siglo, todavía sea necesario explicar los conceptos, no digo a gente que esta totalmente fuera de las circulaciones o los consumos culturosos, sino incluso entre quienes estan o tratan de estar al día? Aquí hay algo más que rechazo al Mercado. Hay algo más que elitismo.

¿No te interesa Part por su carga religiosa? Pero si es obvio que el está haciendo un trabajo de cita, que la experiencia religiosa no le interesa. E incluso si así fuera, siempre estará en vos escuchar de una manera u otra. Pero si el criterio de rechazo es la religiosidad, no me digas que no te interesa, pongamos, el CD cuadruple de la Misa en si menor de Bach, por la Filarmónica de Londres dirigida por sir Colin Davis y ejecutada con instrumentos antiguos, solamente porque es una obra religiosa.
El 97% de obra de Bach es explícitamente religiosa, una alabanza al Supremo Ente. Bach fue casi toda su vida un Kapellmeister, el curita que toca el órgano durante las misas [algo que que, para un cura, es ocupación mucho más noble que andar toqueteando el órgano de los infantes, claro]. ¿Pero negarse uno a Bach por nada más?

Sin ánimo de hinchar, el mismo Cage es un tipo religioso, muy influido por el Zen (está bien, no se hasta donde el Zen sea religioso, pero digamos que algo tiene que ver con “lo inefable del mundo”), y esa influencia es casi todo lo que cristaliza en el trabajo del último periodo.

Repito: no sé si Cage es música, sospecho que es algo más. Como Duchamp es más que pintura. No es, por tanto, casual que Duchamp haya llevado a sus juegos con el cine muchos trabajos de Cage (e incluso coreografias de su mujer, la Cunningham).

Y aquí una digresión. Algo muy denso está pasando en estos últimos tiempos. Las vanguardias regresan. Duchamp vuelve a reclamar sus fueros (pensar que Aira se dio cuenta de eso hace como cuarto de siglo).

Hay una escena que me da vuelta: Duchamp deja Francia rumbo a Buenos Aires. En el barco, lee el Locus Solus de Raymond Roussel. Y cuando llega a Buenos Aires no hace más que leer a Roussel. Estuvo casi 6 meses y no salió a la calle casi nunca. Leía a Roussel y tomaba apuntes para sus futuros trabajos, sus investigaciones sobre el arte de la mirada (Duchamp se olvida del lienzo, Duchamp solamente piensa en cómo trabaja la mirada). De Buenos Aires sale a Nueva York. Y apenas llega se pone a trabajar y a exhibir su trabajo. Algunos meses más tarde, la historia del arte había cambiado para siempre.

PD. Y claro que recuerdas a Satie, Frank. Y si seguís recordando, hallarás la usina: Debussy. Sobre todo, los “Etudes”, que -pagdon- solamente pueden escucharse en la versión de Mitsuko Uchida (o por Dinu Lipatti –pero esta joya sólo se consigue en vinilo).

PD 2. Dale, Zu Leten, pasanos esos textos que mencionas. ¿Alguna chance de subir Jiwaki a Youtube?

PD 3. No gracias, Frank, a Mizque no voy. A Sacaba, em cambio...

JG dijo...

Ah, un chismecillo, a propósito de la Mahavishnu & Shankar: esta cantorcilla Norah Jones es hija suya (de Ravi, digo).
Una prueba más de la decadencia de Occidente (y un argumento más a favor del heroico condón).

Frank dijo...

Vista la Anoushka, creo que para Ravi se imponía la vasectomía. (perdonad la rima)

JG dijo...

Hey, Zu Leten, alzo mi copa y brindo.
Vaya, somos de la cofradía ariana.
Por algo me parecía detectar un no sé qué muy familiar en vos. Je!

Cuidado con las torceduras & los retorcijones

Abrazones

Zu lëten dijo...

Totalmente de acuerdo: cada generación, y cada uno además, define un marco de lo que entiende como música o literatura.

Varese decía que no es el artista el "adelantado" a su tiempo, sino la sociedad, la "atrasada". Por las razones que todos sabemos, ejercidas desde el poder para el control y empobrecimiento del desarrollo humano.

Claro que la historia no tiene un solo destino, muchas cosas pasan hacia todos sentidos, y éstas son apreciaciones para un contexto occidetal u occidentalizado. Pero el poder hegemónico que legitimiza o no, directa o indirectamente, cada expresión que se presenta define los valores con que escuchamos toda música, incluso de quienes queremos estar al día, como dices, incluso siendo una música de culturas menos occidentalizadas.

La Atonalidad quiebra el concepto de gravedad, hacia ciertos sonidos. Gravedad que podemos encontrar no sólo en la música "culta" clásica, sino también en músicas nativas de distintas partes del mundo, o en la mayoría de la música "popular". Esto podría (y ha sido argumento para el poder en su afán conservador) apoyar teorías que otorgan a la Tonalidad un carácter de "Natural". "Al octavo día Dios nos dio la escala diatónica en modos mayor y menor". La estructura armónica de cada sonido comprende un espectro de parciales armónicos que siempre responden al mismo órden. Los primeros parciales en aparecer son la octava, quinta, octava y tercera. Todos ellos forman un acorde mayor perfecto, y he ahí el argumento! Sin embargo, si sigues alejándote encuentras todo el espectro cromático que emplea la Atonalidad. Dado que la historia de la música clásica, desde el Barroco asta el Romanticismo estuvo orientado básicamente en búsquedas sobre las alturas, o notas,o frecuencias, y la forma. Exsplorando poco sobre las duraciones (por Dios, el tiempo), la amplitud de onda, o dinámica, o volúmen; y por sobre todo el timbre. El siglo XX va más allá armónicamente (como en el espectro de paricales, simplemente ir más allá hasta quebrar), explora distintos modos de ordenamiento, duraciones, amplitudes, planos, texturas, y la búsqueda tímbrica se abre al fin. Hay más en el siglo XX que en la historia precedente, hablando de "culta" no?

Cada cultura genera diferentes organizaciones de los sonidos: Occidente divide la octava en 12 intervalos, algunos modos hindús la dividen en 22, mucha música andina en 5... pero también hay instrumentos de música nativa andina, como el siku "17 tubos", que tiene en sus líneas toda la escala cromática de los 12 tonos.

La Atonalidad fue una forma de organización coherente al pensamiento de su época, en un contexto occidental. Pero coincidió con el nacimiento de la Fonografía. Como mecanismo de anclamiento, los centros de poder dedicaron (y lo siguen haciendo) su mayor énfasis a la música antigua. Es así, históricamente, como se genera este anclamiento en la concepción del arte sonoro, y esta disociación entre música contemporánea y sociedad. Con la anuencia ingenua y soberbia de los compositores. Como dices, hay algo más por lo que nos es difícil escuchar esto, por condicionamiento, te aseguro que la primera canción que aprendimos TODOS, sea Los Pollitos o cualquiera, era elementalmente tonal.

Hoy nadie se espanta de leer literatura contemporánea, o por ver un cuadro contemporáneo de la misma forma que lo harían si les pones Schoenberg (de hace más de un siglo) en el ascensor. Entiendo que la estimulación es diferente y claro, "como no tenemos párpados en los oídos" como dice Liliana Felipe... Pero hay una disociación mayor.

Mucho menos comprendido será entonces Cage. Para mí la música es la relación humana con los sonidos. Lo que convierte a un sonido en musica es el contexto. Cualquier evento sonoro (por ejemplo, un despertador), puesto en un contexto musical, es parte de una música. Fuera de ese contexto, es un objeto funcional. El contexto musical no es necesariamente un escenario, sino la escucha. Puedes escuchar perros, pájaros, niños, podadora, autos, y darles una interpretación, un ordenamiento del tipo que fuera, en la cabeza, y eso entiendo yo como música. A esto, que viene de Cage, la gente llama filosofía de la música ("Cage es más filósofo de la música ue compositor"), pero yo defiendo que ESO es la música. Nuetro contexto hace que uno componga tal o cual cosa, pero el germen es ése.

En 1960 Cage hace "Water Walk". Un hecho polisémico. Se trata de una intervención, pues toca una obra de vanguardia en un burdo programa de concursos a televisión abierta. Al mismo tiempo que funciona como música, funciona como espectáculo para dicho programa. Induce o prevee las risas del público y las incluye en la música. Demuestra ser un performer impresionante. Etc. Propongo ver el video la primera vez, y la siguiente vez cerrar los ojos y escuchar sólo la música:

http://www.youtube.com/watch?v=SSulycqZH-U

Justamente Cage, y muchos compositores contemporáneos me son más accesibles, pues su encuentro con el sonido es más libre y no está regido tanto por significaciones. "Tales sonidos significan que Chopin se siente herido". O pajas abstractas como el "motivo de la cruz" de Bach: cuatro notas que en el pentagrama parecen una cruz y fueron fijados así, por lo tanto, cuando escucho esa epecífica secuencia de esas específicas 4 notas, logro reconocerlas, entiendo que está hablando de la cruz en su compleja construcción barroca, y siento gozo??? No siento. Claro que sin estar conscientes de todo esto Bach tiene una fuerza increíble, es música maravillosa.

De la misma manera escucho a los contemporáneos, si bien hay un placer intelectual, de la misma forma que ocurre con Bach, también hay fluidez, ordenamiento, ritmo, y todo lo que hace a la plástica que me estimula sensorialmente. Y, pesonalmente, la disfruto mas así, que desde un plano intelectual.

Si en Cage hay más qe música, es porque hoy, la música es más de lo que era antes. Los autos son música. La música salió de los músicos.

O podemos negar que, en distintos contextos hemos podido experimentar sensaciones tales a las provocadas por la música al escuchar el viento haciendo bailar a los árboles?. Y que en determinados contextos, una música de Bach, puede ser insoportable de oír.

como dices, ¿Qué es música?

JG dijo...

Siguiendo con tu pregunta final, Zu (si me permitís la confianzudez), otra pregunta:

¿Dónde acaba la música y dónde comienza el ruido? ¿Según que criterio(s) tal fenómeno sonoro es música y tal otro, ruido?
¿Es posible establecer un criterio sensato para delimitar ruido de música?

No podemos apelar a que haya una conciencia humana organizando el fenómeno sonoro para decir "esto es música" --todos estamos de acuerdo, creo, que el trino de los pajarillos es "musical".

En suma, que, hoy x hoy, yo no sé qué putas es la música. "Ya no soy tan joven para saberlo todo" (Wilde).


PD. Por eso, una vez más, Cage y Duchamp estaban condenados a encontrarse. Cage se plantea el tratamiento de la materia sonora según otras coordenadas. Como Duchamp se olvida del lienzo, se caga en el objeto artístico: lo que a Duchamp le importa es cómo trabaja la mirada, qué cosas hace la luz en su travesía por el espacio, etc.

PD2. En literatura, por otro lado, yo quisiera saber qué entienden hoy los jóvenes por "realismo", por "naturalismo". Obvio, los mayores seguirán pensando en términos de Zola o Hemingway, pero me parece que hoy la noción de "realismo" exige ser discutida.
Hay que ponerlo todo a temblar cada tanto. Hace bien.

Zu lëten dijo...

Me parece repertinente hablar de qué es ruido. Hay tendencias, muy de Hoy, a hacer música generando y, en parte, controlando distintos tipos de ruido. Movimientos más y menos interesantes, muchas veces relacionados al anarquismo. En Lima sé que hay un movimiento pues tengo un amigo que es de los que comanda. Es interesante en verdad:

La gente va a extraños conciertos en los que no se habla y les tiran toneladas de ruido (ruido de veras: ruido blanco, rosa, marrón, gris, y demás) en masas que suben, bajan, se chocan, transforman, repelen, etc. y obviamente salen seguros de haber asistido a un fenómeno sonoro que llamarían música (quién les diría que no? bueno, muchos, pero no importa). Hay algo snob, a la vez que hay algo auténtico, como suele pasar en los movimientos que gustan de llamarse "under". Diría que van por algo snob y encuentran algo auténtico, al salir a farrear y al hablar del hecho y todo lo circundante, es de nuevo snob. Sólo es auténtico en el momento. La arbitrariedad tiene eso. Es la percepción que tengo de los darkis en general.

El ruido suele ser definido como los sonidos que se generan y que le son desagradables, o causan rechazo en el receptor. Me ha pasado alguna vez, bajo estrés de la comida y al medio día, escuchar Mozart y no sopotarlo, y su ordenamiento serme insufrible. No por razones únicamente intelectuales, era una cosa visceral también. Creo que andaba estudiando esa pieza para mi clase de dirección, o algo así...

Como hay gente que escucha una alarma de auto y la vuelve loca (tan irracionalmente como cuando ve un ratón... quiere que deje de ocurrir, o "apagarlo", como George Costanza en "The Posponement"). Y en mi caso, muchas veces la alarma de un auto es algo que aprecio musicalmente: hay una fuente sonora, generando frecuencias en intervalos predeterminados, en un beat, digamos, que expresa algo muy claro, con una estetica muy clara. Un humano no genera ruidos de ese tipo, es una estética que responde a una máquina. Y el gesto es claro, primitivo. + la reverberación en el espacio y cómo transforma el sonido, o la estela del sonido. +, si hay movimiento mío, por ejemplo, efecto doppler. + lo que pueda ocurrir. En verdad me encanta. No es pose, no siempre ha sido así, pues uno construye esto. Antes era algo que me gustaba pensar, pero modifiqué mi relación con el sondo, mi concepción de música, mi concepción de "belleza" y demás al punto en que en verdad la sensación que experimento es la de estar ante un fenómeno musical.

El que algo sea "ruido" (no el término técnico físico, pues vimos que con este ruido también se hace música) lo determina el escucha y el contexto.

Como todo en la vida, nada es fijo. (suena a cantinflas, o al papirrrri no?) Todo cambia según quien escucha = quien interpreta lo que escucha. No hay criterios fijos, pues Mozart puede ser "ruido". Y el ruido puede ser música. La música es, como dije, la relación del sonido con el receptor. O así la entiendo yo, o así me sirve pues todas las experiencias que considero "musicales" están contempladas en esta concepción. Cualquier otra delimitación me es insuficiente para entender un fenómeno eterno como es la relación del humano con el sonido. La escucha.

...

Un apunte que, hoy más temprano, y ya con miedo a alargarme tanto cada vez y como ganas de almorzar, omití: Mercé Cunningham era hombrecito, pese a la "mala fama" que suelen tener los coreógrafos. Y que yo sepa no tenía relaciones con Duchamp. Pero hay una clara relación: como dices, para Cage la música era la escucha (el mundo, el mayor compositor), Duchamp trabajó la mirada, y Cunningham el movimiento y su recepción. (Curiosidad: ¿Quién pa vos hace esto en la literatour? Digamos como Picasso - Joyce.). Un apunte interesante es que Martín Boulocq, el cineasta boliviano (para mí) más trascendente de nuestra generación, dice por ahí que el cine para él es luz y movimiento.

Es larga la lista de colaboraciones entre Cage y Cunningham. Los primeros cuadros abstractos de Duchamp, los del Action Painting, son característicos por lo no figurativo, expresan sensaciones como movimiento, velocidad, energía. Es lo que pasa paralelamente en música con Cage. Y luego ambos van hacia algo más profundo.

Pero no se trata, claro, de defender una posición tanto como de, simplemente, establecer una que nos sirva. Para mí, finalmente, tanto da si se le llama "música" o no. Si la música tiene los límites que le da la tradición occidental pre- o post-vanguardias (en música "culta", "popular" o "nativa"), determinados por quién? Entonces hagamos otra cosa, que no sea música.

Francamente: al principio, cuando estudiaba, pensaba que todos fingían un poco que les gustaba la música contemporánea, o que la alarma de un auto pudiese ser un hecho en verdad no sólo agradable de escuchar, sino que desatáse esa extraña sensación de alegría que Lachenmann (de quien no habló ni JG ni Frank, y REALMENTE vale la pena, aconsejo comenzar con las piezas para instrumentos solos) fija como sensación "belleza". Y suponía que yo aprendería a fingir en determinado punto.

Hoy no sé si los otros fingen o no, pero yo en verdad lo vivo así. Y el hacer "música contemporánea", (que es tan sólo un nombre. El inducir acontecimientos en los que se generan sonidos, establecer ordenamientos y modos de interacción, grabar, fijar cosas, dejar otras libres, componer letras con procesos similares, y demás), es una búsqueda irrefrenable, en la relación con el sonido, consecuente al punto que en verdad poco me importa si "es música" o no. Creo que es, pero si alguien me demostrara (¿?) que no lo es, no tendría problema en aceptarlo.

Hay que ponerse a temblar cada tanto. Si me permites dar la vuelta tu certera frase.

Me interesa mucho la pregunta que planteas en tu último PD, a ver qué dice la gente...

saludos.

PD1: gracias por "alzar la copa", la verdad que ayer no me chupé tanto, y bueno, qué bueno encontrar un carnero, cuándo cumples vos?.

PD2: a Frank, en verdad, un profundo agradecimiento por la reseña de mi disco, primero por la escucha, y luego por hacer una lectura tan precisa y plasmarla en palabras. Ya escribiré personalmente.

JG dijo...

Zu Leten, esa errata con lo de Cunningham me dejo muy preocupado. Quise decir que fueron pareja, Cage y Merce. Me salio que MC era “mujer” de JC. Auch!

Me interesa mucho lo que explicabas sobre la atonalidad y “la escala natural”. Ya seguimos la charla. Por ahora, hasta donde puedo darme cuenta, tu diagnositco es impecable e irrefutable. Hay una operacion ideologica en marcha. Que iria mas o menos asi: cuando Moises bajo de la montaña, trajo las dos tablas con los mandamientos y en un bolsillo trajo otra donde se establecia la "escala natural", fuera de la cual no habria nada.
No?

Frank dijo...

Pascueros estamos, ¿no JG? ¿Leyo ya la "Ars pascuera" que salió la otra semana en "The new frontiersman"?

Hay gente que me sigue felicitando hoy por las pascuas. ¿A ti te felicitó alguien hoy?

Ah, Zu, no sé de qué disco estás hablando. No recuerdo haber reseñado un disco hace varios meses. ¿A qué te refieres?

Saludos a todos,

JG dijo...

ah, Frank, creo que Zu lo confundió con su némesis: Javier [confundir a uno con otro es como confundir a Batman con el Guason]. ya sé que usted se tomará tal confusión a la tremenda, pero perdónelo al maistro (cita seinfeldiana).

y sí, estuve escuchando música de banda para la pascua florida
po po ro po po.

Zu lëten dijo...

Ni yo he sacado ningún disco en años. Pero bueno, de veras disculpá, te he confundido con un amigo, un tal Costanza; vos vienes del lado del pianista Epstein. Aunque de los pianistas es mejor Zimmerman. Y de los Zimmermans es mejor Dylan. Se trata de un amigo, Frank, que reseñó la última peli porno en la que actúa mi nieta. Y como yo hice la música... pero bueno, pura confusión.

JG (esto parece una de "agentes" no?), qué chistoso esto de la "errata", suele pasar k cosas no se entiendan. Y bueno, hay un control del "aparato estético" (Lachenmann), así que a servirse y a pelearla. Quedamos en pausa no?

Subir "Jiwaki" está un poco peludo, habría que pedir pemiso a los dueños y eso es complicado siempre... pero puedo pasarTE (-LES, incluyendo a Frank) lo que hice en México, se llama "Especulario", y alguna cosa más... taría bueno. Hay que hablar con el Hombre Cuervo.

saludos a todos
("dónde andará la negra bandida?, tomando mate"?)