Por Sebastián Antezana
El pasado viernes fue la presentación de Los lemmings y otros… y aunque Casas no pudo estar presente, el suyo es, con seguridad, uno de los mejores libros que se ofrecieron en la Feria que hoy termina. A continuación, a manera de destacarlo, una breve e informal entrevista que Fondo Negro consiguió con su autor, vía correo electrónico.
- Eres narrador y también poeta. ¿Cómo viene la decisión de escribir verso o prosa? ¿Hay temas que sean privilegio exclusivo de alguno de los dos?
- No me preocupan mucho los géneros. En realidad me gustan los transgéneros, lo que se mezcla, se cruza se invade. A veces empiezo a escuchar una musiquita y lo que llega tiene una respiración más larga , entonces es prosa. si es más corta es verso.
- La narrativa y la poesía que escribes ¿se inscribe dentro del cuerpo de la literatura que te gusta leer? Y, en esa línea, ¿clasificarías a tus lecturas regulares como afines a tu escritura, o se trata de cosas distintas?
- Yo pienso que un escritor tiene que ir siempre en contra de su habilidad. eso implica que después de los años de formación, para que tu prosa siga viva y en peligro, hay que leer de estéticas muy diferentes a las que uno trabaja, para ampliar la paleta de colores.
- Leí –o escuché– que alguna vez dijiste que Schopenhauer era una de tus lecturas de cabecera. Por otra parte, por lo menos tu prosa parece querer explorar una realidad absolutamente cotidiana. ¿Están peleadas o hermanadas una y la otra? ¿Hasta qué punto la filosofía viene a ser un sinónimo de “alta cultura”? Y, quizás más importante, ¿hay algo así como una filosofía de la cotidianidad (de barrio, diría alguno) que motive tu escritura?
- Para mí no existe la alta cultura. Pensarte dentro de la filosofía te impide pensar, pensarte dentro de la literatura te impide escribir.
- Fogwill, entre otros parece ser una influencia importante para ti. Es personaje de alguno de tus cuentos y otro está dedicado a él ¿Qué pasó cuando supiste que había muerto? ¿Cambió algo en tu escritura?
- Extraño mucho a Fogwill. Pero no su escritura, su persona, su voz, su mal humor, su risa, esas cosas.
- ¿Por qué te decidiste a publicar Los lemmings y otros en Bolivia?
- Porque el editor que me lo publica, Barrientos, es un crack absoluto. Y porque pasé unos meses geniales en mi veintena durmiendo por las calles de La Paz y Oruro. Porque creo que hay que demostrar que se puede publicar en la altura.
- El libro parece marcar cuento a cuento una especie de recorrido vital de la voz narrativa. ¿Hubo alguna intención de diseñar las coordenadas de una educación sentimental que refleje tu biografía?
- No, no hubo intención. Como decía Borges, la posibilidad de tener en claro ciertas cosas puede detener las operaciones estéticas.
- Diría que, en cuestión de narrativa, es tal vez un mecanismo de rememoración de ciertas anécdotas el que hace de motor de mucha de tu escritura. ¿Estás de acuerdo? ¿Hasta qué punto la cotidianidad es material de la ficción?
- No tengo imaginación. Trabajo con impotencia e ignorancia. estoy encerrado con un solo juguete y trato de sacarle agua a las piedras.
- Me comentaste que en algún momento de la vida caíste por La Paz. Leila Guerriero, por su parte, cuenta que esto sucedió al final de una viaje larguísimo y accidentado que comenzaste con Canadá como meta. ¿Cómo fue tu experiencia en La Paz? ¿Cómo llegaste por acá?
- Viajaba con amigos de la facultad para imitar el viaje del Che, pero sin que muriera nadie. y cuando volvía del amazonas entré de nuevo en Bolivia y me quedé varado en La Paz, viviendo de lo que me daba la gente, que fue muy generosa. Ahí aprendí que el confort te debilita.
- ¿Qué libros, qué autores te traen a la memoria algo de lo que viviste acá?
- Me robé de una librería un libro de Cioran que se llama Miseria de la filosofía o algo así, y lo iba leyendo por las calles.
- ¿De qué va Breves apuntes de autoayuda?
- Son breves ensayos al tuntún sobre cine, música y literatura. Y algo de política también.
1 comentario:
la rompes fer!
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