tag:blogger.com,1999:blog-67169474654133798042024-03-14T04:25:51.603-07:00Editorial El cuervo<a href="http://www.blogalaxia.com"><img border="0" src="http://botones.blogalaxia.com/blogalaxia1.gif"></a><a href="http://www.blogalaxia.com/"><img src="http://botones.blogalaxia.com/img/blogalaxia2.gif" alt="Blogalaxia"/></a>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.comBlogger133125tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-1169994682310678302013-02-02T10:09:00.000-08:002013-02-02T10:10:29.229-08:00Índice de Vértigos, Antología del cuento fantástico boliviano<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAjxIhUsqu0GJ5f8Q0GgZ9Sm5losFJ-iPpuIwf_PozIaXaFmkr70Zrk5vSj4a8Vq-4JRI-KdU-aYehs938Kw5j446plL23Dva73FxL3twgNeasshyphenhyphen6FEsQkQynT6pg8x7hdpRqEM1Ybvda/s1600/el-falso-espejo-1935.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAjxIhUsqu0GJ5f8Q0GgZ9Sm5losFJ-iPpuIwf_PozIaXaFmkr70Zrk5vSj4a8Vq-4JRI-KdU-aYehs938Kw5j446plL23Dva73FxL3twgNeasshyphenhyphen6FEsQkQynT6pg8x7hdpRqEM1Ybvda/s320/el-falso-espejo-1935.jpg" width="320" /></a></div>
Tras arduos meses de lectura, relectura y cuidadosa selección, el comité organizador tiene el honor de hacer pública la lista definitiva de los relatos y microrrelatos que conformarán Vértigos, antología del cuento fantástico boliviano, libro que será publicado en agosto de 2013 por la editorial El Cuervo. El comité, conformado por Fernando Barrientos, editor de El Cuervo, Daniel Averanga, Iván Prado y Guillermo Ruiz Plaza, trabajó desde agosto de 2012 compilando y seleccionando material ya publicado; desde noviembre, además, realizó la lectura y selección de los ciento diez relatos que, generosamente, enviaron a la convocatoria participantes de todo el país y bolivianos residentes en el exterior. El proceso contó con seis cribas selectivas y el comité trabajó en función de cuatro criterios, a saber: 1) la pertenencia al género fantástico moderno, 2) el manejo de los resortes narrativos y el lenguaje, 3) cuidado y acabado del relato, 4) originalidad. En total, son treinta y dos cuentos los elegidos y estamos seguros de que responden a las exigencias de esta antología, que, como su nombre indica, pretende reunir lo mejor y más granado de la producción boliviana actual dentro del cuento fantástico. Gracias a todas y a todos por su participación y entusiasmo. Ahora solo queda esperar la llegada de los Vértigos mejor escondidos de la literatura boliviana:<br />
<br />
I. Identidades<br />
<br />
1. “Nocturno nervioso”, Manuel Vargas <br />
2. “Uno”, William Camacho<br />
3. “Autorretrato”, Giovanna Rivero (microrrelato)<br />
4. “Simetría”, Blanca Elena Paz<br />
5. “Alma mala”, Adolfo Cárdenas <br />
<br />
II. Percepciones<br />
1. “Los otros”, Edmundo Paz Soldán<br />
2. “Los días”, Fabiola Morales<br />
3. “El dedo de las nubes”, Jaime Nisttahuz<br />
4. “Posibles revelaciones sobre la Semana roja”, Daniel Averanga<br />
5. “Cochabamba”, Edmundo Paz Soldán (microrrelato)<br />
6. “Palabras sacan palabras”, Pedro Shimose<br />
<br />
III. Apariciones y sueños<br />
1. “El con caballo”, Manuel Vargas<br />
2. “El sueño”, Elías Ghosn<br />
3. “El aire de las montañas”, Pedro Rivera<br />
4. “En el parque”, Emilio Martínez <br />
<br />
IV. Seres y poderes<br />
1. “Los motivos de Laura”, Dante Gorena<br />
2. “El ángel”, Homero Carvalho (microrrelato)<br />
3. “Incertidumbre”, Iván Prado Sejas<br />
4. “¿No quieres acompañarme?”, Jaime Nisttahuz<br />
5. “Ocho días”, Edgar Guery Quispe Durán <br />
6. “Alquimia”, Ana Rosa López (microrrelato)<br />
7. “Pequeño cordero en la colina”, Liliana Colanzi <br />
<br />
V. Metamorfosis y bestiario<br />
1. “Una historia de amor o las muertes de Montreal”, Luis Daniel Iturralde<br />
2. “Evolución”, Homero Carvalho (microrrelato)<br />
3. “Inquietante espera”, Ayda Ruth Carrillo<br />
4. “Zoología fantástica” (selección), María Soledad Quiroga (microrrelato)<br />
5. “Sombras de verano”, Guillermo Ruiz Plaza<br />
6. “Final de un oficio”, Alfonso Murillo<br />
7. “Un ciclo de vida efímero”, Mariana Ruiz (microrrelato)<br />
8. “La señora”, María Soledad Quiroga<br />
9. “Contraluna”, Giovanna RiveroEditorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-39099147022724272662012-05-08T19:19:00.003-07:002012-05-08T19:22:23.084-07:00Peleadores muertos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCHY-BAQ0RxBYgq6qBpz3eslPq_s9g4GXz705I5lErNz2QX3ZcKQGKWrmFYsYMqcSS830wsXQdHAqLXls30czl6vOsmIv172zD6Fp9i7RQp6-IbQJv7GBxmiyfZqeq9Vb6wYeohLpDhuf8/s1600/Mike+Bernardo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
</a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-BO" style="color: black; font-family: Garamond; font-size: 12pt;">Picado muy
temprano y para siempre por el bicho de la literatura un autor de la casa, Maximiliano
Barrientos, acaba de recuperarse de la picada del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a</i></span><i><span lang="ES-BO" style="font-family: Garamond; font-size: 12pt;"><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Aedes_aegypti" title="Aedes aegypti"><span style="color: windowtext; text-decoration: none;">edes aegypti</span></a>, </span></i><span lang="ES-BO" style="font-family: Garamond; font-size: 12pt;">transmisor
del dengue<i>.</i> En su recuperación, Maxi escribió este
texto breve en el que saluda y despide a uno de sus ídolos, Mike Bernardo, sobresaliente
exponente del kickboxing y ramas afines y se pregunta por lo que se pregunta un
peleador.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCHY-BAQ0RxBYgq6qBpz3eslPq_s9g4GXz705I5lErNz2QX3ZcKQGKWrmFYsYMqcSS830wsXQdHAqLXls30czl6vOsmIv172zD6Fp9i7RQp6-IbQJv7GBxmiyfZqeq9Vb6wYeohLpDhuf8/s1600/Mike+Bernardo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCHY-BAQ0RxBYgq6qBpz3eslPq_s9g4GXz705I5lErNz2QX3ZcKQGKWrmFYsYMqcSS830wsXQdHAqLXls30czl6vOsmIv172zD6Fp9i7RQp6-IbQJv7GBxmiyfZqeq9Vb6wYeohLpDhuf8/s1600/Mike+Bernardo.jpg" />
</a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-BO" style="color: black; font-family: Garamond; font-size: 12pt;">Por Maximiliano Barrientos</span></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-BO" style="color: black; font-family: Garamond; font-size: 12pt;">a Mike Bernardo (1969-2012)</span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-BO" style="color: black; font-family: Garamond; font-size: 12pt;">Estaba
enfermo y escuchaba, insomne, la radio en el cuarto. El mundo estaba vacío en
esas horas. Un hombre, como todas las noches, trotaba alrededor de la cuadra.
Cerré los ojos e imaginé su corazón, un corazón distinto al mío, que latía con
rabia, con vitalidad. Las canciones eran viejas, pertenecían a la generación de mis padres. Todo lo que
quisimos decir estaba ahí, en esas letras directas y duras y sencillas. El
corredor y yo estábamos unidos por el mismo número de preguntas. Por los mismos
miedos. Por esos pequeños momentos de lucidez en los que descubrimos que nunca
volveremos a ciertas tardes de los años 90, pero igual buscamos como perros eso
que quedó diseminado en el aire. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-BO" style="color: black; font-family: Garamond; font-size: 12pt;"> Me envolví en una frazada y salí a
la calle. Esperaba verlo pero esa noche no tuve suerte. El corredor ya se
encontraba lejos. Me senté en la acera y vi la silueta de uno de mis vecinos
mirando televisión. Eran las dos o las tres de la mañana, tenía fiebre. La otra
noche no había podido dormir porque entre los delirios sentía que mis dedos
caerían a pedazos. Esa noche era más tranquila, el dengue había bajado la
velocidad, pero tenía el cuerpo empapado de sudor. Devoraba paracetamoles como
si fueran caramelos. Me gustaba la lentitud de mi cerebro. Todo ese espacio que
ocupaban los pensamientos, se movían lentamente echando luz, abriéndose paso
como camiones pesados. Estaba solo ahí y pude estar en cualquier otra parte del
mundo y hubiera significado lo mismo. Cargaba conmigo la pequeña radio que se
empecinaba en pasar canciones de José José. Hacía algunas semanas se había
suicidado Mike Bernardo, un peleador sudafricano que tuvo sus años de gloria en
K-1. Se había quitado la vida luego de una ardua lucha contra la depresión.
¿Los peleadores se matan? ¿Los peleadores en algún momento confunden el camino?
Hasta entonces pensaba que ellos, a diferencia de los escritores, tenían las
cosas más claras, pero Mike Bernardo había contradicho esta idea al quitarse la
vida en su residencia de </span><span lang="ES-BO" style="background: none repeat scroll 0% 0% white; color: black; font-family: Garamond; font-size: 12pt;">Muizenberg</span><span lang="ES-BO" style="color: black; font-family: Garamond; font-size: 12pt;">. Joe
Frazier también había muerto hacía unos meses, pero él, a diferencia de
Bernardo, perdió una pelea contra el cáncer hepático y no contra la vieja
tristeza, contra el zumbido en la cabeza. Mientras estaba afuera envuelto en
una frazada recordé una pelea emblemática que Bernardo tuvo con Andy Hug en
1996. Hug era otro que había muerto a causa de una leucemia a mediados de 2000,
esa noche estaba rodeado por peleadores muertos. Hug había perdido en otras
ocasiones contra Bernardo porque este era más fuerte, pero esa vez lo que hizo
Hug fue una de las cosas más inteligentes que he visto en un combate: lo
debilitó sistemáticamente atacándolo en la rodilla mala, hasta que Bernardo
simplemente se derrumbó y no pudo seguir. Esa noche, ardiendo en fiebre y
aguardando que pasara el corredor, pensaba en viejas peleas. Pensaba en lo que
hace un peleador cuando regresa a su casa después de perder o ganar. Pensaba en
esos primeros minutos a solas, en la ducha, cuando la adrenalina comienza a
bajar y el mundo real con todo su frío, con toda su bulla, con toda su
frivolidad entra en el cuerpo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/TZHxsalAhck?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe><span lang="ES-BO" style="color: black; font-family: Garamond; font-size: 12pt;"> </span></div>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-54407937303697376242012-05-01T20:20:00.001-07:002012-05-12T20:05:59.307-07:00Daniel Johnston x 2<br />
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Hola, cómo están. En esta casa somos fans de algunas cosas. Somos fans, por
ejemplo, de Daniel Johnston: compositor, ilustrador y leyenda viva. Artista de
culto, célebre psicótico, un friki de nuestro estilo. En este doble post (que marca,
al fin, nuestro retorno blogeril) dos a</span><i><span lang="ES" style="font-family: Georgia;">uteurs maison, </span></i><span lang="ES" style="font-family: Georgia;">doblemente afortunados<i>,</i> </span><span lang="ES" style="font-family: Georgia;">reseñan dos recientes conciertos
de Johnston en España: primero Liliana Colanzi nos cuenta su experiencia en
Madrid (La Casa Encendida)
y le saqueamos al suplemento cochala <a href="http://www.opinion.com.bo/opinion/ramona/2012/0429/suplementos.php?id=2945">La Ramona</a> </span><span lang="ES" style="font-family: Georgia;">este texto de Javier Rodríguez que
cuenta lo que presenció en Barcelona (Sala Bikini). Nos vemos pronto.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuonR1rxmIAmCqDO9z2_uV4PcMLMh_PUR2xNpF3PsfARNMZ4_Hpccv_3RMaJe-RMhmvOiu2qckNhvugBrYv1uqTSt1JihO4HqACMKunAJdnZN_ygQoWRRzC0l5wJYvBs8kaiZDXCqVOe-K/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuonR1rxmIAmCqDO9z2_uV4PcMLMh_PUR2xNpF3PsfARNMZ4_Hpccv_3RMaJe-RMhmvOiu2qckNhvugBrYv1uqTSt1JihO4HqACMKunAJdnZN_ygQoWRRzC0l5wJYvBs8kaiZDXCqVOe-K/s400/images.jpg" width="265" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPkVj7413evWOPOrIEs3ARXKwa-ZsIHyFG6A1V3EDERj3a3dlnNNoYzXuApEJbP-zKxJ7117jrm1fKbg15Cs8v4QqmKYY7xtgMHRswZBOdYE5j-tMx0y4UZuEsEQI3l0LTUxuLkrYnChBx/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: Georgia;">EL
PARQUE PSICÓTICO DE DANIEL JOHNSTON</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: Georgia;">por Liliana
Colanzi</span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Solo diré que, el verano antes de cumplir los
dieciocho años, atravesé una mala racha. Solo diré que mi cabeza estaba hecha
un lío, que una cosa llevó a la otra y que todo acabó con mis padres yendo a
buscarme a la Policía
Técnica Judicial en medio de la noche. Solo diré que terminé
con un diagnóstico que apuntaba a una forma leve de trastorno bipolar –la
ciclotimia— y la sugerencia de que debía tomar litio. “Lithium” era,
curiosamente, el tema de Nirvana que podría haber resumido mi adolescencia:
“Soy tan feliz porque hoy encontré a mis amigos: están en mi cabeza”. Aunque yo
no lo sabía por entonces, “Lithium” era también el desolado himno de una
generación que se quedó fuera de la fiesta durante los años del derroche
neoliberal. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">En fin: yo nunca tomé litio.
En cambio, guardé durante mucho tiempo una foto clásica de Kurt Cobain, aquella
en la que se enfrenta a la cámara con la mirada dolorosa y la mano levantada en
un gesto que, más que saludar, parecería estar intentando detener la avalancha
de la fama que lo llevaría a volarse la cabeza en 1994. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Pero lo que importa aquí no es
Cobain, icono de un periodo funesto que ha dejado trazos de una nostalgia
enfermiza en mi ADN. Lo que importa es lo que lleva puesto en esa foto el ídolo
del grunge: una camiseta con la imagen de una rana extraterrestre de largas
antenas y ojos candorosos que dice “Hi, How Are You”, firmada por un tal Daniel
Johnston, un artista –me enteraría con más de una década de retraso- a quien
Cobain admiraba.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Y aquí es donde debería haber
comenzado este relato. Porque la semana pasada, gracias a la generosidad de un
amigo que me consiguió uno de los 600 tickets que desaparecieron en cuestión de
un par de horas de la taquilla de La Casa Encendida, pude ver a Daniel Johnston en
concierto en Madrid. </span> </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Llegué a la obra de este
artista maniaco depresivo a través del fantástico y conmovedor documental de
Jeff Feuerzeig, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El diablo y Daniel
Johnston </i>(2005), ganador de un premio en el festival de Sundance y
responsable en buena medida de la renovada popularidad que ha gozado Johnston
en los últimos años. Después de tres décadas de frecuentar hospitales
psiquiátricos y de soñar con ser más famoso que Los Beatles, Johnston sigue
siendo el mismo niño-joven que a mediados de los ochenta incendió el circuito
musical underground de Austin (Texas) con la honestidad hiriente de sus
canciones, al mismo tiempo que lo aterrorizaba con sus excentricidades. Es
cierto que su fragilidad adolescente ha sido reemplazada por la enorme barriga
y los cabellos blancos y revueltos de un Papá Noel psicótico, pero nada ha
cambiado de la cruda inocencia, el desamparo, el horror diabólico y la belleza
infantil de su mundo de monstruos, superhéroes y amor no correspondido. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/2qtFPOxDMs4?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe><span lang="ES" style="font-family: Georgia;"> </span></div>
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Ver a Daniel Johnston en vivo
es una experiencia que angustia, emociona e inquieta por partes iguales, porque
el cantante parece estar siempre a punto de derrumbarse. Empieza la noche en
solitario con un apesadumbrado “Lost in My Infinite Memory” (“Los amo a todos,
pero me odio a mí mismo”), ayudándose con un cartapacio; este Peter Pan de 52
años es incapaz de recordar las letras de sus propias canciones. Le siguen las
desgarradoras y tragicómicas piezas de amor “Mask”<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>y “Fish”, que canta en gemidos, peleando con su guitarra y con la
mirada perdida ante un público todavía cohibido. Luego, para alivio de todos,
se le une el resto de la banda y vienen “Sweet Heart”, “Silly Love” (“He
llegado hasta aquí y esta vez lo voy a lograr/ Tengo el corazón roto y no
puedes romper un corazón que ya está roto”) y “Speeding Motorcycle”, todo un
himno de amor al rock y a la libertad interpretado desde la frontera de la
locura (“La carretera es nuestra/ Vamos un poco más rápido/ Porque no
necesitamos razón y no necesitamos lógica”). </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">El público finalmente se
relaja --ahora está claro que Johnston no va a estallar en llanto en el
escenario-- y le aplaude con una mezcla de fascinación y ternura. Johnston es
el niño impertinente o el loco entrañable que canta con la intensidad y la
frescura que ha perdido el mundo de los adultos. Desafina, se enreda con los cables del micrófono, confunde dos
veces la salida del escenario. El brazo izquierdo le tiembla como si hubiera
metido los dedos en el enchufe, pero la está pasando bien. Hay, por supuesto,
un alto componente de morbo en el espectáculo, y esto es algo que no se le
escapa a Daniel Johnston. “No tengo amigos/ excepto toda aquella gente/ que
quiere que les haga monerías/ como un mono en el zoológico”, cantaba allá por
1981, antes de que empezaran sus
tropiezos por los hospitales psiquiátricos. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwk_CJkqsJwUsyLbG2Azj4tI3Be8SuPmVHknTNSH4uM60zcoLpowICxZUO14WPdW6YLmeMBixkloKuhwQ2iKt5ag9jYLkPNMrmB1h3EigR8ZbWbM8CwL3e3U8exSZquSmLs_3zvp5Q-c1V/s1600/danieljostom.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwk_CJkqsJwUsyLbG2Azj4tI3Be8SuPmVHknTNSH4uM60zcoLpowICxZUO14WPdW6YLmeMBixkloKuhwQ2iKt5ag9jYLkPNMrmB1h3EigR8ZbWbM8CwL3e3U8exSZquSmLs_3zvp5Q-c1V/s320/danieljostom.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">El aura que le rodea a veces
impide recordar que la locura no tiene nada de glamoroso. A pesar de su
talento, la carrera de Johnston implosionó por causa de varios episodios
psicóticos, como el penosamente célebre incidente en el que, después de un
concierto en Austin, Johnston tiró por la ventanilla las llaves de la avioneta
que pilotaba su padre creyendo que se había convertido en el fantasma Gasparín;
se salvaron gracias a la pericia de su padre, un veterano de la Segunda Guerra
Mundial. Saboteó la mejor oferta laboral de su vida al negarse a firmar con
Elektra cuando se enteró de que se trataba del mismo sello que representaba a
Metallica, banda a la que consideraba satánica. Las 500 canciones que ha
compuesto para Laurie Allen –la chica a la que persiguió obsesivamente el año
que estudió en la universidad de Kent, y que nunca le correspondió— pueden entenderse
como un desmesurado tributo amoroso, pero también como una sofisticada versión
de la venganza: “Si no puedo ser un amante, seré una plaga”, anuncia Johnston
en “Grievances”. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">La muestra de sus dibujos, que
se inauguró en La Casa
Encendida dos días después del concierto, da cuenta del
tortuoso mundo interior del artista. Allí encontramos interpretaciones de sus
personajes favoritos de cómics como el capitán América (la personificación del
valor y la bondad) y el fantasma Gasparín (símbolo de pureza), junto a
creaciones propias que oscilan entre lo cómico, lo naif y lo siniestro: la rana
Jeremiah, (su marca registrada), el Villano (un monstruo de varios ojos que
parece una versión corrupta y adulta de la rana Jeremiah), el ojo alado
(metáfora de la muerte) y el mismísimo Demonio. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Kathy McCarthy, la cantante
con la que tuvo una fugaz relación en 1986, dijo que le tomó un par de semanas
darse cuenta de que había algo en Johnston “que no era ni angelical ni puro ni
infantil ni inocente ni hermoso”. En en el dibujo titulado “Bienvenido a la
entrada del infierno”, un hombre despierta en su cama para encontrar a una
gigantesca y amenazadora mujer desnuda, mientras el omnisciente Ojo de Satán
espía por la puerta; el Boxeador con el cráneo abierto y una tremenda erección
se enfrenta al Villano, sabiendo que va a salir derrotado. Y sin embargo, en
esa muestra también está un Daniel Johnston que no ha perdido el sentido del
humor a pesar de sus continuas excursiones por el lado oscuro. En “La verdadera
historia”, una ilustración de 1988, vemos a Gasparín cercado por las llamas. El
fantasma amistoso, ese que tiene un pie en el mundo de los vivos y otro en el
más allá, ha perdido la batalla contra el demonio. Pero incluso en sus momentos
finales no renuncia a su pureza. “Él sonreía en medio de su infierno personal”,
escribió Johnston sobre este dibujo, y pensé que no podría haber encontrado un
epitafio más acertado para sí mismo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Pero no matemos todavía a Daniel
Johnston. Ahora mismo está más vivo que nunca, de gira por España, mientras sus
dibujos se venden a través de su website y sus álbumes circulan en casetes
grabados artesanalmente. Canciones suyas han sido interpretadas por Teenage
Fanclub, Beck, Tom Waits y Mercury Rev, y bandas como The Flaming Lips,
Spiritualized, Sonic Youth y Yo La
Tengo le rinden tributo. Johnston vive medicado (toma grandes
cantidades de litio para contrarrestar el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">high
</i>que le producen la comida chatarra y las gaseosas), pero la lucidez de sus
canciones nos hace, cuando menos, cuestionar nuestra propia cordura. “A veces
no estoy seguro de que alguien tenga derecho a decir quién está loco y quién
no”, dice un personaje de Faulkner en esa bella y delirante novela que es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mientras agonizo</i>. “Es como si no
importara tanto lo que un tipo hace, sino la forma en que la mayoría de la
gente lo está mirando cuando lo hace”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: .5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Todo indica que Johnston no
será más famoso que Los Beatles, pero sus canciones les hablan al oído a
aquellos que han hecho de la inmadurez una trinchera y un espacio para la
creación sin filtros, a aquellos que ven en el arte –incluso, o especialmente,
en el de un loco— esa llama que se niega a consumirse (el concierto terminó con
la destemplada y certera “True <a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6716947465413379804" name="_GoBack"></a>Love Will Find You in The
End”). El universo de Johnston no se parece al salón claustrofóbico, solipsista
y desesperanzado que acabó con Kurt Cobain, sino más bien a un parque de
diversiones en el que la montaña rusa puede convertirse en cualquier momento en
la casa del terror. Y Daniel Johnston, como todo niño travieso, sigue dispuesto
a subirse una vez más a la rueda de la fortuna, aunque no baje con los brazos y
las piernas en los lugares correctos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/5ucN4DActxA?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe><b><span lang="ES" style="font-family: Georgia; font-size: 16pt;"> </span></b></div>
<div style="text-align: center;">
<br />
<div style="background-color: white;">
<b><span lang="ES" style="font-family: Georgia; font-size: 16pt;"><span style="color: blue;">Canciones de inocencia y experiencia</span> </span></b></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">por Javier Rodríguez Camacho</span></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;"> </span><span lang="ES" style="font-family: Georgia;"> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia; font-size: 12pt;">Estiras la cabeza sobre un mar de smartphones y
te quedas con dos imágenes. Una guitarra diseñada por un esquizofrénico, con el
clavijero incrustado donde debería estar la caja de resonancia, como si la
línea de montaje fuese una sandwichera y las últimas dos guitarras hubiesen
quedado adheridas, produciendo un instrumento tal vez inservible para un músico
ordinario, pero también uno de esos hermosos accidentes que nadie excepto la
naturaleza sabe explicar. La otra le será familiar a cualquiera que haya visto
“This is Spinal Tap”. Un músico despistado que intenta abandonar el escenario
por el lado equivocado, dando con una pared donde esperaba encontrar su
camerino. Así fue el concierto de Daniel Johnston el pasado 19 de abril, en la
sala “Bikini” de Barcelona. Un poco patético pero también único, conmovedor
aunque difícilmente la clase de experiencia que uno quisiera conservar en su
repisa de conciertos históricos. Un encuentro, en verdad inusual en estos
tiempos, con la expresión desnuda y original del alma humana; un vistazo
privilegiado al mundo interno del tan genial como desastrado Daniel Johnston.<br />
<br />
Hay varias formas de afrontar la obra de Johnston, quizás la más piadosa de
ellas sea la que lo ve como un niño grande, que disfruta mucho poder difundir
sus dibujos y canciones a pesar de sus problemas psicológicos. La alternativa
catastrófica no se corta al describir a Johnston como un freak al que explotan
los familiares más maquiavélicos del mundo. Lo concreto es que a pesar de que
se queja por sufrir el trajín trasatlántico y admitir que la pasa mal
enfrentando a tantos desconocidos solo sobre el escenario, no cabe duda de que
Johnson quiere hacer esto. El que conozca un poco la producción del norteamericano
sabe que este tiene mucho que decir, además de ser dueño de un talento que ni
los fármacos ni el trastorno bipolar, ni la edad o la religión, han conseguido
doblegar. Si existe la obligación de compartir con el mundo las creaciones de
uno de los compositores vivos más brillantes, a pesar de su estado de salud, o
si los grandes beneficiarios del negocio son los apoderados legales de
Johnston, es algo que no podemos determinar con certeza. Pero los dilemas
morales no vienen al caso. El asunto es comprar entradas antes de que se
agoten, ir a la sala temprano, hacer cola y aguantar a los teloneros con tal de
estar en primera fila. Y así lo hizo un público heterogéneo, en el que asomaban
hipsters, fanáticos reverentes (como una fan a la que le cambió la semana
enterarse a dos horas del show que tenía entrada a pesar del sold-out) y
curiosos de todo tipo.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://3.gvt0.com/vi/ep_2KA1z4mM/0.jpg" height="266" width="320"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/ep_2KA1z4mM&fs=1&source=uds" />
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<br />
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia; font-size: 12pt;">Si
algo sorprende en la última gira europea de Johnston en casi siete años (pasó
por Inglaterra un par de veces, pero desde 2005 no visitaba tantas plazas
continentales), es la falta de aspavientos. Ni una sola cancelación, abandono
repentino o colapso nervioso precedía el show en Barcelona. Daniel Johnston se
mostraba amable y en forma, arropado por una banda local y prodigando temas
clásicos, si no feliz por lo menos satisfecho. De hecho, así se lo ve los
primeros segundos que pisa el escenario, ovacionado mientras pelea por abrir
una botella de agua y acomoda su cancionero en un atril. Pero todo cambia de
repente, cuando abrazando una guitarra eléctrica tan peculiar que parece un
juguete diseñado por él mismo, comienza el mini-set solista con el que abre las
presentaciones de esta gira. Lo que tenemos frente a nosotros corta el aliento,
nadie jamás estuvo tan cerca de expresarse a través de un instrumento como
Johnston tocando “Lost in my infinite memory”. Claro, un compositor puede ser
mucho más eficiente al ensamblar sus ideas para que las interprete una
orquesta, pero hay mucho artificio y técnica mediando en ello. En cambio, las
manos de Johnston sobre el cuello de la guitarra, más que marcando los acordes,
rasguñándolos, apretando la guitarra de la forma en que pensaba le sacaría un
sonido que pudiese aproximarse a lo que tenía en su cabeza, dibujando con ese
tumulto el mismo dolor y emoción que se veían en su rostro… un psiquiatra
podría analizar esos gestos con la transparencia con la que interpreta los
garabatos de un niño que decide dibujar a su papá más grande que su mamá o
ponerle colmillos al sol. En un artista, esto es inapreciable.<br />
<br />
Si el poder que tiene la pureza de las canciones de Johnston a veces puede
llegar a abrumar, desarma tenerlo cantando a unos pasos. El californiano
tiembla tanto que no consigue acertar los acordes en la guitarra, se traba al
intentar tocar las cuerdas, cuesta creer que la esté pasando bien. Antes de que
termine la segunda canción uno piensa que nadie merece sufrir así en público,
que tampoco se puede disfrutar de esto como espectáculo. Por fortuna, y aunque
Daniel Johnston nunca ha sonado del todo bien cuando se lo mezcla con una banda
de rock al uso, alivia ver que un trío (guitarra, bajo y batería, más puntuales
aportes de teclado) lo acompañará el resto del concierto. Se nota que casi no
han ensayado juntos (hay momentos en los que la banda opaca las partes vocales,
obligando a Daniel a gritar), Johnston sigue temblando y se lo percibe
contrariado, pero interactúa con el público (responde a los “I love you”
imitando a Elvis, al fan que reclama por “Speeding motorcycle” le pide que
espere un poco, se sorprende por el nombre de la sala) y hasta confiesa
sentirse seguro con el respaldo de una banda. Es lo más parecido a un concierto
de rock que Daniel Johnston puede dar. Es también lo más cerca que estará de
cumplir su sueño de ser un músico famoso, tocando sus hits más celebrados para
un público devoto.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyRJvg6NEvxESL1VVOFjK2q7-msi84SDrQoP8kkZuFcnOnOqXa4BuArf5ur1CkoXw8_DYaOTs2gFS7JmzRV-P0hvmMTeunytQj9jCSTHG1vKbdrGux2dhhyphenhyphenfxPYNUJOON4Or_tSgHJQvLP/s1600/routine.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyRJvg6NEvxESL1VVOFjK2q7-msi84SDrQoP8kkZuFcnOnOqXa4BuArf5ur1CkoXw8_DYaOTs2gFS7JmzRV-P0hvmMTeunytQj9jCSTHG1vKbdrGux2dhhyphenhyphenfxPYNUJOON4Or_tSgHJQvLP/s320/routine.JPG" width="248" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Muy en la línea del guion “sin sobresaltos” de la
gira, el set rockero de Johnston se las ingenia para saludar lo mejor y más
conocido de su obra: “Casper the friendly ghost”, “Speeding motorcycle” y
“Devil town”, fijando la brújula en “Fear yourself” (2003), producido por Mark
Linkous –un tipo que, tal vez por sus propios problemas mentales, entendía bien
a Johnston– y lo mejor que ha funcionado el norteamericano con una banda de
respaldo. Es cierto que se pierde una dimensión al reducir a Johnston al rol de
vocalista, cosa dolorosamente notoria en una “True love will find you in the
end” que es cantada casi sin sentirse, sirviendo como bis y cierre del show. Un
poco como el Bob Dylan adulto que por ya no romper más las bolas accedía a
tocar “Like a rolling stone” a las patadas –aunque a Johnston se le perdona el
ya no querer (o poder) mirar ese viejo amor no correspondido hoy con la misma
intensidad que ayer. Pero el evocar canciones y emociones con nitidez no es lo
que hace único a Johnston. Su mérito está, por un lado, en tomar la cultura pop
norteamericana como material, aproximándose a lo que artistas como William
Eggleston y teóricos como Susan Sontag postularon en los setenta, con las armas
del comic under (aunque bañado de inocencia allí donde campeaba la perversión à
la Crumb). Pero
también en su dominio total de la canción pop como forma, al punto que
–obviando la distribución masiva y accesibilidad temática– su obra compite con
la de Leiber y Stoller, Doc Pomus o Holland, Dozier y Holland. Y para decir
esto no hace falta conjeturar, pensando “podría haber sido un Syd Barrett/Brian
Wilson”, pues los comics y casetes siguen ahí como testimonio de lo que
Johnston lleva décadas haciendo.<br />
<br />
Así cerró un concierto que dejó esa especie de sabor agridulce que poseen
muchas de las composiciones de Johnston. </span><span style="font-family: Georgia;">¿Cuál
es la diferencia entre “Only love can break your heart”, “I’ll never fall in
love again” o “You’ve got to hide your love away” y “Speeding motorcycle”? </span><span lang="ES" style="font-family: Georgia;">Sí, que la que mejores
metáforas usa es la que más lejos está del cancionero clásico. Pero también hay
que recordar que mientras Young, Bacharach o Lennon estaban procesando
conscientemente un sentimiento, Johnston lo exudaba. Esto para bien y para mal,
pues así como se permitía componer sin cortapisas formales o de estilo, también
se pasaba semanas encerrado mientras pensaba que sus vecinos eran vampiros de
verdad. Si el anti-folk se jugó por una estética lo-fi de forma explícita, el
amateurismo en Johnston está casado sin remedio con el contenido de su obra. Pasa
lo mismo con el calculado infantilismo de Jonathan Richman –por dar un
ejemplo–, que seguro no se queda “en personaje” cuando va al supermercado o
regaña a sus hijos. Con Johnston esa frontera no existe. Ahí reside el vértigo
de su obra.<br />
<br />
Hace algunas semanas Mario Vargas Llosa escribió un texto tan reaccionario como
sus opiniones políticas, en el que expresaba su preocupación por la aparente
fusión de la cultura y el entretenimiento. Es muy fácil ver que se trata de las
quejas de un señor mayor al que leer los tiempos ya no se le da como antes
(dicho en fácil, un viejo choto), pero acertaba al penalizar ciertos intentos
de hacer “arte” sin un sentido de la historia. Sin embargo, esa apología por
una heurística del arte, margina las innovaciones alienígenas de tipos como
Harry Partch, Wild Man Fischer o R. Stevie Moore. O del propio Daniel Johnston.
Claro que, así como podemos rastrear a los Beatles y a los Butthole Surfers en
el sonido de Johnston, también podemos discutir que lo suyo en rigor no es
entretenimiento. Tampoco se puede esconder el papel que juegan los problemas
psicológicos en su faceta creadora. ¿Cuánta distancia hay, al final, entre el
señor que se planta todos los días en una parada de metro para cantar arias a
un público invisible y el Johnston que no quiere jugar cartas con el diablo? La
inocencia y lo pop han sido sustituidos por una morbidez, por la proximidad de
la muerte, en las últimas composiciones del californiano, y viéndolo sufrir
sobre el escenario, es imposible no preguntarse si hay algo de explotación en
esto. Pero hay tan pocos compositores vivos capaces de encogerle a uno el
corazón con cosas como “The story of an artist”, que lo único que puedo decir,
para mitigar el sentimiento de culpa, es que no vuelvo a escuchar outsider
music. Bueno, por lo menos no en vivo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="font-family: Georgia;"></span><span lang="ES" style="font-family: Georgia;"></span></div>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-57686166951164237782012-04-10T06:38:00.002-07:002012-04-10T06:46:43.854-07:00Los mercaderes del Che y otras crónicas a ras del suelo - Prólogo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiwE9EYlV6V5iF08JQdceCuMaQESnOHkKt3yN4-wy6PTSMdKgE7Al-AGZYeoKNi_Hox2e1Nm6piAOz36Pz9n0eiZXWtfLfvKPUT4u-Mcui2Iz8n-uI7PHZibLqxKRdL_0utLmTGcYDHyK-/s1600/Losmercaderes.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </a><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES-TRAD">El jueves 12 de abril presentamos el segundo título de nuestra colección de no-ficción Nueva Crónica (nuestro décimo tercer libro) <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los mercaderes del Che y otras crónicas a ras del suelo</i> de Álex Ayala. Como adelanto co</span><span lang="ES-TRAD">mpartimos el prólogo escrito por el periodista Fernando Molina.</span></p> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiwE9EYlV6V5iF08JQdceCuMaQESnOHkKt3yN4-wy6PTSMdKgE7Al-AGZYeoKNi_Hox2e1Nm6piAOz36Pz9n0eiZXWtfLfvKPUT4u-Mcui2Iz8n-uI7PHZibLqxKRdL_0utLmTGcYDHyK-/s1600/Losmercaderes.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 244px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiwE9EYlV6V5iF08JQdceCuMaQESnOHkKt3yN4-wy6PTSMdKgE7Al-AGZYeoKNi_Hox2e1Nm6piAOz36Pz9n0eiZXWtfLfvKPUT4u-Mcui2Iz8n-uI7PHZibLqxKRdL_0utLmTGcYDHyK-/s400/Losmercaderes.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5729766430044480098" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align:center" align="center"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:20.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">El hombre con el contador Geiger</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES-TRAD">por Fernando Molina<br /></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES-TRAD">En los márgenes de toda “gran historia”, de esas historias que movilizan y dan utilidades a los medios nacionales e internacionales, una multitud de pequeños personajes queda efímeramente revelada por los reflectores. De la misma manera, si alguien muere de súbito, las personas que le hablaron poco antes de su muerte se tornan repentinamente interesantes. La casualidad las pone en situación de privilegio: próximas a aquello que los demás hubieran querido presenciar, o a lo que ya no es posible reconstituir sin su testimonio. Tienen, pues, <i style="mso-bidi-font-style:normal">algo que contar</i>, aunque sólo sea a los amigos o parientes congregados ante la mesa, a la hora del almuerzo, el domingo siguiente. “Me dijo que estaba a punto de volver a su casa; que iba apurado; veinte minutos después —todavía no lo creo— se estampillaba contra ese bus rojo que había frenado de golpe”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">En otros casos tienen que hablar con la policía. O incluso charlar con la prensa, ser “entrevistados”, salir en las noticias. Diariamente, múltiples “fuentes” son distraídas de su rutina cotidiana por periodistas de todo tipo. La mayoría de las veces el hecho que presenciaron no pasa de ser la noticia del día o, como máximo, de la semana. En otras ocasiones puede ser más importante, pero no como para sobrepasar un año: los medios siempre encontrarán algo nuevo en lo que interesarse. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">La permanencia, entonces, es tarea de los historiadores, pero éstos suelen concentrarse en el corazón de los sucesos. Es propio de su oficio comprimir la abundante información recogida por los periodistas de la boca de cientos de testigos, dentro de unos cuantos párrafos esclarecedores. E incluso cuando dedican un espacio más amplio a un solo acontecimiento, únicamente considerarán relevantes los testimonios —y a sus autores— en la medida en que iluminen este hecho, nada más. Para ellos lo que ocurre con los testigos, antes o después; cómo y cuánto el suceso llega a afectar sus vidas, siempre será algo sin importancia.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">También los periodistas pierden de vista rápidamente a sus informantes; los usan y<span style="mso-spacerun:yes"> </span>luego los dejan atrás, sin interesarse por quiénes eran ni por lo que pudo haber significado, en sus vidas, encontrarse con ellos.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">Nadie se ocupa, entonces —verdaderamente, quiero decir, y tratando de encontrar un valor propio en ellos—, de los hombres anónimos que casualmente quedan revestidos de interés público, lo que ocurre por cualquiera de los siguientes motivos: el contacto con un personaje de relevancia; la desgracia de verse envueltos en una revolución, una peste, etc.; el cumplimiento de algún pequeño papel dentro de un complot… </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span lang="ES-TRAD">¿Nadie?</span></i><span lang="ES-TRAD"> Hay algunos escritores, como el autor de este libro, que trabajan con estas “vidas minúsculas” (como las llamó el novelista francés Pierre Michon). Las vidas de seres anodinos que un día se enfrentan con la Historia o la notoriedad. De este cruce surge el mundo de Alex Ayala.<span style="mso-spacerun:yes"> </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">Es un mundo en el que las personas ordinarias hacen cosas extraordinarias (cuidar las gafas de una estatua, reinar en pueblos olvidados, convertir el haber conocido al Che en un oficio rentado).<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Es un mundo, también, en el que lo extraordinario irrumpe en lo ordinario y lo trastorna, al parecer para siempre. Sus habitantes se aferran de por vida a un único momento glorioso, aunque en realidad éste hubiera sido vivido por<i style="mso-bidi-font-style:normal"> otros</i>.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">De todos los cronistas que hoy laboran en el periodismo latinoamericano, Ayala es el especialista de pelo pajizo que llega al terreno provisto de un contador Geiger, para estudiar la estela de radiactividad que dejaron detrás los grandes acontecimientos. Este especialista trabaja solo, porque cuando arriba en un bus o un taxi al lugar de autos, ya todos se han ido de allí, persiguiendo el espejismo, siempre cambiante, del “estar al día”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">Ayala se consagra a los hechos después del Hecho, a la resaca que deja detrás cada gran ola de actualidad.<span style="mso-spacerun:yes"> </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">Con curiosidad y amor por los “pequeños”, con la mirada tierna del que siempre le da un segundo chance a la realidad, con una excelente prosa, Ayala convierte a los seres anodinos de los que se ocupa en verdaderos protagonistas de una historia: pues no lo son por un día ni aparecen únicamente en las notas de pie de página. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">Sus héroes son patéticos, pero por eso mismo entrañables. Ese su patetismo es la clave de su humanidad. Son los únicos héroes que vale la pena conocer personalmente: los “perdedores”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">Allí donde los periodistas y los historiadores no ven nada más que “fuentes” que saben algo, Ayala encuentra símbolos y significados dignos de descifrarse. Allí donde los demás acaban y olvidan, Ayala apenas comienza la travesía. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span lang="ES-TRAD">Y quien empieza allí, lejos, es por supuesto capaz de llevarnos adonde nunca antes habíamos estado.</span></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-24700057083475298332012-03-20T21:37:00.002-07:002012-03-20T21:50:02.243-07:00Click: el regreso de los profes vivientes<div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjCffziOg6jSTq7ez4nCHKn154sbMIJO2EIKB-w1ttMc5PTDxdFZuf5eN9FhFQtL84i1VPVxX2uiPuKbegnCaWoPSzFfmrfyDvr8Fsea6QeytG-pURA2BPXgGtVyv248m63rZ4P4NVsYvM/s1600/clickfinal.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> 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style="mso-bidi-font-style:normal">, la primera novela de Christian Vera (quien ganara en 2008 el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal con el libro de prosas </i>Ciudad Trilce<i style="mso-bidi-font-style:normal">) los dejamos con la primera reseña, publicada hace dos días en el suplemento Ideas de Página 7, perpetrada por otro profesor de literatura. Los esperamos mañana 21 de marzo en la presentación de </i>Click<i style="mso-bidi-font-style:normal"> (sala Luis Bazoberry, a hrs 19:30)</i></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjCffziOg6jSTq7ez4nCHKn154sbMIJO2EIKB-w1ttMc5PTDxdFZuf5eN9FhFQtL84i1VPVxX2uiPuKbegnCaWoPSzFfmrfyDvr8Fsea6QeytG-pURA2BPXgGtVyv248m63rZ4P4NVsYvM/s1600/clickfinal.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 248px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjCffziOg6jSTq7ez4nCHKn154sbMIJO2EIKB-w1ttMc5PTDxdFZuf5eN9FhFQtL84i1VPVxX2uiPuKbegnCaWoPSzFfmrfyDvr8Fsea6QeytG-pURA2BPXgGtVyv248m63rZ4P4NVsYvM/s400/clickfinal.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5722207469347549762" border="0" /></a></div><p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">por Antonio Vera </span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">De un tiempo a esta parte es posible percibir que desde distintas perspectivas, profesores, críticos y periodistas culturales se esfuerzan por proyectar una imagen de la literatura que no deje duda acerca de su valor social, de su trascendencia. Sobre todo ahora, en tiempos de discurso revolucionario, cuando está por implementarse (otra vez) un cambio radical en el sistema educativo. Cierta urgencia parece impulsarnos a convencer de que nuestro oficio debería tener un lugar destacado en la vida social y, por lo tanto, en los programas educativos. Así, se propone que la literatura es un instrumento humanista privilegiado, que permitiría a los estudiantes de colegio tener una visión del mundo amplia y compleja. Según esta idea, estar en contacto con la literatura haría que los niños y adolescentes se relacionen mejor con el mundo o, como nos gusta decir a los profesores, que sean “mejores personas”. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">Tengo la sensación de que estuviéramos intentando desesperadamente disfrazar de damita santa y recatada a una chica impúdica, provocadora y promiscua, que te lleva y te trae, te manipula, se apodera de ti, rompe con tu frágil mundo de certezas, usa lo poco que sirve de ti y luego se despide con una sonrisa perversa, dejándote maltrecho y feliz. Parece que quisiéramos presentarla en sociedad y quedar bien, pero nos angustia saber que eso es imposible.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">Creo que <i style="mso-bidi-font-style:normal">Click</i>, la primera novela de Christian Vera (Editorial El Cuervo, 2012), admite entre sus posibles lecturas ingresar a esta discusión, pues en el ruido remanente que escuchamos tras la trama, aparece la certeza de que la ficción literaria se hace potente sobre todo cuando se aleja de lo edificante, cuando se arma en los márgenes de lo intrascendente, y apuesta por introducir ruido, mucho ruido, a nuestras ingenuas verdades cotidianas.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;tab-stops:374.25pt"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD"></span><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">Click</span></i><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD"> no admite un resumen que no sea al mismo tiempo incompleto e impreciso. La historia comienza a las 7.53 de la mañana y termina a las 8.58. Un poco más de una hora en la que no ocurre casi nada y ocurre todo. Un insignificante recorrido y un hecho que transforma violentamente el mundo. Durante esa hora, un profesor de literatura camina: va rumbo al colegio, ingresa por el patio, entra a la sala de profesores, da una clase, se indispone, vuelve a su casa y click.<span style="mso-tab-count:1"> </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">Más un vórtice que una trama, la narración nos introduce al agujero negro de la inestable, perturbada y paranoica mente del profesor. Partiendo de ese recorrido lineal y monótono (la caminata desganada, los minutos implacables de la primera hora de la mañana), como si se ralentizara al máximo, durante ese puñado de minutos nos absorbe un denso y extraño mundo poblado de historias que se superponen.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">El colegio en el que trabaja el profesor de literatura fue antes una prisión, un hotel de lujo, un manicomio y una mansión presidencial. Es, por tanto, una vetusta casa, atacada por el musgo y en la que, sobre todo, se acumulan las historias. Está ubicado en lo alto de una colina y, como una típica casa de terror, está rodeada de un bosque en el que han ocurrido crímenes horrendos y por el que circulan presencias sobrenaturales. A ello hay que añadir que el profesor estudió en ese colegio y que su madre enseñó ahí. Es decir que, como apunta el narrador, está en el colegio desde que era un gameto.<br /></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">Ese es el escenario en el que transcurre el día a día del profesor y por ello <span style="font-style: italic;">Click</span> es una afilada navaja que nos corta el ojo por la mitad, perturbando notablemente nuestra mirada sobre la escuela, la institución escolar y, por supuesto, el oficio docente. De hecho, el principal nudo dramático de la novela tiene que ver con la falta de significado que amenaza a la rutina escolar. En ese sentido, la novela no quiere representar la vida de un colegio en particular, sino proponer una experiencia que cuestiona de raíz a ese largo rito de paso, ese interminable trámite por el que hemos pasado todos (y al que inexplicablemente algunos hemos vuelto). </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">Como lo ha señalado el autor, la visión del profesor que protagoniza <i style="mso-bidi-font-style:normal">Click</i> parece el rebrote contemporáneo de la chispeante amargura verbal que Carlos Medinaceli despliega en sus cartas cuando habla de la labor docente, de los profesores, de la educación boliviana, de su desesperado instinto de fuga que lo llevaba a perderse en los valles potosinos, amando la soledad, el campo y el singani. El profe de <i style="mso-bidi-font-style:normal">Click</i> confronta al lector con un escenario escolar en el que las tradicionales certezas docentes se han podrido, han dejado de ser significativas, se han convertido en un engranaje más de una máquina cruel que funciona sola y no sirve para nada.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">En <i style="mso-bidi-font-style:normal">Click</i> esa máquina se llama La Isla, y la ciudad donde está el colegio, La Faz. En el fantasmal contexto de la historia del profe, encontramos algunas resonancias familiares: una ciudad violenta, un país en el cual se intenta escenificar un gran proceso revolucionario, un lugar del cual es difícil salir, donde las grandes convulsiones sociales se disuelven en la nada de la rutina. En La Isla todos quieren pensar en cambios estructurales, todos quieren hablar de asuntos trascendentes. La Historia con mayúsculas, los grandes paradigmas. El profesor, en cambio, transita por la sombra, se encierra, no se compra la ilusión de cambiar. Consciente de su intrascendencia, intransigente en su furia, imagina que lo único que puede redimirlo es acelerar violentamente el caos. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">No es casual que <i style="mso-bidi-font-style:normal">Click</i> no presuma de ser una trama cuidadosamente entretejida, con piezas que van calzando a la perfección para armar un preciso mecanismo narrativo lleno de acción e ideas interesantes. Y que su apuesta narrativa sea, más bien, un opresivo recorrido circular por una mente atravesada por el delirio, por historias que aparecen y desaparecen como impulsos eléctricos. No es casual que en el mundo referencial del protagonista encontremos series de TV protagonizadas por nerds solipsistas, películas de George Romero, cumbias de Gilda, o canciones de Radiohead. Y que la novela renuncie a contar grandes historias, a interpretar un momento histórico, a retratar una generación. Es que en su escritura <i style="mso-bidi-font-style:normal">Click</i> apuesta por desmarcarse de las grandes pretensiones históricas, de los delirios de trascendencia que tanto han obcecado a nuestros literatos.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt" lang="ES-TRAD">El momento que más disfruto de la novela ocurre cuando el profesor ingresa al aula e intenta dar una clase. Hay un caos que se va calmando poco a poco. Luego, una ronda de intervenciones. Los alumnos son un rejunte previsible de estereotipos: el rebelde, el introvertido, el hablador, la corchita, la reflexiva. Algunos hablan pero nadie se escucha. Ninguno puede concentrarse. Sin plan previo, el profesor anota palabras inconexas en la pizarra: Borges, Mierda, Sexo, Fútbol, profesora Berta, Mejor película del 2011: Súper 8. No hay conexión posible, pero los alumnos participan, hablan, se divierten, le piden al profe que invente historias. Algo comienza a moverse, las palabras de pronto circulan. Al parecer, la única manera de sobrellevar el sinsentido institucional es hacer click. Y ello puede ser también una experiencia de goce.</span></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-4668306792790662832012-01-13T12:52:00.000-08:002012-01-13T13:02:48.491-08:00VARIACIONES SOBRE UNA EXPOSICION BOOTLEG<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg-IYz4qcjckrk8mZsn24ERd8EpfqsopzE8Pb1DVL55YXo19LcFCtsvxkY9LtR4NfZEUvIc6jMUx62epv0SoE4gJXor6kLBqI1UG6Z6QlslpUPwnrIc-BG2DF51oxtUnEwMYfT1aOO4Hmz/s1600/y1pm590gHqdi3enOjNbMjpZ4JmsUn7OPwLgsV39kOYDnVeOrANi0t8pjUL7LhJeJdNowQuFxVZFh_s.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--></a><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Puesto que por estos lares el año empieza de verdad luego de carnaval, continuamos con nuestra serie sobre discos de 1991. Esta vez con un disco (pirata) de 1971: como ustedes, sabemos que las fechas son relativas e intercambiables. Además el disco es de un artista que no es santo de devoción de esta maquina, sentimental y que se cuelga, que postea esto, aunque el respeto está intacto (tal vez los fans de Silvio Rodríguez sean el problema). Los dejamos con este trabajo detectivesco sobre un puñado de canciones urgentes, íntimas y preciadas.</span> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg-IYz4qcjckrk8mZsn24ERd8EpfqsopzE8Pb1DVL55YXo19LcFCtsvxkY9LtR4NfZEUvIc6jMUx62epv0SoE4gJXor6kLBqI1UG6Z6QlslpUPwnrIc-BG2DF51oxtUnEwMYfT1aOO4Hmz/s1600/y1pm590gHqdi3enOjNbMjpZ4JmsUn7OPwLgsV39kOYDnVeOrANi0t8pjUL7LhJeJdNowQuFxVZFh_s.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 391px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg-IYz4qcjckrk8mZsn24ERd8EpfqsopzE8Pb1DVL55YXo19LcFCtsvxkY9LtR4NfZEUvIc6jMUx62epv0SoE4gJXor6kLBqI1UG6Z6QlslpUPwnrIc-BG2DF51oxtUnEwMYfT1aOO4Hmz/s400/y1pm590gHqdi3enOjNbMjpZ4JmsUn7OPwLgsV39kOYDnVeOrANi0t8pjUL7LhJeJdNowQuFxVZFh_s.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5697222600362494642" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Por Juan González</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Intro: Ahora que de todo han pasado veinte años</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Una frase tímida para tirar del ovillo del hilo del habla: “Oleo de mujer con sombrero”, de Silvio Rodríguez, es la mejor canción jamás escrita en lengua española (en la era del sonido grabado). Ejem. Hace ya unas cuantas décadas que vengo bromeando con esa provocación. Una frase como esta, al ser indemostrable, adquiere <i style="mso-bidi-font-style:normal">per se</i> visos de irrefutable, sobre todo después del quinto Campos de Solanas. Lo curioso es que, de un tiempo a esta parte, me he empezado a tomar la bromita en serio. Cosas del ponerse viejo. Se sabe, los individuos, como las sociedades, padecen una irresistible tendencia a monumentalizar su propio pasado. El caso es que a todos los vociferantes rockerines que salíamos del colegio a mediados de los ochenta nos fue fácil engancharnos con el sonido de Silvio cuando empezamos a conseguir sus primeros discos. Estos habían sido editados, en su mayoría, en los setenta, pero, por las dictaduras y todo eso, por acá empezamos a conocerlos, editados por Heriba, con todas las canciones atrozmente mutiladas, a partir del despertar democrático del continente. (Despertar que, además, propició la primera visita de la Nueva Trova a Sudamérica --incluyendo, cosa de no creer, Bolivia: Santa Cruz, Cochabamba, Huanuni y Siglo XX). “Oleo de mujer con sombrero” estaba en uno de esos discos. Si venías de Dylan, de Neil Young, de Zeppelin, de Yes, de los Beatles, de Spinetta, de PorSuiGieco, de Caetano, etc, era fácil entrar a/en Silvio Rodríguez. Más que fácil, era inevitable; además, no había nada más <i style="mso-bidi-font-style:normal">cool</i> que el consumo conspicuo de artefactos culturales oleados por la izquierda (¿Quién mató al último psicobolche?). Pero había una diferencia con este tal Silvio Rodríguez. Y se manifestaba en instancias como esta: </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Una mujer con sombrero </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Como un cuadro del viejo Chagall </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Corrompiéndose al centro del miedo </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Y yo, que no soy bueno, </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Me puse a llorar </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Pero entonces lloraba por mí </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Y ahora lloro por verla morir.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Belleza en estado sólido. Palabras que se apoya(ba)n levemente en el sonido de una guitarra de sonoridad <i style="mso-bidi-font-style: normal">unheimliche</i> para hacer estallar las posibilidades del lenguaje, ya que, como apunta Attali, la música de una canción actúa como el inconsciente de la letra. No había mucha gente cantando cosas así en aquellos días. (Tampoco hoy).</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">No recuerdo ahora qué fue lo que entendí, o creí haber entendido, al descubrir esta canción. Tampoco estoy seguro cuándo fue que la escuché por primera vez. Tiene que haber sido en una de esas cintas TDK de 90 minutos tan socorridas <i style="mso-bidi-font-style:normal">in illo tempore</i>. Cintas que llegaban con poca o ninguna información, que pasaban de mano en mano acumulando “fritura” con cada copia. Estoy seguro, en cambio, de que me aprendí la letra casi al instante. Con su dylanismo bien procesado, la melodía de esta canción también tiene lo suyo. Son cinco estrofas, de seis líneas cada una. Estrofas de idéntica estructura musical. No hay estribillo, no hay repetición de frases. Pisándole los talones al texto, la música de “Oleo” no progresa, constituyendo una de esas “metáforas armónicas” analizadas por la musicóloga japonesa Noriko Manabe en su estudio <i style="mso-bidi-font-style:normal">Lovers and Rulers</i>. </span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri">Manabe, tras estudiar 165 canciones oficiales y cerca de 500 inéditas, afirma: <span style="color:black">“<span style="letter-spacing:.1pt">The harmonies and melodies in Rodríguez’s songs contribute to the narrative of the text, not only by painting specific words with harmonic surprise, but also by providing musical metaphors. These devices, which often occur in pairs, include multipartite structures of songs, where one key represents one emotion or point of view, and another key, usually a relative or parallel major or minor, representing an opposite emotion or viewpoint. Rodríguez contrasts chromatic passages, modal mixture, and unresolved dominants, which often convey uncertainty, against diatonic passages of unambiguous tonality to depict truth or certainty. His most overtly political songs are often the simplest harmonically, lacking the harmonic turbulence of his more personal songs”.</span></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">A tal punto “Oleo” resiste al desarrollo, a toda narración posible, que uno puede intercambiar las estrofas como se le antoje y la canción seguirá ahí, incólume, invicta, dando vueltas y vueltas en torno a su hermética obsesión, como “un perro ladrando a la luna, con otra figura que recuerda a mí”. Eso sí, el comienzo de esta canción, como aquel famoso anatema, es uno e indiviso. No puede haber otro: “Una mujer se ha perdido conocer el delirio y el polvo, se ha perdido esta bella locura, su breve cintura debajo de mí, se ha perdido mi forma de amar, se ha perdido mi huella en su mar”… En términos de insolencia creativa, la frase que abre “Oleo” es, en nuestro idioma, el equivalente directo de aquel otro comienzo impecable: “Ain’t it just like the night to play tricks when you are tryin’ to be so quiet?”. Un umbral, un pórtico, una mojada de oreja, una conminación a seguir escuchando. Así nomás. Es que lo que es, es, y es por eso que es lo que es.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Decía Nick Hornby, hace unos años, que “Like a rolling stone” era una canción perfecta. Pero que ya no sonaba “fresca” en el siglo XXI. El sonido de ese teclado sesentista, por ejplo, la fija demasiado a su época, quita “frescura” a la <i style="mso-bidi-font-style:normal">perfecta</i> imbricación simbiótica de letra y música. “Oleo”, en cambio, me parece a salvo de esos males. Está interpretada solo con voz y guitarra criolla. Y su melodía no ha sido nunca epifenómeno de algún producto (o “movimiento”) de moda. Ya lo sentenció Tom Waits en la sensacional entrevista con Zollo: “La música está demasiado sujeta a las modas, envejece demasiado rápido. Las letras, en cambio, están a salvo de los dictados de la época. Hay un sonido de los 40, otro de los 70, otro de los 80, pero las letras no se clasifican así”. Por supuesto que el tío Tom no se equivoca. En Chicago hay un Museo del Hip Hop desde 2002. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Por esas y otras razones, me gusta pensar que “Oleo” ha sido escrita al margen del tiempo, en estado de gracia, en un rapto epifánico. Se puede detestar a este cantante, se puede sentir ganas de vomitar de solo oír que alguien menciona su nombre o pone alguno de sus discos, pero basta escuchar “Oleo de mujer con sombrero” con un mínimo de atención para ser visitados por la certidumbre de que Silvio Rodríguez la bajó de entre las nubes de un saque, sin trabajarla (no había nada que retocar/ajustar), sin haberla buscado. “Oleo” vino a buscarlo a<span style="mso-spacerun:yes"> </span>él, no hay otra explicación.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">En el verano de 1991, ya nada de la producción del cubano podía sorprenderme. Había escuchado todos los vinilos al derecho y al revés y empezaba a distanciarme de sus discos más recientes (cuando “lo cubano” con mucho caño y percusión y “azuquita” empieza a tomar más presencia en sus canciones). Fue entonces que un amigo volvió de Chile trayendo una cinta “no oficial”. Lo que hoy llamamos un <i style="mso-bidi-font-style:normal">bootleg</i>. Era una cinta que había salido a la venta ese año (entre los mercachifles <i style="mso-bidi-font-style:normal">artesas</i> del Paseo Ahumada, no en las disquerías), con material totalmente “nuevo” e incluso con nivel de grabación bastante potable. Se trataba de un concierto que Silvio Rodríguez habría grabado en/para una radio chilena en 1971. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">¡1971! ¿Pero qué hacía este hombre dando conciertos en el exterior, en 1971, si aún no había publicado siquiera su primer disco? (En 1971, Rodríguez tenía 25 años). Por esos días, aquello que luego se daría en llamar “Nueva Trova” estaba a unos cuantos años de empezar a gestarse, si bien Rodríguez ya trabajaba con nada menos que el maestro Leo Brouwer haciendo música para las primeras pelis producidas tras el triunfo de la revolución. Pero todo ello es/era lo de menos. En 1991, a veinte años de haber sido grabado este recital, todavía mantenía intacta la sorpresa: el insólito bloque de cuatro canciones colectivamente denominado “Tetralogía de Mujer con Sombrero”. Esto es, en su orden de ejecución, las canciones: “Apología de mujer con sombrero”, “Oleo de mujer con sombrero”, “Detalle de mujer con sombrero” y, finalmente, “Mujer sin sombrero”. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Veinte años después de aquella tarde de verano de 1991, ese recital sigue circulando en <i style="mso-bidi-font-style:normal">bootlegs</i> (lo que equivale a decir que sigue acumulando equívocos –como que fue grabado en 1972, por ejplo), aunque es posible conseguir versiones masterizadas, gracias a los desvelos de ciertos fans muy dedicados. La mitad de las canciones contenidas en este recital jamás ha sido publicada en un disco oficial. Hasta donde es posible saber ciertas cosas, la “Tetra”, como suelen llamarla los “silviólogos” (esas pintorescas almitas obsesivas y diligentes como solo pueden serlo los “saenzeanos” o los “terranovistas”), se interpretó en su totalidad, como obra conceptual, solamente en aquella única y acaso secreta ocasión. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">La irrupción de la Tetralogía denuncia que oír “Oleo de mujer con sombrero” separada de su contexto matriz es una experiencia inconclusa, mutilada. Así, para poder acercarnos al misterio exquisito de esa canción, se hace necesario afinar la oreja y dedicarle una escucha muy atenta a ese mural de cuatro canciones (mejor aún, a todo ese recital) que anda por ahí casi clandestino, circulando de mano amiga en mano amiga, tal y como me llegó a mí hace veinte años.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><a href="http://www.youtube.com/watch?v=pgo71qR8nN8&feature=related"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"><iframe src="http://www.youtube.com/embed/pgo71qR8nN8" allowfullscreen="" width="420" frameborder="0" height="315"></iframe></span></b></a><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Nota</span></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:9.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;mso-line-height-alt:9.75pt"><span style="font-size:12.0pt; mso-bidi-font-family:Calibri;color:#111111;mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language: ES" lang="ES-AR">+ Si hay alguien interesado en este disco, aquí lo tiene: </span><a href="http://www.mediafire.com/?0qm522209wk1ux2"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES-AR; mso-fareast-language:ES" lang="ES-AR">http://www.mediafire.com/?0qm522209wk1ux2</span></a><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:#111111; mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language:ES" lang="ES-AR"></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;mso-line-height-alt:9.75pt"><span style="font-size: 12pt; color: rgb(17, 17, 17);" lang="ES-AR"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><b style=""><span style="font-size: 12pt; color: rgb(17, 17, 17);" lang="ES-AR">2</span></b></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;mso-line-height-alt:9.75pt"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;mso-line-height-alt:9.75pt"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:#111111; mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language:ES" lang="ES-AR">¿En una radio chilena?</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Al escuchar las canciones de ese recital hoy perdemos de vista que fueron compuestas por un jovencito de poco más de veinte años. Un joven acosado por el furor desenfrenado de la inspiración, pero, también, inexperto, inmaduro, </span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">ávido de mundo. Un joven que puede decir “Soy enemigo de mí y soy amigo de lo que he soñado que soy, y es que nací mucho antes y aún soy lo mismo que fui” (en “Detalle de mujer con sombrero”) sin darse cuenta, tal vez, de todo lo que el lenguaje está comunicando a través de él</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES" lang="ES">. Por obra del efecto “Kafka y sus precursores”, escuchamos estas canciones a la sombra del prestigio del autor de “Por quien merece amor” y “Sueño con serpientes” como si hubiesen sido compuestas por la misma persona. Y al hacerlo, al caer en esa trampa sutil,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>nos perdemos de ver a la Tetralogía en su radical singularidad.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Ante el continuo silencio de SR no solo respecto a la Tetralogía sino a su fascinante y sin par (al menos en el orbe de la música en nuestra lengua) corpus de canciones inéditas en general, no queda otra que apelar a las versiones y a los rumores más insistentes de la mitología silviológica. Así, daremos por bueno y cierto (<i style="mso-bidi-font-style:normal">si non é vero</i>…) que disponemos de estas composiciones gracias a la grabación que Silvio hiciera <i style="mso-bidi-font-style:normal">para</i> una radio chilena. Por los comentarios que he leído en ciertos sitios de Internet (como el sitio oficial de SR, entre otros), entiendo que esta grabación se realiza a fines de 1970 (¿en Cuba?) <span style="mso-spacerun:yes"> </span>y es lanzada al aire en Chile al año siguiente. Así lo registra el mp3 de mejor calidad en circulación, bajo el penoso título</span><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"> de</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES" lang="ES-AR"> </span><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES" lang="ES">Silvio habla y canta en vivo</span></i><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">. </span></b><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES" lang="ES">De acuerdo a esta grabación, por lo demás, el orden de canciones de aquel recital es: 1, 2, 3, 4: <i style="mso-bidi-font-style:normal">Tetralogía de Mujer con sombrero</i>; 5: “Emilia”; 6: “Debo partirme en dos”; 7: “Blanco”; 8: “Aunque no esté de moda”; 9: “Los testimonios”; 10: “Ojalá”; 11: “Esta canción”; 12: “Resumen de noticias”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Si bien lo primero que se oye en esta grabación son los acordes de introducción a “Apología”, en la pausa que precede a la interpretación de la segunda canción se oye a Silvio presentar el más que probable debut público de “Oleo”: “La segunda canción… Que les voy a cantar… De la tetralogía… Se titula ‘Oleo de mujer con sombrero’”. A primera impresión, resulta un poco descuidado que Silvio elija empezar el recital precisamente con esta extensa pieza, este mural en cuatro partes (cerca de quince minutos entre las cuatro canciones). No estoy seguro de que hoy haya audiencia capaz de asimilar algo así en un recital, de entrada, en ayunas, sin red. Por esos días, muy pocos (casi nadie), estaban haciendo música tan arriesgada, tan poco complaciente a los gustos pasteurizados. Sí, sí, sí, por esos días, Spinetta estaba grabando “A esos hombres tristes”, pero tenía a su lado nada menos que a los musicotes de Almendra, aunque estaba a casi cinco años de “Cantata de puentes amarillos”. Ahora bien, la “Cantata” es la única creación que puede salirle al frente a la <i style="mso-bidi-font-style:normal">Tetralogía</i>, en complejidad, en exigencia, en arrebato estético, en dignidad artística. Sin embargo, hay un detalle a favor del cubano: la Tetralogía dura tres veces más que la “Cantata” del Flaco. (En este caso, las pruebas cantan: Silvio la tiene más larga).</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">No sé si antes de que esa cinta se lance al aire en Chile, se pudo escuchar el recital en Cuba. O si es que SR cantó estas canciones en público antes de grabarlas para la radio chilena (la grabación en sí no tiene público: no hay aplausos, tampoco ruidos. Silvio está un poco dicharachero y un mucho nervioso; presenta con voz vacilante todas las canciones (menos la primera), nombrándolas por título, antes de interpretarlas, pero lo hace para un coro de fantasmas –en un par de ocasiones pareciera que consulta con algún técnico de grabación). Me llama la atención este gesto exorbitante. ¿Qué pensaba? ¿Cómo se le ocurrió empezar el recital con la Tetralogía? Resulta evidente al oído atento que este recital se graba, digámoslo así, sin respirar. De un saque. Pum, pum, pum, una canción tras otra. SR se planta ante ese micrófono como si en ello se le fuese la vida. Me parece que aquel joven SR tenía urgencia de soltar esas canciones, de deshacerse de ellas de una buena vez, de quitárselas de encima. Que no le importaba mucho cómo ni dónde se las fuese a escuchar. Lo importante para él era escupirlas, vomitarlas. Ya no las soportaba dentro de sí.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Dicho esto, entro ya (¡al fin!) en materia. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><a name="_GoBack"></a><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;color:#111111;mso-ansi-language: ES-AR;mso-fareast-language:ES" lang="ES-AR">3</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;color:#111111;mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language:ES" lang="ES-AR">Lo más terrible se aprende enseguida</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; color:#111111;mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language:ES" lang="ES-AR">En numerosas oportunidades, SR ha afirmado que al momento de publicar su disco debut (<i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="mso-bidi-font-weight:bold">Días y flores</span></i>, 1975), él llevaba ya más de diez años componiendo canciones, y que ese disco era una suerte de “muestrario” de sus exploraciones artísticas juveniles. No está nada mal como mito de origen. Y grabaciones como este recital <i style="mso-bidi-font-style:normal">para una radio chilena</i> apuntalan la veracidad de la afirmación. Hay que decir, además, que Silvio Rodríguez nace en un pueblito rural, San Antonio de los Baños. Que su madre, al volverse a casar tras divorciarse del padre de SR, se muda con su nueva familia a La Habana cuando Silvio tiene cerca de quince años. Que el estallido revolucionario ocurre por esos años. Que Rodríguez ingresa al servicio militar tan pronto cumple diecisiete años y que es allí, en el “cuartel”, donde aprende a tocar guitarra y, casi al mismo tiempo, descubre que eso de componer canciones se le da bastante bien. Y que a poco de “desmovilizarse”, mientras se conecta con los poetas jóvenes de entonces, se “empata” con su primera novia, una chica llamada Emilia Sánchez (el libro <i style="mso-bidi-font-style:normal">Que levante la mano la guitarra</i>, de Casaus y Nogueras, ofrece toda esta información -- lo que intentaré desarrollar en adelante sería ininteligible sin esta data). A partir de allí, muchas cosas ocurren muy rápidamente: la censura revolucionaria pone a Rodríguez entre la espada y la pared, acusándolo de extranjerizante y contra-revolucionario y, por eso, a manera de impartirle una maestría acelerada en re-educación ideológica, en septiembre de 1969 lo meten a un barco de pesca, bajo vigilancia de algunos pesados para evitar que se suicide o se escape en algún puerto, con el fin expreso de hacerlo entrar en razón, que se corte esos pelos de maricón (en el documental titulado <i style="mso-bidi-font-style:normal">Hombres sobre cubierta</i>, Rodríguez comenta que en esos años, para los jerarcas, tener el pelo largo y ser rockero equivalía ser homosexual), se deje un poco de joder con sus gustos anglófilos y comulgue con la razón de estado imperante. Rodríguez, pasado de anfetaminas, tal vez, se pierde en ese barco durante más de cuatro meses, al cabo de los cuales vuelve con un manojo de canciones, que puede conservar gracias a que un amigo funcionario (fan -como Silvio- de la Electric Light Orchestra) le regala una grabadora portátil y unas rudimentarias cintas. El diario creador de ese viaje se puede seguir minuciosamente en el libro <i style="mso-bidi-font-style:normal">Canciones de Mar</i>. Allí aparecen, muy fresquitas, las letras y fechas de composición de varias de las canciones del recital que motiva estas palabras (así, al presentar la sexta canción, SR comenta: “La próxima canción que les voy a cantar… Se llama “Debo partirme en dos”… Esta es una canción que hice… Cuando me encontraba… Viajando a bordo de un barco de la flota cubana de pesca… Por los mares de África… Pescando… <i style="mso-bidi-font-style:normal">Hace algunos meses</i>”). </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; color:#111111;mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language:ES" lang="ES-AR">Lo que no cuenta <i style="mso-bidi-font-style:normal">Canciones de mar</i> es que al momento de salir de viaje en el barco pesquero, las cosas entre Emilia y Silvio no andaban nada bien y que la ruptura entre ellos se consuma cuando Rodríguez vuelve a tierra firme: Emilia rompe con Silvio y, para más inri, se va de La Habana y lo deja ahí, mirando crecer las manchas de humedad en el techo, mientras los sabuesos del régimen le pisaban los talones. En fin, que no eran días fáciles para el joven SR. La canción que cierra este recital para una radio chilena, “Resumen de noticias”, da buenas pistas sobre el omnímodo malestar que acosa a ese jovencillo revoltoso por esos días. “Pero, pobre de mí, no he estado con los presos de su propia cabeza acomodada, no he estado con los que ríen con sólo media risa, los delimitadores de las primaveras”, afirma, enunciando cada palabra como si la masticara, para rematar en abierto desafío: “Se debe subrayar la importante tarea de los perseguidores de cualquier nacimiento. Si alguien que me escucha se viera retratado, sépase que se hace con ese destino, buenas noches amigos y enemigos”. Y si esta “Resumen de noticias” es una buena canción para indagar los ánimos de Rodríguez respecto a la <i style="mso-bidi-font-style: normal">intelligentsia</i> cubana de entonces, en lo que hace a su historia con Emilia, sin embargo, el mejor documento, el más desesperado, el más extremo, el más hermético, el más fascinante, es, sin duda, el recital de la <i style="mso-bidi-font-style:normal">Tetralogía</i><i style="mso-bidi-font-style:normal"> de mujer con sombrero</i>. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">No sabemos por qué acaba la historia de amor de Silvio con aquella chica. No sé si importa saberlo. La vida privada de Silvio me interesa tanto como a él le interesa la mía. El caso es que este recital, y en especial las canciones mencionadas, (nos) cuenta(n) una historia particularmente interesante. Una historia escondida, paranoica. Sea como fuere que haya ocurrido el recital, su eje ostensible lo constituye la Tetralogía. Vale decir, el exorcismo del fantasma de esa muchacha llamada Emilia. Un exorcismo parcialmente logrado al escribir las canciones en el buque pesquero, en el mar (“se ha perdido mi huella en su mar”), pero que para completar la ordalía necesita que esas canciones sean interpretadas: que encuentren una audiencia: que salgan al encuentro del Otro. Así, tan pronto concluye la Tetralogía, como quinta canción de este recital tenemos “Emilia”. Lo cual sugiere, a los gritos, que, como los tres mosqueteros que eran en realidad cuatro, la tetralogía es, en verdad (y por lo menos), una pentalogía (adelanto una conjetura: SR aísla “Emilia” de la Tetralogía porque no puede suprimir ese nombre propio, porque todavía necesita decirlo, o no puede dejar de decirlo {por algo es que entre las plegarias/maldiciones que enumera “Ojalá”, escuchamos: “Ojalá que tu nombre se le olvide a esta voz” y que en “Oleo” aluda a ella diciendo: “Una mujer <i style="mso-bidi-font-style:normal">innombrable</i>, huye como una gaviota y yo rápido seco mis botas, blasfemo una nota y apago el reloj”. Así, “Emilia” es el suplemento de la Tetralogía, su <i style="mso-bidi-font-style:normal">schibboleth</i>). Pero el desborde no acaba ahí. En este recital tenemos, además, “Ojalá”, “Blanco” y hasta “Aunque no esté de moda”. Canciones que son escritas en la misma época y que están atravesadas por el mismo espanto, el mismo desamparo --la misma mujer.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">La suma de “Ojalá”, “Emilia”, “Blanco” y la Tetralogía dibuja un laberinto de emociones entrecruzadas/irresueltas que se complican e iluminan unas a otras sin solución de continuidad. Espejos astillados reflejando espejos distorsionantes, constelación de islotes temáticos perversa y tortuosamente interrelacionados, estas canciones se citan unas u otras, velada o abiertamente, configurando en el oyente una suerte de hipertexto, haciendo resbalar las previsibles cristalizaciones de sentido. A menudo, pensamientos o ideas que aparecen como flashes en una canción de la Tetralogía, se complementan, se relativizan, se niegan, se revierten o se agravan en las otras canciones, las que son “externas” al cuarteto en cuestión (esto ocurre tan a menudo que a ratos me da por pensar que Silvio compuso todas estas canciones <i style="mso-bidi-font-style:normal">al mismo tiempo</i>, escribiendo una frase de una canción en una hoja, luego una frase de otra canción en otra hoja, etc, etc). Ejemplos al vuelo: en “Apología”, oímos: “que el <i style="mso-bidi-font-style:normal">ridículo</i> acabe implacable conmigo” y en “Emilia”: “qué <i style="mso-bidi-font-style: normal">ridículas</i> mis cartas, qué <i style="mso-bidi-font-style:normal">ridículas</i> las sombras de mis sueños”; “y <i style="mso-bidi-font-style:normal">yo</i>, de <i style="mso-bidi-font-style:normal">perro</i> fiel, lo transformo en canción”, nos dice en “Apología”, mientras que en “Oleo” tenemos: “veo a un <i style="mso-bidi-font-style:normal">perro</i> ladrando a la luna con una figura que recuerda a <i style="mso-bidi-font-style:normal">mí</i>”; aún más interesante es, en estas mismas dos canciones, el motivo de la cobardía: “yo también quisiera suponer que la <i style="mso-bidi-font-style:normal">cobardía</i> no existió (“Apología”), frase que se recupera, ampliada, en forma de comentario, en: “la <i style="mso-bidi-font-style:normal">cobardía</i> es asunto de los hombres, no de los amantes” (“Oleo”);<span style="mso-spacerun:yes"> </span>si en “Blanco”, Silvio se describe como una “tumba ambulante”, en “Mujer sin sombrero” confiesa que su amor es “como una tumba”; en “Apología” se oye la admonición: “no te asusten los puentes que caigan al mar”, mientras que en “Oleo”, a ese catálogo de cosas que se han perdido junto a la mujer con sombrero se añade “mi huella en su mar”. Y así. Pero de todas las contaminaciones, la más llamativa, tal vez, ocurre cuando, desbordado por el lenguaje y el despecho, en el clímax de “Apología”, el pórtico de la Tetralogía, el joven SR se deja llevar por la revancha simbólica que provee una enumeración de maldiciones a quemarropa y escupe frases como: </span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">“Ojalá que contigo se acabe el amor”, “Ojalá hayas matado mi última hambre”, </span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES" lang="ES">etc. Pero la rabia y el deseo de revancha no se agotan allí. Al concluir el ciclo de cuatro canciones que define la Tetralogía, vemos que Silvio no ha logrado liberar toda esa turbia energía emocional, que le sigue faltando aire. Así es que retomando el impulso con que abre la Tetralogía, a manera de variaciones paranoicas sobre una frase, nos da esa hoy ultra-trajinada canción que se abre diciendo “Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan” y que sigue al pie del mantra anafórico “ojalá” vomitando maldiciones del taco de: “Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta”, “Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo”, “Ojalá, por lo menos, que te lleve la muerte”, etc (luego, al publicar la canción en disco, este frase será cambiada: “Ojalá, por lo menos, que<b style="mso-bidi-font-weight: normal"> </b><i style="mso-bidi-font-style:normal">me</i> lleve la muerte”). Es otro debut, por supuesto. Y Rodríguez la presenta como la décima canción del recital diciendo: “La próxima canción… Que les voy a cantar… Ahora… Si me dejan coger un airecito… Porque estoy muy cansado… ¿Qué canto?… ‘Ojalá’… ‘Ojalá’”. Y si en esta canción, SR manifiesta su anhelo de que “Ojalá que no pueda tocarte ni en canciones”, el recital de 1971 desmiente ese oscuro deseo minuciosamente, ya que ese jovencito sobrepasado por el despecho se la pasa metiéndole mano a esta Emilia en canción tras canción tras canción.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Y, por supuesto, está el motivo del sombrero. </span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Es extraño que la mención al sombrero sólo aparezca en los títulos de las canciones que integran la Tetralogía. Que sólo aparezca <i style="mso-bidi-font-style:normal">en la cabeza de las canciones</i>, podríamos decir. Y que al interior de ellas no encontremos nada más que aquella famosa referencia de “Oleo”: “una mujer con sombrero, como un cuadro del viejo Chagall”; aquella otra de “Apología”: “</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language:ES" lang="ES-AR">se supone que eres el sombrero de una fiesta, de esos de cartón, para la ocasión”, y casi imperceptiblemente en la verbosa catarata de “Mujer sin sombrero”, cuando oímos: “hay un amor de laberintos, más complicados que un sombrero”. </span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ES" lang="ES">En la melancolía amorosa, <span style="color:black">cada verbalización es un combate interno que libra el sujeto consigo mismo. Como enseña cierto método peligroso, por el habla el sujeto vuelve a vivir la experiencia vivida con el objeto perdido. Es un combate entre el deseo de que la escena amorosa vuelva a ocurrir y el deseo de liberarse de aquello. Una lucha que se lleva a cabo <span style="mso-bidi-font-style:italic">pieza por pieza</span>: fragmento por fragmento, representación por representación, palabra por palabra. El sujeto necesita contar cosas vividas con su objeto amoroso, interminablemente. Cae en un delirio del discurso. La libido queda introvertida a la fantasía. El sujeto se abisma en s</span></span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language:ES" lang="ES-AR">í</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES"> mismo, recuerda, piensa, revive, reconstruye y al mismo tiempo aniquila, censura, discrimina, filtra. A veces con dolor, a veces con placer, pero siempre obsesivamente, en torno a algo que ya no es real pero que lo fue. Es más: ese algo fue todo lo real. </span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Ajustando cuentas con sus fantasmas, <i style="mso-bidi-font-style:normal">salando las heridas</i>, Silvio cierra su Tetralogía marinado, gratinado y “rostizado” en dolor y con un hilo de voz, reconociendo, antes un coro de fantasmas, ante quien quiera oírlo, que: “mi amor no ha sido tan tremendo, ni tan ancho, ni tan bello, ni tan triste, ni tan sabio, ni tan solo, ni tan loco, ni tan todo, ni tan nada… Pero canta”. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Pero canta</span></i><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES" lang="ES">: necesita cantarse, decirse de toda forma posible. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Ser exorcizado. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">En suma, digamos, hacerse recital para una radio chilena.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">4</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">De un tiempo horriblemente hermoso</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="mso-margin-top-alt:auto;mso-margin-bottom-alt:auto; text-align:justify;line-height:18.0pt;mso-outline-level:4;background:white"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language: ES" lang="ES">En el libro <i style="mso-bidi-font-style:normal">Memoria trovada de una revolución</i>, Joseba Sanz deja caer una duda muy razonable. Refiriéndose a la canción que abre la Tetralogía, dice: “No sé quién le puso <i style="mso-bidi-font-style: normal">Apología</i>”. Ha lugar esa observación. Ante la precariedad, no somos pocos los resignados a aceptar ese título<span style="color:black">. En su website oficial, SR llama a la Tetralogía “Exposición de mujer con sombrero” y comenta: “Las cuatro canciones que conforman esta Exposición… fueron compuestas en 1970 ―en menos de una semana― y comparten una misma motivación: la de una historia de amor que se canta de principio a fin. (…) Los textos aparecen según el orden que ocupan en la tetralogía”. Y allí “Apología de mujer con sombrero” no aparece con ese nombre, sino como “Dibujo de mujer con sombrero”. ¿De dónde salió eso de “Apología”?</span></span><span style="font-size:9.0pt; font-family:Tahoma;color:#3B77B5;mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES"><span style="mso-spacerun:yes"> </span>“Apología” es una palabra ilustre. Remite a uno de los documentos fundacionales de la cultura occidental: la <i style="mso-bidi-font-style:normal">Apología</i><i style="mso-bidi-font-style:normal"> de Sócrates</i>, por Platón. Además, en inglés, “apology” equivale a “disculpa” y “to apologize”, al verbo “disculpar” (se me ocurre que es un detalle a tenerse en cuenta). Dado el ambiente de la Tetralogía, no deja de ser llamativo que Silvio inicie su letanía despechada con un gesto de apariencia caballerosa: una <i style="mso-bidi-font-style:normal">nominal </i>defensa de -y pedido de disculpas a- la mujer con sombrero. Más curioso es que, según vemos mejor conforme se desarrolla la Tetralogía, quien incesantemente juzga y acusa (y condena y hasta castiga) a esa mujer sea el mismísimo Silvio (esto es, aquel que dice “yo” en las canciones). </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Y con ese gesto inicial, ambiguo a más no poder, una de las características esenciales de la Tetralogía es puesta en marcha desde el vamos: juego de contrarios, ambigüedad, polivalencia, inestabilidad emocional, verborragia desbordada: “</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Oh, mujer, no te culpes, la culpa es un juego de azar, nadie sabe lo malo que puede ser riendo, ni lo cruel que pudiera salir un regalo… No te asustes del día que va a terminar, no te asustes de mi carcajada final”, exclama el joven Silvio en las últimas líneas de “Apología de mujer con sombrero”, cerrando su presunta defensa/disculpa con frases de doble filo que lo mismo sirven para un bordado que para un zurcido. </span><span style="font-size:12.0pt;line-height: 115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Después de todo, es este mismo iracundo jovencito despechado el que -en “Blanco”- no tiene ningún problema en afirmar: “El no te espera, mujer, para hacer el amor, más bien la guerra es lo que quiere hacer”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">El amor es, esencialmente, un fenómeno del discurso, un código cultural: los animales no aman. Ocurre que el amor está todo en el lenguaje. <i style="mso-bidi-font-style:normal">Es</i> lenguaje. Es código. Por ello, al invadirnos, al tomarnos de rehenes, necesita “decirse”. “Quiero que todo el mundo sepa que te amo”, se dicen los enamorados uno al otro, sobrepasados por el peso del lenguaje amoroso, abrumados por una carga de lenguaje que se hace cuerpo más allá de sus cuerpos. Lo mismo ocurre en el desamor. Como no podía ser de otra manera, ya que el desamor es el amor visto desde de la orilla opuesta. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Si aceptamos que llamamos amor al intento de atravesar el impenetrable abismo del deseo del otro, escuchemos cómo “traduce” Silvio esta travesía del deseo: “Yo no vine a ti, viniste tú, yo no te esperaba y te besé”, le reprocha -al comienzo de “Apología”- a su interlocutora fantasma, a Emilia. La canción “Aunque no esté de moda” (la octava del recital) se abre de modo idéntico, casi con las mismas palabras: “Voy de mí hacia ti, voy de ti hacia mí, quiero hacerte un regalo viejo”. Ese <i style="mso-bidi-font-style:normal">regalo viejo</i> es tan viejo como el mundo. Y a menudo es un regalo troyano: Inexorablemente hundido en los juegos de espejos, en “Apología”, canción insignia del desamor, Silvio nos dirá que aquel “regalo” se le “rompió enseguida”, como un sombrero “de esos de cartón”. Veamos:</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Rodríguez abre la Tetralogía diciendo<b style="mso-bidi-font-weight:normal">:</b></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Yo no vine a ti, viniste tú...<br />yo no te <i style="mso-bidi-font-style:normal">esperaba</i> y te besé<br />se supone que debo callar<br />se supone que debo reír<br />se supone que no debo protestar.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Suposiciones que SR procederá a negar sistemáticamente. Poco más adelante, lo oímos decir: </span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Oh, mujer, si supieras lo breve que entraba la luz<br />en la casa de un niño, en un alto edificio<br />y que era la hora <i style="mso-bidi-font-style:normal">esperada</i> del día<br />no me hubieras besado en el hombro una vez.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Esta estrofa es seguida por una muy similar, en que SR enfatiza algunos detalles:</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Oh, mujer, si supieras lo breve que entraba <i style="mso-bidi-font-style: normal">esa</i> luz<br />en una casa que se llamaba la noche<br />en una casa en la que no había más puertas<br />que la de la razón de aquel niño sin fe.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language: ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Como sabemos, esa mujer a la que le habla SR se llama Emilia. Y es evidente que ese niño al que alude el narrador de la canción es aquel Silvio que fuera pareja de Emilia (Como da fe “Blanco”, SR tiene, entonces, cerca de 25 años: “con veintipico de fechas respalda su sana elección, con veintipico de muertes su amor”). Y he aquí una de las anomalías no sólo de esta canción, o de toda la Tetralogía en su conjunto, sino de todo el ciclo de canciones para/desde/sobre/hacia/contra Emilia.<i style="mso-bidi-font-style: normal"> </i>Esta Emilia no nombrada por su nombre en toda la Tetralogía es, con todas las letras, “mujer”. Silvio, en cambio, es “un niño”. Un niño que vive “en un alto edificio”, en una “casa sin luz”: “un niño sin fe”. (Llama la atención que en una canción no incluida en este recital, también inédita y compuesta en el mismo período, al recordar la diferencia de edad entre ella y él, SR diga que esos cuatro años que Emilia le lleva son “cuatro ruinas sin fe”. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language: ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Silvio ha hablado de Emilia en varias entrevistas. En numerosas ocasiones. Y sin embargo, cada vez que se le ha preguntado sobre ella y sobre la relación que tuvieron, y que él ha querido responder al acoso, Silvio ha dicho lo mismo --y casi con las mismas palabras: “Ella (Emilia) me enseñó todo, desde Vallejo hasta Dylan. Yo acababa de salir del servicio militar, ella era mucho más evolucionada que yo”. Cómo no creerle, ¿verdad? Cómo no creerle, si en “Apología”/”Dibujo”, al analizar retrospectivamente su historia de amor, él la ve a ella como mujer plena mientras se ve a sí mismo como un niño. Por lo demás, la <i style="mso-bidi-font-style:normal">elección </i>de una palabra como “evolucionada” es un abierto jocheo a los zumbones petos de la conjetura.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language: ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Pero hay aún otra anomalía. Tanto más llamativa, más inquietante: la posición <i style="mso-bidi-font-style:normal">pasiva</i> que Silvio asume en esta figura amorosa. O mejor dicho: la posición pasiva, de espera indolente, que Silvio <i style="mso-bidi-font-style:normal">recuerda</i> (o peor aún: <i style="mso-bidi-font-style:normal">descubre</i>) haber asumido durante su relación con Emilia. La posición pasiva que se le hace consciente a Silvio en ese momento de claridad luego del amor (necesariamente luego del amor). </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language: ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Como hemos visto, “Apología” se abre con la acusación, camuflada de remembranza romántica: “Yo no vine a ti, viniste tú”. Curiosamente, esta imagen inicial desaparece durante el desarrollo de la canción, dando paso a otras urgencias, pero vuelve a nosotros, con toda su crudeza, con toda su luz anómala, en “Blanco”. </span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Ahora está sin salir,<br />casi nadie merece su amor<br />pero saldrá <i style="mso-bidi-font-style:normal">cuando vayas<br />por él</i>.<br /><br />Ahora te <i style="mso-bidi-font-style:normal">espera</i> en su tumba<br />ambulante, llena de color,<br />hasta de que tú la deshagas<br />de amor.<br /> <br /> </span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Líneas más abajo, SR insiste y añade:</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Ahora te <i style="mso-bidi-font-style:normal">espera</i> de noche en su cuarto<br />hasta que quieras entrar y salvarlo<br />de lo que nunca ha elegido<br />y <i style="mso-bidi-font-style:normal">arrastra</i> con él.<br /><br />Tú, que de un beso lo configuraste,<br />tú, que le echaste más blanco y lloraste,<br />eres la vieja navaja que <i style="mso-bidi-font-style:normal">espera</i><br />su piel.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">(Todas las cursivas las introduzco yo, claro)</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language: ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Me parece que se ve claramente la anomalía que menciono. Si no supiésemos que estos textos son de SR, si los hubiésemos descubierto por ahí, sin mayores referencias autorales, pensaríamos que han sido escritos por alguna adolescente despechada. He ahí la anomalía: Silvio es quien <i style="mso-bidi-font-style:normal">espera</i>, él es quien aguarda la iniciativa de su pareja, de la mujer. Ella es quien debe ir a buscarlo, ella quien lo va a “salvar”: peor aún, si ella no va por él “nadie merece” el amor de aquel “niño”. Mientras “el niño”, espera y no hace nada más que esperar, ella toma todas las iniciativas: ella “entra” por él, ella le echa más blanco, ella lo “configura”; ella es, en suma, esa “navaja” que “espera” la piel del “niño”. Este jovenzuelo neurótico, reprimido, paralizado, espera que la redención le llegue de la mano de la mujer, y añora que esta poderosa mujer-mesías sea quien, con su amor, “deshaga” la “tumba ambulante” del “niño sin fe”. Y nótese que él incluso espera que esta redención le sea llevada a su casa (“Te espera de noche en su cuarto hasta que quieras entrar y salvarlo”). Y, ya que estamos, ¿qué podrá ser eso que el “niño sin fe” declara no haber elegido nunca y “arrastra con él”? </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Solamente en la ruptura las relaciones amorosas muestran su verdad: se vuelve los ojos a determinados episodios y se los ve en lo que son/fueron, a salvo del velo del encantamiento y/o la calentura. Al llegar a su fin, la historia de amor pierde esa inestable condición de inminente salto al futuro que es su esencia: se vuelve un destino cumplido: queda quieta, fijada, ya no habrá nada por venir. A partir de la ruptura, toda la verdad de la relación amorosa queda atrás, en el pasado. Si el amor es ciego, la ruptura es el despertar, por eso el desamor puede ser luminoso y cegador. Así empezamos a entender de dónde sale tanta rabia en estas canciones. No es tanto contra Emilia, contra ella en sí misma. No. Es contra ese espejo perverso que ella obligó a Silvio a mirar para reconocerse y confrontarse, para elegirse sujeto y ensamblar su entonces dispersa subjetividad. “No te culpes, mujer, la culpa es un juego de azar”, dice SR en “Apología”, con aire perdonavidas. Pero luego, en la canción “Acerca de los padres” (otra <i style="mso-bidi-font-style:normal">inédita</i> de la misma época, no incluida en este recital), SR aconsejará: “Si eres mujer, no pidas ni agua, el odio te sigue inevitable cama a cama”. Sí, ese mismo odio turbio y caótico que vemos a Silvio destilar a manos llenas en la Tetralogía y sus aledaños.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Barthes:</span></i><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES"> </span></b><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">“Históricamente, el discurso de la ausencia lo pronuncia la Mujer: la Mujer es sedentaria, pasiva; el Hombre es cazador, viajero, activo; la Mujer es fiel, espera; el Hombre es predador, merodea, deambula. Es la Mujer quien da forma a la ausencia, quien elabora su ficción en la casa, puesto que tiene tiempo para ello: teje y canta. Se sigue de todo esto que en todo hombre que <i style="mso-bidi-font-style:normal">dice </i>la ausencia de una mujer,<i style="mso-bidi-font-style:normal"> lo femenino</i> se declara: este hombre que <i style="mso-bidi-font-style:normal">espera</i> y que <i style="mso-bidi-font-style: normal">sufre</i> está milagrosamente <i style="mso-bidi-font-style:normal">feminizado</i>. Un hombre no está feminizado porque sea un invertido, sino porque está enamorado”. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Y ahora escuchemos a Silvio, el amante feminizado, en “Blanco”, otra vez:</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Quiere decirle a cada vecino<br />que salga de sus miserables paredes,<br />que tome la vida de ustedes,<br />que no haya escondrijos.<br />Y <i style="mso-bidi-font-style:normal">espera </i>que vayas por él.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES"> </span><img 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Necesitaba ese nombre para no atenuar en ningún momento la inquietante irrealidad del personaje y, por tanto, de la historia a contar”.)</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Como mero sonido, la palabra ‘Emilia’ no rima con casi nada. <i style="mso-bidi-font-style: normal">Casi</i> nada. Solamente con “familia”. Y Silvio se niega a oír ese eco y no usa la rima. Como veremos más adelante, era imposible que en aquel Silvio las nociones de “Emilia” y “familia” pudiesen concordar: justamente ahí, en esa imposibilidad, está el germen del nudo traumático que este ciclo de canciones intenta desentrañar. Una canción de la soledad, del no hallar uno su lugar en el mundo, es una canción en la que necesariamente no puede haber rimas (la rima como encuentro de significantes en su pura sonoridad). “Emilia”, obviamente, no las tiene. La canción presenta ecos internos (la frase “qué bien te recuerdo llorando” reverbera al cierre de las estrofas 1 y 2; y “llorando” se repite al cierre, cuando oímos “Que no te convenza llorando”). Pero repetición de fonemas no es rima. Todo lo contrario: repetición comporta monomanía, mientras que rima comporta invención, encuentro inesperado; repetición es idea fija, rima es aventura, abandono de la ilusión monarca del yo y salto hacia lo otro. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">“Emilia” es el sonido que abre la canción y el que lo cierra (y le da nombre). La primera modulación de ese nombre, en la apertura, es tímida, vacilante, insegura, como transida de culpas (pasadas y por venir). La ultima enunciación, que cierra la canción y la tetralogía + bonus track, es un aullido, un llamado desesperado, un signo de pregunta abierto al infinito. Como tenía que ser, dado que el discurso todo de “Emilia” fluye bajo una serie de preguntas del narrador/cantante hacia/contra aquel fantasma ubicuo.<span style="mso-spacerun:yes"> </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">En la primera frase de la canción, Silvio dice que lee “con buena voz” las ruinas de Emilia. Y reconoce que esas ruinas “tienen puertas, como tú”. Con esa frase queda demarcado el tono general de la canción: no será una evocación en tono sepia, sino una (otra más) recriminación (como si las cuatro canciones inmediatamente anteriores no hubiesen sido suficientes). Más adelante, escuchamos: “¿Qué resaca nos llevó al <i style="mso-bidi-font-style:normal">silencio</i>, a recordar?”. En el <i style="mso-bidi-font-style:normal">setting</i> de la canción, imaginamos que SR hace esa pregunta mientras lee esas <i style="mso-bidi-font-style:normal">ruinas</i>. Pero resuena el eco de una estrofa del núcleo climático de la canción anterior del recital, la que da cierre a la Tetralogía (“Mujer sin sombrero”): “Siempre se hizo <i style="mso-bidi-font-style:normal">silencio</i>, un gran silencio, nadie ocupó tu silla, tu canción. Hay que salvar esos <i style="mso-bidi-font-style:normal">recuerdos</i> de todo lo que fue ruin, hay que salvar esos recuerdos para salvarte a ti”. En “Emilia”, pues, SR intenta hablar después de la borrachera de la Tetralogía, hundido en lo <i style="mso-bidi-font-style:normal">ruin</i> que gobierna las <i style="mso-bidi-font-style:normal">ruinas</i> del desamor, después del <i style="mso-bidi-font-style:normal">desarreglo general</i> de los sentidos, de la confusión de roles generada por Emilia. Por eso, tal vez, la frase más rica de esta canción sea “¿Qué dirá tu instinto cuando escuche esta canción y que dirás tú que te acercas a la máxima distancia entre nosotros?”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Escuchen cómo presenta la canción en el recital para la radio chilena: “Bueno, la próxima canción es una de mis canciones preferidas… su <i style="mso-bidi-font-style: normal">nombre</i> es Emilia”. Su <i style="mso-bidi-font-style:normal">nombre</i>, dice: es un <i style="mso-bidi-font-style:normal">lapsus</i> notable, ya que él quiso decir “su<i style="mso-bidi-font-style:normal"> título</i>” (pero dice lo que dice, ¿no? Y en el fondo, eso es lo que <i style="mso-bidi-font-style:normal">quiso</i> decir: y así, una vez más, “ojalá que <i style="mso-bidi-font-style:normal">tu nombre</i> se le olvide a <i style="mso-bidi-font-style:normal">esta voz</i>”). “Emilia, has ido, junto con cada canción… como un signo inevitable”. ¿Un <i style="mso-bidi-font-style:normal">signo inevitable</i>?<span style="mso-spacerun:yes"> </span>¿No será el <i style="mso-bidi-font-style: normal">signo</i> de <i style="mso-bidi-font-style:normal">cada canción</i> de la tetralogía, que acaba de cantar?, ¿un <i style="mso-bidi-font-style:normal">sombrero</i>, tal vez? <span style="mso-spacerun:yes"> </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">En las anomalías del discurso del amante, reside la verdad anómala del discurso del amor. Y, sobre todo, la verdad del discurso del duelo amoroso. Pasa que d</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">urante el proceso de duelo retorna una y otra vez la pregunta por la naturaleza del objeto perdido. ¿Se lo tuvo realmente? Como le pasa al protagonista de esta tetralogía, el sujeto sumido en la melancolía amorosa desconoce qué es lo que realmente perdió (“Emilia, has ido… como un signo inevitable”, “Una mujer se ha perdido conocer el delirio y el polvo”). Aparece un discurso insistente caracterizado por la queja acerca de sí mismo (“qué ridículas mis cartas”, “veo un perro ladrando a la luna con una figura que recuerda a mí”). Un delirio del habla. El sujeto organiza un discurso plagado de certezas y revelador de intimidades (“Hicimos el amor en la ventana y el vecino de enfrente se quejó. Eso no lo sabías, no lo dije”, “Te quiero salvar de tu desnudez, en pleno centro de mi soledad”). Una parte del yo se encarga de maltratar a la otra; la cuestiona, tomándola como objeto, y la martiriza (“Se supone que eres un regalo que se me rompió enseguida y ahora, nada, lo de siempre”; “Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan, para que no las puedas convertir en cristal”). El yo es modificado por la identificación con el objeto perdido pero resiste la modificación, resiste a aceptar que ya no tiene al objeto. Martiriza al objeto que lo abandonó pero se lacera a sí mismo, porque ese objeto quedó inscripto en lo más hondo (“El ridículo acaba implacable conmigo y yo, de perro fiel, lo transformo en canción”, “Hay que salvar esos recuerdos de todo lo que fue ruin, hay que salvar esos recuerdos para salvarte a ti”). </span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language: ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Si en “Blanco”, SR traslada la carga de la canción a un “él” (el “niño sin fe”), para eludir la responsabilidad de narrar ese conflicto en primera persona (como hace en toda la Tetralogía), toda la canción “Emilia” está estructurada como un diálogo, en tiempo presente, con una Emilia que, como sabemos, no sólo ya no está allí (fija en los circuitos del deseo), sino que ha rechazado a Silvio y se ha marchado a otra ciudad. A pesar de ese ligero desperfecto en el plano de lo real, Silvio sigue hablando con ella, en presente, a través de la fantasía. Habla con ella, la atosiga con preguntas: “Qué dirá tu instinto…?”, “¿Quién conoce que un soldado moribundo te cantaba…?”, “¿Qué resaca nos llevó al silencio, a recordar…?”. Convenientemente, ella no responde. No tiene ya nada que decir(le a SR). No tiene ya palabra. Ella, justamente ella, que apenas ayer fue “sonrisa perfecta” y “palabra precisa”. </span><span style="font-size:12.0pt;line-height: 115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">En toda canción desamorada de SR siempre hallamos menciones al cuerpo de la pareja. Pero en “Emilia” no hay ninguna alusión sexual y en toda la Tetralogía, en general, éstas son mínimas y ambiguas.</span><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"> En “Emilia” no hay pelo, ni risa, ni ojos, ni boca, ni manos, ni sabores recónditos, ninguno de los tópicos, en fin, de la poesía amatoria/celebratoria. Abundan, en cambio, menciones a objetos incidentales, referidos al paisaje, a la atmósfera de la relación amorosa, digamos, como Byron, Vallejo, el cine. Hay cartas, hay puertas, hay selva, hay cisnes. Hay “voz”. Pero no es la voz de ella, ya que ni eso le deja el despechado: la voz que se menciona es la voz de Silvio al leer las ruinas de la chica, o de la historia de él con la chica. “Tus ruinas, las leí con buena voz”, dice este joven Silvio, con muy mala voz</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Muchos años después, en un breve concierto para el show de Verónica Castro, ¿en 1991?, Silvio desempolva “Emilia” e introduce un ligero cambio en la frase “Que no te convenza llorando”, que en el recital de la Tetralogía es cantada sino como un grito de dolor, bajo inminencia de llanto. El cambio consiste en sustituir ese “convenza” por un “sorprenda”. Casi veinte años después, nuevamente en el extranjero, Silvio hurga en sus baúles, rescata “Emilia” y le pone un parche, la edita, digamos, con fe de erratas adjunta. Que tanto tiempo después él vaya y “corrija” ese indiscreto “convenza” por el más calculado “sorprenda” llama la atención (a una canción, además, que no ha tenido difusión masiva, que sigue siendo inédita, que sólo la conoce él y tres delirantes). Si de toda la canción, SR retoca solamente ese verbo, esa confesión excesiva, es que algo le molesta en esa palabra. Algo que se le “escapó” al grabar aquella otra versión. “Que no te <i style="mso-bidi-font-style:normal">convenza</i> llorando” dibuja en la imaginación del oyente a este Silvio jovencito, pelilargo, esmirriado, abrazado a las piernas de Emilia, suplicándole que no lo deje (bueno, si hay algo que la Tetralogía no tiene es mesura). “Sorprenda”, por otra parte, cambia el sujeto de la oración, pero sobre todo crea una escena distinta: con “sorprenda”, Silvio se instala en situación de poder, e instantáneamente la frase en cuestión pasa a ser una admonición leve, incluso adquiere resonancias de amenaza. Con ese leve retoque, quien llora en aquella escena recreada en el show de la tele es la chica, pero en el recital para la radio chilena quien llora es Silvio. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">La escena femenina del llanto había aparecido, como bien sabemos, al cierre de “Oleo de mujer con sombrero”: “pero entonces lloraba por mí y ahora lloro por verla morir”. “Oleo” está dicha desde otro lugar de la emoción, es una creación (líricamente) más elaborada, más contenida, más reprimida que “Emilia” (y más violenta también, aunque no tanto como “Ojalá”, canción en que el asesinato simbólico del fantasma de Emilia es consumado siguiendo a pie juntillas el manual del crimen pasional). Afirmo, sin más pruebas que la emoción del texto, que la creación de “Oleo” es posterior a la de “Emilia”. Es como que Silvio puede escribir “Oleo” luego de haber procesado la primera fase del duelo, tras haber aceptado la pérdida de su objeto amoroso (esto es, tras escribir “Emilia”). Ese “entonces” de la frase “pero <i style="mso-bidi-font-style:normal">entonces</i> lloraba por mí” retorna al oyente a aquel momento de “Emilia” en que Silvio le pide a ella que no lo haga recurrir a la lágrima para convencerla. Y si el oyente retorna a ese “entonces” es porque Silvio ya no está allí: en el momento del cierre de “Oleo de mujer con sombrero”, en ese “ahora” cada vez más lejano de aquel “entonces”, Silvio ya ha superado el duelo: así, trepa sobre sus derrotas y anuncia, aliviado: “y <i style="mso-bidi-font-style:normal">ahora</i> lloro por verla morir”. La fuerza de la frase no está en “lloro” o “morir” (que normalmente son términos mucho más cargados de emoción), está en “ahora”: ese modesto, trivialísimo e inasible adverbio de tiempo. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">{En este recital de 1971 hay, curiosamente, varias líneas que difieren de las versiones que años más tarde serían publicadas en los discos oficiales. En “Oleo”, hay dos: 1. “Que me tenga cuidado el amor que le puedo cantar <b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="color:black">mi</span></b> canción”, que luego se cambia por “le puedo cantar <b style="mso-bidi-font-weight:normal">su</b> canción”. Y 2. La frase “<span style="color:black">Veo más, veo que se<b style="mso-bidi-font-weight: normal"> murió</b><i style="mso-bidi-font-style:normal">”</i>. </span>“Se murió”, pues, y no, como nos hemos acostumbrado, “veo que se <b style="mso-bidi-font-weight:normal">perdió</b>” (¿y qué hay con “veo que no me <i style="mso-bidi-font-style:normal">halló</i>”? ¿No será “veo no me <i style="mso-bidi-font-style:normal">hallo</i>”, así, sin tilde, marcando, una vez más, el paso del “entonces” al “ahora”?). En estas versiones primeras, estas grabaciones crudas, toscas, sin censura del ego, SR suelta sin ambages todo lo que lo atormenta, lo que no logra controlar. La línea “Veo más, veo que se murió” pone en cuestión el final ya citado. Si tres estrofas antes él <i style="mso-bidi-font-style:normal">ve</i> que ella ya ha muerto, cae en contradicción al cierre de la canción cuando declara estar llorando “por <i style="mso-bidi-font-style:normal">verla</i> morir”. Se contradice, sí, y al mismo tiempo afirma la característica primera de la Tetralogía: la inestabilidad emocional. Son los juegos de lo Inconsciente: allí todo es eterno: muere y renace sin cesar. También cabe entender que “veo más, veo que se murió” es la expresión de un <i style="mso-bidi-font-style:normal">wishful thinking</i>: un deseo de ver(se) ya (en) el futuro, de saltarse el presente: el deseo de ver más allá<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y comprobar que mañana ella ya habrá muerto para él (“Ojalá pase algo que te borre de pronto”, “Ojalá por lo menos que te lleve la muerte para no verte tanto, para no verte siempre”). En fin, todos estos elementos bastar</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">ían para darle a la Tetralogía el primer puesto entre los monumentos de odio que haber pudieren al interior de la cultura popular latinoamericana}.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">“Vallejo así nos descubrió, Byron estaba en su lugar”, oímos decir a Silvio mientras enumera su catálogo de ruinas. Llama mucho la atención eso de que Byron “estaba en su lugar”. SR no menciona a Byron en ninguna otra ocasión (sea canción o entrevista), como poeta de mucha influencia en su oficio o como presencia fuerte en sus gustos lectores. Así que Byron, nada menos. Lord Byron quien, en la atribución de roles del machismo, es precisamente alguien “que no está en su lugar”, en el rol preasignado por la estructura. Sin embargo, en esta canción, que Silvio canta desde el lugar femenino de la relación de pareja, en esta evocación amorosa de una muchacha intelectual y de rasgos varoniles, que es “más evolucionada” y cuatro años mayor que el “niño sin fe”, resulta que Byron estaba “en su lugar”. Curioso, indeed.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Pero SR no sólo nombra a Vallejo, y por tanto reconoce su deuda, expresa su gratitud. Hace algo más: para que no queden dudas, al hacer la canción se las arregla para cerrarla con broche híper-vallejiano: “qué horriblemente hermoso era aquel tiempo”, le espeta al fantasma. Es un gesto a tener en cuenta. Silvio cierra la canción así como quien firma un documento. Como si quisiera demostrar algo, dejar constancia de algo. No le bastan los saluditos formales a ese joven enamorado despechado y sobrepasado por las furias del lenguaje. El tiene que cerrar su complejo monumento a Emilia con una frase en que canibalice al prócer Vallejo: una frase propia de Silvio, y a la vez evidente en su filiación: un hallazgo en casa ajena. Quiere demostrar lo aprendido, pues, durante ese tiempo horriblemente hermoso. Al cerrar la canción con esa frase, SR ensaya esa “carcajada final” anunciada al cierra de la tetralogía. Ya no sólo <i style="mso-bidi-font-style:normal">lee</i> a Vallejo, ahora también lo <i style="mso-bidi-font-style:normal">escribe</i>. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">No otra cosa es lo que oímos que Silvio le dice a Emilia en la apoteosis de la Tetralogía, en “Mujer sin sombrero”, amplificando <i style="mso-bidi-font-style:normal">a priori</i> aquel gesto que cierra “Emilia”:</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR">Hay un amor que da lo diario</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR">Que te va a comprender</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR">Y otro que canta y eterniza</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR">Que te hace trascender</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Cada cual da de lo que tiene<span style="mso-spacerun:yes"> </span><br />Unos dan necesidad<br />Y otros <i style="mso-bidi-font-style:normal">regalan las palabras<br />Veremos que dura más</i>.</span><span style="font-size:12.0pt; mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Nota:</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">+ En una entrevista de 1997, SR da algunos detalles sobre su relación con Emilia (nótense las omisiones, los presuntos olvidos) : </span><span style="" lang="ES-AR">"<span style="mso-bidi-font-weight:bold">A Emilia yo le hice montones de canciones, le escribí “Ojalá”, “Te doy una canción”</span>, “Josah, la que pinta”... y “Josah, la que pinta” es una de las canciones que escribí en el 'Playa Girón', hay otras tres o cuatro que están en ese... Acabo de editar el libro <i style="mso-bidi-font-style:normal">Canciones del mar</i>, que son las sesenta y dos canciones que compuse en el 'Playa Girón', y ahí hay otras dedicadas a Emilia. Anteriormente a eso creo que también le escribí algunas otras canciones, pero yo no las recuerdo o no me acuerdo de cuáles son, ahora no me vienen a la mente. (...) <span style="mso-bidi-font-weight:bold">Emilia es actualmente profesora de la Universidad de Camagüey y era una amiga que yo tenía cuando estaba pasando mi servicio militar. Era una amiga íntima, una amiga muy querida.</span> Ella estaba en La Habana en ese momento, había venido a estudiar medicina, pero estudió un año, luego no le gustó la carrera y se marchó a Camagüey y allí estudió literatura. Después se hizo profesora de literatura. Y yo la conozco en ese momento, salía poco de paseo a la calle, siempre estaba en mi campamento y encontré un alma gemela, una persona interesada también en la literatura, en la poesía, en la música, pero un poco en el sentido que me interesaba a mí, con un sentido más indagador. No era solamente una persona que disfrutaba de aquellas cosas, sino una persona comprometida con toda esa materia, como pretendía estar yo también. Ella, en ciertos aspectos, tenía lecturas que yo no había tenido; yo no había leído a César Vallejo, por ejemplo. El primer libro que yo leí de Vallejo me lo regaló ella."</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><img 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lang="ES-AR">Si “Apología de mujer con sombrero” y “Mujer sin sombrero”, primera y última canciones de la tetralogía, son canciones caóticas, amorfas, oscuras, tumultuosas, resueltas en módulos que se intercambian entre sí sin transiciones; canciones, en fin, cuya (falta de) estructura armónica mima el desasosiego, el torbellino, la inestabilidad emocional del autor, “Detalle de mujer con sombrero” llama la atención, a primera oreja, por su sobriedad, su mesura, su control. Es una canción muy “formalita” (del estilo estrofa, estribillo, estrofa, estribillo), que pareciera seguir el patrón standard del betseleresco género melódico internacional al estilo de Perales y demás chavales. Pero es una apariencia engañosa. La letra de esta tercera parte de la Tetralogía es la más larga del conjunto, notablemente más larga: diez estrofas, cada una de ellas de seis líneas. Es, también, la canción menos confesional del cuarteto. Y, quizás, la más ambiciosa: justamente porque no es un estallido emocional, un brote ingobernable, sino una canción pensada, medida al milímetro, corregida y revisada para que diga exactamente lo que se quiera que diga (al menos en su primera parte). En principio, podríamos decir que “Detalle” es una puesta en canción del paso del “principio del placer” al “principio de la realidad”; es decir, la entrada en el mundo de la producción, el adiós al mundo pueril, la aceptación de la cooptación del trabajo. Esta entrada es, necesariamente, de doble filo. Por eso es que una de esas facetas de “Detalle” hace bisagra con el intimismo y la turbulencia de la Tetralogía, mientras la otra se expande, se problematiza y se resuelve en “Debo partirme en dos”, la sexta canción del recital (inmediatamente después de “Emilia”, para ser precisos). En “Debo partirme en dos”, SR plantea su “ars poética”, pongamos, y, tras elegirse autor e intérprete de canciones, declara tomar partido por una canción no prostituida, una canción no pre-digerida, una canción que no se baje los pantalones por dos aplausos, la portada de un periódico, invitaciones a congresitos, “amigos y citas o algún que otro favor de una chica bonita”. La forma en que SR plantea esta disyuntiva es parodiando, en el estribillo, los tópicos de ese malhadado género melódico internacional, diciendo: “Te quiero, mi amor, no me dejes solo, no puedo estar sin ti, mira que yo lloro”. No deja de ser llamativo ese estribillo a la luz de la Tetralogía + “Emilia” + “Ojalá”, donde vemos al joven SR llorando a pierna suelta… </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">“Detalle de mujer con sombrero” narra, en su plano más inmediato (especialmente, en la primera parte), la epopeya de las generaciones humanas, los azares de la evolución de la vida en el planeta. Y para dar cuenta de ello, por supuesto, se remite al origen de los orígenes, el Big Bang:</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Nací cuando las nebulosas aún eran polvo cósmico en loca presión</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Cuando ni el bisabuelo de este universo había conocido la luz </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Nací mucho antes y aún soy lo mismo que fui</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Lenguas de fuego, estrellas remotas, </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Cuerpos volando y buscando la vida </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Breves tormentas de millones de años </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Ojos en el cielo azul</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Qué joven soy, qué me dará la vida, qué me dará el amor </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Así SR en la apertura de “Detalle”. Luego de esta primera estrofa, en el cuerpo de la canción, seguirá enumerando hitos de la historia universal: </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Un semimono, cazador de venados</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Pirámides, tumbas de arena del hombre</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Dioses y héroes, imperios caídos</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Guerras de la religión</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">(…)</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Me brotaron colonias, más tarde repúblicas y países enormes en revolución</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Nació quien me puso nombres y apellidos y profetas con piel de león</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Sueños armados, ideas preciosas, mil enemigos con banderas atómicas</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Elementales y viejas miserias y el corazón de un fusil</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">(…)</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Hasta que en la octava estrofa, luego del ritornello (o pre-estribillo) “Soy enemigo de mí y soy amigo de lo que he soñado que soy. Nací mucho antes y aún soy lo mismo que fui”, este ambicioso racconto llega al presente (en el tiempo) y a SR (en el espacio). Y es a partir de ahí que “Detalle” explota y en su explotar reacomoda todo lo que creíamos estar entendiendo sobre la Tetralogía:</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Un embutido de ángel y bestia</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">La democracia y el templo hermanados</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Hombre, mujeres, niños y viejos</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Y algo para una mujer.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Pero qué joven soy, qué me dará la vida, qué me dará el amor…</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Llegado este punto, “Detalle” cambia de rumbo. Y se hunde en el dilema que agita al joven Silvio: la entrada en la madurez (“Mi anatomía de espuma y granada hiere y canta por mí”). Es decir, la etapa en que el individuo es <i style="mso-bidi-font-style:normal">habilitado</i> para el objetivo trascendente: procrear, continuar la cadena de la especie, la otra cara, pues, de la entrada al mundo de la producción: la reproducción. Así, pues: “¿Qué me dará la vida? ¿Qué me dará el amor?”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Silvio ha llegado a la edad en que se empieza a sentir el “llamado de la especie” a ser parte de la cadena (re)productora y cae en una crisis bastante aguda, en autobucle, como dicen los informáticos. Esa cadena, larga, invisible, es justamente el detalle minúsculo, imperceptible de tan evidente, que origina “Detalle de mujer con sombrero”: se es uno, pero todo viene de más lejos que cada uno y va más lejos de uno mismo. Se es individuo en la cruza de una determinación doble: la fatalidad sincrónica de ontogenia y filogenia. Se es al mismo tiempo, inexorablemente, individuo y la especie humana toda. En cada uno de nosotros está presente no solamente la humanidad entera sino, sobre todo, la historia de la humanidad, el conjunto de fantasías, miedos, repulsiones, epopeyas, tabúes y etc que hemos ido contándonos de boca en boca desde que salimos en dos patas de la caverna. Ese relato nos constituye.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">“Detalle” es como un zoom, un dispositivo que nos permite ver algo que está pero no se deja ver del todo. Escondido a plena vista. En la trama sexual que origina la Tetralogía, eso que estando a plena vista no se deja ver es la cuestión de la reproducción. La reproducción -es decir, la paternidad- vista como un imperativo social, como un mandato incuestionable que viene desde antes de la insurrección contra el padre de la horda. Ya que estamos, ¿se refiere SR a este conflicto en “Blanco” cuando cuenta que el “niño sin fe” le pide a Emilia que vaya “a salvarlo de lo que <i style="mso-bidi-font-style: normal">nunca ha elegido</i> y <i style="mso-bidi-font-style:normal">arrastra con él</i>”?. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">El antropólogo Levy Bruhl sostiene que el momento más determinante de la historia de la especie es aquel diminuto y perfecto instante de la evolución en que el primitivo deja de ser un cuadrúpedo, se yergue sobre sus patas y libera sus extremidades delanteras. Al erguirse sobre sus patas libera a la boca de su hasta entonces predominante función predatoria. Liberada de esa función utilitaria, la boca se descubre como el órgano del lenguaje. Y por ende, abre camino al nacimiento del amor, ese Gran Relato que, dicen, siguen en pie (<i style="mso-bidi-font-style:normal">as of yet</i>, el del Amor y el del Rock serían los únicos grandes relatos en pie ---pero tengo mis dudas).</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Como ya se mencionó, en el momento en que SR dice “Y algo para una mujer”, esta canción sufre un quiebre y olvida sus pretensiones ptolemaicas/hawkingnianas para pasar a ser una suerte de crítica de “la llama doble”, pero aquí no impera, en absoluto, la paz octaviana. No hay ninguna celebración. Antes bien, abunda el espanto (si no el odio). En esta segunda parte, de solo dos estrofas, SR vuelve a hablar con (el fantasma de) Emilia:</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Cuando me beses, cuando me acaricies<br />Vas a sangrar, vas a iluminarte<br />Mi anatomía de espuma y granada<br />Hiere y canta por mí.<br />Es que nací mucho antes<br />Y aún soy lo mismo que fui.<br /><br />Cuando me dejes, cuando me rechaces,<br />Estarás destruyendo, negando a mis padres,<br />A todos mis hijos, a lo que me hizo<br />Y a lo que yo vine a hacer.<br />Pero, qué joven soy...</span><span style="font-size:12.0pt;line-height: 115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Una mujer de atributos varoniles colapsa en Silvio los dictámenes del sistema patriarcal, su trama de legitimaciones y ambiciones, y el joven Silvio, cobardemente, no asimila este rechazo como individuo, sino que busca refugio en las coartadas del machismo, la fórmula “todos mis padres”. Emilia rechaza a Silvio (“cuando me rechaces”, etc), pero él, desde su despecho, le dice a ella que si lo hace no lo rechaza a él en tanto que individuo, sino que por medio de ese acto estará rechazando a “todos mis padres”. Sin ambages, SR está diciendo que ella <i style="mso-bidi-font-style:normal">no lo puede rechazar</i>. Que la mujer no puede, no tiene derecho a rechazar las propuestas, o imposiciones, del varón. Ya que éste es menos un sujeto, un individuo, que la fuerza ciega de la pulsión perpetuadora de la especie. Es que, para Silvio, el amor del varón, como lo dice con todas las letras en “Mujer sin sombrero, es “más semilla que semilla” y “más arado que el arado”. Por lo demás, en todo este rezongo se lee entre líneas un “rescate” de una de las arraigadas boludeces schopenhauerianas: el instinto básico de la mujer es procrear, una mujer que pasada cierta edad no ha parido, no es mujer.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Ante el insólito rechazo, sin respuestas, SR queda tan pasmado que incluso se siente castrado, impotente, y ve amenazada su progenie, de ahí que Silvio le reclama a Emilia que, al rechazarlo a él, está rechazando mucho más que a un individuo, está rechazando, en verdad, a: (a) “lo que me hizo”, (b) “todos mis hijos” y (c) “a lo que yo vine a hacer” (frase que, por lo demás, suena “a lo que yo vine <i style="mso-bidi-font-style:normal">a ser</i>”). Y luego, en el paroxismo del espanto, sumará a ese reclamo a “todos mis hijos” del mismo modo que antes apeló a “todos mis padres”. Emilia colapsa el relato pasado (los padres) y cancela el futuro, la continuación (los hijos). Síndrome del sentido. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Por lo demás, es evidente que hay una obsesión con los hijos en estas canciones. La cuestión de la paternidad es uno de los subtemas mayores de la tetralogía (o, quizás, sea el tema camuflado debajo de toda la chafra romanticona del asunto de la pareja). Hay mención a un hijo en “Blanco” (“quiere a tu hijo”) y en “Veintidós de nieve” (“Ahora viene un hijo para ti y para mí viene otro hijo, qué distinto puede ser”) y en “Mujer s<span style="color:black">in sombrero</span>” (“más semilla que semilla”) y en no pocas líneas de “Ojalá” (“Ojalá que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda”). “Oleo” parece merodear algún oscuro asunto relacionado con un hijo que no se tuvo, no se quiso tener. Y ni hablar de “Detalle”, por supuesto. Es difícil ver algo claramente, los textos no dejan ver mucho. A momentos se hace evidente que Silvio se cuestiona algún problema sexual, que enfrenta alguna crisis de impotencia. Lo cual no extraña si él ve a Emilia del modo que la ve (evolucionada, castrante) y si en la mirada de ella él viene y se descubre niño sin fe (no olvidemos que, según la ve él, ella “la vieja navaja que espera su piel”). </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">En “Mujer sin sombrero” es muy fuerte el indicio de que el encuentro amoroso no se consumó. Y en “Blanco” las figuras de inadecuación y represión son demasiado poderosas. Son figuras que estaban latentes en el niño sin fe y que saltan a la superficie tras el encuentro con Emilia, quien sería la llave perfecta (el “signo inevitable”) para hacer salir a flote esos conflictos. Y todo ello se amplifica por la fatalidad de que Silvio venga y se encuentre con Emilia justamente en el momento de su crisis de fin de adolescencia (tras salir del servicio militar: como solía decirse, “tras hacerse hombre”). Demasiadas coincidencias. “Oh, mujer, no te culpes, la culpa es un juego de azar”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">El “Qué joven soy” que se repite estrofa tras estrofa no es celebratorio. Silvio está aterrado. Llega a la gran encrucijada y, sabe que de allí en más todo será diferente y, sin sentirse muy seguro de poder dar la talla, se pregunta qué le va a dar la vida más adelante: con buen oído, entendemos que la frase “¿Qué me dará el amor?” también está preguntando: ¿qué responsabilidades me dará el amor? Por eso, “Mujer sin sombrero”, la siguiente canción de la Tetralogía, se abre planteando una disputa: </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Si un funcionario y un poeta</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Amaran la misma mujer</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Que nueva implicación tendría</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">La guerra astuta que padecen</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Y en fin donde se posaría</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">La victoria, el amor</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">El funcionario con funciones</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">El poeta cambiando de voz</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Los dos haciendo pedazos</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: 15.0pt;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">Contra el temible amor</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Yo le pregunto a los presentes,</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">A cuál de los dos le van.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Como se ve, otra quijotesca disquisición sobre las letras y las armas.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">7</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family: Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Entre la apuesta y la elección, el salto</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Así, no es casual que en la siguiente y última canción de la Tetralogía veamos a Silvio contraponer las figuras del poeta y el funcionario (digamos, en onda casi caricaturesca: El principio del placer vs. El principio de la realidad). Sin embargo, en un sentido, son figuras idénticas, cara y ceca de una misma moneda. Ambos son parásitos de la sociedad, del sistema patriarcal y de la producción de bienes. Poetas y funcionarios son ciudadanos improductivos, prescindibles. Y si bien las simpatías de SR hacia la figura del poeta están claramente marcadas, él no toma partido por ninguna de esas figuras antagónicas. En esa tensión, ante el deber de tomar partido, se salta los polos del dilema y declara, tramposamente: “pero solo yo le apuesto todo a la mujer”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Si la entrada en la madurez conlleva la entrada en la órbita de la producción (el trabajo), elegirse artista comporta precisamente negar esa conminación, rechazar esa imposición incuestionable. Nadie te pregunta, llegado a cierto momento de tu vida, si quieres trabajar, “se supone” que lo tienes que hacer. Elegirse artista es rechazar la presión social que pregona las virtudes del trabajo, del empleo, de la producción. Producción es generación de mercancía. Elegirse artista es negarse a caer en el dilema de explotar o ser explotado. Retraerse de la plusvalía. Por algo es que Platón expulsa de su República a los poetas. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Y aquí, para ir terminando esta infame apalabrada, es que levanto una pica en Flandes por la Tetralogía: por mucho que me exprimo no logro ubicar una sola canción, o disco, o lo que fuere, que roce estas cuestiones siquiera mínimamente. En canciones como éstas, en que la cuestión de la identidad individual en el período de iniciación de la vida adulta es preocupación central, no nos extrañará ver que Silvio opone las figuras del poeta y el funcionario (en “Mujer sin sombrero”) como metáforas exacerbadas de las posibilidades del ser varón, como polos de sensibilidades enfrentadas. El poeta es la libertad, el caos creador; el funcionario es el orden burgués, la rutina grisácea. Silvio está en un momento clave de su vida, en el momento en que debe elegir quién será, preguntándose qué le darán el amor y la vida (O, como en “Aunque no esté de moda”, proponiendo: “Vivamos de corrido, sin hacer poesía, aprendamos palabras de la vida”). Por las dudas, y mientras lo resuelve, muy tramposamente nos dice: “sólo yo le apuesto todo a la mujer”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Antes de cerrar, se me ocurre consignar algunas líneas de fuga presentes en las canciones de las que venimos hablando. Cúmulo de puntos ciegos, demasiado ambiguos, cuya elucidación requeriría, necesariamente, análisis de longitud prohibitiva.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">1. El comienzo<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de la Tetralogía, esa enumeración de “suposiciones”:</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Yo no vine a ti, viniste tú<br />yo no te esperaba y te besé<br /><i style="mso-bidi-font-style:normal">se supone</i> que <i style="mso-bidi-font-style: normal">debo</i> callar<br /><i style="mso-bidi-font-style:normal">se supone</i> que <i style="mso-bidi-font-style: normal">debo</i> reír<br /><i style="mso-bidi-font-style:normal">se supone</i> que no <i style="mso-bidi-font-style: normal">debo</i> protestar<br /><br /><i style="mso-bidi-font-style:normal">Se supone</i> que eres un regalo<br />que se me rompió enseguida<br />y ahora, nada, lo de siempre.<br /><i style="mso-bidi-font-style:normal">Se supone</i> que eres el sombrero de una fiesta<br />de esos de cartón, para la ocasión.</span><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">La canción es una “apología”, una defensa. Y su núcleo conflictivo se solaza poniendo en cuestión, ironizando, aquellas leyes no escritas de la sociedad. “Se supone” es clara indicación de desafío, de rechazo. El machismo, como ideología incontestada, <i style="mso-bidi-font-style:normal">supone que</i> al llegar el varón a cierta edad, ciertas cosas deben pasar. Se supone que es así, siempre lo ha sido, siempre lo será. A nadie se le ocurre poner en cuestión estas leyes no escritas. En la canción, Silvio ironiza sobre la forma en que desde el machismo <i style="mso-bidi-font-style:normal">se supone</i> que él debe actuar luego de la ruptura amorosa. Pero la impugnación al machismo es traicionada en el hecho que Silvio considera a la mujer “un regalo”. Y para colmo, un regalo barato, o defectuoso, puesto que se le rompe enseguida. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Me llama la atención, también, la forma en que ocurre la enumeración de esos primeros tres “se supone”. La frase “se supone” es impersonal, no tiene sujeto, y es seguida por complementos conjugados en primera persona: “debo callar”, “debo reír”, “no debo protestar”. Cada una de estas obligaciones (<b style="mso-bidi-font-weight:normal">debo</b> hacer esto, no <b style="mso-bidi-font-weight:normal">debo</b> hacer lo otro) complementa, afianza, los “se supone que” fantasmales e ineludibles (los dictámenes de la cultura, las marcas del <i style="mso-bidi-font-style:normal">nombre del padre</i>). El tránsito de la frase impersonal, que es la sanción social, a su complemento en primera persona, la aceptación de los deberes por parte del individuo, es genial: SR condensa la mecánica social en una forma de frase intransitiva, en una sintaxis.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">2. En “Oleo”, la cintura de la mujer es <b style="mso-bidi-font-weight:normal">breve</b>. Como <b style="mso-bidi-font-weight:normal">breve</b> entraba la luz en “Blanco”. En una lectura, lo breve de esa luz alude al ambiente de represión infantil, a la falta de libertad del niño sin fe. Pero dado el contenido latente de la Tetralogía, se me antoja que la breve luz que entra en “Blanco” es también un símbolo sexual. Y también, a la luz de estas conjeturas, me llama la atención la imagen de esa “huella perdida” que se menciona en “Oleo” y aparece potenciada en “Mujer sin sombrero”, en la estrofa más desesperada, más inconsolable:</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Hay un amor omnipotente,<br />hay un amor desesperado,<br />que descorazona las piedras,<br />que es más semilla que semilla,<br />que es más arado que el arado. <br /> <br /> </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family: Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">“Arado”, “semilla” son imágenes poderosamente sexuales. Es más, aluden a procreación (nos reenvían a lo que discute “Detalle”). No hay posibilidad de duda. Esa “huella perdida” está sublimada en la huella del arado y la semilla que es más que semilla, y despierta algunas sospechas de dificultades sexuales en el joven Silvio (como ya mencioné antes). Ese “amor omnipotente” que se nombra al empezar la estrofa, por mecanismos defensivos propios del discurso neurótico (caracterizado por el uso de términos invertidos para nombrar el trauma) bien puede ser una proyección compensatoria.</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family: Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family: Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">3.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>La sospecha de que Silvio enmascara una crisis de impotencia en un exceso de discurso, en una verborrea cargada de odio, de frustración en busca de venganza o reparación simbólica/sublimada, es reforzada en la continuación de la estrofa:</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES"><br />Hay amor de amor, de amor,<br />hay amor como una tumba,<br />hay amor de laberintos,<br />más complicados que un sombrero.<br />Hay el amor <i style="mso-bidi-font-style:normal">cercano a Cristo</i>.</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family: Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">De la mano del espantoso “amor como una tumba” de “Blanco”, es inevitable preguntarse: ¿cómo puede el amor entre un hombre y una mujer ser “cercano a Cristo”? Una vez más, el hipersexualizado contexto de la canción nos ofrece un asomo de respuesta. Solo si es un amor no consumado, si es un “amor blanco”, como se decía hasta no hace mucho. Si el amor de Silvio es un “amor como una tumba”, si él se siente castrado ante la mujer evolucionada, todas las conjeturas cobran sentido. Admitiendo esto, la canción “Blanco” se abre a otra lectura, en especial el fragmento que dice:</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;line-height: normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Ahora te espera de noche en su cuarto<br />hasta que quieras entrar y salvarlo<br />de lo que nunca ha elegido<br />y arrastra con él.<br /><br />Tú, que de un beso lo configuraste,<br />tú, que le echaste más blanco y lloraste,<br /><i style="mso-bidi-font-style:normal">eres la vieja navaja que espera<br />su piel</i><b style="mso-bidi-font-weight:normal">. </b></span></p><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family: Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES"> </span> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">4. La cobardía mencionada en “Oleo” y que antes –según el orden de presentación de la Tetra- aparece en “Apología”, cuando Silvio dice “yo también quisiera suponer que la cobardía no existió”. ¿Es posible que Silvio se cuestione no haber tenido el coraje de hacerle un hijo a Emilia? ¿Es posible que Emilia haya abortado un hijo de Silvio, de común acuerdo entre ambos, y que Silvio se recrimine más tarde una suerte de doble cobardía? Una cosa es clara, la cobard</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">ía recrimina algo mayor que el trivial no haberse empeñado en mantener la relación amorosa. Además, es ella la que se va, la que deja a Silvio. Mientras que la cobardía mencionada en “Oleo” es, como claramente lo dice Silvio, del hombre/amante. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language: ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">5. Si hay algo en lo que los críticos de arte están de acuerdo, es en su apreciación del arte de Chagall. Hay coincidencia generalizada de que l</span><span style="font-size:12.0pt;line-height: 115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">os cuadros de Chagall <i style="mso-bidi-font-style:normal">infantilizan al espectador</i>, que para “entrar” en ellos hay que verlos con ojos de niño. Así Silvio, que nos habla de sí mismo como un niño sin fe ante la mujer más evolucionada, al retratar a Emilia cae en el famoso “Una mujer con sombrero como un cuadro del viejo Chagall”. Ante ella, Silvio se infantiliza y desde esa posición regresiva es que la contempla. Lo de “viejo” acompañando al sustantivo también nos plantea la cuestión de la madurez de ella ante la bisoñería del joven despechado. Madurez que es corrupción y decadencia natural de Lo Blanco, de la risa intacta, de la inocencia infantil. Madurez que es entrada en la represión. Por todo ello, esa mujer que es como un cuadro de Chagall aparecerá ante los ojos del niño como “corrompiéndose al centro del miedo”. No puede sorprender, pues, que ante ese espectáculo, lo único que él pueda hacer es <i style="mso-bidi-font-style:normal">ponerse a llorar</i>, tal y como un niño, o un hombre en franca regresión infantil: es decir, como un amante feminizado.</span><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt; mso-bidi-font-family:Calibri;color:black;mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language: ES" lang="ES-AR"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;mso-line-height-alt:9.75pt"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;color:#111111; mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES" lang="ES">Telón</span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Las canciones de la Tetralogía, y aquellas otras que integran el concierto donde se registra la única grabación de las cuatro partes de la misma, ponen en escena la eterna aventura del individuo en busca de sí mismo, en procura de afirmar su identidad. Y lo hacen sin concesiones, a quemarropa. El amor es el filtro que le permite a Silvio ver más allá de su circunstancia. Un jovencísimo SR salta sobre sus fracasos y sus miedos, da unas vueltas en el aire y acaba hundiéndose en el proceloso océano del inconsciente colectivo. Con su solo estar, con su solo decirse del modo en que se dicen, estas canciones de visceral honestidad avergüenzan a las infames producciones mimadas por los media. SR jamás ha sido un buen cantante, ni siquiera un cantante pasable. Y en este recital está incluso en peores condiciones: su voz parece la de un ratoncito asustado. Por eso es que la versión de “Oleo” que aquí se registra solo valga como curiosidad histórica: SR recién tendrá la voz necesaria para cantarla como debe ser, unos cuatro o cinco años después de este recital, y esa versión es la que circula en la grabación oficial, en el disco debut. Como “Oleo”, las canciones de este recital en general, y de la Tetra, en particular, no ofrecen situaciones glamorosas, no dan respuestas condescendientes. Todo lo contrario: nos exponen a un tormento de intensidad feroz y se nos descubren tan elusivas como esos “amores de laberinto que son más complicados que un sombrero”. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Son canciones que están más allá del bien y del mal. Canciones que Rodríguez no ha querido oficializar (la mayoría de ellas). Llegan a nosotros con toda su crudeza, sin maquillaje, con su verdad desnuda. En fin, que l<span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR">a <i style="mso-bidi-font-style:normal">Tetralogía</i></span><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"> de mujer con sombrero</span></i></span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-bidi-font-family:Calibri; mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR"> es post-punk mucho antes de que hubiese un punk respecto al cual postularse post (robo la broma al Tristram Shandy de Winterbottom). </span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES" lang="ES">Algunas de estas canciones, han presentado notables alteraciones en sus textos cuando han sido oficializadas (y sólo en los textos, nunca la música). Esas modificaciones, como hemos visto, arrojan luz sobre aquello demasiado personal que, en su tiempo, se le “escapó” a Silvio. En muchas de ellas, Silvio está tratando de resolver dilemas que lo atormentan, que lo superan. Tengo la certeza que ni siquiera él podía prever, entonces, el alcance de las cosas que dice, el linaje de los demonios que brotan de su confusión. Ni siquiera él puede controlar las cadenas de sentido que las palabras traman una vez son arrojadas al aire, a nadie, canción tras canción tras canción. Se sabe: el vuelo excede al ala.</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;mso-line-height-alt:9.75pt"><span style="font-size:12.0pt; mso-bidi-font-family:Calibri;color:#111111;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES" lang="ES">Era 1991. Y en eso descubrí la “Tetra”. </span><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Calibri;mso-ansi-language:ES-AR" lang="ES-AR">No había mucha gente cantando cosas así. Tampoco hoy.</span></p> <br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; font-family: arial; color: rgb(17, 17, 17);" lang="ES">Y ya. Buenas noches, amigos y enemigos.</span>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-47819546120655200542011-12-30T16:05:00.000-08:002011-12-30T16:25:14.268-08:00Ilusión para que la verdad no nos destruya<div style="text-align: justify;"><span lang="ES">Seguimos con nuestro especial colectivo sobre discos de 1991, esta vez con un disco clásico de </span><span lang="ES">inicios de la década grunge: Use your illusion de los Gun’s and Roses. El crítico invitado, que nos tiene acostumbrados a textos sobre ítems más excéntricos, roza la confesión personal pero a la vez acomoda, con subjetiva objetividad, este disco dentro del contexto de su producción.</span> </div><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Por Javier A. Rodriguez</span></p> <p class="NoSpacing" style="text-align:right" align="right"><span style="mso-ansi-language:EN-US" lang="ES"><span style="mso-spacerun:yes"> </span></span><span style="mso-ansi-language:EN-US">“19 homos think Justin Bieber is a musician”</span></p> <p class="NoSpacing" style="text-align: right;" align="right"><span style="">Skela961,</span></p><iframe src="http://www.youtube.com/embed/Bcb_cC7Fp_Q" allowfullscreen="" width="420" frameborder="0" height="315"></iframe><br /><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Siempre he sido un pobre carajo, desde chiquito. Tendría cinco años pero me acuerdo bien cómo me podrí de la envidia cuando, así como suelen hacerte contar los autos rojos que hay en la calle o te muestran fotos de chimpancés en una revista, uno de mis tíos le enseñó a su hijo un retrato de Elvis Presley. Yo no tenía ni idea de quién era Elvis, pero no me gustaba que mi primo me superase en algo. La maldad y el rencor son rasgos muy fuertes en mi familia (amén de ser cochabambinos, los juicios entre hermanos llegan a la docena), así que era de esperar que me encaprichase con eso de saber más de rock que cualquiera de mis parientes. Igual puede que mi tío lo hiciera para mandarse la parte, queriendo probar qué él era tan cosmopolita que podía reconocer a todos los famosos del mundo –y una simple coincidencia puso ahí la fotografía de Elvis y no la de Hemingway o Paz Estenssoro. Y vaya que me empeciné con la idea, aunque con cinco años, en la casi rural Cochabamba y sin hermanos mayores, había pocos lugares a los que uno podía confiarse para descubrir qué era el rock. Tampoco iba a creer que la programación de Radio “Centro”, siempre sintonizada en casa de mi abuela, o esa revista “Life” con Pau Casals en la tapa, tenían alguna pista… ¿verdad?</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Apenas un par de años más tarde, mi mamá atendía a un paciente que supongo iba a la consulta directo de sus clases. No me pregunten su diagnóstico, nombre o señas particulares, pero hay algo de sus visitas que recuerdo con claridad. Es probable que no llevase siquiera polera negra, pero sí tenía una carpeta con el logo de Guns and Roses, ese con las calaveras sobre una cruz. Algo en aquel dibujo debió impactarme, pues cuando en un recreo nos pusimos a hablar de bandas de rock, tabú total en un colegio como el “Don Bosco”, arranqué con un monólogo sobre los Guns. No había escuchado ninguna de sus canciones, pero comencé a inventarme las tonterías más extremas que se le pueden ocurrir a un chango de esa edad: baños de sangre sobre el escenario, destrucción de instrumentos, rituales satánicos… todo lo que sonara convincente para adjudicárselo a una banda liderada por un tipo que –esto era todo lo que sabía– solía usar poleras con la cara de Cristo, shorts de ciclista y una bandana. No sé si fui convincente, pero para mí toda esa farsa, el espectáculo que sugería un logotipo como poderosa declaración estética, era rock en potencia.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Desde hace poco más de un lustro, a consecuencia del agotamiento posmoderno de los referentes canónicos, el revisionismo ha consentido el rescate de la música más <i style="mso-bidi-font-style:normal">cuadrada</i> como latente influencia cool: Journey, Fleetwood Mac, Hall & Oates, Ace of Base… y así hasta el extremo de Daniel Lopatin reivindicando a Chris de Burgh como protomártir del pop hipnagógico. Es curioso que no haya pasado lo mismo con GnR, en teoría mucho más afines al rock que Phil Collins o George Michael. Es que con los Guns hay una diferencia fundamental: siguen activos, el affaire <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Chinese democracy”</i> está demasiado fresco y –lo que es definitivo– su <i style="mso-bidi-font-style:normal">ethos</i> se contrapone sin remedio a los puntales simbólicos del grunge, mojón con el que la cultura popular ha querido marcar ese 1991. Ni hablar de rescatar su desmedido disco doble del aquel año, aunque sí hay quien ha querido leer en <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Apetite for destruction”</i> (1987) el finiquito rabioso del metal ochentero y la incisión punk en el mainstream –méritos que normalmente se le atribuye a <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Nevermind”</i>. Más o menos como cuando Simon Reynolds dijo que los Pistols en realidad eran la <i style="mso-bidi-font-style: normal">última</i> banda de rock y no la primera del punk, pero eso tampoco es del todo cierto. Los Guns no son la primera banda grunge, sino más bien la cosa excesiva y arrolladora en la que habrían mutado los Pistols si es que John Lydon hubiese sido un megalómano con ganas de tener un jet privado y no el tímido situacionista que era en el fondo. En cierto modo, Guns and Roses era la <i style="mso-bidi-font-style:normal">última</i> maquina del rock con el input de una década de fogueo punk. En un universo paralelo, Nirvana se fundó tocando “Nightrain” y no covers de CCR. Y no hizo falta nada más.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Pero no hay que tirar demasiado hacia la ciencia ficción para encontrar cierto traslape. Incluso si nos atenemos a su genealogía oficial como desgaje del <i style="mso-bidi-font-style: normal">hair metal</i>, los Guns y el <i style="mso-bidi-font-style:normal">grunge</i> comparten raíces: The Who, Led Zeppelin y Kiss aparecen en la lista de influencias de Pearl Jam y GnR (también de Poison, pero esa es otra historia). Vista fríamente, la sensibilidad melódica inserta en una matriz de rock duro de Cobain y Rose son casi imágenes especulares; como si Axl fuese Kurt con un poquito menos de horno <i style="mso-bidi-font-style:normal">indie</i> y una coraza-ego más dura, el gemelo que en lugar de <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Surfer Rosa”</i> descubrió <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Madman across the water”</i>. Por supuesto, también está ahí la común devoción por los Stooges, la versión de Soundgarden que se coló en <i style="mso-bidi-font-style: normal">“The Spaghetti Incident?”</i> (1993), el abrazo casi ideológico al rock de los setenta… Sin embargo, por sólida que parezca la hipótesis de los Guns y el grunge como rutas paralelas de una misma expresión, sólo funciona para explicar el primer disco de la banda. ¿Qué hacemos con la que se supone fue su obra definitiva, el cuádruple tan desbordado de ambición que sólo podía ser fruto del inestable matrimonio del genio y la locura? Pues sí, fue <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Use your illusion”</i> y no <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Appetite for destruction”</i> el disco que lanzaron los Guns en 1991. Y es el que a mí me parece vale más la pena recordar.</span></p> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirsF-x6W_dpWNk4zYbGJJUmClcSv1UT5j1bma9u9j-CZJXfow4P77NbrCkcgvzMeUx3tBsDd_ZgefDpFk2g1i82AVBhgih8uJWmaNRF6ZYP6SeUINi9R-G9Xu8msfQYJ_mDZgraMfwzJiZ/s1600/Guns+N%2527+Roses+-+Use+Your+Illusion+%255B1998%255D.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirsF-x6W_dpWNk4zYbGJJUmClcSv1UT5j1bma9u9j-CZJXfow4P77NbrCkcgvzMeUx3tBsDd_ZgefDpFk2g1i82AVBhgih8uJWmaNRF6ZYP6SeUINi9R-G9Xu8msfQYJ_mDZgraMfwzJiZ/s400/Guns+N%2527+Roses+-+Use+Your+Illusion+%255B1998%255D.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5692079867972635362" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Lo extraño es que <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Use your illusion”</i> no se ajusta a ninguna de las narrativas elaboradas en torno a 1991. Está claro que no cuadra con lo que de este lado del indie se leyó como <i style="mso-bidi-font-style: normal">“The year punk broke”</i>, pero tampoco cabe entre el <i style="mso-bidi-font-style:normal">establishment</i> enranciado al que se supone que <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Nevermind”</i> jubiló. Igual, por mucho que <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Use your illusion”</i> retuviese parte de la intensidad de <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Appetite for destruction”</i>, los músicos que lo habían grabado se movían en un universo distinto. Los Guns modelo ‘91 eran la banda liderada por un tipo que montaba delfines y dormía rodeado de crucifijos rotos, una pandilla que se había gastado al menos un par de vidas en noches de juerga y carretera. Si <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Sandinista!”</i> fue un disco ridículo y excesivo, pero un esfuerzo honesto que se enfangó por no estar al alcance de los medios de sus autores, <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Use your illusion”</i> se regodeaba en una perfección artificial, era el producto deliberado de una ambición calibrada a ordenes de unos egos descomunales. Pero eso es algo de lo que se podría acusar a la mejor parte de la discografía de David Bowie, y lo cierto es que en sus más de dos horas de duración, <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Use your illusion”</i> guarda momentos inspirados (“Pretty tied up”, “Yesterday”, “Locomotive”, “Estranged”), conmovedores (“You ain’t the first”, “14 years”) y de genuina furia (“Right next door to hell”, “Back off bitch”, “Get in the ring”). Así, <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Use your illusion”</i> es el disco de una banda que no sólo tuvo la osadía de querer inscribir su nombre entre las leyendas del rock, sino que se atrevió a grabar un disco para resumir la historia del rock, una colección de canciones que pudiese gritar: “Rock’n’roll c’est moi”. ¡Y lo peor de todo es que los muy hijos de puta lo lograron!</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Siendo GnR la única banda de metal que se atrevió con el punk –eso si olvidamos la versión de “Anarchy in the UK” que solía tocar en sus shows Mötley Crüe–, es raro que hayan elegido “Dead horse”, una canción que suena a los Stones circa <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Goats head soup”</i>, como single de presentación para <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Use your illusion”</i>, pero es incluso más extraño que el <i style="mso-bidi-font-style:normal">grand finale</i> haya correspondido a una canción guiada por… ¡una flauta travesera! Bueno, esas excentricidades eran parte de la identidad de la banda desde un principio, pues <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Appetite for destruction”</i> tampoco es una colección de chicotazos, ahí está el galope funky de “Rocket queen” o ese corte extraviado de Grand Funk Railroad que es “Mr. Brownstone”. Lógico, no todas sus canciones eran “Welcome to the jungle”. Aún así, sorprende que la banda consiguiese cuajar tantos palos estilísticos en un todo largo pero compacto, arriesgando sin desprenderse de su anclaje punk-metalero. No fue fácil y no siempre salió bien. Comencemos por los covers, tan crasos que ni Queen (la banda totalitaria por excelencia) los firmaría. Entre el material propio, “Coma” es un mal chiste (cuando necesitemos narrativas metaleras siempre tendremos a <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Lulu”</i>), ”Civil war” es una canción protesta tan torpe que hace quedar al Bobby Gillespie post-<i style="mso-bidi-font-style:normal">“Screamadelica”</i> como un sutil ideólogo, y la fichita rockera de “You could be mine” falla pues… ¿Qué clase de punk usa condicionales? Sin embargo, eso es lo hermoso de <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Use your illusion”</i>, un disco que como Ícaro consigue tocar el sol pero termina de bruces contra el piso, con la banda destrozada por el disco que se supone tenía que convertirlos en los más grandes de todos los tiempos. Y desde que Robert Johnson le vendió su alma al diablo hasta que Cobain se destapó los sesos, esa ha sido la historia del rock.</span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Puede ser que todo en “Use your illusion” sonara demasiado limpio para seguir creyendo que había punk o metal en eso. Claro, si somos honestos tendríamos que admitir que “Nevermind” tiene también un lustre sospechoso. El grunge como nos lo vendió MTV suena a la mierda pasteurizada de Brendan O’Brien y Scott Litt, nada que ver con la agresión de Dinosaur Jr. o Hüsker Dü, que condensaron la toxicidad rabiosa de “TV eye” y “A hole in the sky” en riffs. Si de melodías se trata, Teenage Fanclub (robándole a Big Star o no) jugaba en otra liga, y los Replacements ya habían despachado a toda la competencia con sus canciones que capturaban a la perfección la experiencia adolescente. Lo que rescata a las bandas grunge era el sudor, el nervio, mirarse a los ojos con y desde el público. Sí, hay tanta demagogia en esos gestos como en los brazos abiertos de Bono, pero que me hablen a mí de demagogia cuando tengo quince años y estas canciones son el mundo entero y más. Y con Iggy Pop pre-jubilado, en 1991 el amo de los escenarios era Axl Rose. Además, su comportamiento de diva malhablada y pendenciera no era tan distinto de lo que yo había imaginado en los pasillos de mi escuela primaria. Sólo en su gira de 1991 los caprichos de Axl habían provocado dos revueltas –y de las de verdad, dignas de estudiantes de la UPEA. Incluso ahora, obeso, con una gabardina de Dick Tracy y rodeado de mercenarios de la más baja calaña, Axl Rose es capaz de poner a hacer pogo a medio Brasil. Ah sí, algunas noches todavía los siguen corriendo a botellazos.</span></p> <iframe src="http://www.youtube.com/embed/zH3kRCbdPBU" allowfullscreen="" width="560" frameborder="0" height="315"></iframe><span lang="ES"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span lang="ES">Obvio, 1991 me encontró demasiado chico para poder experimentar de primera mano todo esto. Sin embargo, los Guns, el grunge y el resto de bandas emblema de aquel año no me son distantes (como todo el mundo, tuve casetes de Nirvana y cambié el canal con “November Rain” infinidad de veces), pero soy lo suficientemente escéptico para poder comparar a Kurt y Axl sin por ello sentirme como si estuviese insultando a mi mamá. La verdad es que, si dejé de escuchar a Nirvana muy pronto, los Guns nunca me dejaron en paz. Desde los días del “Don Bosco”, mucho antes incluso de escucharlos por primera vez. Renegué de ellos sin asco, pero igual se las arreglaron para ser el soundtrack de mis primeras farras, en los bares menos cool de este mundo (a pesar de que luego me encerraba en un auto para escuchar “Where is my mind” mientras todo me daba vueltas). También parecía que tenía que encontrarme con un mega-fan en cada nuevo semestre de la universidad; tipos repulsivos que insistían que Slash era el mejor guitarrista <i style="mso-bidi-font-style:normal">vivo</i> de todos los tiempos. Con todo, uno de los mejores conciertos de mi vida fue un tributo a Guns and Roses en el “Felix Capriles”, al que llegué por accidente, siguiendo a unos amigos y con entradas regaladas, pero del que nos fuimos tan contentos (y severamente intoxicados) que el lunes salimos en “Los borrachitos del fin de semana” de Unitel. Pero lo más inquietante de todo era la foto de Steven Addler que dominaba la banca donde hacia mi rutina de cuádriceps, en un gimnasio que parecía una mazmorra. No estoy seguro si había algo gay en eso o no, pero hace no más de un mes dos turcas se peleaban por ver quién se quedaba conmigo, mientras un tipo cantaba “Welcome to the jungle” en un karaoke chino del Paseo de Gracia. Como se ve, esta no siempre ha sido una persecución molesta, pero sí muy rara. Casi tan rara como ese poster de Axl Rose sin camiseta que adornaba las paredes de uno de los micros de la línea “L” de Cochabamba. Casi.</span></div> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Parte de esa ubicuidad se debe a los esfuerzos de la propia banda por sintetizar una época. Ya hemos hablado de lo que eso significaba en términos musicales, pero lo que puso a los Guns por encima de la competencia fue que entendieron que su mito se debía construir por los ojos. De ahí que hayan dominado el vídeo musical con la trilogía “November Rain”, “Don’t cry” y “Stranged”, derroches presupuestarios en los que ya Slash tocaba un solo mientras caminaba sobre el agua, la banda zapaba sobre un portaaviones o Axl iba del matrimonio al cementerio en un estribillo. Un amasijo de clichés rockeros perfeccionados con obsesión y desmesura tales que no hay por donde quebrarlos, estos vídeos son la leyenda de Guns and Roses. Claro que hoy provocan risa y vergüenza ajena, pero estos opus desaforados son esenciales para entender las pretensiones y ambiciones de GnR, cómo esperaban ser vistos en la memoria larga del rock. Además, explican tanto la perseverancia de la banda como las motivaciones detrás del boom alternativo: es probable que, más que el rock radial ochentero, los ELP del grunge fuesen los Guns. ¿Por qué recordamos tanto 1991, un año cuyas credenciales para la posteridad incluyen el álbum negro de Metallica, <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Out of time”</i> y <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Nevermind”</i>? ¡Es como recordar 1977 por <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Saturday night fever”</i>, <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Rumours”</i> y “Hotel California”! Si no vamos a apreciar el alegato marciano de <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Loveless”</i> o recuperar los seminales <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Death certificate”</i> y <i style="mso-bidi-font-style:normal">“The low end theory”</i>, revisar gemas malditas como <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Laughing stock”</i> o reconocer la audacia de <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Achtung baby”</i>, en el que la banda pop más grande de sus días decide comerse el brazo antes que morir de artritis, parece poco adecuado celebrar el espejismo del rock alternativo –en realidad, el sagaz <i style="mso-bidi-font-style:normal">legerdemain</i> con el que las discográficas se garantizaron el futuro éxito de Silverchair, Bush, Creed y Nickelback. Ahí, la gran farsa que nos proponen los Guns puede ser la salvación. La ilusión como única forma de evitar que la verdad nos mate de pena.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">¿A dónde queremos llegar con todo esto? <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Use your illusion”</i> está demasiado distanciado de lo indie como para reivindicarse hoy como algo cool, pero a pesar de haberse convertido casi en <i style="mso-bidi-font-style: normal">muzak</i> a fuerza de repeticiones radiofónicas, está lejos de minar la leyenda de la banda. Hay gente a la que esto le gusta de verdad y no están mal. Suele pasar. En mi caso hizo falta la versión de Dean Wareham para que reconociese la majestad de “Sweet Child O’Mine”, una canción tan quemada como “Wish you were here”, pero no por ello menos perfecta. De <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Use your illusion”</i> podemos decir que es un disco que no se deja reducir a sola de sus facetas –lo que no sucede con la mayoría de los álbumes del ’91. Ha pasado 20 años desde el estallido grunge, el mismo tiempo que separaba 1991 del zenit hippie. De aquella época sobreviven sólo Dave Grohl y Axl Rose, aunque sólo uno de ellos podría presumir de estar calificado para unirse al grupo de rockstar de la generación anterior. Y en un negocio en el que lo ideal es dejar un cadáver joven y hermoso, ese no es un mérito menor. Lo mismo pasa con los discos de esa época. Excepción hecha de <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Be here now”</i>, sólo <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Use your illusion” </i>tiene el aura de obra maestra del exceso, de esas que son capaces de consumir a sus creadores en el intento de rebasar la realidad por el camino de la épica. Pero hay algo más importante, Guns and Roses fue la única banda que consiguió responderme una cuestión fundamental: ¿Qué demonios es el rock? Y lo hizo con un disco que le podía hablar a un chango en el mismo idioma que <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Patoaventuras”</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal">“Full House”</i>, o los vídeos de Michael Jackson disfrazado de egipcio que veían mis padres. Los términos en los que yo entendía las cosas allá por 1991. Cierto que nos introdujeron a los Misfits y al Bob, pero el pasaje que me ofrecieron fue mucho más valioso. Por eso <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Use your illusion”</i>, un disco que casi no he escuchado, es más importante en mi formación melómana que un <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Steady diet of nothing”</i>. Enamorarse del rock por un artista desencantado y posmoderno no tiene nada que ver con hacerlo por culpa de una banda que te dice que el rock es espectáculo, algo lúdico y ridículo, pura ilusión. ¿Qué GnR es una banda de mierda?, ¿Qué estoy viejo y me estoy empezando a ablandar en el gusto? A lo mejor es verdad, pero me vale. Igual para recuperar la credibilidad siempre tendré historias cool como esa vez que encerré a toda una fiesta adolescente con el soundtrack de <i style="mso-bidi-font-style:normal">“Batman Forever”,</i> o cuando un UMOPAR amigo de mi viejo nos copió <i style="mso-bidi-font-style: normal">“The Wall”</i>. En fin. Si todo el grunge suena a Bon Jovi, no me jodan.</span></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-90397718429831403192011-12-29T13:01:00.000-08:002011-12-29T13:22:04.472-08:00Sobre La era de la boludez<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwEUWhyphenhyphen9Kufau4j5UDq9FOs0dpGmzxNIyMa5S3X5uYY5Q3xetLzviHYSE9DB-Eh4tyxDbDsVyUtG1vH4OpQ1ZgWw98qfhhME3nWrsIt71PAsaBm7UdZCMVJRceG07pkeb_SSPXb0okp8Xh/s1600/Divididos-La_Era_De_La_Boludez-Frontal.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--></a><div style="text-align: justify;"><span style="mso-ansi-language: ES;font-family:Georgia;" lang="ES">Continuando, con retraso y apuro para variar, nuestro especial colectivo sobre discos de 1991, antes de que se acabe este agitado e intenso 2011. Esta vez Juan Terranova se salta la cerca y escribe sobre un disco editado en 1993 pero que es muy 1991: <i style="mso-bidi-font-style:normal">La era de la boludez</i> de Divididos. </span> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwEUWhyphenhyphen9Kufau4j5UDq9FOs0dpGmzxNIyMa5S3X5uYY5Q3xetLzviHYSE9DB-Eh4tyxDbDsVyUtG1vH4OpQ1ZgWw98qfhhME3nWrsIt71PAsaBm7UdZCMVJRceG07pkeb_SSPXb0okp8Xh/s1600/Divididos-La_Era_De_La_Boludez-Frontal.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwEUWhyphenhyphen9Kufau4j5UDq9FOs0dpGmzxNIyMa5S3X5uYY5Q3xetLzviHYSE9DB-Eh4tyxDbDsVyUtG1vH4OpQ1ZgWw98qfhhME3nWrsIt71PAsaBm7UdZCMVJRceG07pkeb_SSPXb0okp8Xh/s400/Divididos-La_Era_De_La_Boludez-Frontal.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5691659021205032850" border="0" /></a><span style="mso-ansi-language: ES;font-family:Georgia;" lang="ES">Por Juan Terranova</span> </div><p class="MsoNormal" style="mso-margin-top-alt:auto;mso-margin-bottom-alt:auto; text-align:justify"><span style="mso-ansi-language: ES;font-family:Georgia;" lang="ES">1. <i>El último boy scout</i> de Tony Scott con Bruce Willis se estrenó en 1991. El crítico de cine Javier Alcácer la describió así: “Alguna vez la década entera se leerá desde esa película”. <i>La era de la boludez</i>, el tercer disco de Divididos, es de 1993 y ya desde el título tematiza las transformaciones esenciales de la última década del siglo XX en la Argentina. Las esenciales y las no esencial, los detalles, las minucias también, porque finalmente son las que terminan definiendo una rutina, un estado de época.</span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="MsoNormal" style="mso-margin-top-alt:auto;mso-margin-bottom-alt:auto; text-align:justify"><span style="mso-ansi-language: ES;font-family:Georgia;" lang="ES">2. La relación con <i>El último boy scout</i> no es solamente cronológica. Ni siquiera hace falta recordar California como meca oscura, las influencias de cada obra, el funk y el neo-funk. Digamos –alcanza- que ambas obras son piezas que combinan tradición y modernidad, o mejor, lo telúrico y el costumbrismo con la violencia del presente.</span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="MsoNormal" style="mso-margin-top-alt:auto;mso-margin-bottom-alt:auto; text-align:justify"><span style="mso-ansi-language: ES;font-family:Georgia;" lang="ES">3. Detalle: el sonido del tambor de Federico Gil Solá, muy cerca del beat de Chad Smith en los Chilli Peppers, que ese mismo año sacaban <i>Blood Sex sugar magic,</i>, acompaña, casi que imita, los golpes que Bruce Willis le da a los malos. Repetición, constancia, eficiencia, sincronía, muy clara en la famosa escena de “si me volvés a tocar te mato”.</span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family:Georgia;">4. Desde luego se pueden ir a buscar las marcas evidentes. En las letras de <i>La era de la boludez</i> tenemos “Salir a asustar” y “Salir a comprar”, el miedo y el consumo, etcétera. Se sabe: un crítico astuto puede hacerle decir casi cualquier cosa a una letra de rock. La letra de “Rasputín”, por ejemplo, es permeable a fáciles lecturas anti-neoliberales. Posiblemente se trate de lecturas acertadas.</span></p><iframe src="http://www.youtube.com/embed/JszHZ4EFDQk" allowfullscreen="" width="420" frameborder="0" height="315"></iframe><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family:Georgia;">5. ¿<i>La era de la boludez</i> se deja fascinar por el objeto que tematiza? A veces pienso que sí, a veces pienso que no. En todo caso, la denuncia no es parte de la obra. Aparece más bien una reflexión. La idea de incorporar elementos telúricos y géneros populares, el bombo legüero, el folclore nacional electrificado, o canciones hechas sin más, casi <i>acapella</i>, son formas de llamar la atención, de hibridar un discurso que durante mucho tiempo fue único. El recurso del indigenismo, presente en más de un tema, se vuelve a veces, casi siempre, remanido. La cronología señala los 500 años del descubrimiento para 1992. El “esfuerzo contemporáneo” del disco es evidente.</span></p><iframe src="http://www.youtube.com/embed/e8qVHuWizdQ" allowfullscreen="" width="420" frameborder="0" height="315"></iframe><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family:Georgia;">6. Como fuere, la mano de Arnedo en la tapa no es un saludo. Más bien es un gesto de límite. Arnedo intenta detener algo. Esta frente a nosotros, su público. Hay en ese gesto, entonces, algo de aviso, de preocupación, de negativa. Sobre el final también aparece, el track más deforme de un disco contundente, ajustado, bien producido, bien compuesto, es una ironía, otro llamado de atención. En “Tajo C” el grupo se divierte pero al mismo tiempo intenta salirse de la etiqueta de banda radial, masiva, integrada al sistema. Y desde luego, para los que lo entienden, para los que entienden su humor, el tema se convierte en un hit.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">http://www.youtube.com/watch?v=6WGW85tR8B0&feature=BFa&list=PL250A79BD1A106963&lf=results_main<br /></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-57250720286492406082011-10-28T13:09:00.000-07:002011-10-28T14:01:08.340-07:00La soledad del militante<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXszoGap_rhUNItuD-rkcB09iq3LMM0SRudt5gAyAbWqHmPCwgRZJtA4WeRBYX1G2ffPMoJA8s8TefWnmlBUtLH7ZvAsfby5fSFzYQRFdQqjaxJZ7-rYJfq5P5BpMIAtcOqlfPyoP-8ti8/s1600/Hermetica-Victimas_Del_Vaciamiento-Interior_Frontal.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--></a><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:Garamond" lang="ES-BO">Esta es la primera entrega de un especial colectivo sobre discos de 1991, un año definitivo para muchos de nosotros, en el que escribirán músicos, escritores, críticos, fans, etc. y que iremos posteando hasta fin de año. Ahora los dejamos con un conmovedor texto del escritor Maximiliano Barrientos sobre el disco <i style="mso-bidi-font-style:normal">Ácido Argentino</i> de la legendaria banda argentina Hermética y sobre ese año capicúa en el que muchos de nosotros estábamos formateando nuestra identidad. Que lo disfruten.</span> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXszoGap_rhUNItuD-rkcB09iq3LMM0SRudt5gAyAbWqHmPCwgRZJtA4WeRBYX1G2ffPMoJA8s8TefWnmlBUtLH7ZvAsfby5fSFzYQRFdQqjaxJZ7-rYJfq5P5BpMIAtcOqlfPyoP-8ti8/s1600/Hermetica-Victimas_Del_Vaciamiento-Interior_Frontal.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXszoGap_rhUNItuD-rkcB09iq3LMM0SRudt5gAyAbWqHmPCwgRZJtA4WeRBYX1G2ffPMoJA8s8TefWnmlBUtLH7ZvAsfby5fSFzYQRFdQqjaxJZ7-rYJfq5P5BpMIAtcOqlfPyoP-8ti8/s400/Hermetica-Victimas_Del_Vaciamiento-Interior_Frontal.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5668649206564571458" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:Garamond" lang="ES-BO">Por Maximiliano Barrientos</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:200%"><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond" lang="ES-BO">El suicidio de Kurt Cobain quedó eclipsado por un acontecimiento que marcó a fuego ese año: el concierto de Hermética en Santa Cruz. Eso era lo único que teníamos en la cabeza, las canciones de la banda argentina eran el paisaje de fondo donde transcurría la adolescencia. No había libros ni cine, aún faltaba buenos años para que llegaran. Sólo estaba la rabia y esos cuatro discos que nos proveía de cierta valentía, de cierto sentimiento de pertenecía. Nos convertía en militantes, y eso era el único lazo que buscábamos entonces. </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; line-height: 200%;"><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond" lang="ES-BO">A los catorce años no entendíamos del todo las letras de Ricardo Iorio, líder de Hermética, y una especie de profeta loco y nacionalista que ahora es justamente reconocido como uno de los pilares del rock argentino. No las entendíamos completamente, pero adorábamos la electricidad que inyectaban. Cantábamos a gritos cosas como “Mata el miedo que guarda el animal”. O “</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond;mso-fareast-font-family: "Times New Roman";mso-bidi-font-family:Arial;color:black;background:white; mso-fareast-language:ES-BO" lang="ES-BO">La gente ya fue,/duerme junto a la TV./El digestivo incendio es su Dios”</span><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%; font-family: Garamond;" lang="ES-BO">. Nos encerrábamos en casa para darle volumen a sus discos y para apagar la televisión. Nos encerrábamos para conocer lo que había en las calles, donde latía la realidad. Hermética, para los que entonces le habíamos dado la espalda al grunge y nos vestíamos de negro, era una forma de no ablandarse.</span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; font-family: Garamond;" lang="ES-BO"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; line-height: 200%;"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:Garamond; mso-fareast-font-family:Calibri;mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:ES-BO;mso-fareast-language:EN-US;mso-bidi-language:AR-SA" lang="ES-BO">Muchos años después busqué en la música una exploración en torno a la vulnerabilidad, lo opuesto a lo que insinuaba la sensibilidad de Iorio. Quizás la banda más importante de la primera década de la veintena haya sido The Smiths. Mientras que Iorio era un fanático que se estrellaba contra todos, un cronista de las pesadillas de los suburbios bonaerenses que hacía de la dureza la realización de un ideal, Morrissey se iba a romper en cualquier momento, y sus canciones contaban historias de corazones confundidos que preferían el vértigo de estar siempre en fuga a la seguridad de volver a un hogar, ya que este había desaparecido. A los catorce años esa fragilidad nos hubiera asesinado. Necesitábamos que nos sacaran de la cabeza, que nos arrojaran al mundo. Necesitábamos ruido, estar conectados por el ruido, y ahí estaban las letras de Iorio, toda una apología de la valentía del militante, de su soledad hermosa y rebelde, camuflada de crítica social y sazonada con cierto aire místico.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; line-height: 200%;"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; font-family: Garamond;"><iframe src="http://www.youtube.com/embed/1l65pGvWvyc" allowfullscreen="" width="420" frameborder="0" height="315"></iframe></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; line-height: 200%;"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;line-height:200%;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond" lang="ES-BO">En el 91, el mismo año de <i style="mso-bidi-font-style:normal">Nevermind</i>, apareció el tercer disco de Hermética: <i style="mso-bidi-font-style:normal">Ácido argentino</i>. Un conocido que cantaba en una banda de covers lo contrabandeó en el colegio. Vendía el casete con una fotocopia borrosa donde apenas se podía distinguir la portada.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>El disco repite algunas obsesiones de Iorio y contiene un par de himnos generacionales. Canciones como “Gil trabajador”, que abre con estos disparos: “</span><span class="apple-style-span"><span style="font-size:12.0pt;line-height: 200%;font-family:Garamond;mso-bidi-font-family:Arial;color:black;background: white" lang="ES-BO">El tormento del vino artificial</span></span><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond;mso-bidi-font-family: Arial;color:black;background:white" lang="ES-BO"> <span class="apple-style-span">y su atmósfera parrillera</span>/<span class="apple-style-span">anestesian la conciencia común</span></span><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%; font-family:Garamond" lang="ES-BO">”, y sigue con una radiografía de la clase trabajadora anclada en una tierra de nadie burlada por los bufones que habitan los extremos y que se encargan del control: el policía y el ladrón. Gente que vive en un afuera total, donde no se tiene ley pero sí amigos, tema frecuente —y ancla salvadora— en el imaginario de Iorio. Volverá a ellos en “Evitando el ablande”, “Atravesando todo límite”, “Traición” y “Desde la esquina”<i style="mso-bidi-font-style: normal">,</i> tal vez la mejor canción sobre los ritos callejeros de chicos reunidos alrededor de una cerveza. Otro himno es “En las calles de Liniers”<i style="mso-bidi-font-style:normal">, </i>el primer contacto que tuve con el realismo sucio. La crónica dura, despiadada, de un día en la vida de ese barrio contada en tono alucinado. “<span class="apple-style-span"><span style="background:white">Y la imberbe horda humana que desciende de los trenes,</span></span><span class="apple-converted-space"><span style="background:white"> </span></span><span style="background:white">/<span class="apple-style-span">desesperada y alocada</span>/<span class="apple-style-span">Contamina mi cabeza y busco amarlos como sea</span>/<span class="apple-style-span">para no volver jamás”. O: </span></span></span><span style="font-family:Garamond;background:white" lang="ES-BO">“</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond; background:white" lang="ES-BO">Ellas también gozan mostrándose inocentes,<span class="apple-converted-space"> </span>/son arpías, esclavas del televisor,<span class="apple-converted-space"> </span>/Viven pensando en lo externo, son adictas a la vida/buscan billetes y pasión</span><span style="font-family:Garamond;background:white" lang="ES-BO">”</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond;background:white" lang="ES-BO">, donde se muestra, más que en cualquier otra parte, la misoginia de Iorio. Una canción brutal sobre cómo sentirte extraterrestre en el sitio donde naciste. Tiene ese tono profético, demente, que hace pensar en el fin del mundo y que parece ser la hermana gemela de “Desde el oeste”, tema sórdido, apocalíptico, incluido en su primer disco, uno de los puntos más altos alcanzado por la banda. Himnos como “Del camionero”, una canción sobre pasar la vida en la ruta, anestesiado con sueños sencillos, con amaneceres en sitios remotos. Siempre en movimiento. Sin pertenecer a ninguna parte. </span></p> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;line-height:200%;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond;background:white; mso-ansi-language:EN-US"><iframe src="http://www.youtube.com/embed/ffJnLvHBGdI" allowfullscreen="" width="420" frameborder="0" height="315"></iframe></span></p><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond; background:white" lang="ES-BO">El 94, el año en el que Cobain se abrió la cabeza con un tiro de escopeta, fui al concierto de Hermética con un amigo que unos años más tarde murió en un accidente de moto. Los trajo el productor del programa de radio FM Rock, un rufián que tenía una extendida fama de embustero. Circulaban flayers denunciando las estafas cometidas a un montón de bandas, lo que hacía pensar que el recital nunca se realizaría, pero en contra de todo pronóstico sucedió en septiembre, en un local pequeño que quedaba a unas cuadras de mi casa y que se solía alquilar para fiestas de quince años. Hermética tocó ante un público de 200 personas luego de haber llenado un año atrás el estadio de Obras con 5.000 espectadores, y de convertirse </span><span style="font-size:12.0pt; line-height:200%;font-family:Garamond" lang="ES-BO">—<span style="background:white">poco a poco</span>—<span style="background:white"> en una leyenda viviente de la música underground. Recuerdo que Iorio estaba ido de coca, cubierto de sudor, y que cuando intentaba cantar la primera parte de “Del camionero” la corriente le quemaba la boca y lo ponía histérico. Puteaba y agarraba a patadas al micrófono bajo la mirada sorprendida y avergonzada de sus compañeros. Pudo haber muerto entonces, pero el loco tuvo suerte y zafó.</span></span> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;line-height:200%;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span class="apple-style-span"><span style="font-size:12.0pt;line-height: 200%;font-family:Garamond;mso-bidi-font-family:Arial;color:black;background: white" lang="ES-BO">La magia de Hermética se debió al cruce de las obsesiones de Iorio con la rara voz de </span></span><span class="apple-style-span"><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond;mso-bidi-font-family: Arial;background:white" lang="ES-BO"><a href="http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Claudio_O%C2%B4Connor&action=edit&redlink=1" title="Claudio O´Connor (aún no redactado)">Claudio O´Connor</a>,<span style="color:black"> que raspaba desde adentro y arrasaba con todo a su paso, corría como fuego en la paja seca. A esa mezcla hay que sumarle la violencia de la guitarra de Antonio Romano. Ese mismo año, meses después del recital en Santa Cruz, Iorio disolvió a la banda. Polémico y sectario, siempre acelerado en su cabeza, difícil y paranoico, creyó que sus compañeros lo habían traicionado y puso fin a un proyecto iniciado en el 87 que empezaba a constituirse en la voz de una generación.</span></span></span><br /></p></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG4oPrB3H1c1L-AtHy1fqbGm6xxUeqsK-ukqdvlHhW57FsgY9ehJwBzrU7yT0S0MOQUKvwjkd4cMMxFGxA9LGYd1uh3pmlX-oOimulsRdVUrBR4v7xrkP41I4WoozO3VGp1u0h1A6y7ENC/s1600/Hermetica-Victimas_Del_Vaciamiento-Interior_Frontal.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; 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En 2001 se le acusó de antisemita</span></span><span style="font-size:12.0pt; line-height:200%;font-family:Garamond" lang="ES-BO">—</span><span class="apple-style-span"><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond; mso-bidi-font-family:Arial;color:black;background:white" lang="ES-BO"> estuvo a punto de comparecer en un jurado</span></span><span style="font-size:12.0pt; line-height:200%;font-family:Garamond" lang="ES-BO">—</span><span class="apple-style-span"><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond; mso-bidi-font-family:Arial;color:black;background:white" lang="ES-BO"> porque soltó el disparate de que los judíos no deberían cantar el himno argentino. Cuatro años más tarde su mujer se suicidó por razones que aún no son claras. En esa entrevista, cuando fue tapa de la emblemática revista rockera, apareció envejecido, ermitaño, excéntrico, como si su cuerpo padeciera descargas continuas de electricidad. Dueño de una honestidad que conmueve y molesta al mismo tiempo, dijo esto: </span></span><span class="apple-style-span"><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond;color:black; background:white" lang="ES-BO">“Mirá, pueden haber millones de personas viviendo a mi lado o yo estar solo, pero la paz está en uno. Yo vivo acá en el medio de la nada y no tengo paz, no tengo ninguna puta paz”. Era hijo de un verdulero. Vendía papas en el Abasto y buena parte de su vida la pasó entre locos y gente humilde. De ahí salieron esas canciones de proletario alucinado que eran el motor de nuestra adolescencia, cuando ningún amigo había muerto o enfermado del hígado, y pasábamos las tardes lejos de casa, soñando otro tipo de refugios. </span></span><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond; mso-bidi-font-family:Arial;color:black;background:white" lang="ES-BO"></span></p> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:0in;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;line-height:200%;tab-stops:45.8pt 91.6pt 137.4pt 183.2pt 229.0pt 274.8pt 320.6pt 366.4pt 412.2pt 458.0pt 503.8pt 549.6pt 595.4pt 641.2pt 687.0pt 732.8pt"><span style="font-size:12.0pt;line-height:200%;font-family:Garamond;mso-bidi-font-family: Arial;color:black;background:white;mso-ansi-language:EN-US"><iframe src="http://www.youtube.com/embed/8D4wVP65NJ8" allowfullscreen="" width="420" frameborder="0" height="315"></iframe></span></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-41806028627680978652011-10-24T16:25:00.000-07:002011-10-24T16:32:04.904-07:00La condición pornográfica, selección y prólogo de Salvador Luis<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3fRWQF4PDQ-v5S0p-5KOH72wzDzIoP1WH9qXHOnXifrJcb2GHTVNiBUhI_uxZKz9QN5dP9LwFZB0HRDheoFytHB8paFMKUDE9IyJrPHUj5bFRZryNOYwO19qEc1oVSeZa1EmZl6Udg7E-/s1600/pornografica.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 239px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3fRWQF4PDQ-v5S0p-5KOH72wzDzIoP1WH9qXHOnXifrJcb2GHTVNiBUhI_uxZKz9QN5dP9LwFZB0HRDheoFytHB8paFMKUDE9IyJrPHUj5bFRZryNOYwO19qEc1oVSeZa1EmZl6Udg7E-/s400/pornografica.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5667205376738998418" border="0" /></a>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-77810156965990662782011-08-26T16:26:00.001-07:002011-08-26T16:28:15.919-07:00Trayéndolo todo de regreso a casa, Patricio Pron<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibIAGEH_UHWXU2d_L9iXXucrdoIltHCoqMxeK3KDANhjPxQigVidWYX2FvbeU_4Ts4VmfbJk9JLueQ5MiwxAtXHwTPDEPqVil9OQXVYzBdVHBopnEHDdgNK3v3mFNzmO5CKMfr_McE0vuj/s1600/Trayendolo.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 237px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibIAGEH_UHWXU2d_L9iXXucrdoIltHCoqMxeK3KDANhjPxQigVidWYX2FvbeU_4Ts4VmfbJk9JLueQ5MiwxAtXHwTPDEPqVil9OQXVYzBdVHBopnEHDdgNK3v3mFNzmO5CKMfr_McE0vuj/s400/Trayendolo.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5645310526161001010" border="0" /></a>
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<br />Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-48411971556589040582011-08-16T15:46:00.000-07:002011-08-16T15:55:14.401-07:00Entrevista a Fabián Casas en Fondo Negro<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1iByEZ9ovy2PEl3Teje5fYZoVTvp7AdcMSACkUGITWm_dcbPi7-xy-ZCamRvNaL5jpqyZP9jU_iQRqf1pYbwCxw3_c3X-vY80GYt5GIzrz988tPMIDXGqEoyXdFLFbf4kuQ_ha4OnilBc/s1600/Fabian.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: EN-US;mso-bidi-language:AR-SA" lang="ES">Luego de la resaca de ese triste evento filisteo que fue la Feria del Libro de La Paz, que el mismo Jesús hubiera desarmado a palos, los dejamos con esta genial entrevista, que le hizo Sebastián Antezana en el último Fondo Negro, a Fabián Casas sobre la publicación de <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los Lemmings y otros</i> en estos parajes andino-amazónicos.</span>
<br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1iByEZ9ovy2PEl3Teje5fYZoVTvp7AdcMSACkUGITWm_dcbPi7-xy-ZCamRvNaL5jpqyZP9jU_iQRqf1pYbwCxw3_c3X-vY80GYt5GIzrz988tPMIDXGqEoyXdFLFbf4kuQ_ha4OnilBc/s1600/Fabian.jpg"><span style="font-size: 12pt; font-family: "Times New Roman";" lang="ES"> </span></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1iByEZ9ovy2PEl3Teje5fYZoVTvp7AdcMSACkUGITWm_dcbPi7-xy-ZCamRvNaL5jpqyZP9jU_iQRqf1pYbwCxw3_c3X-vY80GYt5GIzrz988tPMIDXGqEoyXdFLFbf4kuQ_ha4OnilBc/s1600/Fabian.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 219px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1iByEZ9ovy2PEl3Teje5fYZoVTvp7AdcMSACkUGITWm_dcbPi7-xy-ZCamRvNaL5jpqyZP9jU_iQRqf1pYbwCxw3_c3X-vY80GYt5GIzrz988tPMIDXGqEoyXdFLFbf4kuQ_ha4OnilBc/s400/Fabian.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5641590122835561618" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Por Sebastián Antezana</span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD">El pasado viernes fue la presentación de <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los lemmings y otros</i>… y aunque Casas no pudo estar presente, el suyo es, con seguridad, uno de los mejores libros que se ofrecieron en la Feria que hoy termina. A continuación, a manera de destacarlo, una breve e informal entrevista que Fondo Negro consiguió con su autor, vía correo electrónico.</span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> <b><i>- Eres narrador y también poeta. ¿Cómo viene la decisión de escribir verso o prosa? ¿Hay temas que sean privilegio exclusivo de alguno de los dos?</i></b></span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD">- No me preocupan mucho los géneros. En realidad me gustan los transgéneros, lo que se mezcla, se cruza se invade. A veces empiezo a escuchar una musiquita y lo que llega tiene una respiración más larga , entonces es prosa. si es más corta es verso.</span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> <b><i>- La narrativa y la poesía que escribes ¿se inscribe dentro del cuerpo de la literatura que te gusta leer? Y, en esa línea, ¿clasificarías a tus lecturas regulares como afines a tu escritura, o se trata de cosas distintas?</i></b></span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD">- Yo pienso que un escritor tiene que ir siempre en contra de su habilidad. eso implica que después de los años de formación, para que tu prosa siga viva y en peligro, hay que leer de estéticas muy diferentes a las que uno trabaja, para ampliar la paleta de colores. </span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><b><i><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD">- Leí –o escuché– que alguna vez dijiste que Schopenhauer era una de tus lecturas de cabecera. Por otra parte, por lo menos tu prosa parece querer explorar una realidad absolutamente cotidiana. ¿Están peleadas o hermanadas una y la otra? ¿Hasta qué punto la filosofía viene a ser un sinónimo de “alta cultura”? Y, quizás más importante, ¿hay algo así como una filosofía de la cotidianidad (de barrio, diría alguno) que motive tu escritura?</span></i></b><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> - Para mí no existe la alta cultura. Pensarte dentro de la filosofía te impide pensar, pensarte dentro de la literatura te impide escribir.</span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><b><i><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD">- Fogwill, entre otros parece ser una influencia importante para ti. Es personaje de alguno de tus cuentos y otro está dedicado a él ¿Qué pasó cuando supiste que había muerto? ¿Cambió algo en tu escritura?</span></i></b><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> </span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD">- Extraño mucho a Fogwill. Pero no su escritura, su persona, su voz, su mal humor, su risa, esas cosas. </span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> <b><i>- ¿Por qué te decidiste a publicar Los lemmings y otros en Bolivia?</i></b></span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD">- Porque el editor que me lo publica, Barrientos, es un crack absoluto. Y porque pasé unos meses geniales en mi veintena durmiendo por las calles de La Paz y Oruro. Porque creo que hay que demostrar que se puede publicar en la altura.</span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> <b><i>- El libro parece marcar cuento a cuento una especie de recorrido vital de la voz narrativa. ¿Hubo alguna intención de diseñar las coordenadas de una educación sentimental que refleje tu biografía?</i></b></span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> - No, no hubo intención. Como decía Borges, la posibilidad de tener en claro ciertas cosas puede detener las operaciones estéticas.</span><span style="mso-ansi-language: ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> <b><i>- Diría que, en cuestión de narrativa, es tal vez un mecanismo de rememoración de ciertas anécdotas el que hace de motor de mucha de tu escritura. ¿Estás de acuerdo? ¿Hasta qué punto la cotidianidad es material de la ficción?</i></b></span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> - No tengo imaginación. Trabajo con impotencia e ignorancia. estoy encerrado con un solo juguete y trato de sacarle agua a las piedras. </span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> <b><i>- Me comentaste que en algún momento de la vida caíste por La Paz. Leila Guerriero, por su parte, cuenta que esto sucedió al final de una viaje larguísimo y accidentado que comenzaste con Canadá como meta. ¿Cómo fue tu experiencia en La Paz? ¿Cómo llegaste por acá?</i></b></span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> - Viajaba con amigos de la facultad para imitar el viaje del Che, pero sin que muriera nadie. y cuando volvía del amazonas entré de nuevo en Bolivia y me quedé varado en La Paz, viviendo de lo que me daba la gente, que fue muy generosa. Ahí aprendí que el confort te debilita.</span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> <b><i>- ¿Qué libros, qué autores te traen a la memoria algo de lo que viviste acá?</i></b></span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> - Me robé de una librería un libro de Cioran que se llama Miseria de la filosofía o algo así, y lo iba leyendo por las calles. </span><span style="mso-ansi-language: ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> <b><i>- ¿De qué va Breves apuntes de autoayuda?</i></b></span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> <p class="ecxmsonormal" style="text-align:justify;text-autospace:ideograph-numeric"><span style="color:black;mso-ansi-language:ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> - Son breves ensayos al tuntún sobre cine, música y literatura. Y algo de política también.</span><span style="mso-ansi-language:ES" lang="ES"></span></p> Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-21743859439293723962011-07-30T19:13:00.000-07:002011-07-30T19:21:28.341-07:00Mar con soroche 24<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqArqO-CHZwT6o1YuIS03TWFuonpxwFQfs4L3m3YQPzF3sfgmdGEWhgKjMZXJG-61b9VQvSwfuGHGi5XXLIU-F2zMJHr8BeNMQtj8ZgHHf_RXhBh6mX9XZ0nippPQFxwJBmEPOMLOPK7-z/s1600/Portada_Soroche_24%255B1%255D.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 303px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqArqO-CHZwT6o1YuIS03TWFuonpxwFQfs4L3m3YQPzF3sfgmdGEWhgKjMZXJG-61b9VQvSwfuGHGi5XXLIU-F2zMJHr8BeNMQtj8ZgHHf_RXhBh6mX9XZ0nippPQFxwJBmEPOMLOPK7-z/s400/Portada_Soroche_24%255B1%255D.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5635335696485292210" border="0" /></a><b><span style="font-family:'Georgia','serif';font-size:12pt;">Ha salido a la luz el n.º 24 de la revista de poesía <i>Mar con soroche</i> </span></b> <div class="ecxMsoNoSpacing"><span style="font-family:'Georgia','serif';font-size:12pt;"> </span></div> <div class="ecxMsoNoSpacing" style="text-align:justify"><span style="font-family:'Georgia','serif';font-size:12pt;">Una de las novedades de este número es su salto a la marea virtual a través de su remozada versión digital, que se puede degustar en <a href="http://intemperie.cl/soroche" target="_blank"><span style="color:blue;">http://intemperie.cl/soroche</span></a> — además de la tradicional edición impresa (con un tiraje limitado) que llegará pronto a librerías bolivianas y chilenas. </span></div> <div class="ecxMsoNoSpacing" style="text-align:justify"><span style="font-family:'Georgia','serif';font-size:12pt;"><br />La segunda sorpresa es el dossier <i>Mar para Bolivia</i>, que reúne 30 textos de ficción o casi-ficción (poemas, cuentos, ensayos, fotografías), enviados por escritores latinoamericanos y españoles como respuesta a una convocatoria que lanzó la revista en marzo y que invitaba a “hacer algo” con la susodicha frase. ¿Qué hacer pues con Mar para Bolivia? Respuestas de José Kozer, Gabriel Chávez, Elvira Hernández, Giovanna Rivero, Cé Mendizábal, Lupe Cajías, Gary Daher, Octavio Armand, Anabel Gutiérrez, Guillermo Daghero, Bartomeu Ferrando, Jorge Kanese, Emma Villazón y Andrés Ajens, entre otras escritoras y escritores. </span></div> <div class="ecxMsoNoSpacing" style="text-align:justify"><span style="font-family:'Georgia','serif';font-size:12pt;"> </span></div> <div class="ecxMsoNoSpacing" style="text-align:justify"><span style="font-family:'Georgia','serif';font-size:12pt;">También destacan un dossier dedicado al poeta español Felipe Boso, de tendencia concretista, y quien fuera traductor de uno de los libros primordiales de Paul Celan, <i>Cambio de aliento, </i><span>y un texto del ensayista alemán, Werner Hamacher, acerca del sentido del comprender en juego en la escritura: <i>Comprensión detraída</i>. </span><span> </span></span></div> <div class="ecxMsoNoSpacing" style="text-align:justify"><span style="font-family:'Georgia','serif';font-size:12pt;"> </span></div> <div class="ecxMsoNoSpacing" style="text-align:justify"><span style="font-family:'Georgia','serif';font-size:12pt;">Quienes estuvieran interesados en comprar ejemplares de la revista impresa pueden escribir a<u> </u><a href="mailto:marconsoroche@gmail.com"><span style="color:blue;">marconsoroche</span><span style="color:blue;">@</span><span style="color:blue;">gmail.com</span></a><u>.</u></span></div>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-85638690833353533672011-06-23T12:59:00.000-07:002011-06-23T13:32:52.633-07:00La disolución del yo y el boedismo zen<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheEXUhYfvrBv-C3chN8hgMYPdYUtHrruxgUezRPNI_WSDEtqa1jEXJribOZofUJLj9x5DsoAjW5dpnJtHu7Xlv47vuB9ty_aDYquZ_U9O-qPf2BFnurL8CwsqDHeNoiL7_NZIZcBAVkghr/s1600/lemmings.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--></a><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:Georgia;mso-ansi-language: ES" lang="ES">Cuando en el año 2007 descubrimos este libro, volviéndonos acérrimos fans, acá en El Cuervo ni se nos ocurría que algún día lo publicaríamos para deleite de las ávidas masas lectoras bolis (y de Perú y Chile). <i style="mso-bidi-font-style: normal">Los Lemmings y otros</i> ha sido publicado por Santiago Arcos (Argentina) y por Alpha Decay (España) y ahora por El Cuervo. <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los Lemmings y otros</i> de Fabián Casas es de esos libros que dejan huella en el lector, uno de esos libros que suscitan modestos pero leales cultos. Acá reproducimos, sin permiso pero con la mejor onda, la primera reseña en Bolivia sobre nuestro octavo lanzamiento. Agradecemos a <a href="http://tiemporecuperado.blogspot.com">Andrés Laguna</a> y a <a href="http://www.opinion.com.bo/opinion/ramona/2011/0619/suplementos.php?id=1004">La Ramona</a>, donde fue originalmente publicada hace unos días. <span style="mso-spacerun:yes"> </span></span> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheEXUhYfvrBv-C3chN8hgMYPdYUtHrruxgUezRPNI_WSDEtqa1jEXJribOZofUJLj9x5DsoAjW5dpnJtHu7Xlv47vuB9ty_aDYquZ_U9O-qPf2BFnurL8CwsqDHeNoiL7_NZIZcBAVkghr/s1600/lemmings.jpg"><span style="font-family:Georgia;mso-ansi-language: ES" lang="ES"></span></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheEXUhYfvrBv-C3chN8hgMYPdYUtHrruxgUezRPNI_WSDEtqa1jEXJribOZofUJLj9x5DsoAjW5dpnJtHu7Xlv47vuB9ty_aDYquZ_U9O-qPf2BFnurL8CwsqDHeNoiL7_NZIZcBAVkghr/s1600/lemmings.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 249px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheEXUhYfvrBv-C3chN8hgMYPdYUtHrruxgUezRPNI_WSDEtqa1jEXJribOZofUJLj9x5DsoAjW5dpnJtHu7Xlv47vuB9ty_aDYquZ_U9O-qPf2BFnurL8CwsqDHeNoiL7_NZIZcBAVkghr/s400/lemmings.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5621514189113766914" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p style="text-align: center;" class="MsoNormal"><span style="font-size:6.0pt;font-family:Georgia; mso-ansi-language:ES" lang="ES">Diseño: Leandro Escobar (www.lepopurri.com.ar)</span></p> </div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_-l5gNnWaaRbz6INvL2Gd1iIjNwE4dRSEyTDXSJjgAu8RxsJ22J9srxXL4at-jedrGP5M_CsOEZTmmX6Jku7aZ6Ht7HSbuwTB-NaZa-fVIdfMbTWowjnCgLRoQWGOT_xdqanBRhCRRMgW/s1600/loslemmings.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </a><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="font-family:Georgia;mso-ansi-language: ES" lang="ES">por Andrés Laguna</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="font-family:Georgia;mso-ansi-language: ES" lang="ES"></span><span style="font-size: 12pt; font-family: Georgia;" lang="ES">En la presentación en Barcelona de <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los lemmings y otros</i>, Fabián Casas afirmó que salta a la vista cuando el autor de un texto suele leer poesía. Para el autor argentino no todo lo que está escrito en verso lo es, en cambio, obras narrativas como <i style="mso-bidi-font-style:normal">La montaña mágica</i> contienen el gesto poético que supone esencial en todo texto. En la breve y bella compilación de relatos, que acaba de ser publicada en Bolivia por la cada vez más apreciable editorial El Cuervo, se deja ver con claridad que Casas es un gran lector de poesía. Y, por cierto, también se hace evidente que la escribe. No es gratuito que varias veces haya afirmado que sólo escribe poesía en diferentes formas, en diferentes soportes. Supongo que es incuestionable, su narrativa y sus ensayos son tan depurados, contundentes, profundos, tienen un lenguaje tan ajustado al discurso del texto, que son piezas de una gran y notable obra poética. </span><br /></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; font-family: Georgia;" lang="ES"> </span><br /><span style="font-size: 12pt; font-family: Georgia;" lang="ES"> <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los lemmings y otros</i> está compuesto por una serie de relatos que suceden en el barrio porteño de Boedo, protagonizados por un puñado de personajes inolvidables, ambientados en un tiempo pasado que no necesariamente fue mejor pero que indudablemente es imborrable. La intensidad y la verosimilitud de las voces que protagonizan los textos, el compromiso que tienen con las historias que se le develan al lector, hacen que nos sintamos tentados de creer que el libro no es más que una breve colección de memorias, de extraordinarias historias autobiográficas. Pero, poco importa si Casas vivió lo que nos cuenta, poco importa si se inventó un alterego que aguante mejor que él las aventuras y las desventuras literarias, poco importa si esto no es más que una transcripción de las peripecias de sus conocidos. Lo que hace a <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los lemmings y otros</i> un libro que vale la pena leer es la aproximación a los temas y a los argumentos que se relatan. En manos de un autor con menos talento, estas historias no hubiesen sido otra cosa más que ese tradicionalismo porteño burdo, que suele camuflarse como buena literatura. Casas es un autor sensible, con influencias e intereses diversos, que tiene una curiosa relación con la vida, el cosmos y la literatura. Así como es evidente que lee poesía –por el tratamiento del lenguaje, por la precisión con las palabras-, también se nota la importancia que tiene el pensamiento filosófico en su obra. No sólo por las constantes y entretenidas referencias a autores como Schopenhauer o Wittgenstein. Por esas extrañas coincidencias de la vida, desde Boedo, Casas se relacionó con el budismo zen –se sabe que es un tipo que practica muy seriamente el karate y la arquería, entre otras disciplinas orientales-. Eso ha sido determinante para su obra y para su forma de escribir. En la presentación mencionada, Casas aseguró algo que ya había leído en varias entrevistas, que cuando escribe busca que su voz se diluya para que las voces de los personajes crezcan, para que se apropien del texto. Si el zen reza que se debe caminar sin dejar huella, en la literatura de Casas aparentemente el ideal fundamental es que el autor escriba sin dejar huellas. Es decir, no debe ser más que un intermediario entre el lenguaje y los personajes que adquieren una vida propia, una voz propia. Ese es uno de los enormes puntos fuertes de los relatos incluidos en <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los lemmings y otros</i>, la voz de Fabián Casas se diluye en la de Andrés Stella, en la de Máximo Disfrute o en la del japonés Uzu. Tal vez la literatura para Casas no es otra cosa que le disolución del yo, del ego, para así dar paso a la creación pura, que aunque se alimenta de recuerdos, de relatos ajenos o de la realidad asimilada, permite que otros personajes adquieran vida propia y protagonicen su propio mundo, sus propias vidas, su singularidad. La literatura para Casas tal vez es la conexión con la creación misma, con lo trascendental, es la desaparición absoluta del ego del autor, de ese yo que corrompe la literatura, es el someterse ante la enormidad de la obra. Supongo que justamente por eso en uno de los relatos más notables del volumen, el que recuerdo con mayor intensidad, titulado “Asterix, el encargado”, todo un conjunto de situaciones bizarras y de personajes entrañables, se ponen al servicio de la narración del <i style="mso-bidi-font-style: normal">satori</i> –la iluminación budista- que tiene el narrador. Cuando está viviendo una de las mayores crisis de su vida, está deprimido, no tiene trabajo, su chica lo acaba de dejar, su gato ha desaparecido, gracias al encargado, al portero de su edificio, se adentra en el barrio boliviano, se somete a una suerte de Tinku y justo cuando pierde la individualidad, cuando se hace invisible, encuentra su lugar en el mundo.</span><br /><span style="font-size: 12pt; font-family: Georgia;" lang="ES"> </span><br /><span style="font-size:12.0pt;font-family:Georgia;mso-fareast-font-family: "Times New Roman";mso-bidi-font-family:"Times New Roman";mso-ansi-language: ES;mso-fareast-language:EN-US;mso-bidi-language:AR-SA" lang="ES"> <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los lemmings y otros</i> es una obra que está llena de momentos cómicos, frustrantes, dramáticos, patéticos, enternecedores, entre otros. Como toda obra de arte respetable está compuesta de la misma materia de la que está hecha la vida misma. Lo que se agradece es la intermediación de una pluma tan afilada como sensible. Lleno de frescos de la infancia, de la adolescencia, del mundillo literario, del fútbol (jamás se debe olvidar que Casas es un hincha feroz de San Lorenzo), este es un libro breve y contundente. Lejos de ser un <i style="mso-bidi-font-style:normal">haiku</i>, en sus mejores momentos <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los</i> <i style="mso-bidi-font-style:normal">lemmings y otros</i> es una especie de <i style="mso-bidi-font-style:normal">seppuku </i>boedista, en el que el corte fino y profundo de la <i style="mso-bidi-font-style:normal">katana</i> de Casas, nos permite recuperar al pasado, nos contamina con nostalgia, nos hace morir con honor y llegar a nuestras profundidades, aunque sin tomarnos muy en serio. Para después poder levantarnos, desempolvarnos y despacio seguir subiendo al Fuji. O intentando conquistar el parque Rivadavia. Y seguir con la vida.</span><span style="font-family:Georgia;mso-ansi-language: ES" lang="ES"></span></div>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-31402646208421355422011-05-29T17:27:00.000-07:002011-05-29T17:34:59.185-07:00El Amor según: Lo aleatorio crea vida<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzzXq-OizRelYrDeb-mtiLcZaSgED3cyQcRP3H_oWWNW4FFmtXF005SqlUoWBf-BX4xCfZzy_28uOpzdC_aWXijLCoYhwauNg8wF9jk8shK1hiBy-eohyxnsB29UKwCP208dGJybOOQPsQ/s1600/ElASmuestrareferencia.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--></a><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Georgia;font-size:11.0pt;" lang="ES-BO">En la edición del suplemento <a href="http://www.la-razon.com/version_te.php?ArticleId=448&EditionId=2543&ids=78">Tendencias</a> de hoy se publicó una versión de este texto que el escritor Christian Vera leyó durante la presentación de la novela <i style="mso-bidi-font-style:normal">El amor según</i> de Sebastián Antezana. Nos complace reproducir ahora la versión completa y darle las gracias a Christian por la onda.</span> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzzXq-OizRelYrDeb-mtiLcZaSgED3cyQcRP3H_oWWNW4FFmtXF005SqlUoWBf-BX4xCfZzy_28uOpzdC_aWXijLCoYhwauNg8wF9jk8shK1hiBy-eohyxnsB29UKwCP208dGJybOOQPsQ/s1600/ElASmuestrareferencia.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 188px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzzXq-OizRelYrDeb-mtiLcZaSgED3cyQcRP3H_oWWNW4FFmtXF005SqlUoWBf-BX4xCfZzy_28uOpzdC_aWXijLCoYhwauNg8wF9jk8shK1hiBy-eohyxnsB29UKwCP208dGJybOOQPsQ/s400/ElASmuestrareferencia.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5612299947682530738" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Georgia;font-size:11.0pt;" lang="ES-BO">por Christian Vera</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Georgia;font-size:11.0pt;" lang="ES-BO">Es la ausencia el eje sobre el que se sostiene la escritura de esta novela. Y siempre que se escribe sobre la ausencia, se escribe sobre la nada, sobre el vacío, sobre el vértigo, sobre la carencia de verdades o certezas. A continuación les leeré los efectos de sentido que me despertó esta novela, esto con el fin de aproximarlos a la orilla de la novela y esperando a que cada uno de ustedes se avienten como los suicidas más furiosos a esta narración tejida sobre esa angustia que es convivir a diario con la nada, con lo tenue, con el vacío.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Georgia;font-size:11.0pt;" lang="ES-BO">Desde las primeras líneas de <i style="mso-bidi-font-style:normal">El amor según</i> surge una trama envolvente, espiral, opresiva, claustrofóbica, laberíntica que apunta tanto a la configuración como al rastrillaje de un alguien ausente. Y para que esto sea posible Sebastián desplaza un juego narrativo donde la quietud, la infinidad de preguntas sin respuesta, la falta de movimiento, el paso lento del tiempo, el silencio, lo absurdo marcan el ritmo. Pero,<i style="mso-bidi-font-style:normal"> </i>más allá de la trama que la maquinaria narrativa se encarga de hacer funcionar, en la novela de Sebastián se da una interesante vuelta de tuerca a los lugares comunes de la literatura policiaca, de misterio, del <i style="mso-bidi-font-style:normal">thriller</i> y se produce una narrativa más preocupada por suspender el sentido, por prorrogar la intriga, por oscurecer y ensuciar la trama, por jugar con las palabras como si se tratarán de ecuaciones matemáticas, infinitas, aleatorias.<span style="mso-spacerun:yes"> </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Georgia;font-size:11.0pt;" lang="ES-BO">Pero ya que hablé de la trama vale la pena revisar algunas líneas de esta urdimbre narrativa que compone <i style="mso-bidi-font-style:normal">El amor según</i>. Las cosas en la novela son muy simples, tal vez por eso asustan tanto al lector: Un día Mariana, una fotógrafa y artista,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de forma súbita ya no vuelve a casa. Su pareja, un hombre que antes era un policía de nombre Zimmer, no sabe los motivos concretos de su desaparición y esta incertidumbre le despierta una paranoia incontrolable e incurable. Junto con la ayuda de sus suegros Zimmer<span style="mso-spacerun:yes"> </span>busca a Mariana de forma incesante, el caso llega a los medios que amplifican la noticia pero esto no sirve de nada. Mientras Zimmer más la busca más se profundiza su extravío y la narración se hunde provocando en el lector esa sensación de nada, de nulidad, de vacío. Como Zimmer no encuentra respuestas concretas opta por el camino más laberíntico que es el de la investigación metafísica, abstracta, teórica, poética, delirante. Una investigación donde la información cosechada proporciona filigranas tan delicadas que se evaporan en la nada sin dejar huella palpable. Un detalle interesante es que así como Mariana ha desaparecido, al mismo tiempo en la novela desaparece la posibilidad de que surja alguna verdad posible, se suspende el sentido, se lo congela, la narración se estanca en un círculo concéntrico, inoperante y las palabras también se estancan junto con el personaje que literalmente queda prisionero en un cuarto donde se depositan los recuerdos y ese juego perverso de recordar. Zimmer al entrar en ese territorio pantanoso recorre la distancia que más próximo lo aventará hacia el desvarío. Y ese desvarío es posible de palpar a lo largo de la narración ya que las palabras, la poesía de la novela, te permiten sentir ese sudor de angustia, de extravío que empapa a Zimmer. Y es desde ese extravío que Zimmer reconstruye de forma maniática todos los hilos que componían las últimas horas de convivencia con la mujer, recuerda los olores, las caricias, el sexo, los besos, las palabras, revisa también todas las circunstancias que acompañaron a la desaparición de su mujer, explora a tal punto en su memoria que se ahonda en las dudas más ásperas que ofrece el amor. Y revisa con tal intensidad estos sucesos que poco a poco tanto en el lector como en la vida del personaje se va instaurando un espiral de delirio, de locura. Sin embargo, esta sensación de ceder a la locura llega a un punto que se<span style="mso-spacerun:yes"> </span>potencia con la aparición de posibles pruebas que en apariencia parecen ser más certeras, surgirán en la trama una periodista y un hombre. Pero ellos más que traer pistas y luces sobre la ausencia de la mujer abrirán una ruta que llevará a Zimmer a la desintegración de cualquier posibilidad de verdad, lo aventarán a un espacio donde abunda el chenko que instauran las dudas, el misterio, la imposibilidad.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Georgia;font-size:11.0pt;" lang="ES-BO">Quisiera leerles algunos fragmentos de <i style="mso-bidi-font-style:normal">El amor según</i> que me parecen significativos y que como lector me abrieron orificios en el cuerpo. Cito: “¿Cómo encontrar a alguien que no quiere ser encontrado, alguien que ya sólo existe como una falta, como una no presencia? Porque eso es precisamente lo que Mariana se ha vuelto ahora, una no presencia, un espacio vacío, un hueco en la realidad”. Otra cita: “El sufrimiento es, también, una incapacidad de narrarse la propia historia, una forma de anulación de los relatos, una gesta que se levanta contra la memoria, contra la linealidad de los hechos”. Y por último quiero leerles esta cita que me parece pertinente ya que es una aseveración que sostiene todos los afanes que encierra la novela: “Del pasado no se sabe casi nada, es un lugar tenue, borroso, insondable. Lo único que tenemos sobre él son pistas, teorías, fragmentos, interpretaciones. Volver sobre el pasado, ceder a la tentación de leer en el tiempo ido las huellas que explican el actual, es un poco como hacer crítica de la historia, es revisar versiones de sucesos de lo que en realidad no tenemos prueba de que sucedieron. (…) De la misma forma, la lectura del pasados personal será necesariamente la exploración de varias versiones de uno mismo, de varias interpretaciones de la persona que trata de encontrarse, de ver cómo llegó hasta ese punto, de descubrir en el tiempo los momentos definitivos de la constitución del que es hoy, y lo hará siempre, fatalmente a ciegas, velado por un filtro que pluraliza la historia y el recorrido. (…) Comprender del todo algo que ya ha sucedido es esencialmente imposible”. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Georgia;font-size:11.0pt;" lang="ES-BO">Hay muchas más cosas que rescatar y subrayar de esta novela pero no quiero agobiarlos con mi lectura, creo que esta noche es mucho más importante escucharlo a Sebastián que a los lectores que andamos voraces de literatura nos ha regalado una novela inquietante y aleatoria y al mismo tiempo muy compleja por todas esas sensaciones asfixiantes que despierta. Por otra parte, es pertinente decirlo: en un contexto de producción literaria tan mediocre resulta un alivio leer una novela que quiere abrir otras posibilidades para hacer ficción. Si me permiten estoy cansado de todas esas novelitas ingenuas que abundan y que venden, me refiero a esas que tienen personajes bien construidos, creíbles, historias interesantes, atrapantes, inteligentes, esas que retratan el habla de la gente, que reverencian a esos personajes marginales, que tienen desenlaces sorprendentes o definitivos. Por suerte, de todo eso escapa <i style="mso-bidi-font-style:normal">El amor según</i> y nos ofrece un objeto literario más extraño, más poético. Creo que la literatura es un arte bajo y algo de eso se encuentra en la novela de Sebastián. Ya que su novela más que parecerse a un libro se asemeja a un reptil que se arrastra, seduce, corroe e inyecta poco a poco su veneno. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Georgia;font-size:11.0pt;" lang="ES-BO">Por último, agradezco esta invitación a Fernando Barrientos y quiero felicitarlo públicamente porque arriesgar tu plata imprimiendo literatura, en un contexto como éste, es un gesto heroico, es un gesto de locura y de profundo compromiso con la ficción. Dicen que cuando surgen editoriales con más compromiso con la literatura que con el mercado es ahí donde se potencia la literatura. Nuevamente gracias Fernando por esta hazaña y te felicito por el enorme emprendimiento…<span style="mso-spacerun:yes"> </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi-font-family:Georgia;font-size:11.0pt;" lang="ES-BO">Gracias</span></p> </div>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-14694345455637462002011-05-15T19:34:00.001-07:002011-05-15T19:36:39.629-07:00El amor según de Sebastián Antezana<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZZfYangXK7owTyw8qaQA0U7Qn6A73IRJz5ztyWdjGYydWwUO0_VkqsJR0W38hV1NR904OlL4naz05nhSj9sRnZyPmrttQpb1qvcHOyz9gNVy4bwiwpb9CoobOAsVMqfDvrCw5i4C3G5O9/s1600/muestrareferencia.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--></a><span style="mso-ansi-language: ES" lang="ES">Presentamos nuestro séptimo título, la novela <i style="mso-bidi-font-style: normal">El amor según</i> de Sebastián Antezana (ganador del Premio Nacional de Novela 2008). Los esperamos el viernes 20 de mayo a hrs. 19:30 en la Sala Luis Bazoberry de la Cinemateca, no falten.</span> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZZfYangXK7owTyw8qaQA0U7Qn6A73IRJz5ztyWdjGYydWwUO0_VkqsJR0W38hV1NR904OlL4naz05nhSj9sRnZyPmrttQpb1qvcHOyz9gNVy4bwiwpb9CoobOAsVMqfDvrCw5i4C3G5O9/s1600/muestrareferencia.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 247px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZZfYangXK7owTyw8qaQA0U7Qn6A73IRJz5ztyWdjGYydWwUO0_VkqsJR0W38hV1NR904OlL4naz05nhSj9sRnZyPmrttQpb1qvcHOyz9gNVy4bwiwpb9CoobOAsVMqfDvrCw5i4C3G5O9/s400/muestrareferencia.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5607137086407026866" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="mso-margin-top-alt:auto;mso-margin-bottom-alt:auto; text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman";mso-fareast-language:ES" lang="ES">Una mujer se ha perdido. Y su marido se hunde en una exploración obsesiva, enumerando los restos del naufragio en busca de una<span style="color:black"> explicación. Eso es todo lo que ocurre en esta segunda novela de Sebastián Antezana, en la que se exploran las relaciones entre artificialidad, mecanicismo y vitalidad, y las consecuencias de empezar a vivir cuando se ha clausurado la ilusión de un posible comienzo.</span> </span></p> <p class="MsoNormal" style="mso-margin-top-alt:auto;mso-margin-bottom-alt:auto; text-align:justify;line-height:normal"><span style="font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman";mso-fareast-language:ES" lang="ES">La peculiaridad del título hace pensar que es el lector quien deberá decidir cómo complementar ese “según” trunco, irresuelto, ambiguo, que enuncia un desafío desde la portada. En esa decisión se juega no sólo una posición de narrador, sino también una novela posible. <span style="color:black">En <i>El amor según</i>, la circularidad de la trama se abisma en</span> una compulsión grafómana prolijamente sostenida a fuerza<span style="color:black"> de ritmo y estilo.</span> </span></p><div style="text-align: justify;"> <span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language: ES;mso-bidi-language:AR-SA" lang="ES">La fotografía y el enigma policial, ya explorados<span style="color:black"> por Antezana en una novela anterior, reciben </span>aquí un nuevo tipo de tratamiento. Si Perec tramó una novela para narrar la desaparición de una letra, esta inclasificable <span style="color:black">narración sobre los fragmentos amorosos parece funcionar como alegoría de un dato estridente de la vida contemporánea: la desaparición del lugar central que la novela (la narración, en general) ocupó en la trama social y en la imaginación occidental. </span>Y nos plantea, entre tantos otros, este <span style="color:black">dilema: ¿si la novela desaparece, quién narrará la pasión? ¿Cómo</span></span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; font-family:"Times New Roman";mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; color:black;mso-ansi-language:ES-AR;mso-fareast-language:ES;mso-bidi-language: AR-SA" lang="ES-AR">?</span><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; font-family:"Times New Roman";mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; color:black;mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES;mso-bidi-language: AR-SA" lang="ES"> ¿Sobre qué rastros?</span><span style="font-size:12.0pt; line-height:115%;font-family:"Times New Roman";mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ES;mso-bidi-language:AR-SA" lang="ES"> </span><br /></div>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-72058435070293200042011-05-08T16:12:00.000-07:002011-05-08T16:32:37.030-07:00Mauricio Murillo: “Internet es esencial para producir narrativa”<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb6u3z_iVfGkJkuG4Zk7NcBnmTjKOFa21F6Rb6iechhvHo0G165_581468TiqOZcRSQQX4rYUrogQNctVUFWZgQ6H3pvqDABcgxI4nAbAmJExBQIy1DIiAqeUwxxQdRswHYWtNZ6exlExj/s1600/Mush.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--></a><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">En la edición del suplemento Fondo Negro de hoy salió esta entrevista a Mauricio Murillo, a raíz de la reciente presentación de su primera novela <i style="mso-bidi-font-style: normal">Los abismos posibles</i>. Murillo contesta con calma sobre los cruces entre múltiples textualidades, el mar como obsesión/fobia, la influencia de Internet en el presente, el referente geográfico en la literatura, y su opinión sobre la nueva generación de narradores del país. Por cierto, este cuestionario viene con una pregunta extra de <span style="font-style: italic;">bonus track</span>, ya que rebasaba los espacios permitidos en Fondo Negro.</span> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb6u3z_iVfGkJkuG4Zk7NcBnmTjKOFa21F6Rb6iechhvHo0G165_581468TiqOZcRSQQX4rYUrogQNctVUFWZgQ6H3pvqDABcgxI4nAbAmJExBQIy1DIiAqeUwxxQdRswHYWtNZ6exlExj/s1600/Mush.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb6u3z_iVfGkJkuG4Zk7NcBnmTjKOFa21F6Rb6iechhvHo0G165_581468TiqOZcRSQQX4rYUrogQNctVUFWZgQ6H3pvqDABcgxI4nAbAmJExBQIy1DIiAqeUwxxQdRswHYWtNZ6exlExj/s400/Mush.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5604489274860906962" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">El miércoles 4 en instalaciones de la Cinemateca Boliviana se presentó Los <i style="mso-bidi-font-style: normal">abismos posibles</i>, primera novela de Mauricio Murillo (1982), ganador de la más reciente versión del Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo. Se trata de un texto breve que funciona en varios niveles y en el que interviene una multitud de figuras históricas de todo tipo, con una trama que gira alrededor de “un misterio, a cuyo desciframiento el lector asiste en calidad de testigo”. A propósito de la ocasión, Fondo Negro se entrevistó con el autor.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family: "Times New Roman"" lang="ES"> </span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- En líneas generales, ¿cuál es el argumento de </span></i></b><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">Los abismos posibles<i style="mso-bidi-font-style:normal">?</i></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- Es una novela fragmentaria, con varias historias que se interpolan, así que me es difícil definir un solo argumento. Pero creo que en general se trata del viaje que realiza Tariq, un tangerino, de su natal Tánger a Santoña, en España. Todo esto se mezcla con la obsesión que Tariq tiene con lo profundo y oscuro del mar, además de su afición por la reproducción de un mapa que Juan de la Cosa dibujó en 1500. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES"> </span></p> <p class="ListParagraphCxSpFirst" style="margin-left:0in;mso-add-space:auto; text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family: "Times New Roman"" lang="ES">- Philip Marlowe, Alf, Natalie Wood, Cristobal Colón y otros forman un grupo de figuras bastante variado y en apariencia aleatorio. ¿Cómo se explica su aparición en una novela corta que habla sobre el mar?</span></i></b></p> <p class="ListParagraphCxSpLast" style="margin-left:0in;mso-add-space:auto; text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- </span></b><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">Creo que las redes simbólicas que se tienden entre estas figuras son muy distintas. Muchas se relacionan desde el azar, el espacio geográfico o la literatura. En todo caso, en la novela la figura de Tariq, sus experiencias y obsesiones, sirven de una suerte de catalizador. No siempre pasa todo por él, pero sí se relaciona al viaje que hace de Tánger a Santoña.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- La fijación de la trama con el mar podría leerse como un gesto particularmente interesante en un escritor boliviano, aunque no se menciona para nada a nuestro país. El mar es en la novela un constante telón de fondo y un elemento que ejerce constantes fascinación y horror. ¿Sería entonces el verdadero escenario de la novela, más allá de algunas ciudades en específico?</span></i></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">-<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Hasta ahorita que mencionas la relación entre el mar y un escritor boliviano no la había pensado, pero sí, me parece extraño. Pienso que esta relación no pasa por la idea del mar real. Para mí, y en esta novela, la figura del mar se plantea desde distintas imágenes en distintos libros. Ahora, no creo que el mar sea el <i style="mso-bidi-font-style:normal">verdadero </i>escenario, sino eso que dices: un telón de fondo, algo que está comiéndole la cabeza a Tariq; las ciudades, los bares, los barcos, la televisión y otros elementos son parte de ese escenario. Creo que la novela se ramifica en varias direcciones. Ese desorden es tal vez su escenario.<span style="mso-spacerun:yes"> </span></span></p> <p class="ListParagraph" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- Las referencias a una serie de literaturas y otras ficciones como el cine y la televisión, la inclusión de figuras de distintos órdenes y cierta preocupación por la geografía cambiante del globo se mezclan aquí con visitas a épocas anteriores, tan dispares como el descubrimiento de América y una post era dorada de Hollywood.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Así, es casi imposible dejar pasar la pregunta. ¿Estás de acuerdo con lo que dijo alguna vez Beatriz Sarlo, que desde que existe Wikipedia dejó de existir la erudición?</span></i></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- Creo que actualmente el Internet es esencial para producir narrativa. La erudición siempre me pareció una postura que necesitaba ser puesta en crisis. La idea de Wikipedia es, por eso, interesante, porque muchos datos que se encuentran en ella son falsos o copiados. Esta enciclopedia virtual tiene un sentido del humor importante, del que, estoy seguro, sus creadores y usuarios no se percatan del todo. Con Internet hemos podido dudar y reírnos más de todo. La imagen del erudito me parece un tanto aburrida y buenísimo que en Wikipedia podamos ver con quién está casado el jugador que más admiramos o la actriz que nos gusta. Muchas veces en literatura se veía a ciertos saberes como inútiles, pero en Internet podemos encontrar por igual las noticias más trascendentales y saber que nunca podremos estornudar con los ojos abiertos. Aunque también hay otro riesgo: hoy cualquiera puede escribir lo que le da la gana, publicar cualquier poema o relato. Esto va a producir muchas horas perdidas. </span></p> <p class="ListParagraph" style="text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- ¿Por qué elegir Tánger y Santoña, África y Europa, como escenarios de la novela? Y, a propósito de ello, ¿crees que la falta de referencias bolivianas concretas<span style="mso-spacerun:yes"> </span>–temporales, geográficas, etc.- es una constante en la actual narrativa nacional?</span></i></b></p> <p class="ListParagraphCxSpFirst" style="margin-left:0in;mso-add-space:auto; text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- La elección de estas ciudades nació por azar o porque los personajes o hechos históricos me lo exigían. Juan de la Cosa y su portulano me hicieron fijarme en Santoña y Cartagena de Indias. Los espías en Tánger. Lisboa tuvo otras razones. Creo que todo parte del momento de escribir y de lo que uno quiere contar. Por otro lado, la idea de no referirse a Bolivia explícitamente no es solamente contemporánea. En <i style="mso-bidi-font-style:normal">Flor de trópico</i> de Chirveches, <i style="mso-bidi-font-style:normal">Más allá del horizonte</i> de Aguirre Lavayén, <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los deshabitados</i> de Quiroga Santa Cruz, algunos cuentos de <i style="mso-bidi-font-style: normal">Cerco de penumbras</i> de Cerruto, <i style="mso-bidi-font-style:normal">Los papeles de Narciso Lima-Achá</i> de Saenz, se describen lugares muy extraños para los bolivianos. Esto no es nuevo. Además creo que ahora, por el Internet, la televisión, el cine y demás, nos es más fácil hablar del mundo. Pero también creo que en estos libros que nombro y en los actuales que no dan referencias directas del entorno, se pueden reconocer ciertos guiños y gestos que hablan de Bolivia. Yo estoy seguro que existen en mi novela y que pueden dejar entrever a un escritor paceño. Ahora, también creo que grandes escritores actuales bolivianos escriben muy pegados a su realidad geográfica y social, y producen grandes novelas. Por ejemplo, Juan Pablo Piñeiro y Wilmer Urrelo.</span></p> <p class="ListParagraphCxSpLast" style="margin-left:0in;mso-add-space:auto; text-align:justify"><span style="font-size:12.0pt;line-height:115%; font-family:"Times New Roman"" lang="ES"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- ¿Cómo ves tu obra respecto a otras actuales? Y, en líneas generales, ¿crees que puede hablarse de algunos temas comunes en escritores de la joven literatura boliviana, o más bien sería éste un momento de diáspora, un tiempo en que cada escritor sigue un camino autónomo?</span></i></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="font-size: 12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman"" lang="ES">- Pucha, es una pregunta un poco difícil. No sé, hay escritores de narrativa actuales que me gustan mucho (Barrientos, Hasbún, Colanzi, Antezana, Ruiz, Piñeiro, Urrelo), pero no sé como clasificarme frente a ellos. Hay varios lugares comunes, pero no podría yo ahora describirlos. Creo que con algunos me acerca más el humor y con otros la importancia del intertexto y la parodia, pero habría que esperar a que un crítico se dedique a esto. </span></p> </div>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-43233593776875902542011-05-05T21:28:00.000-07:002011-05-05T21:40:16.626-07:00Peligrosos abismos, peligrosas obsesiones<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6ahCBPrRCQw6xDFxqbxZOmlHRPP8vuqmIZxAP6PspQReuWbuw0r1-6uvh_76a5E0nK3O20gNFb3K6-w2FnCh4bTfMMq6vZ6tfXF7cPrfhHuoDX2x4s4IPyCQSsG3kc442uHDuyYqpmU6D/s1600/aspx.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </a><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD">En la presentación de <i style="">Los abismos posibles</i> de Mauricio Murillo, realizada en la Cinemateca, Wilmer Urrelo leyó este texto inteligente e hilarante ante miradas atónitas, comentarios susurrados y risas cómplices. Queremos compartirlo con ustedes para que se diviertan como nosotros esa noche memorable.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6ahCBPrRCQw6xDFxqbxZOmlHRPP8vuqmIZxAP6PspQReuWbuw0r1-6uvh_76a5E0nK3O20gNFb3K6-w2FnCh4bTfMMq6vZ6tfXF7cPrfhHuoDX2x4s4IPyCQSsG3kc442uHDuyYqpmU6D/s1600/aspx.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 340px; height: 228px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6ahCBPrRCQw6xDFxqbxZOmlHRPP8vuqmIZxAP6PspQReuWbuw0r1-6uvh_76a5E0nK3O20gNFb3K6-w2FnCh4bTfMMq6vZ6tfXF7cPrfhHuoDX2x4s4IPyCQSsG3kc442uHDuyYqpmU6D/s400/aspx.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5603457328602078258" border="0" /></a></span></p> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;"><span style="font-size: 6pt;" lang="ES-TRAD">Foto vía Página 7</span></p> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD">por Wilmer Urrelo</span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD">Voy a comenzar esta presentación con una anécdota personal, o más bien, con una anécdota personalísima. Resulta que hace unos años atrás pude ver un documental que versaba sobre el cáncer testicular. Fue horroroso. Imágenes que prefiero no recordar y que es mejor no describirlas. Y desde ese día, el que habla tiene una obsesión más: el cáncer en las pelotas. De manera que venciendo la timidez y el recato propio de los paceños y de los hombres ante un tema tan delicado (seamos sinceros: nuestras pelotas, no el cáncer) es que acudo con cierta frecuencia a un especialista para que me dé la mala o la buena noticia. Si bien antes hay una revisión previa de mi parte siempre que espero ante la puerta del consultorio y cuando estoy con los pantalones en las rodillas y mi médico juega (es un decir) con mis huevos para constatar si ahí hay o no algún «bultito extraño», como les gusta a los galenos referirse a los tumores, tengo la sensación de caminar cerca del abismo.<br /></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD">Una imagen similar (es también un decir) me ocurrió cuando comencé a leer <i style="">Los abismos posibles</i>. En esta novela hay una gran obsesión, la cual es vista a través de su protagonista, Tariq Usuriaga. Sí, una obsesión y, además, habría que agregar, un miedo. Tariq vive en una ciudad. Y esa obsesión es el mar, o mejor dicho: es el fondo del mar y todo lo que viene con él. Los mapas. La gente que se ahoga. Las embarcaciones. Los capitanes. Tariq escribe en alguna parte de la novela y cito: <i style="">«Me obsesionan estos mapas perdidos. Todo lo que los rodea, y los mapas en sí…»</i>. Este magnífico libro es como un espejo al que apuntamos una linterna encendida: el reflejo producido no va hacia una sola dirección, sino que se dispersa por varias. De igual manera pasa con la novela de Mauricio: el mar y sus consecuencias son inabarcables, son enormes, como cuando pienso en qué pasaría (toco madera) si un día aparece el mentando «bultito»: las consecuencias morales, físicas, e incluso literarias que eso podría acarrear. Pero en fin, la cosa es que Tariq decide hacer algo con esa obsesión, decide ir en busca de ella y como pasa con el Ismael de <i style="">Moby Dick</i> ese llamado es mucho más fuerte que cualquier otra cosa. «<i style="">En el mar, en el fondo, en el abismo de su oscuridad. Había algo que lo llamaba. En un principio la oscuridad era aislada y subrepticia, luego empezó a vivificarse y aumentó su presencia».</i> Pues bueno, esa presencia casi obliga al protagonista a hacerse a la mar y con ese acto empiezan a llegarle las historias que siempre ocurren en los viajes: un misterioso y atemorizante capitán, la sombra perenne de Juan de la Cosa, Natalie Wood y su terror al agua e incluso Alf, sí, ese extraterrestre que vimos en la tele en la década pasada, es parte de este extraño tejido. </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD">En este momento, al llegar a este punto de la lectura me hacía las siguientes preguntas: ¿es ése el fondo del mar?, ¿el fondo del mar son en realidad los miedos y las historias con las que se encuentra Tariq a lo largo de su recorrido? Yo pienso que sí, pues al fin y al cabo parece que para el autor todo está en el mar o que todo el mundo de la novela se explica a través de él. El ingreso a las ciudades, la modernidad, el cine, las epidemias, las invasiones piratas, la literatura, la poesía, el encuentro con un escritor: los libros de éste e incluso su propia muerte nos dirigen de manera ineludible hacia el fondo del mar.<br /></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD">Si el fondo del mar es así, entonces hay que verlo o por lo menos retener su imagen, sin embargo hacer eso es como el miedo a esa enfermedad, será para su protagonista como si el dichoso «bultito» se apoderase de él. Cito: «<i style="">Tariq caminaba a la deriva. No sabía qué hacer. Sentía esa oscuridad que le perforaba la nuca, que lo seguía, el fondo del mar que lo observaba, aguas negras que lo humedecían sin lograrlo»</i>. </span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD">Las obsesiones, y por lo tanto el miedo, son peligrosas hasta que se hacen reales, hasta que te tocan de alguna manera, hasta que aparece el famoso «bultito» en una de tus bolas: ¿cómo creen que Tariq las paga? Esa no es otra historia, esa es <i style="">la</i> historia y que no voy a contarles porque tienen que leerla. Lo único que puedo decirles por el momento es que las obsesiones, amigas y amigos, suelen pagarse tarde o temprano. </span></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-29384930345287181482011-04-28T08:35:00.000-07:002011-04-28T08:48:03.985-07:00Los abismos posibles de Mauricio Murillo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFb_5G8PjelEEA3PlQHAXCCTQfLbTkZTySDf5vAWzxR1Y0T-XybTo7uSfqyaBHpUm-8_U6diWlUeY3dJLFXBGLaHNfc5x8lL2VSZl7MsYJ0r2zWRAL19WkFCoTO-x_aDo1sf0bVGpuNGej/s1600/muestrareferencia.jpg"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </a><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia;" lang="ES">Presentamos nuestro sexto título, la novela Los abismos posibles de Mauricio Murillo (ganador del Premio de Cuento Franz Tamayo 2010). Los esperamos el miércoles 4 de mayo a hrs. 19:30 en la Sala Luis Bazoberry de la Cinemateca, no falten.</span></p> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFb_5G8PjelEEA3PlQHAXCCTQfLbTkZTySDf5vAWzxR1Y0T-XybTo7uSfqyaBHpUm-8_U6diWlUeY3dJLFXBGLaHNfc5x8lL2VSZl7MsYJ0r2zWRAL19WkFCoTO-x_aDo1sf0bVGpuNGej/s1600/muestrareferencia.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 243px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFb_5G8PjelEEA3PlQHAXCCTQfLbTkZTySDf5vAWzxR1Y0T-XybTo7uSfqyaBHpUm-8_U6diWlUeY3dJLFXBGLaHNfc5x8lL2VSZl7MsYJ0r2zWRAL19WkFCoTO-x_aDo1sf0bVGpuNGej/s400/muestrareferencia.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5600660586785738354" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia;" lang="ES">Tariq Usuriaga nunca ha salido de Tánger, su ciudad natal. Se ha pasado la vida especulando sobre el mar y sus misterios. Su primer viaje será a la ciudad española de Santoña. Allí lo sorprenderán experiencias que nunca pensó experimentar y que lo harán cuestionarse si está viviendo una tragedia o una comedia. Durante la travesía, sus miedos y obsesiones se profundizan, mientras su percepción se desliza entre la ficción y la realidad, entre el sueño y la vida, sin solución de continuidad </span></p> <p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia;" lang="ES">El portulano de Juan de la Cosa (que representa por primera vez en papel al continente americano), el espectro de Natalie Wood y su muerte misteriosa, James Bond y Sam Spade como inalcanzables marcas registradas, piratas y espías, marineros y borrachos entran y salen por los varios pliegues que definen esta primera novela de <span class="il">Mauricio</span> Murillo Aliaga. </span></p> <p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia;" lang="ES">En<i> Los abismos posibles </i>hay un misterio, a cuyo desciframiento el lector asistirá en calidad de testigo (quizás involuntario), sin saber si será posible develarlo. Y hay una realidad imprecisa, que se desplaza pendularmente a la deriva entre lo ilusorio y lo histórico, entre los sueños y la televisión, entre el horror y el asombro.</span><br /></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-69574862590711038222011-04-14T21:27:00.000-07:002011-04-16T18:41:21.938-07:00UNA POETICA DE LO MONSTRUOSO EN EL CORAZON DEL POP<div style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Luego de un necesario alto en el</span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" > camino volvemos para dejarles este post descomunal </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >sobre uno de los mayores monstruos que ha soñado la industria cultural: su Majestad del Exceso, Lady Gaga. Señora, señor, pase y vea cómo este bicho realiza sus jugadas maestras después del fin del arte, presencie en vivo cómo configura su <i style="">look</i> abigarrado y se convierte en el símbolo de lo actual por excelencia. Para cuando termine estará de nuestro lado: será fan de la mayor fan y estará moviendo la cabecita y tarareando.</span><span style="font-size:100%;"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 341px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5RZL_ZyKbUJk4xYS6DadNDU3SAo54gxLlX2ZuddJohm_Md9CLuu0ju96lYJb8kIjjVlteVMe-elHsGd_DMS7qqTJG08nUuP3aQUjGU5inA12dTZ5Hp5qqzW8ivfV00KfH4aVrbQ9pRCKE/s400/btw.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595662739806532466" border="0" /></span></div><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; 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El desfile de famosos hacia el interior del teatro forma un cauce discontinuo que es interrumpido de pronto por un grupo de varones que avanza con calculada pomposidad y se roba todas las miradas: portan sobre sus hombros un huevo gigantesco, un caparazón primordial, blanquecino, opaco, blindado. Nadie entiende nada. Ni en el </span><i style="font-family: georgia;">lobby</i><span style="font-family: georgia;"> del teatro, ni del otro lado de las pantallas. En algún momento, una de las escoltas del grupo (“enfermera Ann”) anuncia: “El corazón de Lady Gaga late a 126 pulsos por segundo. Ella está incubando. Se halla en un estado embriónico de creatividad. Se prepara para su próxima </span><i style="font-family: georgia;">performance</i></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" ><span style="font-family: georgia;">”.</span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFJuseDHiOhzCvijiXnm6l-6ZPSpIzcdYaepnXQ73nffmGoEHxqw9ulpcRspuRfzi7k0Dvj1475b66ZD0zpE8Z-NgoSaeI5Fw1Wgt0po15oPLCkDS-vmAGd3hX5mFB_RPl8lzjrNTu9JVv/s1600/6.+vessel.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 289px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFJuseDHiOhzCvijiXnm6l-6ZPSpIzcdYaepnXQ73nffmGoEHxqw9ulpcRspuRfzi7k0Dvj1475b66ZD0zpE8Z-NgoSaeI5Fw1Wgt0po15oPLCkDS-vmAGd3hX5mFB_RPl8lzjrNTu9JVv/s400/6.+vessel.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595667897628978818" border="0" /></a></span></p><div style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="line-height: 115%; font-family: georgia;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Lady Gaga presentaría su nuevo disco aquella misma noche. Pero antes de su presentación, entre esa entrada y el inicio formal de la ceremonia, Gaga apareció dando una entrevista en un programa emitido por la misma cadena (vale decir, no hubo que cambiar de canal). Allí, LG se las arregló para decir: “yo uso la fama como otros artistas usan el óleo. La fama es un soporte que me permite trabajar dentro del mundo del arte: un formato”. Y contó, una vez más, que tiene estudios de historia del arte y de sociología de la moda y que es pianista desde que tenía 4 años.</span><span style="font-size:100%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvMWo3_AU5jlDf6Ywkz_10usQr75vsLHSUPSh9Mt7IfVeVxw5kV50kcQeJSUEyKpw7CTm6HncmZSqkd5NuWQo9oc3uwbUIMsXqpdKhQ5iaLD4TrJfc86diL-uMVxC6wdfFkM8y4LEjDtcb/s1600/grper.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 281px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvMWo3_AU5jlDf6Ywkz_10usQr75vsLHSUPSh9Mt7IfVeVxw5kV50kcQeJSUEyKpw7CTm6HncmZSqkd5NuWQo9oc3uwbUIMsXqpdKhQ5iaLD4TrJfc86diL-uMVxC6wdfFkM8y4LEjDtcb/s400/grper.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595664233259460802" border="0" /></a></span></div> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" ><span style="font-family: georgia;">Golpes minuciosamente calculados. Una estrategia mediática que no deja un punto sin ocupar (mejor: que coloniza y rebalsa cada intersticio, redefiniendo, de paso, nuestro concepto de </span><i style="font-family: georgia;">performance</i><span style="font-family: georgia;">). Adelanto una tesis: ese monstruo polimorfo que llamamos Lady Gaga no puede despacharse pedantescamente como “producto de marketing” o recambio industrial de Britney y Cristina Aguilera (mucho menos, como versión femenina de Justin Bieber). Gaga, simplemente, opera en otra frecuencia. Afirmaba hace unas semanas un crítico cultural de la BBC: “hoy por hoy, la presencia de Gaga es diez veces más innovadora e inteligente que la de su más próximo competidor, suponiendo que exista. Tal vez a ese competidor no haya que buscarlo en el unidimensional mundo del rock y el pop”.</span> </span></p> <span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7Jae5BPHI2VlrLPt1g9w80zX05aryN9xVTerWWhmSR3zh8-b_67xn5xUo48bDp_pHnR7weWpId5POxFa3Ea5yTsd3hUWvXh2lBZWy5BrLMoWIpKm4pik3gO3Bz5al9ErhgIfGXboiFqJ6/s1600/01.jpeg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7Jae5BPHI2VlrLPt1g9w80zX05aryN9xVTerWWhmSR3zh8-b_67xn5xUo48bDp_pHnR7weWpId5POxFa3Ea5yTsd3hUWvXh2lBZWy5BrLMoWIpKm4pik3gO3Bz5al9ErhgIfGXboiFqJ6/s400/01.jpeg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595667106837562690" border="0" /><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </a></span><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >¿Qué se trama Lady Gaga? ¿Por qué se toma tantas molestias? Ella ha respondido a todo esto, a menudo sin que se lo pregunten, de muchas maneras (que son, siempre, una sola y la misma respuesta): “tomar por asalto la imaginación contemporánea </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >(Lo único que busco es que cada quien reconecte con sus partes más psicóticas)”<span style="color:black;">. </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Y también ha dicho: 1. </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >“Gaga no es un personaje. Es la moda, las <i style="">performances</i>, los videos, la música, las entrevistas, las apariciones en lugares públicos”. 2. “Mis creaciones son ejercicios narrativos que al ser presentados en vivo, a través de recursos intelectuales, sexualmente sugerentes, devienen piezas de <i style="">pop art</i>”. 3. “Yo entiendo que mi trabajo resulta de la interacción de tres componentes: una parte de <i style="">pop art</i>, otra de <i style="">performance</i> artística y otra de instalación plástica. Cada vez que alguien observa una de mis obras, todos estos elementos se ensamblan en un continuo”. 4. “Cuando escribo una nueva pieza, lo que me obsesiona es el aspecto de <i style="">performance</i> intrínseco a cada una de ellas”. 5. “A veces me da miedo el nivel de convicción que tengo”. 6. “Esto es mi escudo, mi arsenal, mi íntimo sentido de la fama: esto es mi monstruo”. 7. “Yo no quiero que nadie haga el intento de separar lo que soy cuando llevo mis trajes y mis máscaras de lo que supuestamente soy sin ellos. No hay tal separación”. 8. “Ser capaz de operar sobre el inconsciente colectivo desde un espacio de puro delirio... De eso, justamente, se trata La Fama”. 9. Una confesión en un momento duchampiano: “No puedo parar de pensar en las posibilidades de hacer que la gente cambie la manera en que observa las cosas”. 10. Finalmente, una cita más: “Cualquiera puede descargar -con toda facilidad- un archivo de mp3. Pero nadie puede descargarse mi estilo, mi sentido de la moda, mi temperamento, mis perspectivas sobre el mundo como mujer sexual. Nadie”.</span></p> <!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><b style=""><span style="line-height: 115%;" lang="ES-AR">Meollo del embrollo (un cogollo)</span></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Gaga opera en un espacio donde ya no hay historia, <span style="color:black;">en puro presente. </span>Como la fama, la historicidad es un mero soporte: continuidad reversible, anentrópica: sobresaturada trama líquida de guiños y referencias resuelta en deriva ucrónica de imágenes sin jerarquía; deriva que acaba por homogeneizar cada una de sus instancias constitutivas. Así, en el nivel icónico, el Efecto Madonna -al que LG apela como un tic- no es distinto del Efecto Bowie, ni éste del Efecto Marilyn Manson. Por eso, el núcleo de la estrategia de Gaga es el <i>look</i>. Sobre esa superficie vacía, sobre ese centro flotante, se acumulan todos los otros atributos que su imagen constela (y si vamos a asociar un verbo con Gaga, ése es “acumular”).</span></p><span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNDXzKm8n9Z3bnaHM6lYgpCJlEREbsQn743pCWTm5JX4AT6cuftJBERRefySyxHxyqRdcjEiNfu0JMipAvxhP43Q251U1hoqEt7H6O8bdRDJwiZaDPTvaaQz2x3NsXexU_BZQEEgQtq6yP/s1600/eog.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 360px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNDXzKm8n9Z3bnaHM6lYgpCJlEREbsQn743pCWTm5JX4AT6cuftJBERRefySyxHxyqRdcjEiNfu0JMipAvxhP43Q251U1hoqEt7H6O8bdRDJwiZaDPTvaaQz2x3NsXexU_BZQEEgQtq6yP/s400/eog.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595669133920938050" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Al decir <i style="">look</i> no aludimos a una imagen privilegiada o icónica, sino a un <i style="">proceso</i>: lo que aturde en LG no es tal o cual resultado parcial, tal o cual momento sobre el resto (operaciones que definen al fan), sino el continuo proceso de producción que parasita al movimiento mediático y lo subvierte. Digamos, la imagen-Gaga. Con todo y ser ubicua, inmediata e inconfundible, la imagen-Gaga es hermética. No sólo resiste la interpretación (o invita a la descalificación, al ofrecerse golosa al escarnio y el ridículo), sino que no deja ver nada más que lo que muestra. Y lo que muestra es Lo Abigarrado: un monstruo refractario a los automatismos de las estrategias de la ilusión y el análisis socio-cultural. La imagen-Gaga se niega como signo auto-contenido o núcleo generador de una serie, pero se deja circular como mercancía, como bien desechable (catálogo de instancias <i style="">freak</i>). Y es en esto que la imagen-Gaga desnuda el mecanismo perverso de la cultura pop (en el momento mismo en que lo metaboliza y lo pone a su servicio).</span></p> <span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsGNTnqZXrXV7ecMxzHnQWGydkN58g-0ajL55fdpW0o-FGMxUWz3qWBMvGbLO8JYO2VMPUtWD7wUimsJ5UeRNjBUfp6aJD0WjWFDHeuaxsz5NKhlCj2eUf1-UkMEHw-biKjCSv9YBoQ0yI/s1600/btwpre.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 393px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsGNTnqZXrXV7ecMxzHnQWGydkN58g-0ajL55fdpW0o-FGMxUWz3qWBMvGbLO8JYO2VMPUtWD7wUimsJ5UeRNjBUfp6aJD0WjWFDHeuaxsz5NKhlCj2eUf1-UkMEHw-biKjCSv9YBoQ0yI/s400/btwpre.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595669948849811122" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >¿Hacia dónde, hacia qué, se precipita esta voraz monstruosidad siempre en fuga, en estado de gerundio? Gaga no se abisma en la obsesión por cristalizar un estado. LG no se detiene, LG es vértigo, negación de lo quieto. No hay un <i style="">look</i>, porque todo <i style="">look</i> le pertenece a <span style="color:black;">Gaga: por definición, todo <i style="">look</i> puede –y hasta <i style="">debe</i>- ser absorbido por el monstruo de la fama. Al hilo de la lógica subyacente a ese vértigo caníbal, un teléfono antiguo es un buen sombrero, una pata de pollo es un brazalete perfecto, unos filetes de carne hacen un buen vestido de gala. Vale decir, Gaga usa </span></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >el exceso como sintaxis: sólo así es posible que ese sombrero demencial diseñado por Frank Gehry (un pucho apagado) “haga juego” con unos zapatos quirquincho de 45 cm de alto. </span></p> <!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Gaga ignora la noción de margen, niega todo límite. </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >La polución metastásica que gobierna la deriva de Gaga es regida por el injerto, la prótesis, el <i style="">gadget</i>, la arborescencia, el <i style="">hoarding</i>. Lo que hace posible a LG es una sistemática integración de todo lo que la circunda, como sobra o apéndice pero negándoles conexión o anclaje a nada que no sea el propio cuerpo, en borradura de toda delimitación epocal, pertenencia geográfica o filiación genérica. Las intervenciones y las manipulaciones de LG sobre su cuerpo, y la periferia de éste, obedecen a la ley barroca, capitalista, de la acumulación, de la multiplicación o de la exponenciación, del ornamento como <i>plus:</i> eso-que-se-agrega sobre algo-que-está. Justamente, el <span style="color:black;">movimiento opuesto a la seducción, estrategia que trabaja en función de sustracciones y alusiones. Gaga n</span></span><span style=";font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >o busca volcar</span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" > su cuerpo al circuito de la seducción, no posa de <i style="">vamp</i>, no la va de putona, no necesita pasarse un crucifijo por esas partes suyas a las que el sol no llega. Gaga es un nombre que damos al juez pop que acusa al desarreglo fundamental que sostiene el contrato social. Por acumulación, sin procesos quirúrgicos, LG transforma su cuerpo hasta devenir lo otro de/en la mujer, pero sin cancelar los estratos previos. Hasta tal extremo expande la figura del deseo, que llega a transformarse en la transformación misma. Y así da cuerpo a la noción de que no hay fin posible para la transformación: si el ser es la suma de sus atributos, en Gaga la suma de atributos da máquina de generar ser. No busca llegar a otra mujer, otra forma (es curioso que Gaga no ha retocado ninguno de sus atributos “feos”: esa nariz prominente, ese culo flojo, esos dientes saltones), sino anularse en un vértigo de máscaras, de miradas congeladas.</span></p> <div style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjS9GOR0RdjyaPso6OKbpzbMgTA6oOzqVi_sUV6mJa_i8UIY2W6ANNFzNm2MxucrdDI9JPYtQX_cNFOvRP51waugvLUHp9Haew0FUmUz9w50DWMrxDPdxJ5J905rbKLTk4ycXEfOoL6fdTj/s1600/08.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 267px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjS9GOR0RdjyaPso6OKbpzbMgTA6oOzqVi_sUV6mJa_i8UIY2W6ANNFzNm2MxucrdDI9JPYtQX_cNFOvRP51waugvLUHp9Haew0FUmUz9w50DWMrxDPdxJ5J905rbKLTk4ycXEfOoL6fdTj/s400/08.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595672230467928466" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--><span style="line-height: 115%; font-family: georgia;font-family:";font-size:100%;" lang="ES-AR" >El impulso enciclopédico <span style="color:black;">de Gaga (su coleccionismo desprovisto de pasión fetichista)</span> la propone como una Bouvard y Pécuchet que, tras haber fagocitado los archivos de la moda del siglo, opera a campo abierto, a la vista de todos, alimentando su monstruo con la mirada de los fans (quienes son fans porque en sus novelas pop privadas ya tienen todos los sintagmas debidamente ordenados: todas las figuritas del álbum). Signo abigarrado, Gaga: hermético, opaco: está al desnudo, en la desnudez de su mero proliferar y más allá de ese desnudo no hay nada. <span style="color:black;">De esa nada, nada puede proceder: Gaga no <i style="">produce</i> nada, simplemente rapiña y fagocita. Tal y como la cultura pop, faltaba más. Hay</span> que decir que <span style="color:black;">Gaga no parodia: es seria, ceremonial, solemne incluso: pero no desde lo institucional, sino desde una categoría mucho más inasible: la del <i style="">fan</i>. Gaga opera desde el deseo del fan. En el fondo, todo lo que hace ella es <i style="">fan fiction</i> (como pasa en todo el cine, toda la música y toda la narrativa contemporánea)</span></span><span style="font-size:100%;"><br /></span></div><span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYxCDkRtuo5dOlnscBOKYkM6RwSWELYfGN-HHEefVXNmayvEZ_1OOrO8E1yuyE_77wQ5sbPxbLHT6jGt7mEwyT6vbdcAX_XrWQVhQuZqm5GrLKqTgeoCxStRkVqDSCJQ4OCOErDstchbLR/s1600/Photo-16.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 350px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYxCDkRtuo5dOlnscBOKYkM6RwSWELYfGN-HHEefVXNmayvEZ_1OOrO8E1yuyE_77wQ5sbPxbLHT6jGt7mEwyT6vbdcAX_XrWQVhQuZqm5GrLKqTgeoCxStRkVqDSCJQ4OCOErDstchbLR/s400/Photo-16.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595673753833233442" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><b style=""><span style="line-height: 115%;color:black;" lang="ES-AR">El vestido de la novia de Frankenstein </span></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Como nosotros, Gaga, la más contemporánea de todos, habita un universo de discurso cuyo modo predominante es la enumeración, la creación de listas;<b style=""> </b>un poco a resultas de ese formateado generacional, ella no admite los resúmenes, abomina de las versiones simplificadas y esquemáticas, como un logotipo, o una marca registrada: Lady Gaga sólo puede ser contenida por un signo macro: su nombre de escena. Gaga está más allá de toda lógica que no sea la del <i style="">objet trouvé</i> (“</span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES" >el encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas sobre una mesa de disección”, según la célebre <i style="">boutade</i>).</span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES" > </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Un contraejemplo: en el “Rey del Pop” el gesto que condensa el logotipo industrial “Michael Jackson” es esa rutina de baile en que MJ camina hacia atrás sin despegar los pies del piso, una gimnasia que por lo demás da cuerpo a la voluntad de invertir la temporalidad y la biología: la obsesión de ser más joven mientras más pasa el tiempo, vía criogenia o <i style="">peterpanismo pervert</i> (¿y ese huevo gigante, esa <i style="">vessel</i>, en que Gaga llega a los Grammy no es un <i style="">update</i> de la cámara criogénica de MJ?). Pues bien, en Gaga no hay gesto sumario, no hay firma. LG es todas las firmas que invade, ya que es, ante todo, un vértigo de acumulación, una máquina de ingerir: pura pulsión semiófaga. Como el Simurg, ese pájaro que es todos los pájaros, Gaga aparece en el pop-paisaje como el signo que contiene, en potencia y en acto, todos los signos de la ilusión del pop. </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >La finalidad del proceso, entonces, es superar la trampa teleológica, el hípertelos: superar toda finalidad. Fagocitación extrema e incesante que depende del autocanibalismo para generar texto.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Si la función del nombre propio es organizar el discurso, la firma de Gaga es <i style="">ya</i> un monstruo (una canción de Freddy Mercury más el título nobiliario de aquella pálida princesita cachonda que murió en aire de santidad), un híbrido imposible, transgénico: epifenómeno del vértigo asociativo, yuxtaposición de capas que no se obliteran ni se comunican. Mejor aún: la posibilidad de que nuestra imaginación de consumidores de pop admita una tal criatura, eso <i style="">es ya</i> LG: entonces, claro, Gaga ya estaba en el aire mucho antes de que <span class="ft">Stefani Joanne Angelina </span>Germanotta le diera cuerpo. LG nombra, o convoca, la imposibilidad de una firma intransferible (su “estilo” es, necesariamente, todos los estilos: o la ausencia de estilo, ya que lo que permanece es, una vez más, la voracidad semiófaga). Monstruo proteico, LG es una muestra itinerante del pop, el archivo caótico que articula nuestro genoma. (Prince intuyó esta tensión, al cambiar su nombre por un signo, pero no supo cómo llevar adelante el programa: acabó en la reclusión). La monstruosa máquina de acumular, de integrar, de ensamblar, no se detiene: como Maqroll, cuya deriva es guiada por la premisa de ignorar toda orilla, Gaga prescinde de la noción de margen (de <i style="">telos</i>). Y es justamente esa condición desaforada, como aquellos negocios insomnes cuyos letreros de neón están encendidos 24 horas al día, lo que nos conduce al núcleo del delirio de Gaga: si alguna vez tuvo un objetivo, la máquina semiófaga, librada a su pulsión omnívora, ya no lo recuerda. Gaga, voraz trituradora bulímica: devora y acumula, pero no metaboliza, no re-significa; simplemente, deglute, exhibe, expele y pasa a otra cosa: apropia pero no re-semantiza. LG parasita todas las cartografías del deseo transparentadas por los discursos circundantes, las ensambla como caigan y donde caigan, les extrae toda posibilidad de discurso y las deja en mera apariencia, en signo ciego. Éxtasis del significante en flotación, deriva irrefrenable, luminosa pulsión travesti, éxtasis mutante que elude la forma final, la cristalización. Gaga mascota indócil de “la hipertelia” (el aplazamiento del fin vía sucesión de pliegues), ese atributo del barroco que, entre alheñas y azúmbares, teorizó Sarduy-El-Severo.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >{<i style="">Hipertelia</i>. “Todo exceso, todo aquel organismo que rebasa sus propios límites”, dice el autor de <i style="">De dónde son los cantantes</i>, y sigue diciendo: “Todo aquel artefacto que desborda su propia función, todo movimiento que va más allá de su propio objetivo, todo proyecto que supera su propia finalidad. A fin de cuentas, otra palabra para nombrar al monstruo”. (<i style="">Ensayos generales sobre el barroco</i>. FCE, 1987)}</span></p><span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjgna-k-nwAlXT1sdgR1mvHL7QsTEa8KxeubyoikDPm038qyNFgqYHyAenh5nDxfxOBwO4IahLWDnA45q4pX0hAAyGkwnjd1djVlnXTQWORqWdYtcy2CVwPnXcIk19of1cZerh0grIpG9z/s1600/Photo-0213.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 290px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjgna-k-nwAlXT1sdgR1mvHL7QsTEa8KxeubyoikDPm038qyNFgqYHyAenh5nDxfxOBwO4IahLWDnA45q4pX0hAAyGkwnjd1djVlnXTQWORqWdYtcy2CVwPnXcIk19of1cZerh0grIpG9z/s400/Photo-0213.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595674542824793650" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >El monstruo, entonces, no adviene al situarse fuera de un espacio para criticarlo, sino, y ésa es la astucia de Gaga, tras llenar ese espacio, al habitarlo o contrahabitarlo, saturarlo y sobresaturarlo, entrecomillarlo y subrayarlo, cargarlo de pantomima y de énfasis, para habilitar un </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" ><a href="http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Nunez/Grotesco.htm"><span style="text-decoration: none;color:black;" lang="ES-AR">grotesco</span></a></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" > que desborde al original conjetural, ornamentándolo, enfatizándolo, interviniéndolo, anamorfizándolo, hasta hacer saltar la duda: ¿Original? ¿Qué </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" ><a href="http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Rehermann/Artevaticano.htm"><span style="text-decoration: none;color:black;" lang="ES-AR">original</span></a></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >? ¿Para qué un original? ¿Madonna? ¿Quién es Madonna? (“Yo soy su fan más obsesiva”, ha dicho Gaga mil veces, como quien exhibe una credencial que lo autorizase todo).</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Al entender esta empresa de abigarramiento como una máquina de parasitar, avidez vampírica de metabolizar todo cuanto circunda, el proceso se muestra como flujo correctivo, itinerario de exponenciación en desbande hacia una especie de grado final de la anatomía y de la fisonomía: no hay coágulo, no hay forma definitiva: Gaga es un agujero negro que devora cuanto halla a su alcance: lo que su mirada de mantis en celo reconvierte en presa. Gaga es lo que resulta cuando se articulan todas esas instancias que la avidez ensambla (pasión coleccionista). Pero la ilusión de la suma se muestra imposible: solamente hay el proceso ciego y voraz de acumular. No hay suma, no hay serie, no hay producto acabado (de ahí, una vez más, la condición de monstruo). Como el de Einstein y Spinoza, el universo de Gaga es finito, pero ilimitado… La monstruosidad de Gaga, pues, reside en el hecho de que no es posible reducirla a una categoría.</span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" > Factor que, en este punto de su evolución, Gaga radicaliza en “Born this way” al apropiarse la bandera de la chola:</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >I'm on the right track, baby</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >I was born to survive.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >No matter black, white or beige</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><b style=""><span style="line-height: 115%;">Chola</span></b></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" > or orient made,</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >I'm on the right track, baby</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >I was born to be brave.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >Don't be a drag, just be a queen</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >Whether you're broke or evergreen</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >You're black, white, beige, <b style="">chola</b> descent</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >You're Lebanese, you're Orient</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >Whether life's disabilities</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >Left you outcast, bullied, or teased</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >Rejoice and love yourself today</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" >'cause baby you were born this way</span></p> <!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Hiperconsciente de vivir en la época en que la transgresión se ha vuelto un imperativo, Gaga pasa de largo ante los letreros que indican qué es prohibido y qué no lo es; así como no distingue entre pop y rock, instalación y <i style="">performance</i>, cuerpo y prótesis, valor de uso y valor de cambio, coliseo y museo, texto y comentario, música y teatro, <i style="">mainstream</i> y monstruosidad. (Un buen ejemplo: durante la presentación de “Born this way”, para los Grammy 2011, Gaga frena en seco la canción y la danza para dar lugar a un solo de piano: de pie, de espaldas al público, ejecuta una de las fugas para órgano de Bach). Y si corren rumores de que ella tiene pene (por alguna condición genética), entonces Gaga se dedica a alimentar esos rumores, a expandirlos, a contribuir a la confusión (LG como una Ziggy Stardust en reverso, vestida por Armani). Por lo demás, ¿por qué una mujer no puede tener un pene si así lo desea? (Cuando LG juega a ser varón, usa el nombre Joe Calderone).</span></p> <span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpizyaEuqdlOkHznoDQsA1US0OZtoZWBVFgpS3cm26yyP9KRJ8-4XAuTBxwtr13N8T0uLBi-fjFAPw6K2P_Zpgf_873T9WKMqe89VMsn736fZW-lVAB03vS3r31_RUWqglimFkhWvLvHN3/s1600/4.+Como+Joe+Calderone.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 304px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpizyaEuqdlOkHznoDQsA1US0OZtoZWBVFgpS3cm26yyP9KRJ8-4XAuTBxwtr13N8T0uLBi-fjFAPw6K2P_Zpgf_873T9WKMqe89VMsn736fZW-lVAB03vS3r31_RUWqglimFkhWvLvHN3/s400/4.+Como+Joe+Calderone.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595675535847769410" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><b style=""><span style="line-height: 115%;color:black;" lang="ES-AR">Balada de María Zapatao</span></b></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" > </span></p> <div style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Gaga devora modas y referencias pop, aglutina, aglomera y/o ensambla siguiendo un circuito simbólico similar al del travesti. LG no se corta nada. No se arregla nada. No disimula nada (si conociera a Charly García, estaría encantada con eso de “No es culpa tuya si tu nariz no hace juego con tu cara”). Si “corregir” y “perfeccionar” un </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" ><a href="http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Hamed/Kafka.htm"><span style="text-decoration: none;color:black;" lang="ES-AR">cuerpo</span></a></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" > <span lang="ES-AR">supone extraer del archivo imaginario la atrocidad más cruda del cuerpo fragmentado, la dispersión original de piezas y partes que luego, para articularse, requiere la apelación a indisimulables artificios, Gaga abomina de las precisiones quirúrgicas que no dejan huella de su intervención (esa violencia desde fuera). El trabajo del travesti es el de un cuerpo que se sueña sobreinscrito a otro cuerpo, desbordándolo: ¿importa acaso el sexo desde el cual parte el travesti? ¿No es <i style="">el mecanismo de la transformación</i>, que habilita todo travestismo, lo esencial en esta puesta en escena? Un </span></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" ><a href="http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Lamas/Mimesis.htm"><span style="text-decoration: none;color:black;" lang="ES-AR">travesti</span></a></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" > <span lang="ES-AR">no sigue una estrategia replicante de suplantación de una mujer, más bien tiende a exceder lo </span></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" ><a href="http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Nunez/Femenino.htm"><span style="text-decoration: none;color:black;" lang="ES-AR">femenino</span></a></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >. Este más-femenino-que-lo-femenino hace que aquello que había empezado como una tachadura genital se convierta en su más inquietante exhibición (itinerario que Freud, en “Das Unheimliche”, exploró a fondo): ocultar al macho e hipertrofiar la femineidad hasta volverla perfectamente inverosímil, grotesca, e incluso agresiva. Similarmente, el método que subyace al delirio de Gaga es la voluntad de no limitar sus proliferaciones, no parar de amontonar otros cuerpos sobre su cuerpo, rebasar sus fines y sus objetivos (hipertrofiar las funciones del órgano y las ilusiones de la prótesis), funcionar a contramano de todo principio de control, para rebasar y denunciar las construcciones biopolíticas que definen la condición institucional de “la mujer” y los aspectos más codificados de “lo femenino”, adscribiéndose así al linaje de </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Bowie, Grace Jones, Klaus Nomi, Valerie Solanas, Chantal Ackerman, Avital Ronell o Kathy Ackerman, figuras disímiles (aunque no tanto) cuyas obras Gaga declara estudiar obsesivamente<span style="color:black;">. Travestismo, sí, pero no hacia otro género, sino hacia algo totalmente nuevo: el monstruo, lo post-humano. Dinero y tecnología al servicio de un delirio arquitectónico que avanza hacia lo concreción de lo<span style=""> </span>más visible que lo visible: el continuo hiperreal. Por supuesto, estas operaciones, estas multiplicaciones y proliferaciones, esta especie de enloquecimiento de la interpretación, son la condición esencial del objeto barroco. Si, en tanto economía libidinal, la operación </span></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" ><a href="http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Echavarren/muertehombre1.htm"><span style="text-decoration: none;color:black;" lang="ES-AR">travesti</span></a></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" > <span lang="ES-AR">supone sobreinscripciones en serie que operan una macro-tachadura sobre las delimitaciones de género, por apelación a un desborde prostético carnavalizado (sintaxis de Lo Kitsch) y que por hipertrofia alcanza una zona desmarcada desde donde puede delatar aquello que busca tachar, en Gaga no hay tachadura: al no haber principio jerárquico, la acumulación amnésica opera por palimpsesto: transparencia, superposición y solapamiento. Lo que está en juego no es el acceso a otra identidad (otra construcción/posición subjetiva), sino la expresión misma del desarreglo, de la impropiedad en acto. La exploración del umbral como lugar de paso a ninguna parte: el tránsito siempre truncado y siempre fastuoso que habilita a un cuerpo su abrirse al espesor del límite que lo contiene y define. </span></span></div><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Todo se exhibe en simultáneo. Por eso es que en cada <i style="">performance </i>Gaga sólo deja que veamos el proceso-de-producción-de-un-estado-de-Gaga y no las costuras que lo sostienen, los nexos que lo estructuran. Pasar de lo que no se fue hacia lo que no será: de una falta en ser a otra. Constante estado de tránsito de una forma vacía a la siguiente, <i style="">One sequin at a time</i>. Exagerar, distorsionar, mutantizar todo lo que es tradicionalmente considerado sexualmente provocador o sugestivo, hasta hacerlo llegar al punto de lo repulsivo, extremarlo hasta que exhiba su verdad intrínseca, su monstruo intrínseco. Como el <i style="">kitsch</i>, que cortocircuita la seducción por el abigarramiento, al aturdir los sentidos con una dispersión (e incluso cancelación) del sentido, Gaga opera desde más allá de la seducción. La seducción es una estrategia obsoleta, histérica. Además, por definición, la seducción excluye lo grotesco. Y para exhibir la paradoja de una femineidad que no es solamente fálica sino </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" ><a href="http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Hamed/Sade.html"><span style="text-decoration: none;color:black;" lang="ES-AR">sádica</span></a></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" > y omnívora, Gaga necesita más lo grotesco que la histeria.</span></p> <span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEho-WXhQbAtAbGH-b7fLsi58gqmG7DPeqaOY6UHxR5_ILR0LqFTVH0n13v0QkaeitquHOUUu1Bw8goSRRSbAZTWELXxSlARnfAgpLvya77S8fEEy6sf71_pWmGcKE651N5G7q16nhYT1gix/s1600/187928_190702394295827_90203_n.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 200px; height: 253px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEho-WXhQbAtAbGH-b7fLsi58gqmG7DPeqaOY6UHxR5_ILR0LqFTVH0n13v0QkaeitquHOUUu1Bw8goSRRSbAZTWELXxSlARnfAgpLvya77S8fEEy6sf71_pWmGcKE651N5G7q16nhYT1gix/s400/187928_190702394295827_90203_n.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595676397285688594" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >La seducción es un modo de la era de la ironía. </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Hasta no hace mucho, la ironía era el modo de discurso imperante: <i style="">el reino del subtexto</i>. Bajo el imperio de la ironía, el significante es mero vehículo para insinuar aquello que no está allí donde apunta el enunciado. Hoy ya no hay lugar para la ironía (discurso demasiado lento). Hoy no hay subtexto, hoy todo es ya hipertexto. No hay metáfora, hay errancia, deriva, polisemia: vivimos en estado de semiosis ilimitada. Y Gaga vendría a ser algo así como el escudo heráldico del <i style="">zeitgeist</i>. En sus propias palabras: “Cada una de mis performances es trabajada para intervenir como un comentario sobre la cultura pop”.</span></p> <span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_-sK5kP1NB8mHFpKSf28O9ZwNvFU3r6HdfbqAhMy4BaJ2iBpz_uqCfENor5seFfwREZHVc67WyEpUOZW4P7paLHQL2FURbHRdKApyqZ_FnYLlbIVX0H1jZ6yzNeS_Bd9DgbX4T5MWL8ct/s1600/gala.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 178px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_-sK5kP1NB8mHFpKSf28O9ZwNvFU3r6HdfbqAhMy4BaJ2iBpz_uqCfENor5seFfwREZHVc67WyEpUOZW4P7paLHQL2FURbHRdKApyqZ_FnYLlbIVX0H1jZ6yzNeS_Bd9DgbX4T5MWL8ct/s400/gala.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595677690754045970" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><b style=""><span style="line-height: 115%;color:black;" lang="ES-AR">Un chenko de relatos</span></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >“No hay un solo medio creativo que LG no necesite explorar como parte del proceso de consolidación de su identidad creativa”, apunta Chris Peacock en <i style="">Lady Gaga. Fame, Fortune and Monsters</i>. Una afirmación que es confirmada por cada movimiento del monstruo. Pero Gaga no está sola en su empeño. El escueto comunicado que la “enfermera Ann” leyó aquel día/noche de los Grammy concluye con el dato de que esa <i style="">vessel</i> la había </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >diseñado Hussein Chalayan, uno de los primeros colaboradores de LG (nótese el gesto de mencionar a Chalayan en un brevísimo comunicado efectista). Una firma notable que, sin embargo, casi que se diluye en la vorágine de firmas resonantes que suelen co-rubricar obras de Gaga. Algunos nombres: Alexander McQueen, Spencer Tunick, Frank Gehry, Lie Sang Bong, Jean Paul Gaultier, David LaChapelle, Ashley Isham, Alexander Skarsgard, Heidi Slimane, Gary Card (quien le hizo el increíble traje de curitas y gasas), Damien<span style="color:black;"> Hirst, Francesco Vezzoli (as bajo la manga de uno de los momentos más espectaculares del <i style="">performance art</i> de Gaga [mi favorito]: la presentación, en noviembre de 2009, de “Speechless” para el 30avo aniversario del Museum of Contemporary Art (MOCA), en Los Angeles: un fascinante despliegue de teatralidad pop y decadentismo <i style="">avant garde</i> que contó con la presencia del mismísimo Vezzoli sentado a un lado del piano de Gaga (pintado por Damien Hirst, con antifaz, tejiendo a mano), </span>Terence Koh, Tierry Mugler, Marc Jacobs, Philip Treacey, <span style="color:black;">Francesco </span>Sconamiglio, Charlie Le Mindu, Nick Knight, Louboutin, Jonas Akerlund (quien le ha hecho gafas con cigarrillos; otras que forman la palabra POP en paneles de LCD, e incluso un par confeccionado con navajas de afeitar). Como esta lista parcial lo sugiere, la compulsión de acumulación de LG también actúa sobre las firmas más fulgurantes de la moda y el arte contemporáneos. Entre todos los artistas citados, la figura más importante, tal vez, es</span><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;"> </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Mathew ‘Dada’ Williams, uno de los popes de The Haus of Gaga: el colectivo o taller o usina de creación (equipo de artistas, arquitectos, estilistas, diseñadores, maquilladores) de donde emerge el monstruo. Sí, “Dada” es el apodo interno del director de orquesta de The Haus.</span></p> <div style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1TBrqBveReuDL69lBN1MB3KjsHOeZfIcf46r1Eq22gGEhBIF2RFC2iv4h-uOLJUPjZcm1g3ynNql_a3wzPZaeswkpQOKGN6H92ovX2YHdzIc-bfv35_gXyhnnFbsqHbE1ifa40ZEHDbR1/s1600/gagacnbc.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 278px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1TBrqBveReuDL69lBN1MB3KjsHOeZfIcf46r1Eq22gGEhBIF2RFC2iv4h-uOLJUPjZcm1g3ynNql_a3wzPZaeswkpQOKGN6H92ovX2YHdzIc-bfv35_gXyhnnFbsqHbE1ifa40ZEHDbR1/s400/gagacnbc.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595678374929741218" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--><span style="line-height: 115%; font-family: georgia;font-family:";font-size:100%;" lang="ES-AR" >“Formé The Haus of Gaga siguiendo el ejemplo de The Factory, de Andy Warhol”, comentó LG en el show de Oprah, el equivalente yanqui de Don Francisco, pero mucho más lacrimógeno y “confesional” (Gaga no <span style="color:black;">dice “No” a ninguna instancia de exposición mediática). Es cierto, The Haus recupera mucho del espíritu warholiano (notable la exploración que hace G. M. Jackson en su <i style="">It’s a Lady Gaga Universe</i>), pero el nombre de este ensamble, más allá del juego fonético (‘Haus’ por ‘House’), establece</span> otro vínculo, tanto o más importante: Bauhaus. Aquella escuela transdisciplinar que preconizó la obra de arte “total”: la pieza en que todas las artes, incluyendo arquitectura y narrativa, serían ensambladas en un todo, estableciendo un diálogo entre sí. La Bauhaus pretendía que la obra de arte se convierta en objeto de consumo producido industrialmente para que circulase al alcance de todo público, e impulsó la búsqueda de una estética “</span><span style="line-height: 115%; font-family: georgia;font-family:";font-size:100%;" lang="ES" >que abarque todos los ámbitos de la vida cotidiana: <span style="">desde la silla en la que usted se sienta hasta la página que está leyendo”.<i> </i></span></span><span style="line-height: 115%; font-family: georgia;font-family:";font-size:100%;" lang="ES-AR" >Para lograr estos objetivos, los fundadores de Bauhaus postularon que era necesario usar materiales y formatos recientemente descubiertos, todavía no “dignificados” como elementos artísticos. “Para el Monster Ball Tour, con The Haus diseñamos un escenario que, en el fondo, es un marco (<i style="">frame</i>) que genera perspectiva forzada. El tema de la gira es la evolución”, comentó Gaga a un periódico francés, en 2010. Como se advierte, The Haus of Gaga sigue al pie de la letra los preceptos de la Bauhaus para la concreción de sus delirios arquitectónicos. Y hay u</span><span style="line-height: 115%; font-family: georgia;font-family:";font-size:100%;" lang="ES" >n detalle, incluido en el artículo de Wikipedia a guisa de curiosidad histórica, que consolida el linaje: “se llevaron a cabo legendarias fiestas en la Bauhaus, generalmente temáticas (fiesta blanca, fiesta del metal, fiesta de los cometas) y casi siempre de disfraces, en cuya organización y diseño se trabajaba durante semanas”. </span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgqfYwv-WGeb_naYQIm7bryN4Ov64WuR6N5nx0exslx-fLdM_ON4TzKH9vaM45HCIekgtePz38Z5sq3ae8kBaSqibKPWYn1ONQiTZp5I1AAGfpg5AIszseBZlYvKVmb7GAD6eI9CIVUaGi/s1600/3.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 278px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgqfYwv-WGeb_naYQIm7bryN4Ov64WuR6N5nx0exslx-fLdM_ON4TzKH9vaM45HCIekgtePz38Z5sq3ae8kBaSqibKPWYn1ONQiTZp5I1AAGfpg5AIszseBZlYvKVmb7GAD6eI9CIVUaGi/s400/3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595679073924996786" border="0" /></a></span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--><span style="line-height: 115%;font-family:";font-size:100%;" lang="ES-AR" >Al hilo de estas concepciones bauhausianas, no sorprende este comentario del crítico Paul Lester: “La totalidad de la identidad creativa de Gaga es una síntesis de todas las influencias que la han conmovido”. Además de sus ídolos en los campos del arte, la moda, el cine, el rock y el pop, Gaga tiene una insólita pasión literaria: Rainer Maria Rilke. “Todos me dicen que Rilke es un poeta, pero yo lo leo como filósofo”, explica LG en una espectacular conferencia de prensa en Malta (estaba en Youtube, ya la levantaron). Se cuenta que LG sabe de memoria no pocos pasajes de la obra del autor de las <i style="">Duineser Elegien</i>. Y si se observa bien alguna foto en la que ella aparezca luciendo el tatuaje que lleva en su hombro izquierdo, se verá un texto escrito en caracteres góticos, en su original alemán: “</span><span style="line-height: 115%;font-family:";font-size:100%;" lang="DE" >Prüfen Sie, ob er in der tiefsten Stelle Ihres Herzens seine Wurzeln ausstreckt, gestehen Sie sich ein, ob Sie sterben müßten, wenn es Ihnen versagt würde zu schreiben. Dieses vor allem: Fragen Sie sich in der stillsten Stunde Ihrer Nacht: Muss ich schreiben?</span><span style="line-height: 115%;font-family:";font-size:100%;" >” </span><span style="line-height: 115%;font-family:";font-size:100%;" lang="ES-AR" >(<span style="color:black;">“En los instantes más oscuros de la noche, háblale a tu corazón y confiesa que podrías dar fin a tu vida si escribir te fuese prohibido. Escruta lo profundo de tu corazón, donde la respuesta hunde su raíz en tu ser, y pregúntate: ¿debo escribir?”). </span></span><span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwadd204Q9T4oyAiiyLGnqjbEtXom_ZoCWa6fjpAGp1gbUp6E20IR1zCraUBb_ZXnca_IOqXxmWGbKArRiSEnDDY38Hdm2561FkYS5inb3geLQCfd-Dg6p8YbFYvwR-sN3TlGN44Bgf6-t/s1600/1.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 153px; height: 200px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwadd204Q9T4oyAiiyLGnqjbEtXom_ZoCWa6fjpAGp1gbUp6E20IR1zCraUBb_ZXnca_IOqXxmWGbKArRiSEnDDY38Hdm2561FkYS5inb3geLQCfd-Dg6p8YbFYvwR-sN3TlGN44Bgf6-t/s400/1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595679463332715922" border="0" /><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </a></span></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Dado que el cuerpo es el eje de toda la estrategia de Gaga, los tatuajes no podían faltar. Si el tatuaje es sobreescritura, LG, ávida bestia grafómana, lo entiende literalmente y se tatúa este fragmento</span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" > de <i style="">Cartas a un joven poeta</i> (carta del 17 de febrero de 1903). Gaga se hizo el tatuaje celebrando su primera gira por Japón. Semanas<span style="color:black;"> más tarde, durante algunos de los conciertos realizados en USA, leyó párrafos enteros de las <i>Cartas a un joven poeta</i> entre canción y canción, ante audiencias cautivas que bebían cada coma con devoción acaso religiosa. Los miles de “pequeños monstruos” que asistieron a los shows de Oklahoma, Boston o Baton Rouge se conmovieron con fragmentos como: “procura hacer emerger las hundidas sensaciones de aquel vasto pasado: tu personalidad se afirmará, tu soledad se agrandará y se convertirá en un retiro crepuscular ante el cual pase, lejano, el estrépito de los otros. Y si de esta vuelta a lo interior, si de este descenso al mundo propio surgen versos, no pensarás en preguntar a nadie si los versos son buenos”. Por supuesto, en las semanas siguientes, Amazon fue inundada con pedidos de compra de la obra entera del delicado romántico alemán</span><span style="color:red;">.</span><span style="color:black;"> </span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >“Ambos tienen, curiosamente, intereses muy similares, si bien cada uno <i style="">hace</i> con ellos cosas muy diferentes”, opina Jennifer Hoyer, especialista en literaturas germánicas de la universidad de Arkansas, y continúa: “Tanto Rilke como Gaga concluyen que <i style="">Gesang</i> es <i style="">Dasein</i>: esto es, que el cantar es dador de ser. La obsesión moderna con la fama, tan presente en la obra de Rilke (él usa la palabra “Ruhm” para nombrar la “Fama”), se traduce en la tarea de inmortalizar lo muerto, lo bello, lo sublime. No otro es el deber del poeta, para Rilke. Gaga, a su vez, inmortaliza al oyente al proyectar su sentido de la fama sobre la audiencia, pasando así a ser una imagen especular de los terrores y fantasías de sus fans. (…) Tengamos en mente que Rilke afirmó que creamos lo que somos y que somos porque creamos. Y ese es uno de los lemas de Gaga. Si alguien quiere entender a cabalidad la visión de LG sobre la fama y el ser, haría bien en leer los <i style="">Sonetos a Orfeo</i>, de Rilke”. </span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Rilke entendía que los poemas eran cosas, objetos vivos. Así, en la famosa línea “Gesang ist Dasein” el nombre y la cosa nombrada se unen y devienen idénticas en tanto articulación poética. La poesía cristaliza como aliento inspirado y en ese tránsito valida la existencia desde adentro, como experiencia internalizada. En LG, el impulso omnívoro, la decisión de abandonarse a un estado de devenir constante, extrema esa rilkeana voluntad de apertura hacia lo abierto para metabolizarlo, incorporarlo al flujo vital. La diferencia es de grado: habiendo aprendido la lección de Rilke, Gaga prioriza la música y la teatralidad sobre las palabras. “Para poder cantar es necesario aprehender el silencio, porque todo canto verdadero es acerca de nada” (<i style="">Sonetos a Orfeo</i>).</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Uno </span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >podría darse con toda facilidad a todo tipo de delirios paranoicos para rastrear la presencia del fantasma rilkeano sobre los textos y declaraciones</span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" > de LG. Y las posibles conclusiones, los nada improbables hallazgos, no serían mayormente reveladores. Más interesante, más fértil, más complejo, sería analizar el paso de la búsqueda y celebración de lo angélico que gobierna la obra madura de Rilke a la carnavalización incesante que define el proyecto monstruoso de Gaga. Para decirlo sin mucha fritura, cada vez resulta más y más inmediato que allí donde Rilke dijo “ángel”, Gaga lee y sobreescribe “monstruo”. Es que, realmente, ya no hay lugar para ángeles en los arrabales de Desolation Row.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Porque lo bello no es sino el comienzo de lo terrible </span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" face="arial" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Ese que todavía podemos soportar</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" face="arial" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Y lo admiramos tanto porque, sereno, desdeña el destruirnos</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; line-height: normal; background: none repeat scroll 0% 0% white; text-align: justify;font-family:arial;"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">Todo ángel es terrible</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; line-height: normal; background: none repeat scroll 0% 0% white; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjecJaURozoQHP2vG6Gukvge3DqQicBorm2c3bnXUmIl71gwKymJvcE0Y4ElhtrSNjz-i1kRnalnk9WKrvaEGK_z6hklndrDykeTXUm9XR0-_8iDfYLCwSgzQluxKC0MA2RszGfhJ_OZx-L/s1600/Photo-023.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjecJaURozoQHP2vG6Gukvge3DqQicBorm2c3bnXUmIl71gwKymJvcE0Y4ElhtrSNjz-i1kRnalnk9WKrvaEGK_z6hklndrDykeTXUm9XR0-_8iDfYLCwSgzQluxKC0MA2RszGfhJ_OZx-L/s400/Photo-023.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595680514378958082" border="0" /><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </a></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><b style=""><span style="line-height: 115%;">Blood on the tracks </span></b></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >“Quiero desangrarme hasta morir, durante cuatro minutos… El mundo espera la historia de mi caída. Tal vez, si yo les muestro cómo me veré cuando esté muriendo, dejarán de tener esa expectativa. Cuatro minutos, eso es todo. Cuatro minutos, para poder decir “Hey, así me veo cuando estoy muriendo. Y entonces sangraré hasta morir, rodeada por luces titilantes y seré colgada, como un mártir, en toda mi rubia gloria”, así habló Gaga con los productores del show de los MTV Awards (en adelante, los MVA), a comienzos del 2009. Era un simple comentario, no esperaba ningún consentimiento. Tal vez la gente de MTV pensó que era un delirio, una <i style="">boutade</i> sin consecuencia. Pero Gaga no bromea, no especula. Cuando llegó el día de la ceremonia, ella concretó ese deseo al pie de la letra. Una presentación tan deslumbrante que posiblemente constituye el punto de inflexión de su carrera. Meses después, tras el escándalo, la conmoción, los rumores, LG reflexionaba sobre esa pieza y consideraba que su <i style="">performance</i> del tema “Paparazzi” para la gala de los MVA fue su “primer momento verdaderamente original”.</span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> <span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >En esta <i style="">performance</i> LG materializa su voluntad de ofrecerse como víctima sacrificial en el altar de La Fama. Se inmola ante sus fans. La pieza se abre bajo un marco escénico sobresaturado de blanco y, musicalmente, en abierto saludo a “Like a virgin”, preludiada por un murmullo entre arrebatado y devoto que no se oye ni en el videoclip oficial ni en el CD: “I pray Fame will take my life” (“Ruego para que La Fama tome mi vida”). Durante el desarrollo de “Paparazzi”, LG se transforma de una serena y virginal reina (tocada con una corona blanca) en una ménade furiosa, enloquecida, desesperada por atención, que va perdiendo gradualmente el principio de realidad con cada pulso del bajo. Todo es blanco e inmaculado al inicio de la pieza (desde el escenario hasta los trajes de los bailarines), pero se va enrareciendo gradualmente: la música ad<span style="color:black;">quiere sobretonos trágicos, operísticos, la danza se convierte en un caos de espasmos y convulsiones, Gaga queda </span>en trapitos menores y la música procura instalar una atmósfera opresiva y psicótica. En los momentos previos al clímax Gaga aparece en primer plano caminando con ayuda de una muleta, luego empieza a sangrar, mientras los bailarines mutilados, parcialmente inválidos, se pasean en sillas de ruedas y sus trajes dan la impresión de vendas deshilachadas. Todo esto c<span class="apple-style-span"><span style="color:black;">oncluye, como Gaga había comentado, con la estrella pop colgando de una soga a la vista del público: lágrimas de sangre cubren su cara y su mirada -como si sus pupilas fuesen hechas de cristales partidos- se pierde en ninguna parte, mientras el cuerpo ensangrentado (ya mera bolsa de huesos y tejidos) se balancea inerte</span></span>. <i style="">Fade out</i>.</span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >Kate Durbin: “Cuando se lanzó el video de “Paparazzi”, yo me di cuenta de que Gaga era algo más que una cantante de moda, que ella estaba haciendo algo de muy alto nivel con la noción de estrella pop, que ella estaba produciendo una especie de giro <i style="">meta</i> sobre el concepto de estrella pop, que estaba haciendo una crítica radical a la figura de la estrella pop en el mismo momento en que se encumbraba como una figura emblemática, y que sus canciones y <i style="">performances</i> eran comentarios sobre la cultura de la fama”.</span><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span class="apple-style-span" style="font-size:100%;"><span style="line-height: 115%;color:black;" lang="ES-AR">Dos apostillas biográficas para intentar ver este asunto con los ojos de Gaga: 1. “Sentí mi primer acercamiento a la belleza cuando era niña y me encerraba en el baño a ver a mi madre aplicarse el maquillaje”.</span></span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" > 2. “Yo solía leer tabloides de prensa amarilla como si hubiesen sido manuales escolares, lo hacía con el rigor de un académico dedicado a Shakespeare”. A una diva no le está permitido esconderle nada a sus fans, afirma Gaga. Una diva hace de su cuerpo una tabula rasa, una entidad física que puede ser vista en su totalidad desde cualquier ángulo, sin disminución de escala ni distorsión de perspectiva. Por supuesto, “Paparazzi” es un comentario sobre el precio de la fama. Pero no es una diatriba, una condena, una perorata moralizante. No, no, eso sería muy fácil para Gaga (y ridículo). Si alguien ve el video y cree leer una condena <span style=""> </span>habrá visto sus propios preconceptos de almita buena y bienpensante y se habrá perdido de escuchar a Gaga. Esta bestia-pop-sin-bragas adora a sus paparazzi, los adula, los llama “mis documentalistas”. Suele llevar una videocam costurada a sus trajes (cuando sus atavíos le impiden usar una cámara normal), para poder transformarse en paparazza de sus paparazzi (se sabe, ella dice ser fan de sus fans). O mejor: “Al hacer esto, Gaga quiere documentar a sus pequeños monstruos en el acto de documentarla”, según afirma Maureen Callahan en la biografía crítica titulada <i style="">Poker Face</i> (Hyperion, New York, 2010).</span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;font-family:arial;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >“Paparazzi” comporta el establecimiento de un pacto fáustico, la afirmación de la voluntad de llevar hasta el fin, sea cual fuere el precio, las demandas de La Fama (<i style="">Ruhm</i>, que decía su bienamado Rilke). Como si Gaga (nos) dijera: ¿eso es lo que quieren? Bueno, nou problemou, se los daré, aquí está, vivir sólo cuesta vida. Desde mucho antes de esa presentación hasta hoy, para satisfacer la demanda de nuestra mirada sedienta de sangre, Gaga ha sido incinerada, mutilada, desangrada, violada, víctima de accidentes varios, golpeada de formas brutales, ahogada, colgada, etc. Como si, desde la lúcida convicción de que <span class="apple-style-span"><span style="color:black;">la Fama, como Shylock, siempre pasa a cobrar su libra de carne, Gaga prefiera pagar por adelantado. <i style="">A brillar, mi amor, vamos a brillar</i>…</span></span></span></p> <p style="font-family: georgia;font-family:arial;" class="MsoNormal" ><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" >I'm your biggest fan, I'll follow you until you love me<br />Papa, paparazzi<br />Baby, there's no other superstar, you know that I'll be<br />Your papa, paparazzi</span><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" > </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;" lang="ES-AR" >“Paparazzi”, finalmente, quiere ser una celebración de Lady Di, una de las figuras más queridas por Gaga. Una de las obsesiones más intensas de LG es el simbolismo sociocultural de la muerte de Lady Di. Entre decenas de comentarios suyos al respecto, por ejplo: “No hubo jamás un momento en la vida de Lady Di que la gente no se sintiera con derecho a conocer, a espiar, a inmiscuirse… LD fue la mártir más icónica de La Fama. Murió por ella”. Y en una de sus primeras canciones, LG le dice a LD: “Diana, you are still in our hearts… Together we will dance in the dark”<span style="color:black;"> </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style="line-height: 115%;font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >En la oscuridad bailaba el cuerpo inerte de Gaga, tras el fondo rojo sangre del escenario, cuando se apagaron las luces, cesó la música y empezaron a oírse los disparos y los flashes de las cámaras fotográficas: clic, clic, clic, clic, clic, clic, clic.<br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: arial;"><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center; line-height: normal;font-family:arial;" align="center"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">* * *</span></p> <p style="text-align: justify;font-family:arial;"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">1.<span style=""> </span>Además de los libros ya mencionados, he tomado datos e ideas de: <i style="">Gaga</i>, por Johnny Morgan; <i style="">Behind the fame</i>, de Emily Herbert; <i style="">Lady Gaga: You and me</i>, de Posy Edwards; <i style="">Madonna: an intimate biography</i>, de Randy Taraborelli; <i style="">Bare</i>, de Elizabeth Eaves (memorias de una stripper, o “taibolera”, o bailarina del caño); los libros de Henry Jenks sobre fans y comunidades virtuales, en especial <i style="">Media consumers in a digital age</i>; <i style="">Mais pourquoi tant de haine</i>, de Elisabeth Roudinesco; <i style="">Moonage dream</i>, de David Bowie y David Rock; <i style="">Afterpop</i>, de Eloy Fernández Porta; <i style="">Compulsive hoarding and the meaning of things</i>, de Randy O. Frost, sobre fenómeno del “hoarding” o, según dicen los ibéricos, el “síndrome de Diógenes. Muy interesante y saqueable resulta también el DVD documental <i style="">One sequin at a time</i>.</span></p> <p style="text-align: justify;font-family:arial;"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">2. Entre las fuentes online, recomiendo el fascinante centro de estudios sobre Gaga, dirigido por Kate Durbin, <i style="">Gaga Stigmata</i>: <a href="http://gagajournal.blogspot.com/">http://gagajournal.blogspot.com</a>. También, <a href="http://gagadaily.com/">http://gagadaily.com</a> y Gagapedia. Siempre resulta fértil visitar <i style="">Henciclopedia</i>, ese inagotable bazar de textos e ideas. Lo mismo va para el blog de Cipolinni. Diversas entrevistas con Beatriz Preciado en revistas y blogs dedicados al post-porno, resultaron iluminadoras y desprejuiciantes. Así como los debates postfeministas que pueden leerse en <a href="http://lrmgenerandoconocimientodegenero2.blogspot.com/">http://lrmgenerandoconocimientodegenero2.blogspot.com</a></span><span style="font-size:100%;"><a href="http://lrmgenerandoconocimientodegenero2.blogspot.com/"><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </a></span></p><p style="text-align: justify;font-family:arial;"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">3. Para una exploración minuciosa sobre la relación entre Rilke y Gaga, los curiosos harían bien en visitar: <a href="http://everythingisbeautifulandnothinghurts.blogspot.com/2010/05/comprehensive-guide-to-lady-gagas-rilke.html">http://everythingisbeautifulandnothinghurts.blogspot.com/2010/05/comprehensive-guide-to-lady-gagas-rilke.html</a>.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: normal; background: none repeat scroll 0% 0% white;font-family:arial;"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">4. Otra traducción del fragmento de Rilke que LG lleva tatuado: </span><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">“Examine ese fundamento que usted llama escribir; ponga a prueba sus raíces hasta el lugar más profundo de su corazón; reconozca si se moriría usted si se le privara de escribir. Esto, sobre todo: pregúntese en la hora más silenciosa de su noche: ¿debo escribir?”. (Ignoro quién es el autor).</span></p> <p style="text-align: justify;font-family:arial;"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">5. Habría que detenerse un poco sobre la fascinación que la repetición ejerce sobre Gaga, dentro y fuera del escenario. Contar siempre las mismas historias biográficas, usar el mismo moño de pelo durante tres meses, etc. Cuando ella visita Londres, lleva una tacita de té en su mano izquierda, sin descanso, todo el tiempo que dure su estadía en aquella ciudad. Por lo pronto, compárense estas dos declaraciones:</span></p> <p style="text-align: justify;font-family:arial;"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">“Se cita mucho que a mí me gustan las cosas aburridas. Bueno, lo he dicho y no lo niego. Pero que me gusten no significa que no me aburra con ellas. Por supuesto, lo que para mí es aburrido podría no serlo para otros. Yo no soporto mirar los shows televisivos más populares, porque trabajan esencialmente con las mismas tramas, hacen las mismas tomas, los mismos cortes, una y otra vez. Tengo la impresión que la mayoría de la gente disfruta viendo básicamente las mismas cosas en tanto y en cuanto algunos detalles varíen. Pero yo tengo la actitud opuesta: si me voy a sentar a ver algo que ya vi la noche anterior, yo no quiero que sea <i style="">esencialmente</i> lo mismo, yo quiero que sea <i style="">exactamente</i> lo mismo. Ya que mientras más se observa una y la misma cosa, más se incrementa la posibilidad de que ésta pierda todo posible significado. Y eso te hace sentir mejor, porque te deja vacío”, así escribe Andy Warhol en su autobiografía sesentona <i style="">POPism</i>.</span></p> <p style="text-align: justify;font-family:arial;"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">Y ahora Gaga “Si te estoy mintiendo, si estoy haciendo este vicioso esfuerzo, es para que repitas y repitas esa mentira hasta que se haga verdadera… Yo creo en el poder de la repetición y la propaganda… Yo uso y digo ciertas cosas tan a menudo, con tanta frecuencia, tan repetida y tan consistentemente, de un modo tan diligente y preciso, que, al final, en el fondo, ese gesto se convierte en toda una declaración sobre mi uso de la libertad… Creo en el poder de la iconografía, algo que Andy Warhol nos enseñó a usar: la repetición de una imagen una y otra vez. Creo en eso, como creo en mi libertad para explotarme a mí misma…”</span></p> <p style="text-align: justify;font-family:arial;"><span lang="ES-AR" style="font-size:100%;">6. <span class="apple-style-span">Resulta curioso mencionar que en la citada entrevista anterior a su presentación para los Grammy de este año, Gaga afirmó que la gente quiere verla fracasar, que los fans quieren ver su caída, que quieren saber cómo lucirá cuando esté muriendo, cuando haya muerto… Y ese discursito era, obviamente, un macedoniano prólogo <i style="">más </i>al debut de “<span style="">Born this way”. A la hora del show, la canción se desarrolló según una narrativa de transformación: se inicia con LG naciendo y emergiendo del <i>vessel</i> y acaba con LG como la madre, la generadora. Entre uno y otro reflejo invertido, se exagera a pleno, por todos los medios, el</span> grotesco, la decadencia, el sacrificio (por supuesto, este hilo argumental es el mismo de “Bad Romance”).<br /></span></span></p><span style="font-size:100%;"><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0_iL8fQA2lkrPAygz90PwZYps80dYUk3U-gEJe6VIKk3aUoYVz0skr_FIcobGy3YfOmpGm9_Qufe9lEF6QSXGL5gSPYZwQv41nJhZWLbYQuSCD0mJE_p3OuEthEW-LOuS8hPmLlrby0ev/s1600/4.1+muerte+roja.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 275px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0_iL8fQA2lkrPAygz90PwZYps80dYUk3U-gEJe6VIKk3aUoYVz0skr_FIcobGy3YfOmpGm9_Qufe9lEF6QSXGL5gSPYZwQv41nJhZWLbYQuSCD0mJE_p3OuEthEW-LOuS8hPmLlrby0ev/s400/4.1+muerte+roja.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595681871719330850" border="0" /><!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:relyonvml/> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </a></span><p style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style=";font-size:100%;" class="apple-style-span" ><span style="" lang="ES-AR">7. </span></span><span style=";font-size:100%;color:black;" lang="ES-AR" >Como ya se dijo, Gaga tiende a operar por desborde, es una artista de la exageración (un personaje de Bernhard). En rigor, su performance de Paparazzi se inicia mucho antes de salir al escenario y no concluye con esos ruidos de cámaras fotográficas haciéndose una fiesta sobre los escombros. Gaga llega al teatro luciendo un diseño de Gaultier: un traje (más sombrero y máscara parcial) alusivo al núcleo temático de <i style="">El fantasma de la opera</i>, esa pieza decimonónica que da una vuelta de tuerca macabra al pacto fáustico entendido a la manera romántica. Siguiendo la pulsión de lo hipertélico, Gaga pone en suspenso el final de “Paparazzi” para su última aparición de la noche, cuando sube al escenario para recibir un premio. Esta vez, el tema de su presentación es “La máscara de la muerte roja”, como en el cuento de Edgar Allan Poe. En este cuento, </span><span class="apple-style-span" style="font-size:100%;"><span style="" lang="ES-AR">un príncipe y sus nobles se hallan en cuarentena, recluidos en palacio. Para distraerse, el príncipe organiza un baile de máscaras. A la medianoche, advierte que uno de sus invitados, a quien no logra reconocer, lleva el disfraz de la Muerte Roja. El príncipe lo confronta, le exige que se descubra y es fulminado en el acto. La máscara de la muerte roja no era ninguna máscara. Alexander McQueen fue el encargado de materializar estas visiones de Gaga. El resultado es un transparente vestido rojo sangre, que cubre a Gaga de pies a cabeza y que remata en una corona de largas puntas asimétricas, como lanzas. Si en la <i>performance</i> de “Bad Romance” la Fama no tiene cara (todos llevan máscaras que borran todo rasgo) y la celebridad enmascarada es reducida a espejo lustroso y vacío, el gesto final de Gaga para su <i>performance</i> de “Paparazzi” consiste en agradecer el premio a cara limpia, quitándose la máscara de un tirón.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style=""><span style="line-height: 115%;font-family:";font-size:12pt;" lang="ES-AR" > </span></i></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-11299058373671246882010-11-15T07:38:00.000-08:002010-11-15T08:00:25.206-08:00Un cuento de La Banda de los Corazones Sucios<p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-fareast-language: ES;font-family:'Georgia', 'serif';" >En el blog de <a href="http://blog.eternacadencia.com.ar/?p=10413">Eterna Cadencia </a>(gracias a quienes moran en esa hermosa casa en Palermo, Buenos Aires, que alberga una editorial, una librería y un restaurante) publicaron el cuento de la narradora argentina Mariana Enriquez, incluido en nuestro último lanzamiento: <i style="mso-bidi-font-style: normal">La Banda de los Corazones Sucios</i> (selección y prólogo de Salvador Luis). Compartimos con ustedes este relato sobre uno de los primeros asesinos seriales de Latinoamérica.<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p></o:p></span></p><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 300px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5539804487627019154" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUjjHLptD6dtz-MHl3D5UhlZ4X4gxtFnu37cFgwfXbPb1iJ0HSaVTlMrfLqkEyLTgBFALa4MFFpw4dN6hsk7IFLjCego0gUctc7-jKXk_ku_Xo-FVfJO0wjWV-_QqakV-VbzdVNXX-Fwz9/s400/MEnriquez.jpg" /> <p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" ></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >por <span style="mso-bidi-font-weight: bold">Mariana Enriquez.</span><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" ></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >La primera vez que se le apareció fue en la salida de las nueve y media de la noche, la que se hacía en ómnibus. Fue durante una pausa del relato, mientras recorrían el tramo que iba desde el restaurant que había sido de Emilia Basil, descuartizadora, hasta el edificio donde solía vivir Yiya Murano, envenenadora. De todos los tours por Buenos Aires que ofrecía la empresa para la que trabajaba, el de crímenes y criminales era el más exitoso. Se hacía cuatro veces por semana: dos en ómnibus y dos caminando, dos en inglés y dos en español. Pablo supo que cuando la empresa lo designó como guía del tour de crímenes le estaba dando un ascenso, aunque el sueldo fuera el mismo (sabía que, tarde o temprano, si lo hacía bien, esa cifra también iba a ascender). El cambio lo había alegrado mucho: antes hacía el tour “Arquitectura Art-Nouveau de Avenida de Mayo”, que era muy interesante, pero aburría después de un tiempo.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Había estudiado los diez crímenes del tour en todo detalle para poder contarlos bien, con gracia y suspenso, y jamás había tenido miedo ni se había impresionado. Por eso, antes que terror, sintió sorpresa al verlo. Era él, sin duda, inconfundible. Los ojos grandes y húmedos, que parecían llenos de ternura pero en realidad eran un pozo oscuro de idiocia. El chaleco oscuro y la estatura baja, los hombros esmirriados y en las manos esa soga fina -el piolín, como lo llamaban entonces- con que le había demostrado a la policía, sin expresar emoción alguna, cómo había asfixiado y atado a sus víctimas. Y las orejas enormes, puntiagudas y simpáticas, de Cayetano Santos Godino, el Petiso Orejudo, el criminal más célebre del tour, quizá el más famoso de la crónica criminal argentina. Un asesino de niños y de animales pequeños. Un asesino que no sabía leer ni sumar, que no distinguía los días de la semana y que bajo su cama guardaba una caja llena de pájaros muertos.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Pero era imposible que estuviera ahí, donde Pablo lo estaba viendo. El Petiso Orejudo había muerto en 1944, en el ex presidio de Ushuaia, en Tierra del Fuego, el fin del mundo. ¿Qué podía hacer ahora mismo, en la primavera de 2009, como pasajero fantasma de un ómnibus que recorría los escenarios de sus asesinatos y sus varias tentativas? Porque sin duda era él, imposible confundirlo, el aparecido era idéntico a las numerosas fotos de época que se conservaban. Además, había suficiente iluminación como para verlo bien: el ómnibus llevaba las luces encendidas. Estaba parado casi al final del pasillo, haciendo la demostración con su piolín, mirándolo a él, al guía, a Pablo, con cierta indiferencia pero con claridad. Hacía rato que Pablo había contado su historia. Lo venía haciendo durante dos semanas, y le gustaba mucho, pero no le daba miedo. El Petiso Orejudo había acechado una Buenos Aires tan lejana y tan distinta que resultaba difícil sugestionarse con su figura. Y sin embargo algo debía haber impresionando vivamente a Pablo, porque el Petiso estaba allí aunque nadie más lo veía -los pasajeros conversaban animadamente y le pasaban la mirada por encima sin reparar en él-. Pablo sacudió la cabeza, cerró los ojos con fuerza, y al abrirlos, la figura del asesino con su piolín había desaparecido. ¿Me estaré volviendo un poco loco?, pensó, y apeló a la psicología barata para llegar a la conclusión de que el Petiso se le aparecía porque él acababa de tener un hijo, y eran los niños las únicas víctimas de Godino. Los niños pequeños. Pablo contaba en el tour de dónde, creían los forenses de la época, le venía esa saña: el primer hijo de los Godino, el hermano del Petiso, había muerto a los 10 meses de edad en Calabria, Italia, antes de que la familia emigrara. El recuerdo de ese bebé yerto lo obsesionaba: en muchos de los crímenes -y de los intentos, mucho más numerosos- repetía la ceremonia del entierro. A los peritos que lo interrogaron después de ser atrapado les dijo: “Nadie vuelve de la muerte. Mi hermanito nunca volvió. Simplemente se pudre bajo la tierra”.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Pablo contaba el primer simulacro de entierro en una de las primeras paradas del tour: la intersección de la calle Loria con San Carlos, donde el Petiso había atacado a Ana Neri, 18 meses de edad, vecina suya en el conventillo de la calle Liniers -que ya no existía, pero de todos modos el solar donde alguna vez estuvo seguía siendo una parada del recorrido, con una breve puesta en contexto donde se le explicaba a los turistas las condiciones de vida de aquellos inmigrantes recién llegados que escapaban de la pobreza europea: hacinados en inquilinatos mal ventilados, húmedos, sucios, ruidosos, promiscuos. El ambiente ideal para los crímenes del Petiso, porque la incomodidad y el desorden acababan por mandar a los niños a la calle: vivir en aquellas habitaciones era tan insoportable que la gente se la pasaba en la vereda, especialmente los hijos, que correteaban por ahí.</p></span><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Ana Neri, entonces. El Petiso la llevó al baldío, la golpeó con una piedra y una vez que la niña estuvo inconsciente, trató de enterrarla. Un policía lo encontró en medio de la tarea y él rápidamente mintió una coartada: le dijo que estaba intentando ayudar a la bebé, que había sido atacada por otra persona. El policía le creyó, posiblemente porque el Petiso Orejudo también era un niño: tenía, entonces, nueve años.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Ana tardó seis meses en recuperarse del ataque.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >No fue el único ataque con simulacro de entierro: en septiembre de 1908, poco después de dejar la escuela -y de que comenzaran sus aparentes ataques de epilepsia: nunca se terminó de comprobar a qué se debían las convulsiones que sufría el Petiso- se llevó al niño Severino González hasta un terreno baldío frente al colegio Sagrado Corazón. En el terreno había un pequeño corral de caballos. El Petiso sumergió al niño en la pileta donde tomaban agua los animales e intentó cubrirlo con una tapa de madera. Un simulacro más sofisticado, la recreación del ataúd. Otra vez, un policía que pasaba impidió el crimen, y otra vez el Petiso mintió diciendo que en realidad estaba ayudando al niño. Pero ese mes el Petiso estaba incontinente. El día 15 de septiembre atacó a un bebé de 20 meses, Julio Botte. Lo encontró en la puerta de su casa, Colombres 632. Le quemó el párpado de uno de los ojos con un cigarrillo que llevaba en la mano, encendido. Dos meses después, los padres del Petiso no soportaron más su presencia ni sus acciones, y ellos mismo lo entregaron a la policía. En diciembre acabó en la colonia penal para menores de Marcos Paz. Allí aprendió a escribir un poco, pero se destacó sobre todo por echar gatos y botines a las ollas humeantes de la cocina, cuando los cocineros se descuidaban. El Petiso cumplió tres años preso en el reformatorio de Marcos Paz.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Salió con más ganas de matar que nunca y pronto lograría el primer, deseado asesinato.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Pablo siempre terminaba el capitulo del Petiso con el interrogatorio que le hizo la policía tras su detención. A los turistas parecía impresionarlos mucho. Lo leía, para que el efecto realista fuera mayor. La noche en que el Petiso se apareció en el bus sintió cierta incomodidad antes de repetir sus palabras, pero decidió decirlas igual. El Petiso sólo lo miraba y jugaba con la soga: no parecía moverse, ni lo amenazaba.<o:p></o:p></span></p><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" ><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><o:p></o:p></span></p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieEvIQgJAOEASJ_dHJGTxqcJBMA1fHucq7aH-COoma1hly-22WsNsJFmVV8rWf0CuRq73QlJy8QqBvcI61OrkbkHL8u8Mgil_yy0FyNwjoB073NZHwLU4uYzRaDgyLlSA9VNDlgWiOIN6V/s1600/prueba+11.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 300px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5539805136264025522" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieEvIQgJAOEASJ_dHJGTxqcJBMA1fHucq7aH-COoma1hly-22WsNsJFmVV8rWf0CuRq73QlJy8QqBvcI61OrkbkHL8u8Mgil_yy0FyNwjoB073NZHwLU4uYzRaDgyLlSA9VNDlgWiOIN6V/s400/prueba+11.jpg" /></a> <p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>¿No siente usted remordimientos de conciencia por los hechos que ha cometido?</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>No entiendo lo que ustedes me preguntan.</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>¿No sabe usted lo que es el remordimiento?</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>No, señores.</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>¿Siente usted tristeza o pena por la muerte de los niñitos Giordano, Laurora y Vainikoff?</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>No, señores.</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>¿Piensa usted que tiene derecho a matar niños?</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>No soy el único, otros también lo hacen.</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>¿Por qué mataba usted a los niños?</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >-<i>Porque me gustaba.</i><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Esta última respuesta provocaba la desaprobación general de los pasajeros, que en general parecían contentos cuando se cambiaba de criminal y se pasaba a la más comprensible Yiya Murano, envenedadora de amigas que le debían dinero. Una asesina por ambición. Fácil de entender. El Petiso, en cambio, incomodaba a todos.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Esa noche, cuando llegó a su casa, no le contó a su mujer que había visto el espectro del Petiso. Tampoco a sus compañeros, pero eso era normal: no quería tener problemas en el trabajo. En cambio, le molestaba no poder hablarle de la aparición a su mujer. Dos años atrás se lo hubiera contado todo. Dos años atrás, cuando todavía podían confesarse cualquier cosa sin miedo, sin recelo. Era una de las tantas cosas que habían cambiado desde el nacimiento del bebé. Se llamaba Joaquín, tenía seis meses, pero Pablo seguía diciéndole “el bebé”. Lo quería -al menos, eso le parecía- pero el bebé no le prestaba demasiada atención, aún estaba demasiado aferrado a su madre, y ella no ayudaba, no ayudaba para nada. Se había convertido en otra persona. Temerosa, desconfiada, obsesiva. A veces Pablo se preguntaba si estaba ante un caso de depresión post-parto. Otras veces solamente se malhumoraba, y recordaba con nostalgia y algo - mucho- de enojo los años previos al bebé. Tantas cosas habían cambiado que no sabía por dónde empezar. Ella ya no lo escuchaba, por ejemplo. Fingía hacerlo, sonriendo y diciendo que sí con la cabeza, pero estaba pensando en comprar zapallo y zanahoria para el bebé, o en si la irritación que el bebé tenía en la piel sobre las caderas podía haber sido causada por el pañal descartable o si se trataba de alguna enfermedad eruptiva. Ni lo escuchaba ni quería tener sexo porque estaba dolorida después de la episiotomía que no terminaba de cicatrizar, y para colmo el bebé dormía con ellos en la misma cama: había un cuarto esperándolo, pero ella no se animaba a dejarlo dormir solo, le tenía miedo al “síndrome de muerte súbita”. Pablo había tenido que escuchar hablar de esa muerte blanca durante horas, mientras trataba en vano de calmarle la ansiedad, a ella que nunca había tenido miedo, que alguna vez lo había acompañado a escalar montañas y había dormido en refugios mientras nevaba allá afuera, ella que había comido hongos con él, todo un fin de semana alucinando, esa misma mujer ahora lloraba por una muerte que no había llegado y posiblemente no ocurriera nunca.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Pablo no recordaba por qué tener un hijo le había parecido una buena idea.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Ella tampoco hablaba de otra cosa. Se habían terminado las charlas sobre los vecinos, las películas, los escándalos familiares, los trabajos, la política, la comida, los viajes. Ahora sólo hablaba del bebé y hacía como que escuchaba otros temas. Lo único que parecía registrar, como si la despertara de un sopor, era el nombre del Petiso Orejudo. Como si su mente abotargada se iluminara con la visión de los ojos del idiota asesino; como si conociera sus dedos delgados que sostenían la cuerda. Decía que Pablo estaba obsesionado con el Petiso. Él no creía que fuera así. Sucedía que los otros asesinos del tour macabro por Buenos Aires eran aburridos. La ciudad no tenía grandes asesinos, si se exceptuaban los dictadores, no incluidos en el tour por corrección política. Algunos de los asesinos de los que hablaba habían cometido crímenes atroces, pero bastante comunes teniendo en cuenta cualquier catálogo de violencia patológica. El Petiso era distinto. Era raro. No tenía más motivos que sus deseos y parecía una especie de metáfora, el lado oscuro de la orgullosa Argentina del Centenario, un presagio del mal por venir, un anuncio de que había mucho más que palacios y estancias, una cachetada al provincianismo de las elites argentinas que creían que sólo cosas buenas podían llegar de la fastuosa y anhelada Europa. Lo más hermoso era que el Petiso era completamente inconsciente de esto: a él sólo le gustaba atacar niños y encender hogueras -porque también era pirómano, le gustaba ver arder y observar el trabajo de los bomberos, “sobre todo cuando se caían al fuego”, como le había dicho a uno de los policías interrogadores.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Era con fuego la historia que había hecho enojar rabiosamente a su esposa: ella acabó levantándose de la mesa, gritándole que nunca más le hablara del Petiso, nunca más por ningún motivo. Se lo había gritado mientras abrazaba al bebé, como si tuviera miedo de que el Petiso se materializara y lo atacara. Después se había encerrado en la habitación, y lo dejó comiendo solo. Él la mandó a la mierda mentalmente. La historia era impresionante en efecto, no para armar tanto escándalo, creía él, pero sí muy brutal. Ocurrió el 7 de marzo de 1912. Una niña de cinco años, Reina Bonita Vainikoff, hija de inmigrantes judíos letones, estaba mirando la vidriera de una zapatería, cerca de su casa sobre la avenida Entre Ríos 552. La niña llevaba un vestido blanco. El Petiso se le acercó mientras ella estaba absorbida por la visión de los zapatos. Llevaba un fósforo encendido en la mano. Tocó con la llama el vestido, que ardió con suma rapidez. El abuelo de la nena la vio envuelta en llamas desde la vereda de enfrente. Cruzó la calle corriendo. No logró siquiera acercarse a la niña. Trastornado, no se había fijado en el tráfico. Lo atropelló un auto y murió al instante. Un hecho extrañísimo, dada la escasa velocidad de los vehículos en aquellos años.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Reina Bonita también murió, sólo que después de dieciséis días de dolorosa agonía.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Pero el asesinato por fuego de la pobre Reina Bonita no era su crimen favorito. A él le gustaba -esa era la palabra, qué remedio- el de Jesualdo Giordano, de tres años. Sin duda era el que más horror le causaba a los turistas, y a lo mejor por eso le gustaba: porque le resultaba placentero contarlo y esperar la reacción, siempre espantada, de su auditorio. Había sido el crimen por el que atraparon al Petiso, además, porque cometió un error fatal.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >El Petiso, como era ya su costumbre, había llevado a Jesualdo hasta un baldío. Lo ahorcó con trece vueltas de cuerda. El chico se resistió con fuerza, lloraba y gritaba. El Petiso declaró a la policía que intentó hacerlo callar, porque no quería ser interrumpido como en otras oportunidades: “Al chico ese lo agarré con los dientes aquí, cerca de la boca, y lo sacudí como hacen los perros con los gatos”. (Esa imagen incomodaba a los turistas que se revolvían en los asientos y decían “por Dios” en voz baja. Sin embargo, nunca le habían pedido que detuviera el relato.). Una vez que ahorcó a Jesualdo, el petiso lo tapó con una chapa y salió a la calle. Pero algo lo atormentaba, una idea que rumiaba y ardía. Así que al rato volvió a la escena del crimen. Llevaba un clavo. Lo usó para clavarlo en la cabeza del niño, que ya estaba muerto.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Al día siguiente cometió su error fatal. Movido por quién sabe qué ansias, asistió al velorio del niño al que había matado. Dijo, más tarde, que quería ver si todavía tenía el clavo en la cabeza. Confesó este deseo cuando lo llevaron a presenciar la autopsia, después de la denuncia del padre del niño muerto. Cuando el Petiso vio el cadáver hizo algo muy extraño: se tapó la nariz y escupió, como si le diera asco, aunque el cuerpo aún no había entrado en estado de putrefacción. Los forenses, por algún motivo que la crónica policial de la época no explica, lo hicieron desnudar. El Petiso tenía una erección de 18 centímetros. Acababa de cumplir 16 años.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Ese relato sí que no podía contárselo a su mujer. Una vez había intentado hablarle de las reacciones de los turistas ante el último crimen del Petiso, y empezó a hacerlo, sorprendido porque ella no lo hacía callar. Cuando ella abrió la boca, Pablo entendió: no lo estaba escuchando. Ella le reclamó que tenían que mudarse a una casa más grande cuando el bebé creciera. No lo quería criar en un departamento. Quería patio, piscina, sala de juegos y un barrio tranquilo donde el chico pudiera jugar en la calle. (Ella bien sabía que esto último apenas existía en una ciudad del tamaño y la intensidad de Buenos Aires y mudarse a un suburbio rico y apacible estaba muy lejos de sus posibilidades). Cuando terminó de enumerar sus deseos para el futuro, le pidió que cambiara de trabajo. Eso no, dijo él. Soy licenciado en turismo, me va bien, no voy a renunciar, me divierto, son pocas horas y estoy aprendiendo. El salario es una miseria. No, no es una miseria, se enojó Pablo, ofendido. Creía estar ganando bien, lo suficiente para mantenerlos a los tres con decencia. ¿Quién era esta mujer desconocida? Alguna vez ella le había jurado que, con él, era capaz de vivir en un hotel, en la calle, bajo un árbol. Todo era culpa del bebé. La había cambiado por completo. ¿Y por qué? Si era un chico sin gracia, aburrido, dormilón, que cuando estaba despierto lloraba casi todo el tiempo. Por qué no trabajás vos si querés más plata, le dijo Pablo a su esposa. Y ella pareció erizarse, y gritó como si se hubiera vuelto loca. Gritó que tenía que cuidar al bebé, qué pretendía él, abandonarlo con una niñera o con la loca de tu madre (mi madre no está loca, pensó Pablo) y para no volver a pelear a los gritos salió a la vereda a fumar - esa era otra cosa, desde el nacimiento del bebé ella no lo dejaba fumar en su departamento.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Al día siguiente de la discusión, el Petiso volvió al micro. Esta vez estaba más cerca de él, casi al lado del conductor, que claramente no lo veía. Pablo no sentía que estuviera volviéndose loco. No se sentía diferente, solamente algo inquieto; temía que alguno de los turistas también fuera capaz de ver al Petiso espectral y causara histeria en el ómnibus.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Cuando apareció, con la soga en las manos, estaban en una de las últimas paradas del recorrido, la casa de la calle Pavón. Allí había aparecido una de las víctimas grandes (de edad) del Petiso, uno de sus ataques más extraños. Arturo Laurora, trece años, estrangulado con su camisa; apareció dentro de una casa abandonada. No llevaba pantalones y tenía las nalgas lastimadas, pero no había sido violado. Al Petiso no se le daba por ahí. Mientras Pablo contaba el caso Laurora, el Petiso espectral, parado a su lado, aparecía y desaparecía, parecía temblar, desdibujarse, como si estuviera hecho de humo o niebla.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Por primera vez en muchas noches, alguien quiso hacer una pregunta. Pablo le sonrió al curioso con toda la falsedad que era capaz de conjurar. El turista -que era colombiano- quería saber si el Petiso había usado un clavo en la cabeza de sus víctimas en alguna otra oportunidad. No, le contestó Pablo. Que se sepa, fue esa vez sola. Es muy extraño, dijo el colombiano. Y aventuró que, si la carrera criminal del Petiso hubiera sido más larga, a lo mejor el clavo se convertía en su marca, en su firma. A lo mejor, le contestó Pablo con amabilidad mientras veía cómo el Petiso espectral se terminaba de desvanecer. Pero nunca vamos a saberlo, ¿no es cierto? El colombiano se rascó el mentón, pensativo.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >Pablo volvió a su casa pensando en el clavo, y en un trabalenguas que su madre le había enseñado cuando era chico: “Pablito clavó un clavito. / ¿Qué clavito clavó Pablito?/ Un clavito chiquitito.” Abrió la puerta del departamento y se encontró con la escena habitual de los últimos meses: el televisor encendido, un plato con dibujos de Ben 10 y restos de zapallo, una mamadera medio vacía y la luz de su habitación encendida. Se asomó a la puerta. Su mujer y su hijo dormían en la cama, juntos. Sintió que no los conocía. Quiso hacerlos desaparecer cerrando los ojos, pero cuando los abrió seguían allí. Pablo caminó hasta la habitación que él mismo había decorado para su hijo antes de que naciera. Estaba tan vacía que le dio frío.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia', 'serif'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ESfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >La cuna inmóvil estaba oscura. Parecía el cuarto de un chico muerto, mantenido intacto por una familia de duelo. Pablo se preguntó qué pasaría si el chico se moría, como parecía temer su mujer. Sabía la respuesta. Se apoyó en la pared vacía, donde varios meses atrás, siempre antes del nacimiento, antes de que su mujer se transformara en otra persona, había planeado ubicar un colgante, un universo que giraría sobre la cuna del bebé, para entretenerlo por la noche. La luna, el sol, Júpiter, Marte y Saturno, los planetas y los satélites y las estrellas brillando en la oscuridad. Pero nunca lo había colgado, porque su mujer no quería que el bebé durmiera ahí, y no había forma de convencerla. Tocó la pared y se encontró con el clavo, que seguía en la pared, esperando. Lo arrancó de un tirón seco y se lo metió en el bolsillo. Pensó que resultaría un gran golpe de efecto para su relato. Lo sacaría de su bolsillo justo cuando contara el crimen del niño Jesualdo Giordano y en el momento preciso, cuando el Petiso volvía y lo clavaba en la cabeza del chico ya muerto. A lo mejor algún turista ingenuo hasta creía que se trataba del mismo clavo, perfectamente conservado cien años después del crimen. Sonrió pensando en su pequeño triunfo y decidió acostarse en el sofá del living, lejos de su mujer y su hijo, con el clavo entre los dedos.<o:p></o:p></span></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-60019125371256482192010-10-13T21:47:00.000-07:002010-10-13T21:49:59.402-07:00El (real) lado oscuro del corazón<p class="MsoNormal" style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt; TEXT-ALIGN: justify"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; mso-fareast-language: ES-MXfont-family:'Georgia','serif';font-size:12;" >Continuando con el complot maligno que hemos tramado en asociación con el gran Salvador Luis, ahora desde Ecuador, el escritor Eduardo Varas comparte con nosotros su lectura de <i style="mso-bidi-font-style: normal">La Banda de los Corazones Sucios.</i></span><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-bidi-: AR-SAfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" ><br style="mso-special-character: line-break"></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKdSGk7_dlqp32yIGVMBURYueqGNBE4PdkZS8p_4wWIuoLJT08cNQ_brqR6lkCcFT2LMZthrGtl182l7fQMBk_VUOiGYn4Di73Cd4giIG249DbI4MalOC02nR3gHm6_EqeDSEa9O6AOPE8/s1600/prueba+1.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5527758926198099234" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKdSGk7_dlqp32yIGVMBURYueqGNBE4PdkZS8p_4wWIuoLJT08cNQ_brqR6lkCcFT2LMZthrGtl182l7fQMBk_VUOiGYn4Di73Cd4giIG249DbI4MalOC02nR3gHm6_EqeDSEa9O6AOPE8/s400/prueba+1.JPG" border="0" /></a> <span style="LINE-HEIGHT: 115%; mso-fareast-language: ES-MXfont-family:'Georgia','serif';font-size:12;" >por Eduardo Varas<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt; TEXT-ALIGN: justify"><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-bidi-: AR-SAfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >El agujero nos permite observar lo que hay detrás de la pared; permutar ese pequeño espacio de alivio por un universo en el que la ficción escoge mirar hacia el lado oscuro, a ese estado seductor que en voces de actores de telenovelas se vuelve una sentencia: “Uno la pasa mejor haciendo del malo”. Los malos son los que más se divierten; los villanos son los que celebran sus vidas gracias a una conciencia sobre el mundo que los otros no tienen; los malos son los que bailan en la fiesta, porque si bien saben que lo que están haciendo está mal, no les importa… ellos trascienden cualquier consideración social fuerte. Y lo peor que hemos hecho en nuestra vida es tratar de entender por qué. La excusa va por reconocer qué opera en ellos para así contenerlos, pero en realidad lo hacemos para tratar de comprender qué parte de nosotros no obtuvo esa conciencia “quemeimportista” del otro. Qué parte de nosotros se quebró para volvernos seres gregarios por excelencia. Incluso esa precisión puede ser objeto de duda. Al final, la maldad es todo acto que se ejerce en la relación con el otro. La maldad es un acto social.<br /></span><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-: AR-SAfont-family:Tahoma;font-size:12;" ><br /></span><i><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-bidi-: AR-SAfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >La banda de los corazones sucios</span></i><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-bidi-: AR-SAfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >, una antología del cuento villano, recopilada por Salvador Luis, no sólo es un ejercicio que nos enfrenta a toda esa vileza presente en cada uno de nosotros, sino que nos demuestra cuán posible es compendiar un buen puñado de relatos en torno a esta premisa. Catorce en total, de diversos autores, todos fabulosos y algunos de ellos imprescindibles. <i>La banda... </i>es un libro que se lee y se disfruta, sobre todo si lo que buscamos en la literatura es aquella ficción que extienda un puente entre nosotros y aquello que intuimos y no conocemos. El villano es el más común de todos los seres que tenemos a nuestro alrededor, el que se gesta de a poco, el que se consume de golpe, el que no lo sabe, el que es arrastrado, el que lo acepta, el que comete el acto más deplorable de todos, el que lo imagina, el que se confunde, el que reflexiona sobre sus acciones.<br /></span><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-: AR-SAfont-family:Tahoma;font-size:12;" ><br /></span><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-bidi-: AR-SAfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >La maldad, la presencia del ser abyecto, puede ser motivo de múltiples cavilaciones. Lo que nos atañe como lectores, en este caso, es salir (a través de estos cuentos) de aquellos remansos morales y enfrentarnos al valor de la escritura. Leer es un enfrentamiento, claro está, y no hay mejor detalle, mejor acto, que entablar diálogos con ese lado realmente oscuro. <i>La banda de los corazones sucios </i>es un libro que nos permite recorrer este camino. De los cuentos que lo integran se pueden obtener chispazos de lo que hay detrás de la fabulación y del encanto por estos seres despreciables, así como las consecuencias y la gestación de actos terribles. Esos son los tres senderos que permiten abrir todo el abanico posible alrededor del villano: desde una versión del inicio de los tiempos con criaturas desechadas que luego encuentran su propio sendero (como en “Un anexo al Génesis”, de Jon Bilbao), pasando por la reflexión del monstruo sobre el acto injustificable, alrededor de conceptos mucho más fuertes (dos ejemplos de ello son “Acerca del alma”, de Alberto Chimal, y “Manhattan pulp”, de Matías Candeira –uno de los relatos que más disfruté por esos guiños personales, pues ahí descubro que cumplo años el mismo día que Doc Oc, el archienemigo de Spiderman) y la transformación de alguien en un ser nefasto (como en “Pablito clavó un clavito: una evocación del Petiso Orejudo”, de Mariana Enriquez, “Hermanos malditos”, de Wilmer Urrelo –cuento incluido en la hermosa versión boliviana del libro, de editorial El Cuervo–, y “Pavura” de Antonio Ortuño), hasta la concreción del mal como única posibilidad en un universo desprovisto de soluciones y repleto de tragedias (como es el caso de “El limpiador”, ese gran cuento de Rocío Silva Santisteban).<br /><br />Este es un libro sobre lo inevitable. Salvador Luis lo define en el prólogo, haciendo referencia al deleite de San Agustín por el robo de unas peras, a ese descubrimiento del horror en las cosas cotidianas convertidas en algo incómodo, pero atractivo, a ese acto de revelación de la maldad como algo ominoso (siguiendo a Freud); esa facilidad que existe “de alejarse de las cosas que rompen con determinado orden” para configurar lo abyecto (como perspectiva cultivada por Georges Bataille)… siempre hay un espacio para la herida, sin duda.</span><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-: AR-SAfont-family:Tahoma;font-size:12;" ><br /><br /></span><i><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-bidi-: AR-SAfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" >La banda de los corazones sucios</span></i><span style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Georgia','serif'; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES-MX; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-bidi-: AR-SAfont-family:'Times New Roman';font-size:12;" > es un conjunto que he leído y releído con fascinación. No sólo por lo que contiene, sino por esas extrañas coincidencias que hay siempre alrededor de la literatura (y que me hacen pensar que la ficción es la única experiencia útil que existe). Leía “El color exacto de la mandarina”, cuento de Javier Payeras, la mañana del 30 de septiembre pasado, cuando fuerzas policiales atacaban al presidente Rafael Correa y la democracia ecuatoriana estuvo a punto de irse al demonio. Yo tenía ante mis narices este relato que me hablaba de una crisis política y de su manejo al interior del poder. Ya con todo acabado, una frase que leí esa mañana todavía me sigue dando vueltas: “Es cuestión de tiempo”, dice un personaje. Y así es. Jamás se me ocurrió pensar que la realidad imita a la ficción o algo por el estilo. Entendí de una vez por todas aquel poder clarificador de la ficción y cómo fabular es un acto de comprensión, también… Quizás el mejor de todos.</span></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-81139988174134302102010-09-22T11:43:00.000-07:002010-09-22T11:49:55.972-07:00IMAGINAR EL MAL<p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal" align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;">Quien ganara el concurso de Cuento Franz Tamayo 2010, Mauricio Murillo, comenta acá su lectura de <i style="mso-bidi-font-style: normal">La Banda de los Corazones Sucios</i> (compilada por Salvador Luis). Esta reseña fue publicada hace algunas semanas en Fondo Negro, pero ahora la reproducimos para iniciar la serie de reseñas sobre la Banda.</span><?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3uhfN8l3NZmfDZ6NyHU5ByN9nCzLUcfDlg9L-oZx7sNFtPe2UW0bYYkIXyrpk8CVRHc80NJ856pBberKu6OR5V13hLDPiWvbFNNvf31_8AOBQKb5NuM2pjrRittgh74cPRD7BPPeAWj43/s1600/prueba+11.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 300px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5519811826453508354" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3uhfN8l3NZmfDZ6NyHU5ByN9nCzLUcfDlg9L-oZx7sNFtPe2UW0bYYkIXyrpk8CVRHc80NJ856pBberKu6OR5V13hLDPiWvbFNNvf31_8AOBQKb5NuM2pjrRittgh74cPRD7BPPeAWj43/s400/prueba+11.jpg" /></a> <p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;">por Mauricio Murillo</span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal" align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;">En un libro ya clásico, <i style="mso-bidi-font-style: normal">El juguete rabioso</i> de Roberto Arlt, aparece uno de los villanos más emblemáticos de la literatura hispanoamericana: Silvio Astier. En el transcurso de toda la novela nos encontramos con el influjo de la villanía en el deseo de Astier de hacer el mal, que sólo logra hacia el final con un acto más vil que violento. Astier quiere sentirse lo más bajo posible al traicionar sin ninguna razón a un amigo que ha confiado en él (la razón, en todo caso, es la de experimentar la vileza). Así, Astier no es un asesino ni un psicótico, sino un villano que se acerca al mal de la manera más inquietante: por las ganas de hacerlo y por la experimentación. Desde la traición que realiza, Astier afecta la realidad, la trastoca con ese acto villano.</span></p><p style="TEXT-INDENT: 35.4pt; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal" align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;">Es de esta búsqueda, me parece, de donde nace la tradición de los cuentos del último libro publicado por Editorial El Cuervo de La Paz: Este libro es, pues, como nos dice en el prólogo Salvador Luis, compilador del libro, “un libro de cuentos que sólo desea el mal”.</span></p><p style="TEXT-INDENT: 35.4pt; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal" align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;">Para adentrarse a la lectura de este libro de catorce cuentos de escritores hispanoamericanos es necesario entender que las narraciones que vamos a encontrar versan sobre el mal, ya sea desde la experimentación o desde la observación. Es por esto que el humor negro que recorre todo el libro es una de las características más importantes que unen los catorce cuentos. Ahora bien, para acercarse a un libro macabro el lector tendrá que dejar a un lado los burdos prejuicios y los puritanismos racionales. Como dice Salvador Luis en el prólogo: “practicar el mal para regocijarse en la maldad”. Esto es lo que buscan los autores de los relatos compilados en <i style="mso-bidi-font-style: normal">La banda de los corazones sucios</i>. Asesinos, paranoicos, estudiosos, carcelarios, nazis, dictadores, gobernantes, lumpen, alcohólicos entre otros desfilan en las páginas del libro para mostrarnos las versiones de la maldad. Se mata, por ejemplo, por venganza, por placer, por odio, etc. En el cuento <i style="mso-bidi-font-style: normal">Ciencias virales</i>, del escritor Juan Terranova (que también ha publicado el libro <i style="mso-bidi-font-style: normal">Música para rinocerontes</i> en la misma editorial paceña) leemos: “Los nuevos héroes negativos son sinceros, no son buenos, son malos, nos van a lastimar, y nos van a liderar entre el humo del masoquismo hacia el caos en su propio beneficio. Serán honestos en eso y sólo en eso”. Es esta la fascinación que ejercen la mayoría de los personajes de esta antología. Así entendemos el poder de los villanos en la literatura universal. En el cuento <i style="mso-bidi-font-style: normal">Correcto Doctor Gault</i>, de Leonardo Cabrera, un asesino condenado le escribe a su psiquiatra: “<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Antes que yo muchos hombres <i style="mso-bidi-font-style: normal">buenos y valiosos</i> serán olvidados”.<o:p></o:p></span></span></p><p style="TEXT-INDENT: 35.4pt; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal" align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal">Pavura</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal"> </i>de Antonio Ortuño, el narrador nos dice: “Imagino que el niño de brazos que portean dos padres risueños puede haber sido atiborrado de algún líquido corrosivo y pernicioso que envenene la atmósfera”. En este sentido, los efectos de la maldad se encuentran muy ligados a las elucubraciones de la imaginación. La villanía está, y muy importantemente, en la posibilidad de imaginar. La maldad parte de la fantasía. Un villano no puede existir sin imaginación, como tampoco los escritores de esta banda de corazones sucios. Antes que asesinos o torturadores, los escritores eligen hacer el mal desde un escritorio. Esta paradoja es parte del humor negro que instaura el libro y la misma literatura villana en general. La maldad puede ser instintiva o intelectual, pero siempre parte de la imaginación. En el prólogo, Salvador Luis dice: “son personajes de la vida y de la ficción que no siempre honran el código heroico, sino que más bien lo subvierten y lo ponen en jaque”. Es así que en el libro se mezclan personajes reales e imaginarios, todos reflejando actos de maldad, históricos o completamente ficcionales. “<i style="mso-bidi-font-style: normal">El orden lo es todo y la simulación tiene tanto poder como el terror para que un sistema sea eficaz</i>” (en el cuento <i style="mso-bidi-font-style: normal">Los ojos de Sarah </i>de Sergi Bellver).</span></p><p style="TEXT-INDENT: 35.4pt; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal" align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;">En el cuento de Terranova, el narrador dice: “Imaginar entre dos es imaginar siempre un poco más”. En este sentido, el lector en un cuento villano es esencial. El efecto de la narración que se produce en el lector es esencial para estos cuentos macabros. El juego oscuro que se instaura entre el escritor villano y el lector sediento de relatos ominosos es el motor de esta literatura. Por eso, además de la calidad de muchos de los cuentos de esta antología, la idea de pasar un buen rato regodeándose en la villanía es lo que nos atrae de este libro. El miedo, el asco y el horror son una de las caras más fuertes de la seducción. <span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">“Eso es lo que más asusta, supongo, esa cualidad del mal -de lo que usted y los suyos llaman ‘el mal’-, la capacidad de vibrar y extenderse como por contagio, como una gota de tinta que cae en una hoja de papel y se hincha y crece hasta límites que superan con mucho a la gota. Pero no es mal, eso no es el mal… es sólo hambre” (en <i style="mso-bidi-font-style: normal">Correcto Doctor Gault</i> de Cabrera).<o:p></o:p></span></span></p><p style="TEXT-INDENT: 35.4pt; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal" align="justify"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Times New Roman;">Regodearse con lo más bajo, como Silvio Astier, y disfrutarlo es la experiencia que nos propone <i style="mso-bidi-font-style: normal">La banda de los corazones sucios</i>. En la sonrisa maléfica del villano, o en el grito de su víctima, es donde comprendemos el mundo también como un juego macabro. La lectura, en este caso, es una manera de disfrutar el mal que se imagina y que, con suerte, jamás se va a experimentar en carne propia. </span></span></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-78329585246039989782010-09-10T13:29:00.000-07:002010-09-10T13:35:13.811-07:00“En Rusia sólo los idiotas sonríen sin motivo”<p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Cambria;">Este texto (el más reciente de las múltiples reseñas, comentarios y entrevistas que ha suscitado el libro <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i> de Liliana Colanzi) fue leído por el crítico Benjamín Santiesteban (lector lúcido y generoso) y en la presentación en Cochabamba en el Centro Simón I. Patiño. Una lectura minuciosa y profunda (que avanza apoyándose en diversos enfoques de interpretación) que analiza, entre otros detalles, el estilo como metáfora social y las relaciones forma/contenido. <?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p></o:p></span></span></p><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 239px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5515384942138108610" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivxJainVlYYs6AvoROY3PV4s9U3DZABLQE9uweN8P9dp0T2FnJkV-Py5wIWritkqm3tT_sw-tjXWdlj_NopLmXfYpHpuSzTrLDOzk1kuyjRgObsrTsg-EvAz_u9c5F0WxmdCIK4AsfTbcd/s400/VP&others.jpg" /><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Cambria;"> <p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">por Benjamin Santisteban</span><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><o:p> </p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 12pt 0cm 0pt 36pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Ese año sucedieron muchas cosas. McDonald’s abrió el primer restaurante en el país y la gente acampó en la puerta del local desde las dos de la mañana. Una mujer y su hijo de ocho años se convirtieron en los primeros clientes en probar una cheeseburger. Era imposible pasar por la rotonda de El Cristo sin quedar atrapado en un tráfico espantoso: todo el mundo hacía fila para ser atendido en el autoservicio (13).</span><span style="mso-ansi-language: ES"><o:p></o:p></span></p></o:p></span><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"></span><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"></span><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Con esta observación clara, que se ayuda formalmente con una repetición casi imperceptible, un adjetivo —que inmediatamente se disuelve en un epíteto habitual, invisible— y una hipérbole —tan socializada que ya no pasa por tropo—, comienza <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i> y comienza “1997”, el primer relato de este libro, asentando una forma de escritura que parece tener la función de “retrouver ce contact naïf avec le monde” (reencontrar ese contacto inocente con el mundo), en palabras de Merleau-Ponty.<a style="mso-footnote-id: ftn1" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftn1" name="_ftnref1"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[1]</span></span></span></span></a> La deliberada sustracción del lenguaje figurado ofrecería la ocasión para una inmediatez que entregue el mundo no adulterado por una densa retórica literaria, ese mundo cotidiano que uno vive en un lenguaje simple.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">A pesar de su simplicidad, esta forma de escritura no es simplemente simple. Como es muy bien sabido por las morosas experiencias de Camus y Hemingway, dos entre muchos, la escritura donde el lenguaje literario no llama la atención a sí mismo es la forma que requiere más trabajo y disciplina. Pero, inicialmente, no es esta morosidad —a la cual habrá que retornar necesariamente— la que expulsa la simple simplicidad. La observación define de manera irreversible las características del texto y de sus personajes; se constituye en la puerta de entrada a una composición compleja, donde la simplicidad del lenguaje hace de contrapunto a la lobreguez del tema, el cual se preanuncia en seguida, casi inadvertidamente, en las oraciones del primer párrafo ya citado, rompiendo la objetividad de la descripción e imponiendo la perspectiva subjetiva:<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 12pt 0cm 0pt 36pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Andrés y yo llegamos tarde al colegio tres días seguidos pese a las maniobras de Segundo, el chofer, por evitar la congestión (13).<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Quien habla es el personaje principal, Analía. Ella no tiene en ningún momento la intención de realizar una representación económico-política de su sociedad; tampoco una velada contextualización que situaría el argumento venidero en un tiempo y lugar determinados, a fin de fomentar una lectura sociológica o política del tema, la que resultaría siempre una engañosa unilateralidad. Se podría afirmar que la intención de Analía al hacer la observación no es su intención; que similares instancias la sobrepasan, resaltando infatigablemente en los otros seis relatos del libro. En ésas la focalización no es de personaje en primera o tercera persona, sino externa y ya no es Analía la que hace directamente la experiencia de los hechos que estructuran el tema lóbrego.<a style="mso-footnote-id: ftn2" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftn2" name="_ftnref2"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[2]</span></span></span></span></a><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Empero, en contra de una presentación de <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i> dentro de parámetros más psicológicos o subjetivos, y a favor de una lectura que consideraría que la causa de los hechos y del tema es el cambio socio-político, se podría argumentar que desde el inicio, desde el título mismo del primer relato, “1997”, se incrusta una fecha clave para la transformación de las estructuras político-económicas por la fuerza de la Globalización. La descripción de la apertura de un McDonald’s y el congestionamiento que ocasiona en el tráfico podría ser interpretada como un signo inconfundible de la alienación tercermundista, de las ostentosas venias zalameras ante la llegada de una potencia transnacional, el colmo del postcolonialismo. Sin embargo, la descripción puede ser apenas una estrategia para fabricar el efecto de realidad, carente de la intención política. Contiene algo de lo que Barthes llama —quizá muy apresuradamente— los “detalles inútiles”, que los relatos occidentales inevitablemente poseen.<a style="mso-footnote-id: ftn3" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftn3" name="_ftnref3"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[3]</span></span></span></span></a> Los datos respecto a que una “mujer y su hijo de ocho años se convirtieron en los primeros clientes en probar una cheeseburger” parecen no tener propósito alguno desde la perspectiva estructural, sea ésta identificada como psicológica —el descenso hacia una inanición espiritual, paralizante— o como socio-política —la inacción e indecisión como modo anárquico de acción—. El detalle no contribuye ni al suspenso ni al carácter de los personajes, mucho menos al sentido simbólico. Su contingencia es tal que puede ser remplazado sin que altere en nada el tema o el argumento de <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i>. Pudo haber sido un abuelo y su nieta los primeros en probar la mejor muestra de la “junk food” norteamericana; o dos adolescentes con “cara de pizza” (43), resultado del exceso de tal tipo de comida. De cualquier modo, la historia tormentosa de Analía en nada cambiaría. La inutilidad y la contingencia de ese detalle se asemejan a la sonrisa del idiota en Rusia: sin motivo (87).<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Otro caso ejemplar es aquella descripción del momento en que Analía, acompañada del muchacho que la ama y al cual ella no ama, debe abandonar una clínica donde se le ha extirpado el feto engendrado con el muchacho ausente que no la ama, pero a quien ella sí ama inútilmente, sin correspondencia:<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 12pt 0cm 0pt 36pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">El sol se filtraba por las persianas polvorientas, era casi mediodía. Afuera, en la calle, un auto pasó a toda velocidad. Las paredes de la habitación temblaron con la estela del ruido y la música.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt 36pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Vámonos, dijo Analía (75).<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Tanto desamor en el amor… y de por medio los detalles inútiles (los gestos y los objetos insignificantes, las actitudes transitorias…). Según Barthes, ésos llegan a tener un significado precisamente por estar desprovistos de significado. En la ideología occidental prevalente se da una “gran oposición mítica” entre la realidad misma —lo vivido— y el significado lingüístico, el significado que construye el sentido y la inteligibilidad del texto literario. Así, lo vivido resultaría siempre refractario a lo lingüístico-literario; una brecha se abriría entre la vida y la literatura. Para significar, los detalles insignificantes se constituyen mediante la asociación directa de un significante con un referente, una asociación pactada en contra del significado, el cual es expulsado del signo. Éste se conforma ahora sólo del significante —el detalle en el texto— y el referente —aquello a lo que el detalle se refiere en la realidad—. En esta referencia directa los detalles parecen denotar directamente y decir: “nosotros somos lo real”. Desde luego, “en el momento mismo en que se considera que estos detalles denotan directamente lo real”, sin pasar por el significado del texto, por su tema o trama, “no hacen otra cosa que <i style="mso-bidi-font-style: normal">significar</i>” lo real. En ese mínimo intersticio, que apenas se abre para cerrarse, entre la expulsión y el retorno del significado, se produce “l’effect de réel” (el efecto de realidad), el cual es una fabricación y no la realidad misma. Se significa así la <i style="mso-bidi-font-style: normal">categoría</i> de lo real, no sus contenidos contingentes.<a style="mso-footnote-id: ftn4" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftn4" name="_ftnref4"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[4]</span></span></span></span></a><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Sin embargo, en <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i> los detalles insignificantes no sólo tienen la función de producir el efecto de realidad. En su retorno ya significativo, como categoría, tienen la función adicional de desactivar el pathos temático o argumental. Una muestra involucra a la confesión de embarazo que hace Analía al muchacho que la ama y que ella no ama, luego de una maratón alcohólica:<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 12pt 0cm 0pt 36pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Sentada en la acera con la cabeza hundida entre las piernas, Analía vomitaba. Su cabello, en desorden y caído sobre el rostro, parecía un pequeño incendio en medio de la calle desierta. Amanecía y el viento arrastraba la basura en remolinos. Un perro callejero meó en la puerta del hotel Amazonas. Nico daba vueltas por la calle y regresaba a patear la acera, furioso, a pocos pasos de Analía (62).<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">La fuerza emotiva tanto de la desolación embriagada de Analía como la de la rabia despechada de Nico desciende a la mera cotidianidad, a la realidad prosaica de la actividad mingitoria de un perro. Otro ejemplo involucra a Elina, la futura compañera de trabajo de Analía en el Reino Unido, y su doloroso abandono de Tallin, su ciudad natal:<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 12pt 0cm 0pt 36pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">El día que me fui de Estonia mamá no pudo ir a despedirme. Estaba trabajando. Abracé a Talgat en la puerta de la casa. Le dije que todo iba a salir bien. Era diciembre y Tallin estaba cubierta por una gruesa capa de nieve. Natasha subió conmigo al taxi. La ciudad tenía el aire fantasmal que siempre asocio con mi infancia. El taxista encendió la radio.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt 36pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Me apoyé en el cristal de la ventanilla y me eché a llorar (127-28).<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">El conglomerado de emociones que ocasiona el tener que abandonar al hermano vulnerable (Talgat) y la ausencia del abrazo materno en la despedida final, todo esto consolidado por un paisaje tétrico, quiebra su intensidad dramática en ese simple acto de un taxista encendiendo la radio.<img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 391px; DISPLAY: block; HEIGHT: 174px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5515385126877262338" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLlCSj7UFmom7XSS9PzlesTADIzbYSflFHCBaIiTPEDCvRHM8JFI0iy1HobZmsneq8X2Ith9ytPQ-m3dSepmFQCfcMGM5GSmadefyPJ0wFCwfmrYBATxhvhfKaZnTVHdltYtY5Q7qj9kh0/s400/Copia+de+P1060444.JPG" /><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">La yuxtaposición de estos actos ordinarios están registrados por focalizaciones diferentes; el primero por una focalización externa, por una voz anónima, situada fuera del texto; el segundo por una focalización de personaje, interna, en primera persona, la voz de Elina. Sin embargo, en ambos casos la yuxtaposición universaliza la escena. En todas partes hay perros meando en puertas y todos han sido testigos alguna vez del chofer prendiendo la radio al abordar un taxi. Ambos actos dejan constancia afónica de que las tragedias familiares ocurren tanto en Tallin como en Santa Cruz. Por supuesto, la universalización es una función de la desactivación del pathos, la cual minimiza lo extraordinario y singular al situarlo con hechos que ocurren también en otros tiempos y otras latitudes.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">La asombrosa sencillez del lenguaje de <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i>, su belleza e intensidad muda, esa aparente calma que recorre con una consistencia impecable desde la primera hasta la última página, tiene precisamente su fundamento en esta desactivación. Porque la yuxtaposición debe obedecer a un imperativo peculiar para tener la eficacia con que cuenta indudablemente en esta obra. Los detalles “insignificativos”, pero tan significativos a la postre, no pueden en ningún momento opacar a los datos que sí son significativos para el argumento y el tema; deben asentar la categoría de lo real y desactivar el pathos sin llamar la atención a sí mismos. De lo contrario, sobresaldrían e inclinarían a la obra hacia la ilusión del realismo decimonónico y acallarían las focalizaciones internas, de personaje, la perspectiva subjetiva. A fin de evitar esta parcialidad, todo el lenguaje de <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i> está duramente trabajado para que el decir y el mostrar con palabras combinen con la yuxtaposición de los detalles, de modo que éstos no se sobrepongan, pero tampoco se releguen, lo que también sería una manera de llamar la atención sobre ellos. Su pasar desapercibidos implica su mimetización formal. La focalización de personaje en primera persona —el habla simple de Analía o de Elina— o la de personaje en tercera persona, que son los modos de focalización que imperan, se hallan al mismo nivel lingüístico de la focalización externa e indiferenciada. De esta manera, <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i> se incluye en la flaubertización de la escritura literaria. Muy pocas obras bolivianas pueden jactarse de que no les falte ni les sobre una palabra. <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i> sí puede hacerlo; cada una de sus palabras es “le mot juste” (la palabra justa), en la sentencia famosa de Flaubert. En ella queda la huella precisa del duro trabajo de la reescritura. En cuanto obra literaria, su forma se presenta como el producto de una dura y disciplinada fabricación, un “artesanado del estilo” que requiere igual o más trabajo que el que requiere fabricar una joya.<a style="mso-footnote-id: ftn5" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftn5" name="_ftnref5"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[5]</span></span></span></span></a><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Pero es con esta huella que la fuerza del contenido podría anularse desde una lectura exclusivamente política. Si la simplicidad formal resulta un contrapunto frente al tema lóbregamente trágico, la huella formal del trabajo duro coincidiría, por el contrario, con el tema y anularía tal contrapunto, del que emana el sentimiento de belleza. Cabe, entonces, unas preguntas: ¿no se escondería en la forma cincelada por el trabajo duro una ideología que contradeciría la crítica que presenta el tema, imposibilitando el “reencontrar ese contacto inocente con el mundo” o, por lo menos, haciéndolo engañoso? ¿No se alía aquí, a través del trabajo duro, la simplicidad del lenguaje con la Globalización en la literatura, de donde se implanta la demanda de escribir en un lenguaje simple, sin sociolectos ni idiolectos que entorpezcan la venta a través de las fronteras? Si en todas partes del mundo se puede consumir una cheeseburger de McDonald’s, ¿es <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i> así consumible por su forma simple?<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Estas preguntas encontrarían soporte teórico de dos maneras. La primera, en una complicidad —señalada ya hace mucho, no sólo por Barthes sino también por Adorno— entre la obsesión del capitalismo con el trabajo y la literatura. Ésta sólo puede justificarse ante la sociedad burguesa presentándose como producto de un trabajo duro, para lo cual tiene que “sustituir el valor de uso de la escritura con un valor-trabajo”. En el capitalismo la obra literaria se salva “no en función de su finalidad, sino por el trabajo que cuesta” crearlo. En concomitancia, el escritor se salva al hacerse “escritor-artesano”, uno “que se encierra en un lugar legendario, como un obrero en el taller, y que labra, pule y talla su forma exactamente como un joyero extrae arte de la materia, dedicando a su trabajo horas regulares de esfuerzo solitario”. Este trabajo es la base del capitalismo, gracias al cual puede subsumir a todas las prácticas artísticas y sus productos en el proceso del comercialismo y la mercantilización de la obra de arte.<a style="mso-footnote-id: ftn6" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftn6" name="_ftnref6"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[6]</span></span></span></span></a> La segunda, en la porfiada aseveración de Jameson de que “la forma es inmanente e intrínsecamente una ideología en su propio derecho”. La ideología se halla en la forma literaria y no simplemente en el contenido; toda lectura debe ser consciente de que la forma de un texto dado se relaciona inevitablemente a determinantes socio-económicos y a las circunstancias históricas en las que surgió o se transformó. De cualquier manera, sea surgimiento o transformación, la “ideología de la forma, así sedimentada, persiste en estructuras posteriores más complejas como un mensaje genérico que coexiste —sea como una contradicción o, por otra parte, como un mecanismo mediador o armonizador— con elementos de etapas posteriores”.<a style="mso-footnote-id: ftn7" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftn7" name="_ftnref7"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[7]</span></span></span></span></a><o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">En <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i>, esas preguntas hallan una respuesta negativa. Su núcleo temático es el desamor en las relaciones familiares, uno que precisamente extiende su cáncer por la disciplina que impone el trabajo en las sociedades atrapadas por el capitalismo y que convierte al amor en un trabajo duro. En el flujo de conciencia del padre de Nico se revela esta situación de ascendencia antigua, de la abuela ya marcada por esa disciplina:<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 12pt 0cm 0pt 36pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">…nadie sabe lo que le tocó vivir a ella sin marido y sin un peso lo único que teníamos era disciplina y sin ella no sería lo que soy no hubiera podido ascender en el ejército no habría llegado nunca a general el amor es duro ése siempre fue su lema… (46)<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">El matrimonio es apenas un pasaje doloroso, donde el amor ha devenido una actividad laboral de tan férrea disciplina que destruye los vínculos y la comunicación. Tim, el patrón de Analía y Elina, sabe y sufre la universalidad de esta situación, que es la universalidad del capitalismo:<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 12pt 0cm 0pt 36pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Cuando empezaron a salir podían pasarse la noche entera cogiendo. Ahora [después de casados] ella prefiere acostarse temprano o quedarse armando su árbol genealógico en internet. Apenas puede recordar cómo fueron esos primeros meses juntos. Que las cosas sean así no es algo nuevo ni insólito en la faz de la tierra, razona Tim. Le sucede a todo el mundo, todo el tiempo, pero las personas creen que se salvarán porque son especiales, diferentes (90).<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">Vacaciones permanentes</span></i><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"> atestigua que bajo el capitalismo “matrimonio feliz” se ha convertido en un oxímoron. El resultado es un conjunto de jóvenes que acaban cual zombies en el puesto de trabajo, como Analía, “una chica que nunca abre la boca ni demuestra ningún tipo de entusiasmo”, que deja escapar a los clientes sin pagar, que en compañía de Elina “siempre están en la luna” (89-90). En el estado zombie la capacidad de comunicación y de decisión disminuyen al extremo de incidir negativamente en la eficiencia requerida para la multiplicación del capital. Si el capitalismo confió inicialmente en la familia nuclear para la reproducción de la fuerza de trabajo, en sus manifestaciones globalizantes atenta contra esa misma institución. Pero, como se advierte, se trata de autoatentado.<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">En síntesis, la coincidencia entre la simplicidad del lenguaje, como rastro del trabajo duro de la escritura, y el desamor, como la post-colonización del amor por el trabajo duro, se desvelaría como una hábil estrategia de crítica inmanente o deconstructiva. La forma en la cual el contenido halla expresión torna una constante invectiva contra ese contenido mismo, pese a su coincidencia o al “mecanismo armonizador”. La simplicidad del lenguaje replicaría el estado zombie (la indecisión, la inacción, la incomunicación), un estado que, sin embargo, no puede vender(se). Si unos momentos antes de pelearse con Diego, con el amor de su vida, Analía puede pedirle a un extraño que rece por ellos, aunque sin creer en Dios (33), pues el “rezar”, ya desprovisto de su significado teológico, se vacía a una simplicidad de significante sin significado, de significante zombie. Este vaciamiento ya hubo comenzado en la mercantilización y comercialización de la obra de arte, de la canción de Charly García, “Rezo por vos”, que Analía y Diego escuchan en la rocola del Guan Zhou (31-32). El estado zombie vacía los significados múltiples de las palabras y el número de ellas con el que se da la comunicación. Es este tipo de lenguaje el que resulta ideal para ver, sin las equivocaciones de las connotaciones, los estragos del trabajo duro del capitalismo que hizo en el amor. Ahora el significante, al expulsar al significado, ni siquiera se asocia con un referente. Si bien reencuentra ese contacto inocente con el mundo, éste es un mundo disminuido a la nada por la disciplina capitalista, donde todos están sonriendo sin motivo. El significante parece retroceder hacia sí mismo…<o:p></o:p></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; LINE-HEIGHT: 150%; MARGIN: 12pt 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD">De cualquier manera en que se lea la relación entre el contenido y la forma, con <i style="mso-bidi-font-style: normal">Vacaciones permanentes</i> Liliana Colanzi presenta, en su juventud, una obra sobre la juventud, con la cual logra dar una clase magistral del trabajo duro de escribir. Estrictamente hablando, no es una <i style="mso-bidi-font-style: normal">primera</i> obra de juventud que entrega al público lector; es una obra ya <i style="mso-bidi-font-style: normal">madura</i>, muy bien trabajada.<o:p></o:p></span></p><div style="mso-element: footnote-list"><br clear="all"><hr align="left" size="1" width="33%"><br /><div style="mso-element: footnote" id="ftn1"><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id: ftn1" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftnref1" name="_ftn1"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[1]</span></span></span></span></span></a><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"> Merleau-Ponty, Maurice: <i style="mso-bidi-font-style: normal">Phénoménologie de la perception</i>. Paris: Gallimard, 1945, p. 7.<o:p></o:p></span></p></div><div style="mso-element: footnote" id="ftn2"><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id: ftn2" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftnref2" name="_ftn2"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[2]</span></span></span></span></span></a><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"> Utilizo la noción de focalización de acuerdo a Bal, Mieke: <i style="mso-bidi-font-style: normal">Narratology. </i></span><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="EN-US">Introduction to the Theory of Narrative</span></i><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="EN-US">. Toronto: University of Toronto Press Incorporated, 1999; véase principalmente pp. 142-61.<o:p></o:p></span></p></div><div style="mso-element: footnote" id="ftn3"><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id: ftn3" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftnref3" name="_ftn3"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[3]</span></span></span></span></span></a><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"> La prisa de Barthes en adjetivar al detalle como inútil es sugerido por Michael Moriarty (en <i style="mso-bidi-font-style: normal">Roland Barthes</i>. Stanford, CA: Stanford University Press, 1991, pp. 99, 225-26), en una nota donde relata que Angela Fahy, una historiadora de la burguesía francesa del siglo XIX, le aseguró que los barómetros eran artículos muy valorados y que, por ello, funcionaban como indicadores de riqueza o prestigio. El barómetro, descrito por Flaubert en <i style="mso-bidi-font-style: normal">Un coeur simple</i>, es uno de los ejemplos que Barthes da de detalle inútil.<o:p></o:p></span></p></div><div style="mso-element: footnote" id="ftn4"><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id: ftn4" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftnref4" name="_ftn4"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[4]</span></span></span></span></span></a><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="EN-US"> Barthes, Roland: <i style="mso-bidi-font-style: normal">Le Bruissement de la langue</i>. Paris: Seuil, 1984, pp. 179-86.<o:p></o:p></span></p></div><div style="mso-element: footnote" id="ftn5"><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id: ftn5" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftnref5" name="_ftn5"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[5]</span></span></span></span></span></a><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="EN-US"> Barthes, Roland: <i style="mso-bidi-font-style: normal">Writing Degree Zero</i>. New York: Hill & Wang, 1984, pp. 4, 67.<o:p></o:p></span></p></div><div style="mso-element: footnote" id="ftn6"><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id: ftn6" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftnref6" name="_ftn6"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[6]</span></span></span></span></span></a><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="EN-US"> Barthes, Ibíd., p. 62-63. Adorno, Theodor W.: <i style="mso-bidi-font-style: normal">The Culture Industry. Selected Essays on Mass Culture</i>. New York, NY: Routledge, pp. 98-101.<o:p></o:p></span></p></div><div style="mso-element: footnote" id="ftn7"><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id: ftn7" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6716947465413379804#_ftnref7" name="_ftn7"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="FONT-FAMILY: 'Cambria', 'serif'; FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-bidi" lang="ES-TRAD">[7]</span></span></span></span></span></a><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="EN-US"> Jameson, Fredric: <i style="mso-bidi-font-style: normal">The Political Unconscious. Narrative as a Socially Symbolic Act</i>. </span><span style="FONT-SIZE: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 12.0pt" lang="ES-TRAD">Ithaca, NY: Cornell University Press, 1981, p. 141.</span></span></span></p></div></div>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6716947465413379804.post-79481967512546128372010-09-03T15:02:00.000-07:002010-09-03T15:07:45.147-07:00THE WIRE: una escena que no será bonus de ningún DVD (+)<p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Ante el lanzamiento de nuestra La Banda de los Corazones Sucios (Antología del Cuento Villano) les traemos un texto que saluda a The Wire, serie de televisión que junto a Los Soprano es, quizás, la demostración ostensible de lo sensacional que puede llegar a ser y a hacer la caja boba (frente al infantilismo efectista de Lost, por decir algo). <?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p></o:p></span></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">The Wire es ya un clásico contemporáneo. No necesita más intro. Si alguien, que tropieza con este blog, no ha visto al menos tres veces toda la serie, desde el episodio 1 al 60 (cinco temporadas), le rogamos que, por favor, se ponga al día o no vuelva por acá. Sería inútil tratar de entendernos. <o:p></o:p></span></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Y, en fin, la vida es corta (y mucho más aún en The Wire).<o:p></o:p></span></span></p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTmmb-8fTVz8WQ_AVXqbcOGfIFbTvzP6GAQVHTHIxVId-KI2oEBb5vsf2FkdblPRLrICnyusRYlsnXt-P81cNzkTLpOUKDecRbNIRLVLjfkRSEYwKc1flK-a-FHM7DkiFJLDpmfhmDwl_a/s1600/The-Wire-Posters.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 260px; DISPLAY: block; HEIGHT: 400px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5512811509435586242" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTmmb-8fTVz8WQ_AVXqbcOGfIFbTvzP6GAQVHTHIxVId-KI2oEBb5vsf2FkdblPRLrICnyusRYlsnXt-P81cNzkTLpOUKDecRbNIRLVLjfkRSEYwKc1flK-a-FHM7DkiFJLDpmfhmDwl_a/s400/The-Wire-Posters.jpg" /></a> <p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">INTRO<o:p></o:p></span></span></b></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></span></b></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">A David Simon (creador de la serie de televisión The Wire) le gusta ufanarse de ser un gran bromista. Una de sus bromas favoritas, cuenta él, es la que le gastó a Dominic West (aka, Jimmy McNulty) y Wendell Pierce (aka, Bunk) y al resto de los actores de la serie, así como al plantel técnico, el día anterior al cierre de filmaciones del último episodio de las cinco temporadas de The Wire.<o:p></o:p></span></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Ese día, que desde mucho antes se había previsto habría de ser una maratón muy exigente que superaría las 18 horas, un último texto fue añadido a los guiones que fueron distribuidos entre los actores. <o:p></o:p></span></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Lo que se lee a continuación es, textualmente, lo que David Simon hubo escrito para tal guión.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"></span></o:p></span></b></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></span></b></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">INT. CUARTO DE INTERROGATORIO. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;"># 1 DEPARTAMENTO HOMICIDIOS – NOCHE. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK, MCNULTY,<span style="mso-spacerun: yes"> </span>sentados, preocupados. Un largo silencio se abre hasta que MCNULTY se inclina hacia adelante, en su silla, y dice:<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Si hubiesen querido liquidarme, ya lo habrían hecho.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Ahora, más tarde... Lo mismo da. Te van a hacer concha.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">No estoy tan seguro.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">¿De verdad crees que debemos seguir discutiendo esto? Sea lo que fuere lo que vaya a pasar, va a pasar.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">¿Qué putas estás diciendo?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Me parece que esta charla no va a ningún lado, Jimmy<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY se queda pensando, asiente.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Lo digo en la onda de esa canción de la cosifay... ¿Cómo era que se llamaba? ¿Te acordás? Sea lo que puta sea, será lo que será. O alguna mierda por el estilo.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Doris Day<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">¿Co-cómooo?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR">Doris Day. ¿Qué será, será? (+</span><span lang="EN-US">+</span><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR">)<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">¿Qué putas estás hablando, pelotudo, conchetumadre?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR">Esa es la canción. “Que sera, sera”, cantada por Doris Day. </span><span lang="EN-US">O sea, <i style="mso-bidi-font-style: normal">whatever will be, will be</i>.</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Es impresionante la cantidad de mierda que tenés atorada en tu cabeza, Jimmy. Im-pre-sio-nan-te<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Vos sacaste el tema, putazo. Mientras yo estoy tratando de pensar cómo hacer para que no me maten, vos te deleitás en el limbo de los clichés aputosados.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Que no te la van a dar.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">¿Y vos qué sabés?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">¿Que de cómo yo sé?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<br />Claro. ¿Qué dios en pedo se cayó en Baltimore y te dio, justo a vos, el poder de ver el fuckin’ futuro? Es mi vida lo que está en juego, cagón.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Calmá ese culo un poquito.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">No puedo. ¿Cómo? Decíme.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Mirá, ya sabés cómo sigue toda esta historia<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">¿En serio?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Claro, pelotudazo, nos cambiaron el guión, enterito. Vos leíste toda esta mierda de punta a punta, ¿no? Bueno, lo cambiaron a última hora.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<br />Yo sé lo que está escrito hasta cierto punto... Pero con todas esas revisiones de mierda, siempre al último minuto... Escriben hasta en el papel higiénico estos tipos.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Ufff<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">¿Qué decís?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Lo que trato de decirte, Jimmy, es que ya estamos muy metidos en el proceso<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Pero podrían seguir corrigiendo un poco más. Como, digamos, esta escena... Medio floja, ¿no?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">No creo que vayan a filmar esta porquería<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">¿De verdad?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Escuchame, carita de concha: están tratando de sacar en limpio algo que no pase de las siete páginas, para mañana. ¡Para mañana! Si el productor [David Simon] trata de agregar esta boludez a lo ya pactado, todo el plantel técnico se hará un churrasco con su blanco culito.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">No sé. Yo creo que ese chupapijas nos ha estado exigiendo lo imposible durante demasiado tiempo, así que, bueno, se veía venir...<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Es un gran hijito de puta, cierto, pero, Jimmy, con esto ya se voló la barda.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">O sea que... ¿ya está?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Totalmente. Estas páginas no serán realmente filmadas. Son para joder nomás.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">O sea que vos y yo estamos acá hablando al súper-pedo.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Hablando pelotudeces sobre nosotros, nosotros mismos. Somos un par metapelotudo de borrachos de ficción en este momento.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Me encanta cómo ponés la boquita al decir huevadas como ésa...<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Bueno, en realidad, es un guión, ¿ves?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Pero cuando vos decís eso, toda esa mierda suena real.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Es cierto.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Vulgarísimo, sí, pero poético.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Yeah, fuck.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Motherfuck.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">Fuck me</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">Fuck fuck fuckity fuck fuck</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">BUNK</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">Aw fuck</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">MCNULTY</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">Yeah, yeah, fuck, fuck</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Cámara sobre BUNK y MCNULTY, asintiendo en fucking afirmación de lo fucking bueno que es el plantel the THE WIRE. Y lo fucking agradecidos que están todos a los fucking guionistas, porque no hay –repetimos NO HAY- ninguna fucking escena que ellos se negarían a volver a grabar si se lo pidiésemos.<o:p></o:p></span></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">FUNDIDO A:<o:p></o:p></span></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">FIN<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">(fuck!)<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"></span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">Notit’s<o:p></o:p></span></span></b></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">+ Tomado de <b style="mso-bidi-font-weight: normal">THE WIRE: TRUTH BE TOLD</b>. [Grove Press, <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" /><st1:state st="on"><st1:place st="on">New York</st1:place></st1:State>, 2010]</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><span style="font-family:Times New Roman;">++ Sic, en el original.</span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"></span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span lang="EN-US"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"></span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"> </p></span></o:p></span><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span lang="EN-US"><object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/KQbsnSVM1zM?fs=1&hl=en_US"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/KQbsnSVM1zM?fs=1&hl=en_US" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><o:p></o:p></span></b></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-AR" lang="ES-AR"><span style="font-family:Times New Roman;">Acá la famosa escena del relevo de una escena criminal: McNulty y Bunk dialogan mientras recogen evidencias. El diálogo se sostiene usando una única palabra: fuck. Sensacional.</span></span></p>Editorial El Cuervohttp://www.blogger.com/profile/00179407280269190141noreply@blogger.com4